Lord of Mysteries (NW)

Volumen 2

Capítulo 309: Elegir Uno de Dos

La sensación ilusoria pasó y Klein volvió a ver la extraña vela en su mano, junto con su mecha negra y su llama blanca pálida.

El daño del Paladín del Alba (el suelo destrozado, los bancos rotos y las velas cortadas) había sido restaurado a su estado anterior a la batalla. Era imposible la feroz batalla que se había librado dentro de la iglesia de la Cosecha.

En algún momento, el obispo Utravsky, que estaba frente a él, se sentó en el banco delantero, con la espalda inclinada hacia adelante y la cabeza hundida entre las manos. Tenía las manos presionadas en las sienes.

*Goteo*

*Goteo*

El sudor le corría por la cara y se extendía hasta sus pies. El suelo ya estaba completamente mojado.

Cuando sintió que Klein había apagado la extraña vela, se estremeció y levantó la cabeza para mirarlo a los ojos.

Sus ojos ligeramente turbios estaban llenos de lágrimas y su rostro arrugado estaba surcado de lágrimas.

Sin embargo, sus ojos estaban llenos de emoción, alegría y claridad.

Si se decía que este obispo ‘gigante’ antes parecía alto y pesado, entonces todo lo que quedaba de él ahora era la pesadez de su cuerpo pero sin la pesadez de su espíritu.

En ese momento, Klein sintió como si estuviera mirando a un bebé recién nacido.

Esas lágrimas eran prueba de una nueva vida.

Las comisuras de la boca de Utravsky se curvaron ligeramente mientras sonreía amablemente.

“Eres mucho más fuerte de lo que esperaba”.

“No, esto se debe a que obtuve suficiente comprensión de antemano e hice los preparativos adecuados. En cuanto a su pasado yo, no sólo desconocía las fortalezas de su oponente, sino que también estaba muy debilitado. Si tuviera que luchar contra usted en el mundo real, estaría considerando cómo escapar”, respondió Klein con calma.

Un Mago preparado y un Mago desprevenido son conceptos muy diferentes…  Añadió en silencio en su corazón.

El Obispo Utravsky no se detuvo en este problema. Rebosante de alivio de pies a cabeza, dijo: “Gracias, amigo mío. Según nuestro acuerdo, le daré la fórmula del Boticario. También le daré un objeto místico adicional”.

Mientras hablaba, sacó de su bolsillo lo que parecía una combinación de una aguja, un tubo y un recipiente.

“Hay dos opciones. Esta es una de las dos opciones que tiene. Cuando lo compré no sabía su nombre y tampoco pensé nunca en ponerle nombre. Se puede usar para extraer un tubo de sangre, su propia sangre. En un momento crítico, puede transfundirlo nuevamente. De esa forma, la fatiga desaparecerá. Sus dolencias y lesiones se aliviarán y su fuerza, velocidad, equilibrio aumentarán más allá de su punto máximo”. El obispo Utravsky señaló el objeto que tenía en la mano.

“¿Qué pasa con sus limitaciones y peligros latentes?” preguntó Klein racionalmente.

Utravsky miró los patrones misteriosos en la aguja y el tubo y explicó en detalle: “Después de extraer un tubo de sangre, quedará debilitado durante doce horas completas, y durante esas doce horas, transfundir la sangre nuevamente no sería suficiente para recuperar la fuerza normal”. Por supuesto, el límite de tiempo específico no es tan preciso; aumenta o disminuye según la condición de su cuerpo. Además, es mejor no utilizarlo con demasiada frecuencia; no más de una vez por semana. De lo contrario, la transfusión no sólo dará poder, sino que también le hará perder temporalmente su racionalidad, también aumentarán los periodos de anemia causados por la extracción de sangre.

“Además de eso, también tiene un problema. Si se lleva encima durante más de una hora, se volverá un poco neurótico”.

Afortunadamente, el obispo Utravsky no se había extraído sangre previamente. De lo contrario, si el pasado él pudiera transfundir su sangre, mis posibilidades de ganar habrían sido muy, muy bajas… Este fue el primer pensamiento que pasó por la mente de Klein.

Frunció el ceño, estaba bastante preocupado por los efectos negativos del objeto místico.

Independientemente de si se trataba de una pérdida temporal de racionalidad, un período de debilidad de doce horas o un cambio en su estado mental, todos estos eran peligros ocultos que no parecían demasiado problemáticos. Pero después de ver Alborotadores y escuchar los desvaríos de un dios maligno, Klein creyó que el estado mental de un Beyonder era muy importante. Si el estado mental de uno permaneciera en un nadir durante un período prolongado de tiempo, o si hubiera anomalías frecuentes, fácilmente causaría el fenómeno de perder el control. ¡Esto sería lo mismo incluso si un Beyonder hubiera comprendido el método de actuación!.

“¿Cuál es la segunda opción?” Dijo Klein después de dos segundos de silencio.

El obispo Utravsky sacó una sencilla llave de latón del otro bolsillo y sonrió.

“Esta se llama Llave Maestra. Puede ayudar a abrir cualquier cerradura que no contenga poderes místicos, así como una pequeña cantidad de cerraduras que están aumentadas con efectos Beyonder. Y en un lugar sin cerraduras ni puertas, puede abrir un pasadizo más allá de la realidad. Je, je, la premisa es que no hay restricciones por parte de poderes de Beyonder y las barreras no son demasiado gruesas.

“Su espiritualidad es completamente contenida. Cuando no se utiliza, los Beyonders no pueden ver ninguna diferencia entre esta y una llave normal”.

Utravsky se levantó de nuevo, sin dejarle a Klein más remedio que mirar hacia arriba.

El obispo “gigante” aceleró el paso, se acercó a la pared al costado del salón de la iglesia y presionó la llave maestra contra el ladrillo.

La giró suavemente y todo el cuerpo de la llave pareció hundirse en el agua mientras se producían ondas. Utravsky Atravesó la pared y llegó afuera de la iglesia.

De la misma manera, el obispo Utravsky regresó al salón y volvió a entrar en el campo de visión de Klein.

“¿Se has decidido por el objeto místico?” preguntó el alto sacerdote con la cabeza gacha.

“Hmm, ¿cuáles son los peligros latentes de la Llave Maestra?” Preguntó Klein después de algunas deliberaciones.

El obispo Utravsky sonrió cálidamente y dijo: “La persona que la lleva a veces se pierde.”

“Según me dijeron, uno se pierde al azar”.

¿Perderse? Soy un Vidente con intuición espiritual…  murmuró Klein, y su mente gradualmente tomó una decisión.

Después de unos segundos, dijo: “Quiero la llave maestra”.

No quería que su estado mental se viera afectado y no quería acumular el riesgo de perder el control.

Qué lástima, lo que más deseo es esa extraña vela… Es similar a la parte más profunda de un alma, el nivel más bajo de un país de sueños. Eso es equivalente a mi tierra natal…  Suspiró en su corazón.

“Está bien.” El obispo Utravsky le entregó la sencilla llave de latón a Klein y recuperó la extraña vela envuelta en piel humana.

Mientras Klein examinaba el objeto místico, Utravsky señaló hacia atrás y dijo: “La fórmula del Boticario está en esa habitación. Iré a buscarla. Espere aquí un rato”.

Klein asintió en respuesta. Aprovechando el momento en que la figura del obispo Utravsky desapareció del salón, sacó una moneda y adivinó si había estado mintiendo sobre la Llave Maestra.

Después de recibir una respuesta negativa, caminó hacia la pared frente a él donde estaban colocadas una hilera de velas y presionó la antigua llave de latón contra la dura pared.

Mientras inyectaba espiritualidad y giraba la llave, la visión de Klein de repente se volvió borrosa y luego clara.

En ese momento, ya no había velas encendidas llenando su visión, ni bancos limpios ni paredes rectas. Sólo había hierba seca y tierra fangosa con algo de basura. A un lado había una farola de gas.

Realmente salí. Klein sonrió, asintió, se giró y una vez más usó la llave maestra para regresar con éxito al salón de la catedral.

Después de uno o dos minutos de espera, Utravsky entró con pasos pesados, con un rollo de pergamino de piel de cabra de color marrón amarillento en la mano.

“Puede obtener una tasación por esto. Si hay algún problema, siempre puede encontrarme en la Iglesia de la Cosecha. El obispo ‘gigante’ le entregó la fórmula del Boticario a Klein.

Ingredientes principales: cuerno de un unicornio adulto, 3 gramos de veneno cristalizado de una medusa…  Klein barrió la mirada, sonrió y respondió: “Confirmaré su autenticidad”.

Lo adivinaré sobre la niebla gris…  Añadió para sus adentros.

El obispo Utravsky asintió levemente y, sin decir una palabra más, se dio la vuelta y caminó hacia el Emblema Sagrado de la Vida de la Madre Tierra.

Extendió los brazos y cantó en voz baja: “¡Gracias, Fuente de Vida!

“¡Alabada seas, Madre de todas las cosas!”

***

Klein guardó la llave maestra y la fórmula de Boticario. Después de que Utravsky se detuviera, dijo medio en broma: “¿Podría ser que mi visita fue organizada por la Madre Tierra?”

¿Por qué más le estarías agradecido? El falso creyente de la Diosa de la Noche Eterna, Klein, se rió para sus adentros.

“Sí, todo está arreglado por la Madre Tierra. De lo contrario, mi petición de ayuda no habría llegado a sus oídos. Yo tampoco estaría aquí en Backlund. Tampoco habría obtenido esta Vela del Terror Mental”, dijo Utravsky con una sonrisa amable y sin ningún signo de ira.

Lógica creyente completa y consistente, pero…  Klein de repente sintió que era imposible comunicarse con él. Se llevó la mano al pecho, se inclinó y dijo: “Gracias por su generosidad. Debería irme ahora”.

Enderezó su cuerpo y rápidamente se retiró. Luego desapareció rápidamente del salón principal de la catedral y de la Calle Rosa.

Diez minutos más tarde, vio la fachada dorada de la Iglesia de la Cosecha desde otra dirección y no pudo evitar torcer la boca.

¿No puedo volver sin adivinación? murmuró en silencio para sí mismo. Realmente quería confiar obstinadamente en su propia capacidad para superar el hecho de que estaba perdido.

Pero su mano, que era más rápida que su voz, había roto las ramas de un árbol y había hecho una improvisada vara de zahorí.

¡La búsqueda de varitas de radiestesia podría usarse para buscar personas, así como artículos e indicaciones!

Esta vez, Klein pudo regresar a casa sin incidentes, e incluso confirmó la autenticidad de la fórmula y los peligros latentes de la Llave Maestra.

***

La mañana siguiente, domingo por la mañana.

Después de despertarse, Klein desayunó, sacó papel y lápiz y le escribió una carta a Isengard Stanton, pidiéndole que buscara ayuda de la policía para confirmar el estado actual de los pocos sospechosos del caso de asesinato en serie de hacía cuatro años. En aquel entonces, los objetivos eran prostitutas solteras con un hijo.

Después de doblar la carta y meterla en un sobre, Klein puso un sello negro de un penique de denominación. Se vistió, tomó su sombrero y su bastón y salió de su casa para echar la carta en el buzón al final de la calle.

Luego, vio a la señora Stelyn Sammer y a su marido, el señor Luke, vestidos elegantemente.

Un carruaje de alquiler se detuvo junto a su puerta.

“Buen día. ¿Asisten a un banquete tan temprano en la mañana?” preguntó Klein con cierta sorpresa.

Luke se rió entre dientes y dijo: “En realidad, no es un banquete. Es más como si estuviéramos ayudando”.

La señora Stelyn levantó levemente la barbilla y agregó: “Mary ingresó con éxito al Consejo Nacional de Contaminación Atmosférica. Esta noche habrá un gran baile y tenemos que ayudar con anticipación”.

¿Se ha cumplido el deseo de la señora Mary? Impresionante…  Klein suspiró y dijo con una sonrisa: “Por favor, transmita mis felicitaciones a la Sra. Mary de mi parte”.

Luke Sammer asintió y dijo: “No has leído el periódico de esta mañana, ¿verdad? Se han publicado todos los integrantes del Consejo Nacional de Contaminación Atmosférica.

“El presidente del consejo es Sir Ders Shaw y el primer secretario es el señor Hibbert Hall”.