Lord of Mysteries (NW)

Volumen 2

Capítulo 308: Un Mago Preparado

Cuando Klein volvió a mirar hacia abajo, ya no pudo ver la extraña vela envuelta en piel humana; en cambio, un aroma leve y ligeramente dulce persistía alrededor de su nariz.

Haciendo caso omiso del cuerpo del obispo Utravsky, que yacía en un charco de su propia sangre, sacó su caja de cerillas y encendió una.

La sangre en el suelo desapareció tan pronto como se produjo la chispa, y el desordenado salón de la iglesia volvió a estar ordenado.

El gigantesco Utravsky se levantó lentamente, miró a Klein y dijo con el rostro torcido: “En realidad, no tuvo ningún efecto…”

“No es de extrañar que se atreviera a aceptar esta tarea. Sin embargo, esta es su desgracia. En realidad, no quería matarle”.

Mientras hablaba, la luz de las velas a ambos lados de la catedral comenzó a parpadear visiblemente. De repente todo el salón se iluminó con una luz cálida; era como si acabara de salir el sol de la mañana.

El espíritu del Padre Utravsky desapareció rápidamente y Klein, sin decir una palabra, arrojó la cerilla, flexionó las mejillas y simuló un sonido.

*¡Bang!*

Una bala de aire invisible salió disparada y golpeó fuertemente al obispo Utravsky en el pecho, produciendo un sonido resonante. Sin embargo, el obispo ‘gigante’ en algún momento había equipado una armadura plateada que cubría todo su cuerpo. Incluía guanteletes, corazas y un casco.

En ese momento, una grieta parecida a una telaraña apareció en el ‘metal’ plateado en su pecho, pero no se rompió por completo. Incluso comenzó a recuperarse lentamente.

*¡Bang! ¡Bang!*

Klein produjo una serie de sonidos, creando balas de aire que surgieron una tras otra, enviándolas hacia el pecho del enemigo en un intento por destruir completamente sus defensas con un aluvión continuo de ataques.

Sin embargo, vio que en la mano del obispo Utravsky se formó un estoque ancho y pesado, que parecía condensado a partir de luz. Usándolo, bloqueó hábilmente las dos balas, produciendo sonidos atronadores.

*¡Crujido!*

Utravsky dio un paso adelante y la catedral pareció temblar. Al mismo tiempo, su estoque de dos manos descendió hacia Klein en un gesto que hizo temblar el edificio.

Antes de que llegara la espada, el viento que llevaba consigo casi hizo que Klein perdiera el equilibrio.

¡Qué poder tan aterrador! Mientras este pensamiento pasaba por su mente, Klein saltó hábilmente hacia un lado y se inclinó, listo para rodar en el acto.

*¡Pa!*

El estoque de dos manos en las manos de Utravsky se estrelló contra el suelo, rompiendo las losas de piedra y provocando que las grietas se extendieran rápidamente en todas direcciones.

*¡Chirrido!* Arrastró el estoque por el suelo mientras cambiaba de un corte vertical a un barrido horizontal, provocando que volaran chispas.

¡Este movimiento estaba destinado a alcanzar oponentes con alta movilidad como Klein!

Justo cuando Klein estaba a punto de caer al suelo, apareció en su mente la imagen de sí mismo siendo golpeado por el estoque de dos manos. Rápidamente agitó los brazos y extendió las palmas. Presionó ligeramente y una vez más saltó en el aire.

*¡Woosh!* El viento resultante azotó el polvo del suelo y el aterrador estoque aplastó los bancos cercanos.

Sin embargo, antes de que Klein pudiera contraatacar, el obispo ‘gigante’ encadenó sus ataques sin pausa.

Un golpe, dos, tres… cinco, seis, siete golpes… Utravsky parecía poseer una robusta e inagotable estamina. Sus incesantes ataques duraron decenas de segundos.

Usó las técnicas de espada más simples (cortar verticalmente, cortar diagonalmente, barrer horizontalmente y empujar hacia adelante) era sencillo pero efectivo, causando gran daño. Y el alcance del estoque de dos manos era aterrador.

Klein saltó, rodó y corrió. No tuvo la oportunidad de usar sus poderes y parecía bastante patético. Si no fuera por las cerillas que arrojó con anticipación en diferentes rincones de la catedral y que las velas a ambos lados del altar aún no se habían apagado, lo que le permitía ‘destellar’ de un lugar a otro, probablemente habría sido asesinado por su enemigo.

Como se esperaba de un camino Beyonder que es experto en combate cuerpo a cuerpo… Sin aperturas, sin debilidades… Klein no entró en pánico por esto. En medio de rodar y esquivar, buscaba constantemente cualquier defecto que tuviera el enemigo, esperando que sus ataques pudieran ejercer algún daño.

Finalmente, descubrió un problema con las técnicas de espada de Utravsky.

¡El estoque de dos manos era demasiado largo y demasiado grande, su defecto en el combate cuerpo a cuerpo era obvio!

Con este pensamiento destellando en su mente, Klein aprovechó el corte vertical del estoque para rodar hacia la izquierda y luego, con un empujón de su palma, rápidamente rodó hasta el lugar entre las piernas de Utravsky.

Como un ‘medio gigante’ que medía más de 2,2 metros de altura, Utravsky tendría las piernas abiertas para mantener su centro de gravedad. Su entrepierna plateada era claramente visible.

Tan pronto como se dio la vuelta, la mano izquierda de Klein metió la mano en su bolsillo, sacó un trozo largo de papel y lo convirtió en un bastón duro y afilado. Luego lo insertó en el espacio al costado de la entrepierna del enemigo, ¡apuñalando el cuerpo del obispo!

¡Este sería un golpe fatal!

Sin embargo, en ese momento, su corazón tembló. La imagen de un estoque apuñalandolo mientras una luz ilimitada envolvía todo su cuerpo apareció en su mente.

¡Una trampa! ¡Era una trampa! Klein no dudó. Presionó su mano derecha hacia abajo, saltó hacia adelante a través del espacio entre las piernas del obispo “gigante” y llegó detrás de él.

Para cuando terminó esta serie de movimientos, Utravsky estaba sosteniendo la empuñadura de su espada con ambas manos, doblando su cintura y levantando su espada para clavarla directamente en la losa de piedra frente a él.

Con un crujido, rayos de luz surgieron del cuerpo de la espada como los primeros rayos del amanecer. Se convirtieron en un huracán y arrasaron los alrededores.

Sin un sonido, la losa de piedra desapareció de donde había estado Klein y la tierra debajo de ella se volvió casi diez centímetros más delgada. La armadura plateada de sus piernas y entrepierna también resultó dañada, rompiéndose centímetro a centímetro y dejando al descubierto su piel.

Su trampa era sufrir daños a cambio de la muerte de su enemigo.

En ese momento, Klein, que había saltado detrás del obispo Utravsky, finalmente encontró una oportunidad para contraatacar. Giró su cuerpo en el aire, infló sus mejillas y simuló sonidos de disparos en la parte posterior de la cabeza de su enemigo.

*¡Bang!*

*¡Bang!*

Dos balas de aire golpearon la parte posterior de la cabeza de Utravsky en rápida sucesión, rompiendo el metal plateado en esa área y luego dividiéndolo en pedazos, exponiendo un área completamente desprotegida.

Klein estaba a punto de darle un golpe fatal cuando Utravsky de repente se enderezó, retorció la cintura y empujó violentamente el estoque de dos manos hacia atrás.

La velocidad era tal y el ataque tan feroz que Klein parecía incapaz de esquivarlo. Sin embargo, sacó un trozo de papel de su bolsillo y lo colocó frente a su cuerpo.

*¡Sonido metálico!*

La colisión entre la espada y el trozo de papel produjo el sonido del metal al ser golpeado. El sonido nítido llenó toda la catedral.

Klein salió volando como una pelota de tenis. El papel que tenía en la mano se rompió, dejando sólo un pequeño trozo entre sus dedos.

En el aire, se enfrentó inmediatamente a la violenta y rápida persecución de Utravsky. La situación era precaria.

Sin embargo, no entró en pánico en lo más mínimo y sólo sacudió su muñeca.

El pequeño trozo de papel voló y una chispa se expandió rápidamente, envolviendo por completo a Klein.

*¡Hum!* El estoque atravesó la bola de fuego, pero no golpeó nada.

En la vela del lado derecho de la catedral, se extendió una tenue llama amarilla, formando una figura cuyo rostro estaba maquillado con pintura al óleo.

Klein reapareció y sacó otra tira larga de papel de su bolsillo.

*¡Pa!*

Con un movimiento de muñeca, el papel se convirtió en un resistente látigo. La superficie del látigo incluso ardía con llamas escarlatas.

*¡Pa! ¡Pa! ¡Pa!*

Klein arremetió contra el obispo desde la distancia.

Sin embargo, su arma se desintegró rápidamente bajo los ataques del estoque de dos manos.

¡Y ese era precisamente el objetivo de Klein!

*¡Pa! ¡Pa! ¡Pa!* Con un chasquido de dedos, envió chispas de fuego que brotaron del suelo a partir de los trozos de papel repartidos, bloqueando a Utravsky y quemándole las piernas desprotegidas.

¡La recuperación de la armadura del Alba era bastante lenta!

Cuando las lenguas de fuego saltaron hacia arriba, carbonizaron las piernas del obispo y un color carmesí se veía sobre la piel.

Sin embargo, esto no afectó la agilidad de Utravsky. Dejó escapar un gruñido bajo y, como un tren de vapor acelerando, atravesó las llamas y apareció frente a Klein a una velocidad vertiginosa.

Poco después, el estoque de dos manos en las manos de Utravsky se agrietó, convirtiéndose en puntos de luz que se extendieron en todas direcciones.

Casi instantáneamente, Klein cayó en una situación de muerte segura.

Las cerillas que llevaba consigo se encendieron y una llama intensa lo envolvió.

Sin embargo, esto no era tan rápido como el Huracán de Luz. Justo cuando apareció la llama escarlata, ¡fue inmediatamente atravesada por la luz!

El cuerpo de Klein fue destrozado y reducido a pedazos, los trozos de Klein rápidamente perdieron su forma y color y se convirtieron en pedazos de papel.

Detrás de Utravsky, una columna de llamas de color escarlata estalló y Klein salió.

Sacó una caja de cerillas de su otro bolsillo y se la arrojó al enemigo, buscando encender todas las cerillas restantes de una sola vez y, a través de las restricciones del pequeño espacio, crear una explosión considerable.

La caja de cerillas apuntó a la parte inferior del cuerpo de Utravsky, que ya no tenía ninguna protección.

Klein levantó la mano derecha y chasqueó los dedos.

Al mismo tiempo, el obispo Utravsky saltó de espaldas a Klein buscando distanciarse, dobló las rodillas y estiró las piernas.

*¡Bang!*

Acompañada por el chasquido de dedos de Klein, la caja de cerillas cayó sin encenderse, una bala de aire abrió con precisión la parte posterior de la cabeza del obispo Utravsky, que carecía de protección. ¡Era un arma letal que había sido preparada de antemano!

Su cráneo se abrió y brotaron sangre y trozos blancos. Con gran dificultad, Utravsky giró la cabeza y dijo aturdido: “Tú…”

La caja de cerillas, que estaba plagada de agujeros provocados por el Huracán de Luz, cayó al suelo. Sin embargo, permaneció apagada.

Klein se rió y respondió: “Nunca dije que chasquear los dedos solo podría usarse para controlar las llamas y no para disparar balas de aire.

“Mira.”

*¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!*

Chasqueó los dedos repetidamente, permitiendo que una bala de aire tras otra golpeara a Utravsky en la cabeza, destrozando lo que quedaba de su yelmo y rompiéndole la cabeza.

*¡Bam!*

Utravsky dejó de respirar y cayó pesadamente al suelo, sacudiendo ligeramente el salón de la catedral.

*¡Bang!*

Klein volvió a chasquear los dedos.

La caja de cerillas en el suelo explotó transformándose en una llama escarlata que enterró el gigantesco cuerpo de Utravsky.

Klein no intentó sentir la existencia de la vela, sino que confió en su propia claridad mental para salir del nivel más bajo de su mente.

Detrás de él, el cadáver estaba envuelto en llamas escarlatas mientras el mundo a su alrededor se desintegraba poco a poco.