Infinite Dendrogram (NL)

Volumen 16: Las Posibilidades Tartareanas

Capítulo 8: La Posibilidad Tártara

Parte 2

En el momento en que la recompensa se disolvió en sus Resources, una puerta gigante apareció ante Persephone.

“Aquí estas almas harán sus retornos triunfantes.”

“La gloria consumida por el pasado como un pergamino arde.”

La puerta adoptó la forma de un arco de triunfo de color púrpura. Aunque no se parecía al gran arco del París del mundo real, su esplendor lo convertía en una comparación adecuada.

“Sea como fuere, cruzarán a través del tiempo, y volver a empuñar lo que tenían en sus mejores tiempos.”

Mientras proseguía la canción de Persephone, una película de luz apareció en el interior de la puerta. Sus colores eran innumerables, y pronto cubrió todo el interior de la estructura.

“… Está preparado.” Dijo Persephone, aparentemente agotada.

“Sí…” Respondió Benetnasch mientras le ponía las manos en los hombros para apoyarla. “… Catorce minutos y medio.” Susurró el tiempo que había pasado desde que les había dicho a Hugo y a AR-I-CA el límite de tiempo.

Quedaban treinta segundos. Por lo que Benetnasch podía ver, a excepción de los atrapados por De Vermis, no había almas vivas en las inmediaciones.

Y así, llegó el momento. Benetnasch anuló la invocación de Greatest Bottom, haciendo que se desvaneciera y se convirtiera en trozos de luz ante los ojos de De Vermis.

“¿Hm…?” De Vermis se sintió confuso al ver a un poderoso enemigo desaparecer de repente, pero no le dio demasiada importancia. Lo único que le importaba era aumentar el número de sus fragmentos. Con todas las criaturas vivas de la zona desaparecidas, tenía que encontrar nuevos cuerpos en los que transformarse.

Sin embargo…

“… ¿Qué es eso?” Casi antes de que De Vermis se diera cuenta, una extraña puerta púrpura apareció lejos del alcance de su habilidad. Ocupado con Greatest Bottom, no se había dado cuenta de la estructura que se estaba construyendo, pero estaba seguro de que no había estado allí antes.

Sin embargo, cuando vio aparecer la película de luz…

“Ah…”

… De Vermis tuvo miedo de algo.

Era un sentimiento que no debería haber poseído.

Tenía la sensación de estar mirando un abismo, una inmensa nada directamente opuesta a la vida eterna que deseaba.

Instintivamente sintiendo que tenía que destruir la puerta, De Vermis se precipitó hacia delante.

Sin embargo, era demasiado tarde, pues los preparativos ya estaban hechos.

“Gate to the Afterlife—Persephone…”

A pesar de estar aún lejos, De Vermis sintió que podía oír claramente esas palabras: Benetnasch activando su habilidad definitiva de Embryo.

Un momento después, la luz de la puerta se intensificó. Comenzó a emitir un resplandor que parecía de otro mundo.

King of Tartarus, Benetnasch y Queen of the Afterlife, Persephone.

Los que conocían su poder podían llamarlos “Indestructibles” o “Witching Hour”.

“Indestructible” porque había trascendido la destrucción final —lo que tenía no permanecería aunque la carne se descompusiera— y “Witching Hour” porque se refería a un momento en el que podías encontrarte con algo con lo que nunca deberías haberte encontrado.

Una vez que hubieran utilizado su habilidad definitiva, los que les rodeaban se encontrarían con algo verdaderamente imposible, algo que superaba la desaparición de la carne y los estragos del tiempo.

El brillante arco del triunfo…

“¡Amber Abyss Squadron!”

… permitió que un dragón de metal ámbar volviera a volar.

***

Acerca de Persephone.

En la mitología griega, Persephone era la esposa de Hades, el rey del inframundo.

El cuento más famoso sobre ella se refería a su matrimonio con Hades —se decía que era el principio de las cuatro estaciones—, pero el segundo más famoso era el de Orfeo el músico.

Orfeo viajó al reino de los muertos para traer de vuelta a su difunta esposa. Tocó con su lira una canción de indescriptible belleza que encantó a todos los habitantes del inframundo y acabó llegando a Hades y Persephone.

Su música hizo llorar a Persephone, que rogó a Hades que ayudara a Orfeo.

El cantante podía entonces llevar a su mujer de vuelta al reino de los vivos, pero sólo si no se volvía para mirarla durante todo el camino. Si lo hacía, ella tendría que quedarse en el reino de los muertos.

En el cuento, Orfeo miró hacia atrás justo cuando llegaba al borde del reino de los vivos, enviando a su esposa de vuelta al reino de los muertos.

Su esposa muerta volvía a la vida por un solo instante, sólo para ser devuelta, y ahí era donde solía terminar la historia.

Al estar basada en un personaje de este mito, Persephone tenía una habilidad definitiva que funcionaba de forma similar.

Queen of the Afterlife, Persephone era una Maiden Tipo Castillo/Gobierno.

Su habilidad definitiva, Gate to the Afterlife—Persephone, devolvía momentáneamente la vida a los muertos.

Utilizó los Resources para crear una puerta por la que pasaran los muertos, y luego devolvió a las almas que descansaban en Persephone tal y como habían sido en sus mejores tiempos.

Persephone era capaz de devolver la vida a los muertos utilizando sólo su alma, algo que normalmente sólo podía lograr el Skydragon King, Drag-Heaven.

Invocaba a los muertos en la cima de su poder viviente, exactamente como habían sido durante los mejores momentos de su vida, incluso con su equipo. Podían ser los famosos héroes de la antigüedad, grupos enteros de campeones o incluso poderosas monstruosidades de antaño. El poder total de las almas invocadas determinaba los Resources necesarios, pero regresarían fuera como fuese.

Sin embargo, no se trataba de un poder que diera pleno control sobre los muertos.

Cualquiera que Persephone trajera de vuelta no estaba atado de ninguna manera, y podían usar sus cuerpos resucitados como quisieran. Podrían estar en desacuerdo con Benetnasch y tal vez incluso atacarlo.

Por eso conectaba con todas las almas difuntas que convocaba, porque si no compartían la voluntad de Benetnasch, no le ayudarían.

Los convocados ahora no eran diferentes.

Benetnasch había ayudado a estas almas una vez, y ahora descansaban dentro de Persephone, listas para compartir la voluntad del nigromante cuando se las necesitara.

Y así fueron llamados, aquí y ahora.

Ni él ni ellos querían ver a la gente consumida por el infierno viviente de De Vermis, así que, habiendo atravesado un tiempo de dos milenios, ahora volaban por los cielos de hoy.

***

Ciudad del Comercio, Cortana.

La puerta púrpura brilló y de ella salió volando una silueta gigante: un dragón mecánico, cubierto con una armadura de color ámbar.

Era un arma, manejada por las cuatro personas de dentro.

La criatura era en realidad un Prism Dragon, y su nombre era “Amber Abyss”, la misma superarma de la civilización prehistórica que había luchado contra la Incarnation of Armaments y había desaparecido.

Y ahora, el poder de Persephone lo había traído de vuelta, junto con los soldados que lo pilotaban.

“Capitán, hemos salido de la puerta sin problemas. Analizando el entorno.”

“Vigila el radar y vuela hacia el cielo. Entra en la secuencia de disparo del Abyss Cannon. Tienes controlada la situación, ¿verdad? ¡Será mejor que no lo dispares cerca de las zonas no evacuadas!”

“¡Claro que no! Claro, han pasado dos mil años, ¡pero no he olvidado cómo usar esto!”

“Je. Nunca cambias, subteniente.”

Los muertos revividos hablaban en la cabina del Amber Abyss. Como habían permanecido en Persephone, ya conocían perfectamente la situación.

“Capitán, el subteniente parece muy entusiasmado. Supongo que esta es su oportunidad para agradecer al Sr. Benetnasch por confirmar que su esposa e hijo sobrevivieron y por investigar a sus descendientes.”

“Esta eso, sí… Pero también estoy feliz de poder volver a luchar por la gente.”

“Entiendo…” Dijo el capitán mientras miraba a la ciudad y a la repugnante criatura que era De Vermis. “Nuestro contrato con el King of Tartarus, Benetnasch, dice que debemos prestarle nuestro poder cuando luche contra monstruos que pongan en peligro a los humanos, a las Incarnations o la Extra-Continental Vessel. Creo que esta situación no está en conflicto con eso. ¿Alguna objeción?”

Nadie dijo nada en señal de protesta: su voluntad estaba unida.

“En ese caso… ¡Amber Abyss Squadron, comience la misión!”

“¡Entendido!” De repente Amber Abyss dejó de ganar altura y se detuvo en un punto del cielo.

Su cabeza metálica se movió, apuntando a Cortana… concretamente, a las ruinas de la mansión del alcalde.

“Prism Dragon No. 1, Amber Abyss, fije el punto de disparo.”

“Prepárense para disparar el Abyss Cannon. Fijen el radio del ataque. Disparen al 20% de energía.”

“¡Recibido! ¡Entrando en modo de disparo del Abyss Cannon!”

El Prism Dragon abrió sus fauces hacia la superficie.

Inmensas cantidades de energía se acumularon en su boca, pero como sólo necesitaba una fracción de su poder total, se dispuso rápidamente a liberarla.

“Energía al veinte por ciento… ¡carga completa!”

“Abyss Cannon… ¡FUEGO!”

Así, el cañón mágico de aceleración de bariones comprimidos instalado en sus fauces se disparó por primera vez en dos milenios.

***

De Vermis ni siquiera podía empezar a entender qué eran la puerta o el dragón ámbar. Sin embargo, sintió un miedo inmenso que le impulsó a arrastrarse desesperadamente.

Desgraciadamente, su carrera terminó antes de que pudiera recorrer unas decenas de metros.

De Vermis miró hacia arriba y vio un gigantesco orbe de llamas. Liberado por Amber Abyss, deformó el aire con su inmenso calor mientras volaba… y cayó al suelo cerca del cuerpo de De Vermis.

“¡¿Hn…?!” El calor convirtió el aire en plasma, evaporando el suelo de abajo y haciendo que el UBM soltara un grito insonoro. Los gusanos chillaban de dolor, pero sin aire que les diera voz, nadie podía oírlos.

De Vermis tenía Reinvigorating Rebirth, pero no era lo bastante rápido para reponer el volumen que perdía con este calor.

Sus gusanos no sólo se quemaban, sino que desaparecían sin dejar rastro.

Perdiendo rápidamente partes de sí mismo, De Vermis se esforzó al máximo por sobrevivir.

El UBM llevó a Reinvigorating Reincarnation a su límite absoluto. Consiguió resistir utilizando la transformación de célula a gusano que había utilizado cuando el alcalde perdió las piernas: una reencarnación continua que ignoraba la ley de conservación de la masa.

Utilizar la habilidad le causaba un dolor inmenso, pero eso no le importaba. De hecho, el dolor de la habilidad no era nada comparado con el dolor de los fuegos que le quemaban.

Grandes… perdidas… Calcular… curación… Debo… soportarlo… A pesar de perder inmensas cantidades de volumen, De Vermis no renunció a sobrevivir.

Sin embargo, al momento siguiente, el Abyss Cannon mostró su verdadero poder.

El núcleo mágico del orbe de llamas se liberó en un estallido de calor.

La mitad de la magia liberada activó a distancia un hechizo de gravedad. El resto de la magia se convirtió en más calor, todo lo cual fue atraído hacia abajo en el epicentro recién engendrado del hechizo de gravedad.

El resultado fue una fosa que atrapaba el calor y un pozo gravitatorio que no dejaba escapar al objetivo.

Todo lo que quedara atrapado en su interior quedaría condenado y completamente chamuscado.

Este era el verdadero poder de una de las armas más poderosas de la civilización prehistórica: el Abyss Cannon.

Una conmoción aún mayor se apoderó de De Vermis. Contempló una fusión que conducía directamente a un abismo.

El UBM ardió dentro de la fosa, hundiéndose más en el suelo a cada segundo que pasaba. Los gusanos que el orbe de llamas había pasado por alto regresaron a De Vermis mientras este se hundía varios cientos de metros en el suelo.

El calor crecía cada vez más, quemando al UBM con una intensidad que pronto superó ampliamente la velocidad de su curación.

Mientras ardían todos los gusanos que componían su cuerpo, De Vermis empezó a sentir verdadero miedo.

Yo… Yo… Douglas… Nosotros… Eternamente… Una nueva vida… ¡ETERNAAAAAAAA! Entonces llegó la magia final instalada dentro del orbe de llamas: una inmensa explosión.

Unos segundos más tarde, una columna de fuego surgió del pozo donde estaba atrapado el UBM, abrasando a los últimos gusanos.

Enterrado en una tumba ardiente, la vida eterna de De Vermis se redujo a cenizas.