Monogatari (NL)

Volumen 19: Orokamonogatari

Capitulo 3: Desatada Tsukihi

Parte 7

Satisfecha tal vez por su frase, o tal vez por su excelente trabajo, Mayoi Nee-san prometió no contárselo a Oni no Onii-chan, y regresó a las montañas, guardando aquella hoja doblada en su mochila.

Habría sido mejor romper esa hoja, pensé, pero para la diosa caracol, la babosa tal vez pueda ser considerada su pariente—teniendo y conociendo ella tantos amigos como excentricidades, probablemente piense que es más prudente tratar bien no sólo a los humanos, sino también a las excentricidades.

Además, sería una lástima que la babosa de Sengoku Nadeko, tan minuciosamente ilustrada, quedara hecha trizas, y fuera Mayoi Nee-san quien hiciera todo el trabajo—lo único que he hecho hasta ahora es fracasar una y otra vez, lo último que debería hacer es refunfuñar.

Culpa mía por decir que era inflexible.

Resulta que puede ser muy flexible. Como era de esperar de un molusco.

Ni que decir tiene que la pulverizada Araragi Tsukihi se recuperó mientras yo discutía con Mayoi Nee-san sobre cómo limpiar las cosas—su hakama y la naginata estaban desgarradas y embarradas, pero la piel y la carne que había debajo no tenían ninguna mancha.

También dormía profundamente.

Si yo fuera una especialista ordinario, probablemente me sentiría conmovida por su abnegación y sería más indulgente en mi vigilancia, pero para mí, la gratitud o estar en deuda con alguien son cosas que no afectan a ninguno de mis futuros trabajos.

O debería decir que sigo echando humo.

Porque si lo piensas bien, la razón por la que me quemé fue más porque esa maldita me tiró aceite de ensalada, y analizándolo más detenidamente, uno llegaría a la conclusión de que si las cosas escalaron hasta donde lo hicieron no fue únicamente a causa de mis errores.

Los intentos de salvar la situación sólo empeoraron las cosas—cuando uno piensa en ello, se da cuenta de que el momento en que Araragi Tsukihi fue aplastada y perdió el conocimiento fue un momento Deus Ex Machina—cualquiera podría ver lo que causó todo esto.

Cualquiera podría ver quién ha causado todo esto. La cantidad de pruebas es tal que algunos especialistas clasificarían al Shide no Tori como una entidad peligrosa sólo por este incidente, y enviarían un grupo especial para su neutralización.

La presa más grande desde Kiss-Shot Acerola-Orion Heart-Under-Blade a su máxima potencia, una presa de nivel fénix[65].

Pero estas cosas no se las comuniqué a Gaen-san, por una buena razón—obviamente, no quería añadir insulto a mis vergüenzas como profesional, pero lo más importante es que he confirmado un nuevo descubrimiento sobre el Shide no Tori, que para mí, es la verdadera razón.

En cualquier caso, llevé a Araragi Tsukihi de vuelta a la casa de los Araragi mientras dormía, y pasé el resto de la noche arreglando esas quemaduras en mi cadáver embalsamado, con un atisbo de esperanza de que ella tratara todo lo ocurrido como un sueño, y que yo volvía a ser su muñeca nada extraña. Al día siguiente, Araragi Tsukihi no sólo trató lo ocurrido como un sueño, sino que lo olvidó todo.

Como antes, para ella era una muñeca a escala, y por su actitud, parecía que era yo quien consideraba el día de ayer como un sueño, lo cual es bastante inconcebible.

Anteriormente, cuando destruí la mitad superior de Araragi Tsukihi, la razón por la que no lo recordaba fue porque su mente no tuvo tiempo de procesar mi ataque, y la razón por la que perdió sus recuerdos de ese momento fue porque nunca entró en su memoria a corto plazo—tal era la explicación aceptada.

Pero esta vez, Araragi Tsukihi había perdido no sólo su memoria a corto plazo, sino el recuerdo de casi todo el día—un montaje casi idealmente cortado donde la muñeca animada, la chica mágica de la justicia, la babosa gigante y la pulverización fueron borrados de sus recuerdos. Esto no puede explicarse simplemente con un «olvidó todo debido al shock de la muerte».

Se trata de una amnesia misteriosamente selectiva.

Sin embargo, si se ignora el caos y se analiza desde la perspectiva de un profesional, esta pérdida de memoria tiene una explicación sencilla. En lugar de «olvidó todo debido al shock de la muerte”, se trata de «olvidó todo el shock de la muerte».

Ambas cosas no son lo mismo.

Lesiones corporales y lesiones interiores—esa sería una metáfora adecuada, como la de que uno puede ver un cuerpo roto, pero no un corazón roto.

Un corazón roto, es decir, un trauma psicológico.

Pero esto es más que una metáfora—existen médicos diferentes para tratar estas heridas diferentes. Al fin y al cabo, las lesiones corporales y los daños mentales no son tan diferentes.

Los recuerdos de abusos pasados que reaparecen en flashbacks ocasionales y afectan a la vida en el futuro son un síntoma común en todas las épocas de la historia—el pasado se convierte en una secuela, se instala profundamente en el núcleo de la persona y hace que la vida sea un camino más difícil de recorrer.

Este sentimiento de «sufrimiento» puede incluso llevar a la gente al suicidio, y no es una exageración—un corazón roto puede resultar fatal.

Por eso.

Por eso hay que curar estas heridas.

Sí, el Shide no Tori.

La excentricidad eterna, el fénix, puede curar incluso sus heridas no corporales—cualquier recuerdo que amenace con interferir en su vida es eliminado, sin dejar rastro.

La muñeca animada, la chica mágica de la justicia, la babosa gigante, la pulverización… que se conservaran recuerdos tan extravagantes, fantasiosos y ridículos resultaría problemático para su existencia en el futuro.

Por lo tanto, más allá de un cierto límite de aceptación, las células cerebrales que marcaron estos recuerdos anómalos se reiniciarían, y volverían a una pizarra en blanco. Una capacidad para eliminar mágicamente los malos recuerdos o, por decirlo mejor, una capacidad autodefensiva para sellar automáticamente los traumas psicológicos.

En realidad, en esta ciudad, también hay otro genio errático que puede forzar recuerdos que no le gustan a otra persona—también hay un bicho raro errático que podría meter la mano en su cerebro, modificando su memoria a su antojo.

Este acto anormal de autolimpieza, cuando se utiliza al máximo, ha permitido a Araragi Tsukihi seguir siendo la figura vivaz que es. Es esta vivacidad la que también garantiza que Araragi Tsukihi nunca aprenda y nunca crezca.

Estos fracasos, estos peligros están condenados a repetirse, a su alrededor, acumulándose poco a poco.

Amontonándose, brotando—leña para una nueva llama.

El pájaro ardiente e imperecedero.

En el centro de las llamas, esos errores y fracasos se convierten en polvo, sus cenizas se alejan sin dejar rastro, continuando su vida desde el principio.

… Es horripilante. Horripilante, pero fascinante. Fascinante, con profundas implicaciones.

Al menos durante este tiempo de suspensión de condena, uno debería observarla utilizando este punto de vista nunca antes considerado. Tiene, como mínimo, un valor académico.

Con todo ello, también me considero afortunada de que haya olvidado limpiamente todos mis defectos, así que decidí no informar de esto a mis superiores.

Una decisión como esta podría ser un signo de la influencia de Araragi Tsukihi—la razón por la que hice eso podría deberse a las habilidades autodefensivas de la Shide no Tori.

Pero de todos modos, la dejaré vivir para ver otro día.

La observación continúa.

Esta forma de vida desconocida ha desvelado, por poco que sea, su misterioso ser, así que seguiré observando y protegiendo esta maravilla natural.

Así que, para evitar cometer los mismos errores, decidí vaciar cuanto antes las existencias de helado del lolicon—una vez confirmada la buena marcha del sujeto a la escuela, recuperé disimuladamente las copas de helado del congelador, las coloqué sobre la cama y disfruté de los cinco sabores en orden.

“¡Ah, aah! Por alguna razón no me apetecía ir a la escuela, así que al dar media vuelta y volver a casa, me encuentro con mi muñeca comiendo helado.”

Al volver a su habitación, Araragi Tsukihi gritó, igual que ayer.

… La chica mágica de la justicia, parte II.

Nunca aprende y nunca crece—pero eso está bien. Juro por mi vida que la próxima vez no fallaré.

-FIN DEL VOLUMEN 19-