Monogatari (NL)

Volumen 19: Orokamonogatari

Capitulo 3: Desatada Tsukihi

Parte 1

Informe de observación sobre Araragi Tsukihi, el Shide no Tori.

Nº 2761 Presentado por: Ononoki Yotsugi.

En otras palabras, es mi persona[50]. Soy yooo~. Yeey, paz-paz.

La excentricidad eterna—el Shide no Tori—ha tomado (en el momento de escribir estas líneas) la forma de Araragi Tsukihi. Ha transcurrido casi medio año desde el comienzo de mis observaciones. El sujeto no se ha transformado ni ha actuado de forma significativa.

La apariencia del sujeto ha sido consistentemente Araragi Tsukihi—después de todo, el sujeto es sólo Araragi Tsukihi. Lo más que se puede decir es sobre sus frecuentes cambios de peinado, pero extraer significado de este fenómeno sería en vano.

Además, francamente, su comportamiento también parece sugerir falta de sentido. Actúa por impulso, sus acciones imprudentes son producto de su propio capricho, y siempre evita el trabajo que le disgusta. Esta naturaleza instintiva la convierte en una criatura, y una no muy ejemplar.

Una excentricidad.

Un monstruo, uno inmortal.

Sin embargo, el sujeto actúa como una criatura, ya que es una criatura.

Así es ella, así es su naturaleza. Por comprensible que sea, sigue siendo increíble. Uno podría incluso pensar que esta chica es un ser humano corriente.

A pesar de ello, su nivel de camuflaje es tal que incluso la asistente de un especialista como yo puede ser engañada. No hay que subestimar a la Shide no Tori.

Ahora sé por qué Gaen-san me dejó quedarme en la casa de los Araragi, incluso después del asunto en el Santuario Kita-Shirahebi. Aunque sus órdenes eran observar a Araragi Koyomi y cuidar de su hermana en ocasiones, en realidad la prioridad de uno no debería ser tanto el inofensivo Araragi Koyomi, sino los peligros potenciales de su hermana menor—tal es la verdad. La incapacidad de percibir esto sería mi defecto como shikigami.

En retrospectiva, también se puede concluir que Araragi Tsukihi fue la causa principal de las numerosas crisis de esta ciudad.

Siempre que ocurre algo en esta ciudad, se puede decir con certeza que está relacionado con Araragi Tsukihi, una chica que se encuentra en el centro del vórtice.

Entre las llamas baila el Shide no Tori.

La propia Shide no Tori no alberga mala voluntad. Sin embargo, para que una rareza inmortal exista cerca del núcleo, algunas irregularidades son inevitables… y con ello, los efectos negativos.

Dentro de su familia, el desarrollo de la personalidad de Araragi Koyomi—dejando a un lado su complejo hacia ella—se ve afectado de forma más evidente por su hermana pequeña.

No se trata de una cuestión de bueno o malo.

Esto va más allá del bien y del mal.

Muy lejos de tener razón o no.

Para una existencia tan ridícula, tan inexistente, que ella enarbole la bandera de la justicia es, desde mi punto de vista, bastante ridículo. A veces, uno casi se olvida de su deber, y piensa en llamarla con un sonoro: “¡Oi, oi!”

Si me atreviera a aventurarme en este informe del Centro de Cumplimiento, incluso diría que yo misma no soy apta para este trabajo. Sin embargo, Gaen-san considera que esta decisión y este acuerdo se han tomado en el lugar adecuado y con el talento adecuado. No discuto ese razonamiento suyo.

Un pájaro inmortal como el Shide no Tori debe ser supervisado por una excentricidad inmortal. Una excentricidad camuflada de humano debe ser supervisada por una excentricidad artificial, antes humana.

Y lo que es más importante, cuando el sujeto agita sus ardientes alas y amenaza con incendiarlo todo, no hay que acobardarse ni mostrar piedad, ni tampoco fijarse ni encandilarse—hay que eliminar a ese pájaro brillante. Hace falta un monstruo temible e inconsciente como ese para conseguir vigilar a un pájaro imperecedero.