Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 2

Capítulo 2: Reclutamiento (I)

Parte 6

Hablaba como una mujer de cuarenta años con un mal historial de citas. Patéticamente, sentí que empatizaba un poco.

Llegados a este punto, parecía sensato asumir que los psíquicos y las Mahou Shoujos eran cosas diferentes, como me había dicho la señorita Hoshizaki. Probablemente ambas existían como entidades completamente separadas. Podía percibir diferentes visiones del mundo y perspectivas detrás de cada grupo.

Lo que sólo hizo que el término hada fuera aún más curioso. ¿Eran como lo que es Pii-chan para mí? Se me ocurrió una hipótesis: Quizá ella también había adquirido poderes mágicos en un mundo distinto al nuestro.

Y era una hipótesis fácil de verificar.

—Por cierto, me he dado cuenta de que puedes usar varios tipos de magia sin un encantamiento.

—¿…Encantamiento?

—¿Me equivoco?

—¿Qué quiere decir con eso, oficial?

—Bueno, verás, tengo que cantar palabras mágicas para poder usar la magia.

—¿En serio?

Me miró sin comprender y luego ladeó la cabeza. No parecía que estuviera mintiendo.

Si hubiera sido una maga del mismo mundo que Pii- chan, habría necesitado hacer conjuros para usar la magia. Aunque no lo hiciera ahora, sin duda habría necesitado aprenderlos en algún momento del pasado.

Como ella lo había negado, lo más probable era que el otro mundo y el de las hadas fueran dos lugares diferentes.

Como resultado, esta conversación había revelado a ambas chicas una pequeña parte de mi secreto. Pero fue un intercambio razonable por la información que obtuve. Otro mundo, poderes psíquicos y Mahou Shoujos—los tres existían de forma independiente, cada uno con sus propias ideas y conceptos.

Había conseguido algunas pruebas que respaldaban las explicaciones de la señorita Hoshizaki, incluso en lo referente a los Pii-chan y la existencia del otro mundo.

—De acuerdo. Usted es un hombre mágico de

mediana edad, oficial. Lo comprendo.

Tras mi retahíla de explicaciones, la vagabunda mágica asintió. El hecho de que hubiera utilizado varios poderes diferentes con poca relación entre sí probablemente había ayudado a persuadirla—pero su expresión al mirarme seguía siendo severa.

—Gracias. Me alegro de que lo entiendas.

—Pero, ¿por qué estás con estos psíquicos?

Se giró para mirar a Futarishizuka, que ahora había renunciado a intentar romper la Barrera Mágica de la otra niña. Estaba allí de pie y con la mirada perdida—al parecer se había quedado sin trucos bajo la manga—con los brazos cruzados imponentemente, como diciendo: “Hmph, no es que haya perdido ni nada”. Pude ver claramente el esfuerzo que estaba haciendo para salvar su dignidad. Era bastante adorable.

—Me la encontré aquí por casualidad.

—Entonces puedo matarla, ¿verdad?

Futarishizuka se sobresaltó. Habiendo visto de primera mano lo dura que era la Barrera Mágica, debió entender que esta niña era problemática. El hecho de que necesitara tocar a un oponente para usar su poder también ponía a Futarishizuka en desventaja.

—¿…Por qué odias a los psíquicos, si no te importa que te lo pregunte? —Fui al meollo del asunto para ganar algo de tiempo.

—Los psíquicos mataron a mi familia. Y a todos mis amigos.

Shoujo.

Esta era otra historia realmente pesada de la Mahou Había querido evitar la pregunta porque me preocupaba este tipo de respuesta, pero sentí que tenía que comprobarlo… Y ahora aquí estábamos. Me pregunté qué tipo de reacción habría tenido Pii-chan, si hubiera estado aquí. «Vaya, no me lo puedo ni imaginar».

Pero en ese momento, la mirada de la niña se desvió de repente.

Seguí su mirada y vi a alguien desconocido que nos observaba desde una docena de metros de distancia. Era un niño pequeño, probablemente de primaria. Tenía la cara cubierta de sangre, que goteaba por sus mejillas y caía al suelo.

En sus manos sostenía el manillar de una bicicleta. Sin embargo, desde unos diez centímetros más allá de los puños, faltaba todo el resto de la bicicleta.

El chico venía de la esquina y ahora nos miraba aturdido, sin decir nada.

Yo estaba tan angustiado, mirándole, que quise marcar el 911 en ese instante.

Un momento después, la Mahou Shoujo murmuró:

—…Me voy a casa por hoy.

—¿Eh…?

Me di la vuelta y la vi flotando en el aire. Con un ruido estático, una grieta negra en el espacio se abrió justo a su lado. Ya había visto esto varias veces.

Probablemente era su Campo Mágico.

—¿Adónde vas? —le pregunté de la manera más gentil que pude.

—……

La niña no respondió. Su pequeña figura desapareció en la lágrima, que para empezar no era tan grande.

No es que quisiera una respuesta, siendo claro. Pero era difícil ver cómo se desvanecía sin poder hacer nada. A través de nuestra conversación, comprendí que esta Mahou Shoujo tenía muchos problemas. Y eso me hizo preguntarme—

¿Por qué se había marchado por su propia voluntad? ¿Habría sido por el chico herido o por su incapacidad para atravesar la barrera del hombre mágico de mediana edad, o por ambas cosas? No sabría decirlo. En cualquier caso, ya había desaparecido en el subespacio, o en lo que fuera su campo mágico.

Si había algo que comprendía, era que Futarishizuka—que, reitero, se quedó por un rato golpeando desesperadamente la Barrera Mágica—no debio tener influencia alguna en su retirada. La Mahou Shoujo era al menos lo suficientemente poderosa como para superar a psíquicos de rango B e inferior.

Tal y como había dicho la señorita Hoshizaki, para derribar a una Mahou Shoujo, se necesitarían varios psíquicos de rango B o la ayuda de uno de rango A. Y dependiendo de su compatibilidad—ver Futarishizuka— un número par no significaría necesariamente la victoria.

—Tenemos que agarrar a la chica y salir de aquí — dijo Futarishizuka, con los ojos fijos en la señorita Hoshizaki.

—Tienes razón.

Nada bueno saldría de quedarme aquí. Necesitaba centrarme en recuperar a nuestro psíquico y hacer mi informe a los superiores. Estaba seguro de que nuestro jefe de sección era de los que querían que los informes tuvieran aún más prioridad en casos como este. Puede que ya se haya enterado de que un avión fue derribado.

***

Tras huir del lugar del accidente, nos dirigimos a nuestra habitación de hotel. Por alguna razón, Futarishizuka me ayudó a llevar a la señorita Hoshizaki y al chico de las gafas. De la pareja inconsciente, ella se llevó a la chica y yo al chico, cargándolos a hombros mientras nos retirábamos.

La señorita Hoshizaki era la razón principal por la que no había encontrado otro hotel. Si se despertaba y nos registraban en otro sitio, a pesar de que el hotel que la agencia había reservado estaba muy cerca, empezaría a sospechar de todo.

—¿Lo pago tu jefecito? Vaya, debe de ser agradable trabajar en una organización que utiliza el dinero de los contribuyentes —comentó Futarishizuka, observando la habitación del hotel.

A pesar de su insinuación, se trataba de un hotel de negocios sin nada especialmente singular. Últimamente no había habido precisamente un boom económico, así que una noche aquí probablemente no costaría ni diez mil yenes. Y si se me permitía dar mi modesta opinión, odiaba que las bañeras y los lavabos estuvieran en la misma pequeña zona.

—¿Qué, tu organización tiene pocos ingresos?

—¿Oh? Oh, no, eso fue sólo una charla de ventas. Me alojo en un sitio mucho mejor.

—…Ah. —Y ahora me sentía como un perdedor.

Deseé que hubiera seguido con la mentira.

A pesar de mi decepción, tenía trabajo que hacer. Puse al chico de las gafas y a la señorita Hoshizaki en la cama, uno al lado del otro. Debido a la disposición de la cama, tuve que ponerlos a los dos en el colchón de tamaño semicompleto, que era un poco más pequeño que el de tamaño normal. Básicamente, compartían la cama. A simple vista, habrían parecido un par de cadáveres; quiero decir, aún estaban inconscientes. Mi conversación con Futarishizuka estaba teniendo lugar justo al lado de ellos.

—En cualquier caso~, —dijo lentamente, al ritmo de una mujer mucho mayor— ¿estás dispuesta a escucharme ahora?

—No me importa escuchar, pero no puedo prometer nada.

—¿Eso piensas?

—Me apena decirte esto luego de permitirte ayudar con todo. Sin embargo, debes entender que yo no tomo las decisiones. Me he unido a la organización hace poco. Como tal, mis opciones son muy limitadas.

Incluso con mi nuevo trabajo, seguía siendo un empleado de base, aunque esta vez para el gobierno, supongo. Mi situación no había cambiado en absoluto. Naturalmente, no tendría ninguno de los derechos de un administrador. Eso significaba que no podría utilizar ni un solo yen del dinero de los contribuyentes por mi cuenta. Si iba a hacer algo que supusiera gastos empresariales, tendría que consultarlo con un jefe de sección o de departamento.

No estaba especialmente descontento con esa realidad, pero hacía que negociaciones como ésta fueran un suplicio. Se parecía mucho a esos tratos inesperados que había que cerrar con un cliente sin la presencia de ningún directivo. Por supuesto, cuando alguien con poder de decisión estaba presente, la discusión podía derivar abruptamente en acuerdos y contratos, lo que suponía su propio tipo de problema. Las empresas extranjeras, sobre todo, tendían a dar mucho dinero y discreción a quien ponían in situ. Pero como yo estaba en la parte baja de la escala empresarial y no tenía esa autoridad, tenía que utilizar todos los medios a mi alcance para ganar tiempo.

Me preguntaba si la señorita Hoshizaki tendría más poder discrecional que yo en una situación así. De todas formas, estoy bastante seguro de que el jefe de sección me dijo en la reunión de esta mañana que le dejara a ella las decisiones.

—Oh, y yo que pensé que lo de nuestro primer encuentro podría ser una actuación. ¿Siempre eres tan rígido y formal? —respondió Futarishizuka, asumiendo un aire de dignidad.

No podía ni empezar a adivinar lo que quería. ¿Por qué había irrumpido en nuestra pelea? Apoyaba nuestra posición, hasta el punto de luchar contra una Mahou Shoujo, el enemigo mortal de los psíquicos.

—Sea como sea,  —continué— me gustaría preguntar qué es lo que buscas.

—Oh, no demasiado. Me preguntaba si podría cambiar de bando y unirme a tu equipo. Eso sería todo.

—……

«Está bien. Definitivamente me tomo por sorpresa».