Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 2

Capítulo 1: La Vida Cotidiana De Una Estudiante De Preparatoria

 

 

 

Sasaki To Pii-chan Volumen 2 Capitulo 1 Parte 1 Novela Ligera

Publicidad M-AR-1

 

Punto de Vista de:La Vecina

En estos últimos días no me he topado con el hombre mayor de al lado.

La razón no la tengo clara; quizás su horario habitual ha cambiado, o su forma de trabajar. Pero—y no me cabe duda—veo que ha estado fuera de su apartamento con mucha más frecuencia.

¿Será que le despidieron y haya empezado a hacer turnos de noche en alguna obra?


«No lo sé, no lo sé. No sé nada en absoluto».

Sea como sea, mi vida continúa sin cambios. Tengo que ir al colegio a la misma hora todos los días de la semana para poder comer el almuerzo en el receso.

—Ahora, el mínimo común múltiplo de esta ecuación es seis, así que podemos multiplicar ambos lados por seis para eliminar los denominadores. Entonces podemos simplificar el lado izquierdo de la ecuación sumando “x”…

«Pero si me quedara en la puerta de mi casa de la mañana a la noche, quizá podría verlo al menos una vez».

En cuanto empiezo a pensar en eso, me resulta imposible concentrarme en las tareas escolares. Me guste o no, mi atención se desvía hacia la ventana del aula y más allá, hacia mi apartamento—y, por supuesto, el apartamento suyo que se encuentra justo al lado.

…De igual forma no importa mucho lo que aprenda. Para mí, el almuerzo es lo único importante de la escuela.

—…Señor…

«Tal vez cuando termine de comer, finja estar enferma y me dirija a la puerta de mi casa», pienso, dejando que las palabras del profesor me entren por un oído y me salgan por el otro.

En el atril está un profesor de unos cuarenta años. No es feo, pero tampoco demasiado atractivo. Supongo que lo único que llama la atención de él es que lleva traje y corbata todos los días. Sostiene un libro de texto en una mano mientras escribe filas de ecuaciones en la pizarra con la otra.

—Ahora resolveremos algunos problemas de palabras. Lo más importante de losproblemas de palabras es averiguar qué es constante. En este problema se pregunta cuánto tardará el hermano en alcanzar a la hermana. La constante aquí es la distancia que los hermanos han caminado, así que–. —Es del mismo sexo y edad que el hombre de al lado. El traje y la corbata también me recuerdan a él.

Pero no siento nada por este viejo, lo que me convence aún más de que él es especial.

La clase transcurre así y, al final, suena el timbre que indica el final del cuarto periodo.

Los chicos que habían estado inquietos durante toda la clase levantan la voz emocionados y el aula se anima. Los alumnos a los que les toca ir a buscar la comida para el almuerzo se ponen sus delantales blancos y se dirigen a la sala de servicio. Los demás se apresuran a cambiar de sitio sus pupitres, creando islas para nuestros pequeños grupos preestablecidos.

Hoy la hora de comer es igual que todos los demás días. Sigo el ejemplo de los demás y acerco mi pupitre al de mis compañeros.

El almuerzo de hoy incluye crema de estofado y ensalada de verduras al vapor, con gajos de mandarina fría de postre.

Todos los días a la hora de comer, los chicos prácticamente se caen unos encima de otros compitiendo por repetir, y la comida siempre se acaba. Pero, por alguna razón, cuando la comida incluye rebanadas de pan o panecillos, siempre sobra algo. No sé cómo es en otros colegios, pero en el mío este fenómeno se da en todos los cursos. Muchas alumnas devuelven sus bandejas habiéndose comido sólo una de sus dos rebanadas de pan y dejando atrás las cortezas.

Y hoy, nuestro almuerzo incluye rebanadas de pan. Verlas apiladas en nuestras bandejas me levanta un poco el ánimo; quiero decir, ¡cualquier sobra será mía!

Unos veinte minutos después, los demás alumnos terminan de comer, se despiden y se dispersan por los pasillos. Los que están de servicio limpian las bandejas y los utensilios y se dirigen a la sala de servicio con el carro vacío para almacenar. Durante el almuerzo, la mayoría de mis compañeros juegan en el patio o en el gimnasio, mientras que algunos se quedan en sus asientos charlando con los amigos. De vez en cuando, uno o dos leen un libro por su cuenta.

—……

Deslizándome entre la multitud de estudiantes alborotados, me dirijo a esa sala de servicio, donde encontraría los carritos de comida devueltos.

Mi colegio tiene su propia cafetería dentro del edificio, y hay un pequeño ascensor dentro de la sala de servicio para transportar los carritos de la cafetería a las otras plantas.

Este proceso, sin embargo, crea un pequeño lapso de tiempo entre el momento en que los alumnos devuelven los carritos y el momento en que los cocineros se los llevan.

Para mí, ese pequeño lapso es vital para conseguir comida.

—……

Asegurándome de que nadie más está mirando, me cuelo en el cuarto de servicio. Viendo todos los carros de cada aula dentro, elijo uno y me apresuro hacia él. Mi objetivo, naturalmente, es cualquier bandeja de servicio que tenga pan. Rebusco entre los envoltorios de plástico y encuentro lo que busco.

—…Bien.

Las rebanadas de pan tienen el mismo aspecto que la última vez que las vi, apiladas en un montón ordenado, separaditas. De vez en cuando, encontraba otros alimentos mezclados con desperdicios, y me daban ganas de matar a los estudiantes encargados del reparto. Hoy, sin embargo, no se han contaminado, por lo que veo, y quedan bastantes trozos.

«¡Así podré pasar un par de días sin que me gruña el estómago!», me río entre dientes.

Es algo que llevo haciendo desde que pasé al instituto y veo que hay pan en el menú. Cojo la bolsa de plástico del bolsillo de la falda y me encorvo para echar un vistazo a los carritos—

Al mismo tiempo, la puerta de la sala de servicio se abre con estrépito.

Sobresaltada, saco la mano del bolsillo y me enderezo. Mis ojos se desvían inmediatamente hacia la fuente del sonido. Mi mente empieza a trabajar a un ritmo vertiginoso, intentando averiguar cómo afrontar lo que ocurra a continuación.

«No puedo dejar que me descubran robando comida del colegio. Podría aguantar las miradas incómodas de mis compañeros, pero si a partir de ahora deciden cerrar el comedor, sería terrible. ¡Tengo la intención de seguir confiando en los recursos de la escuela de esta manera hasta que me gradúe!».

—¿Kurosu? ¿Qué haces aquí?

—……

Publicidad M-M1

Satou, un chico de mi clase, aparece en la puerta.

Destaca mucho en clase y siempre es el centro de atención. Todos los días, nuestros compañeros se agolpan a su alrededor, charlando y divirtiéndose. Su atractivo hace que también sea popular entre las chicas. Por razones obvias, nunca me he relacionado con él. ¿Qué hace aquí un chico como él?

«No está detrás de mi pan… ¿Verdad?»

—¿Buscabas algo? —pregunta.

—…Sí, digamos que sí.

—¡Oh, entonces te ayudo! ¿Qué estamos buscando?

—……

«Genial», pienso. «No debería haber dicho eso».

Estoy buscando restos de pan. Mi posición en la jerarquía de nuestra clase es bastante baja, como lo demuestra lo mucho que me esfuerzo por conseguir comida. Tampoco tengo amigos con los que me lleve bien. Nunca tengo tiempo ni dinero para salir y hacer cosas con mis compañeros.

Incluso hablar con ellos de cosas como moda o películas es una verdadera lucha. Los programas de televisión y los vídeos en línea están completamente fuera de mi alcance, y solo puedo entretenerme con los libros en la biblioteca. Nadie querría hablar con una persona tan aburrida. De hecho, en la escuela primaria me acosaban por desabrida. Creo que lo único interesante que hago durante el día es sentarme a esperar al hombre de al lado.

—Me dejé la pinza del pelo en la bandeja, y…

—¡Ya veo!

Para ser una mentira que saqué de la nada, no estaba mal. Acababa de decir lo primero que me salió de la boca.

El chico se acerca y empieza a rebuscar en el carrito justo delante de mí. Levantó los cubiertos sucios y las bandejas apretadas para mirar entre ellos. Parece que me creyó de verdad.

—……

Tengo que deshacerme de él y coger el pan. Si perdemos demasiado tiempo, se llevarán los carros. No volverán a servir pan para comer hasta dentro de unos días.

No podía depender de él para siempre, así que quiero conseguir al menos tres piezas—no, ¡al menos cinco! También había visto unos cuantos cartones de leche sobrantes dejados por otra clase a los que tenía muchas ganas de echarles un vistazo.

—Me he dado cuenta de que siempre estás sola, Kurosu.

—¿…Eso es malo.

—¡Oh, no! ¡No quería decir eso!

Aún nos quedan unos minutos hasta que lleguen las señoras mayores encargadas de las nuestras comidas. Tengo que enviarlo de vuelta al aula antes de eso.

—Sólo quería decir que quiero que seamos amigos, si te parece bien —dijo.

—Tienes muchos otros amigos, ¿no? No tienes por qué molestarte conmigo.

—¿Y qué sueles  hacer  en  casa?  ¿Tienes  algún hobby?

—……

Satou habla mucho.

Es popular entre las chicas de todas las aulas, no solo en la nuestra. Si alguien ve a alguien como él hablando con una patosa como yo, los dos solos, todos me odiarán. Ya había oído a algunas alumnas hablar de chicas de otras clases a sus espaldas por su culpa.

Esa es otra razón por la que es peligroso charlar con él ahora. Realmente preferiría no hacerlo.

Pero, mientras tanto, la puerta del cuarto de servicio vuelve a abrirse.

Publicidad M-M5

Entra una mujer de mediana edad con delantal blanco y mascarilla. La he visto antes—es la encargada de recoger los carritos.

Normalmente, una vez obtenido lo que buscaba, observaba desde una distancia prudencial cómo entraba en la sala. Desde luego, nunca había tenido una conversación con ella. Sin duda, a sus ojos, no soy más que uno de los muchos estudiantes que hay aquí. Probablemente nunca ha pensado en mí como más que eso.

—¿Oh? ¿Qué están haciendo ustedes dos aquí?

—Lo siento —dijo Satou—. Su pinza del pelo podría estar perdida por aquí en alguna parte.

—Oh, no. ¿Y la encontraron?

—No, perdón. ¿Podría dejarnos buscarla?

—Bueno, supongo que puedo llevarme a los otros mientras tanto…

—¡Gracias!

Satou habla por mí. Me alegro por la credibilidad extra que le da a mi mentira.

Aun así, con él frente a mí, no puedo alcanzar el pan.

Ahora no hay otra opción.

—Satou, ¿podrías ir a ver dentro de mi escritorio en el aula? —le pregunte

—¿Eh?

—Creo que me lo he dejado ahí.

—Quiero decir, no estoy seguro de que deba mirar en el escritorio de una chica sin…

En realidad, no hay nada allí. Sólo mis libros de texto, un cuaderno y algunos bolígrafos y lápices que él me había dado. Tampoco tengo muchas cosas personales en casa. ¿Cómo reaccionaría si le dijera que nunca antes tuve una cartera? Naturalmente, no hay nada que no quiera que vea.

En todo caso, el problema es que otros vean a Satou rebuscando en mi escritorio. Si alguna chica enamorada de él lo ve, probablemente vendrá de arrimada.

…Aun así, suelo agachar la cabeza y disculparme para arreglar las cosas. Como esas chicas suelen actuar por emoción, pedir perdón enseguida las desactivaría. Si no digo nada atrevido, no se convertirá en acoso. Y en el peor de los casos siempre puedo arrastrarme.

Lo más importante es el pan. ¡El invierno se acerca!

¡Tengo que acumular algo de grasa!

—…No hay problema. ¿Puedes hacerlo?

—Está bien. —Con expresión mansa, Satou asintió y salió de la sala de servicio.

Después de asegurarme de que se había ido, me giré hacia el carrito. La recolectora está delante del pequeño ascensor de la sala, pulsando sus botones. Como sólo puede transportar un carro cada vez, tengo unos minutos antes de que llegue al último. Ese intervalo es mi última oportunidad.

Me puse en cuclillas detrás del carrito para ocultar mis manos de su vista. Saco la bolsa de plástico del bolsillo de la falda y meto en ella cinco trozos de pan, como había planeado. Esta bolsa de plástico es del hombre de al lado— una vez la había utilizado para darme pan dulce. Es opaca, lo que la hace perfecta para ocultar el contenido a los demás. Por último, utilizo las manos para presionar la parte superior y disminuir el volumen del pan.

Aprecio cómo se puede aplanar el pan hasta la mitad o menos de su tamaño original si lo aprietas. Después no sabe tan bien, pero es igual de nutritivo, así que no me preocupa demasiado. De hecho, parece que me llena un poco mejor, ya que la textura es más firme.

—……

Todo hasta ahora ha sido la parte fácil.

Normalmente, ni siquiera necesitaría unos minutos.

El problema ahora es llevar la bolsa de plástico llena al aula y meterla en mi mochila. Antes no había nadie cerca que se diera cuenta de la bolsa de plástico o preguntara por ella. Los bolsillos de mi falda también podían llenarse bastante y nadie se lo preguntaba. Mantener ese ambiente es otra de las razones por las que soy reservada en la escuela.

Pero Satou está aquí, y tiene una vena persistente.

Publicidad M-M3

Seguro me preguntará.

Hasta hace un momento no había llevado ninguna bolsa de plástico; llamará su atención. Intento meterla en el bolsillo a modo de prueba, pero, aunque he apretado el pan, los cinco trozos forman un bulto muy evidente. Cualquiera se daría cuenta de que he cogido algo de la sala de servicio.

Y si se descubre mi robo de pan, cerrarán la sala a partir de ahora. Sería un desastre para mí.

—……

Mi mente da vueltas frenéticamente. Todavía tengo que preocuparme por la mujer que recoge los carros. Está haciendo progresos constantes enviando los carros escaleras abajo a la cafetería, y ahora se está acercando al que yo tengo escondido detrás. Parece inusualmente eficiente. Apenas mira los botones del ascensor mientras los pulsa. Debe de llevar mucho tiempo trabajando aquí.

Coger los cartones de leche del carrito de la clase de al lado es un esfuerzo inútil. No tengo más remedio; tengo que renunciar a ello. Pero quiero, por lo menos, asegurar el pan.

Mientras pienso en posibles soluciones, mis ojos se desvían hacia la ventana que da al exterior. Al otro lado del cristal hay un balcón. Todas las aulas de esta planta están

conectadas por un balcón, y los alumnos lo utilizan para desplazarse. El aula de servicios no es una excepción.

Y entonces caigo en la cuenta—podría esconder la bolsa de plástico fuera durante un rato y luego recogerla en el balcón.

«¡Ajá! ¡Una revelación divina!»

—…Funcionará.

Me dirijo a la ventana. Mejor golpear mientras el hierro está caliente.

Al oír el clac de la cerradura de media luna de la ventana corredera, la señora que se lleva los carros se asoma, pero no me dice nada. Si fuera un hombre, se me habría echado encima. Escondo la bolsa de plástico con mi cuerpo, así que estoy a salvo.

Saco la cabeza por la ventanilla y compruebo rápidamente si hay testigos.

«Bien, no hay nadie». A lo mejor será por frío. Eso también es bueno desde el punto de vista sanitario. Bajo la mirada por la ventana; y con un crujido, suelto la bolsa llena de pan cae hasta la esquina del balcón.

Me asomo y veo que parece basura arrastrada por el viento. Nadie querría investigarla. Si la dejara, probablemente permanecería allí durante meses. Qué maravilla. Aunque alguien lo vea, dudo que tenga que preocuparme—

—¿En qué andas, niña? ¿Miras algo por la ventana?

—La mujer que recoge los carros me habló de pronto.

—Ah, sí…

—¿Encontraste lo que buscabas? Me gustaría bajar el carro ahora.

—Sí, está hecho. Gracias.

—¿Oh? Bueno, me alegro.

Tras esbozar la mejor sonrisa falsa que puedo, salgo del cuarto de servicio.

***

 

 





Ese día, tras haber recuperado a salvo las rebanadas de pan, emprendo el camino de vuelta a casa, sintiéndome satisfecha.

Había conseguido librarme de las clases de la tarde fingiendo estar enferma, así que me dirigí directamente a mi apartamento sin dar ningún rodeo. A pie, está bastante lejos—cuando empecé la preparatoria, me costaba un poco. Pero después de hacer este trayecto durante varios meses, me he acostumbrado al paseo.

En silencio, recorro carreteras por las que circulan pocos coches, de las que sólo los lugareños conocen el nombre.

Siento los ojos de la gente que me mira al pasar. Soy una estudiante con su uniforme, de paseo, con el sol todavía alto en el cielo. Y como este barrio es residencial, la mayoría son jubilados o amas de casa mayores.

—……

Se siente fresco, estar fuera de esta manera cuando normalmente estaría en la escuela. Es liberador. Mi ánimo sube aún más cuando pienso en cómo me sentaré a esperar a que vuelva el hombre de al lado, y mis pasos se aceleran de forma natural.

Pero cuando me acerco a la mitad del trayecto— algo sucede. De la nada, algunas figuras aparecieron en la carretera varios metros por delante de mí.

No salieron de detrás de un edificio, ni cayeron del cielo, ni nada parecido. Estás personas literalmente aparecieron de repente, sin siquiera un atisbo de movimiento—como teletransportados.

Además, por alguna razón, estaban tumbados boca arriba en la carretera.

Naturalmente, al principio creí que estaba viendo cosas. Pero esa duda se desvaneció un instante después, cuando vi mejor la figura.

Tenía las tripas hacía fuera y podían verse sus costillas, como si se las hubieran arrancado.

No puedo ver ningún órgano por el enorme agujero de su estómago. Quiero decir, veo algo ahí, pero está muy dañado. Como carcomido por un animal salvaje.

Deben estar muertos. No se mueven ni un milímetro.

Desde el cuello hacia arriba es otro espectáculo terrible. Toda la cabeza está completamente deformada, como si alguien la hubiera cortado con una motosierra. Todo lo que queda es pulpa. Sin embargo, por el pelo que apenas queda y la falda de la parte inferior del cuerpo, puedo decir que los restos pertenecen a una mujer

Quiero gritar, pero lo único que consigo es un chillido. Lucho desesperadamente contra el calor que sube desde mi estómago hasta mi garganta. ¡No puedo dejar que mi almuerzo se desperdicie así!

Un momento después, una señora mayor que está cerca de mí suelta un grito. Venía caminando en mi dirección desde el otro lado del cadáver. A juzgar por la bolsa de plástico blanca que lleva en la mano y las cebollas verdes que sobresalen de ella, volvía a casa del supermercado.

Publicidad M-M4

La policía llega poco después. No sé quién les avisó. Mientras tanto, intento alejarme lo más rápido posible. Si alguna bestia feroz se ha escapado de un zoo, será demasiado peligroso quedarse. Eso es sin duda lo que parece que le ha ocurrido a ese cuerpo. Pero entonces la mujer que había gritado empieza a hablarme y pierdo mi oportunidad.

Coches patrulla se acercaron en tropel y los curiosos empiezan a congregarse en las inmediaciones. La policía coloca una sábana de vinilo sobre el cadáver y cuelga una cinta amarilla en la que pone PROHIBIDO EL ACCESO.

Un agente me interroga en el lugar de los hechos. No sólo quieren saber por qué ha aparecido de repente el cadáver, sino que, frunciendo el ceño, me preguntan por qué un estudiante como yo anda por ahí en horas de clase. Sin embargo, cuando les cuento que no me encuentro bien y que iba de camino a casa, su actitud se suaviza.

Por eso me dejan ir un poco antes que a la mujer que había estado gritando. Ha sido declarada la primera en descubrir el cadáver y explica con entusiasmo todo el asunto de principio a fin.

Liberada del interrogatorio, retomo el camino de vuelta a casa.

Ante mis ojos inició un caso sin resolver, la investigación apenas comenzaba. Es posible que el criminal se encuentre en algún lugar cercano. El mejor curso de acción para mí es alejarme de aquí, rápido. La policía también me había dicho que fuera directamente a casa.

Pero justo cuando me voy, me doy cuenta de algo. Hay algunas personas que se mueven por el lugar de los hechos, en medio de todos los agentes uniformados.


—Otra de estas muertes repentinas…

—¿Fue un psíquico?


—Probablemente. No hay muchas dudas al respecto.

«¿Son detectives?» Realmente no puedo decirlo. Pero recuerdo haber leído una vez en un libro de la biblioteca del colegio que los policías con ciertas funciones no llevan uniforme en el trabajo. Dos de ellos hablan ahora en voz baja entre sí sobre el cadáver.

Ambos son hombres que aparentan tener unos veinte años. Comparados con el resto de la gente que se mueve a su alrededor, parecen extremadamente jóvenes. Pero todos y cada uno de los policías, sin excepción, los tratan con respeto, levantando los brazos a la altura de la cabeza para saludarles. Deben de ser gente muy importante.

—Probablemente tendremos que sacar a la señorita Hoshizaki para esto.

—Es tan joven… Me preocupa que su animosidad le juegue en contra.

—¿No ha empezado a formar equipo con ese tal Sasaki últimamente?

—Sí, básicamente es su fuente de agua. Me siento mal por él.

—Espera, ¿fuente de agua?

—Al parecer puede hacer carámbanos bastante grandes.

—…Bueno. Ahora yo me siento mal por él…

No tengo ni idea de lo que están hablando—pero mis oídos se agudizan al escuchar una parte de su conversación.

Ahora que lo pienso, ¿Sasaki no es el nombre del hombre de al lado?

«Hmm… Probablemente lo estoy pensando demasiado». Al parecer, Sasaki es el apellido de tres caracteres más común en Japón. O al menos, recuerdo que mi profesor de estudios sociales dijo algo así en clase una vez. Y la persona de la que hablan debía de ser un compañero policía. Es imposible que sea él.

—……

No quiero acabar siendo regañada por ellos por escuchar a escondidas, así que hago lo que me dijeron dicho y caminó de nuevo a casa. No es asunto mío—

Publicidad M-AB

En ese momento, no podía saber que en un futuro muy cercano yo también me vería envuelta en esta cadena de acontecimientos…

 

Sasaki To Pii-chan Volumen 2 Capitulo 1 Parte 1 Novela Ligera

Sasaki To Pii-chan Volumen 2 Capitulo 1 Parte 1 Novela Ligera

Sasaki To Pii-chan Volumen 2 Capitulo 1 Parte 1 Novela Ligera

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios