Regressor Instruction Manual

Capítulo 94: Quedémonos Juntos… Para Siempre (Parte 8)

Kim Hyun-Sung llegó corriendo, con su habitual velocidad, y desvió la mano de Ha-Yan hacia arriba. El rayo salió disparado y abrió un agujero en las altas paredes del edificio, dejando que la luz del sol se colara. Seguido, hizo un movimiento que no sabría describir por lo rápido que fue, pero terminó con Ha-Yan debajo de él, inmovilizada.

“¡Aaaahhh!”

“¡Ha-Yan, detente!”

Ya no podía sentir su magia. Si Hyun-Sung no hubiera intervenido a tiempo…

Estoy seguro de que lo hemos conseguido.

La historia que creé para ella podía ser difícil de resistir para ella; estaba seguro de que le dolería mucho. Sin embargo, era necesario.

Esta es la respuesta.

Me preguntaba cómo reaccionaría después de salir del trance. Todo el mundo seguía confundido después de entrar en esta mazmorra debido a los efectos de la maldición. Aceptarlo como terapia de choque lo haría más comprensible.

La cara de Jung Ha-Yan estaba cubierta de lágrimas, y le costaba respirar por la llave de Hyun-Sung. Todos estaban más o menos igual, pero su situación era obviamente la peor.

Poco a poco, Hyun-Sung fue liberándola, por un lado para no lastimarla, y por el otro debido al efecto de la maldición. Empezó a soltar quejidos mientras se sostenía la cabeza.

“Ha-Yan, ¿estás bien?” le preguntó.

“¡No! ¡No!”

¡Aún tiene fuerza!

Empezó a alejarse con ayuda de sus piernas, mientras volvía a reunir magia en su mano. Cuando vi que la apuntaba a su cabeza, corrí y sostuve su mano contra el suelo. Un rayo mucho más débil que el anterior salió disparado hacia arriba, pero se desvaneció antes de poder chocar contra el techo. La agarré por la nuca con mi otra mano y la besé por un largo rato. Al principio trataba de resistirse, pero pronto regresó a sus sentidos.

“Aaahh…” gemía.

“¿Todo esto es por la maldición?” Hyun-Sung se acercó, con una expresión de molestia en su semblante. “Debió afectarla mucho…”

“Sí. Tuvimos suerte de que reaccionaras a tiempo” contesté. “Ha-Yan, ¿estás bien?”

“Uuughh…”

Su confusión pasó a ser sorpresa; puso los ojos como platos y sus lágrimas amainaron.

“Aah, Ki-Young… Eres tú…”

Al ver que volvía a ser segura, Hyun-Sung se alejó para ayudar a los demás.

Naturalmente, me tocó la cara y el cuerpo, como si no creyera que de verdad estuviera ahí. Por supuesto, esperaba este tipo de reacción de ella; verme decapitado en su alucinación no debió ser nada placentero.

“Has vuelto” me dijo.

“¿Estás bien?” tomé una de sus manos y la envolví con la mía.

“Yo he vuelto. He vuelto. Cof cof… He vuelto… He vuelto” repetía.

“¿De qué estás hablando, Ha-Yan?”

“No es, no es nada. Nada. Jaaaa… Lo siento. Lo siento. Siento haber sido una idiota” se disculpó.

Justo lo que quería.

“No sé por qué te disculpas… ¿Fue por la maldición? ¿Qué viste?” pregunté.

“No es nada. No era la maldición. Todo es culpa mía. Todo. Lo siento, Ki-Young. Lo siento por ser tan egoísta” empezó a sollozar. “Por favor, no me odies”.

No podría odiarte de ninguna manera.

Nunca sentí odio por Jung Ha-Yan. Aunque pensé que esta situación era demasiado, ella solo mostraba ese lado de sí misma debido a la maldición. En realidad, estaba agradecido de haber podido plantar una alucinación mientras su mente estaba siendo afectada.

No tenía idea de lo que pasaría en un futuro, pero de algo estaba seguro: la bomba dentro de Ha-Yan acabaría explotando tarde o temprano. Con esta pequeña victoria, logré retrasar ese día, o quizá hasta evitarlo. No pude evitar sonreír.

Yo también tengo un sentido de la responsabilidad…

No tenía un fetiche ni me gustaba que fuera tan celosa, pero no podía negar el hecho de que sentía culpa, compasión y un ligero interés por ella.

“Intentas racionalizarlo una vez más. Piensas que no te vas a sentir tan culpable si se vuelven más cercanos. Tratas de sentirte mejor al no abandonarla y mostrarle que te preocupas por ella”.

Es posible.

Dejó de importarme la maldición. Tenía cada vez menos efecto sobre mí.

“No sé qué ha pasado, pero no hay razón para que te odie. Tú eres muy valiosa para mí, Ha-Yan” le dije.

Solo la mitad era verdad.

“Hic… tú también eres muy preciado para mí, Ki-Young. Yo te amo” continuó llorando, y enterró su cara en mi pecho, aún en el suelo. “Ya estoy aquí. He vuelto. Gracias, Dios. Muchas gracias, Dios. Estoy tan agradecida”

“¿Segura que estás bien?”

“No es nada. Hic… Ki-Young. Ki-Young. ¿Te lastimaste en algún lado? Tu pierna…”

“Todo está bien”.

“Hic… y tus brazos también están bien. Sin heridas y sin pelo blanco. Tampoco te duele nada. Tu lengua también está bien. Hic”.

Esta era una situación que no esperaba, pero pensé que la alucinación que había creado debió sentirse muy real…

No pensé que ella volvería.

Si hubiera sabido que esto iba a pasar, entonces hubiera sido mejor desarrollar más la historia. Como añadir una escena en la que Cha Hee-Ra o Lee Ji-Hye llegaran para salvarme. Le habría sido difícil derrotarlas, pero si añadía una escena como esa, entonces estaba seguro de que la hostilidad de Jung Ha-Yan hacia ellas habría disminuido mucho.

Eso es desafortunado.

Pensé que sería mejor explicarlo más tarde.

“Ki-Young… snif”.

“¿Te sientes mejor?”

“Sí… un poco…”

“Entonces, ¿puedes esperarme un poco? Tengo que ver cómo están los demás” le dije.

“Sí, por supuesto. Ayúdalos… hic”.

Después de acariciar ligeramente su cabeza, sus mejillas se pusieron rojas. Se quedó quieta, y entonces sus hombros y piernas empezaron a temblar levemente; debía de estar recordando las visiones. Abrazó sus piernas y siguió llorando en silencio. De cierta forma, verla tan indefensa me parecía lindo. Me daban ganas de protegerla.

No debería ser así…

De todas formas, ver a Ha-Yan así me hizo darme cuenta de que no solo había recuperado la cordura, sino que parecía que la maldición ya no era tan efectiva en ella como antes. Sabía que era posible, basándome en las pruebas que habíamos hecho, pero nunca imaginé que fuera tan efectivo. Por supuesto, la historia que creé solo para ella debió jugar un papel importante.

Esto definitivamente funcionará en otras personas también…

Era más que suficiente. Ya que ayudó a Ha-Yan, que estaba en las peores condiciones, los demás deberían poder tomarlo con más calma. Si usamos mi poción y los efectos del hechizo apropiadamente, entonces estas personas seguramente tendrían tranquilidad.

Cuando miré a mi alrededor, me di cuenta de que la gente seguía confundida. Era igual que la primera vez. Los que gritaban se iban despertando poco a poco y miraban a su alrededor mientras hablaban solos. Cuando miré a Hwang Jung-Yeon, confirmé que había vuelto en sí. Por fortuna, no se dio cuenta de que estuvo a punto de morir. Me buscó con la mirada por unos segundos, y al encontrarme, empezó a caminar hacia mí.

“¿Lo hiciste? No supe qué pasó después…”

“Ha sido un éxito”.

Inmediatamente saqué mi kit de alquimia y comencé a dibujar un círculo mágico en el suelo. Jung-Yeon se sostenía la cabeza, un tanto afectada.

“Ki-Young, ¿qué estás…?”

“Por favor, vengan aquí de uno en uno” dije en voz alta hacia los demás, interrumpiéndola.

“¿Qué piensas hacer?”

“Puedo ayudarlos con la maldición. Por favor, hagan una fila” volví a ignorarla.

“Primero… ughhh… una explicación”.

“Lee Sang-Hee, tú eres la primera” la llamé.

“Maestra, por favor siéntese aquí”.

Con pasos irregulares y sudor en su frente, Sang-Hee se sentó a mi lado.

“Ahora… veamos. Nuestra submaestra. ¿Qué tipo de síntomas estás experimentando exactamente?” le pregunté.

“¿Puedes repetirlo?” sacudió la cabeza para despejarse y me miró con sus ojos verdes.

“Oh, cierto, puede ser algo personal… Creo que será mejor si puede escribirlo, Jung-Yeon” le expliqué.

“Entiendo, iré por un cuaderno” Jung-Yeon terminó de entender mi objetivo y siguió mi petición.

“¿Qué estás pensando, Ki-Young?” me preguntó Sang-Hee.

“He descubierto una forma de suprimir los efectos de la maldición. Por favor, relájate y escribe exactamente los efectos y las voces que estás escuchando. Si has empezado a alucinar, por favor escribe los detalles, ya que eso también ayudará” le expliqué.

“Bien…”

“A los demás, formen una fila, y tengan listo papel y lápiz” repetí instrucciones para los demás.

Todos entendieron. Buscaron lo que les pedí y se formaron, no sin cierta dificultad. Se chocaban unos con otros, maldecían y se sostenían la cabeza. Los menos afectados ayudaron a los demás a organizarse y mantenerlos calmados. Jung-Yeon y yo íbamos a tener mucho trabajo, pero lo disfrutaríamos.

“Veo… veo el rostro de las personas a las que he… he asesinado” Sang-Hee tragó saliva y empezó a hablar. “Me susurran. Me dicen que voy a morir pronto…”

“Te entiendo, Sang-Hee; yo estoy experimentando algo parecido” le respondí con genuina empatía. “Vas a recibir una prescripción para la poción, y el tratamiento psiquiátrico será realizado después. Solo que me hace falta un poco más de información. Mmm… Perdona por pedirte esto, pero si describieras cómo los… mataste… me sería de mucha ayuda”.

“Oh, eso es…”

“Sí, es una petición difícil, pero necesaria. Puedes escribir lo que no quieras decir en voz alta. Será más efectivo si eres detallista”.

“Te lo garantizo. Será efectivo” terció Jung-Yeon.

“Lo entiendo. Yo… haré lo posible” Sang-Hee aceptó.

Como era de esperarse, el rol de la enfermera era importante.

“La siguiente es… la señorita Ga-Hyeon” dije. “Tu hermano menor está solo en la Tierra, ¿verdad?”

“Sí…”

“Debe ser muy difícil”.

“Lo-lo extraño mucho, hic…”

“Yo también tengo una hermana pequeña en la Tierra. También estoy muy preocupado por ella, pero… mantenerse fuerte es importante. Estoy seguro de que te reencontrarás con él algún día. Ahora mismo… pareces tener un caso grave de depresión, y aunque no podré deshacerme completamente de ella, puedo ayudarte a aliviar un poco tu mente” le expliqué.

“¿Qué debemos hacer, Ki-Young?” me preguntó Hwang Jung-Yeon.

“La poción número catorce que hay en mi bolsa debería funcionar. Realizaremos inmediatamente el tratamiento psiquiátrico. Podemos tratar inmediatamente a la señorita Ga-Hyeon, así que por favor prepara el hechizo” le pedí.

“De acuerdo”.

Su naturaleza era mansa e idealista, así que estaba seguro de que la poción sería efectiva en ella. Basándome en su carácter y en el tipo de alucinaciones que estaba experimentando, era más fácil tratarla.

Después de tener un hermoso reencuentro con su hermano, haremos que le diga que sea fuerte y que sobreviva.

hacer que tuviera esa alucinación sería eficaz. Tenía que haber algunos momentos conmovedores… y como su afición era la lectura, podía añadir un poco de fantasía.

Creo que será efectivo si hago que su hermano y la voz de la maldición luchen entre sí.

Obviamente, mis acciones no podían considerarse una práctica médica. Era más bien un fraude bajo la apariencia de asesoramiento. No los trataba por completo y no hacía que dejaran de ver u oír alucinaciones. Todo lo que hacía era insertar un antibiótico en una mente contaminada, pero era eficaz. La mente de un humano es muy moldeable; tienden a quebrarse fácilmente ante este tipo de maldiciones, pero cuando la esperanza está presente, obtenemos el coraje para levantarnos de nuevo. Creo que seríamos capaces de superar nuestro estrés y resistir a las voces.

Para aquella mujer, era su hermano menor. En cuanto a ese otro hombre, que tenía los mismos síntomas que yo, era su baja autoestima. Para Jung Ha-Yan, mi sola existencia era su fuerza.

Bien, bien.

Parecía que todo iba bien y, por supuesto, no le expliqué nada de esto a Kim Hyun-Sung. Era natural que le sorprendiera que de repente tratara a todo el mundo; su boca se abrió de par en par cuando vio que la gente se sentía mucho mejor tras recibir tratamiento psiquiátrico de Hwang Jung-Yeon. Básicamente, Hyun-Sung nunca se había imaginado que pudiéramos controlar la mazmorra con este método. Esto debía parecer ridículo desde el punto de vista del regresado. Probablemente tenía una forma de lidiar con esta maldición y estaba en proceso de ponerla en acción, pero aunque nuestros métodos fueran diferentes, mientras nuestro objetivo fuera el mismo, no importaba. Él también debió entenderlo, pues asintió en señal de agradecimiento.

“He regresado… Muchas gracias, Dios. Gracias por ayudarme a volver en mí. De verdad…” otro paciente empezó a murmurar, aliviado.

A pesar de todo, Hyun-Sung miraba a Ha-Yan con un semblante serio. Ella estaba murmurando para sí misma. Seguía preocupado por su repentino ataque.

Lo mejor sería explicarle en privado después de haber tratado a todo el mundo.