Senka Maihime (NL)

Volumen 3

Capítulo 4: ¡La Batalla Final!

Parte 2

A la orden de Cecilia, una explosión sacudió el suelo y una columna de llamas apareció detrás de ella. Ganar tiempo con un duelo con Sharon había valido la pena después de todo.

“Oh mi, lo siento mucho. Debí mencionar que la unidad de Brusch quemaría sus raciones y provisiones si se oponían al resultado del duelo”, dijo Cecilia con una sonrisa de satisfacción mientras usaba la brillante columna de fuego como telón de fondo. Esa visión infundió temor en el enemigo, así como en Kanon.

“Oh mi, creo que debes rendirte ahora.”

La derrota de Freiya era inevitable, pero desafortunadamente, la tiranía de Ranbolg no tenía límites.

“¡Mantengan la presión! ¡Una vez que derrotemos a las Divas y marchemos hacia Althos, tendremos en nuestras manos sus suministros!”

“¡No te atrevas a amenazar a mi gente!”

Incluso Sharon se congeló por un segundo al oír el grito enfurecido de Al. Lentamente giró la cabeza hacia él, y sus ojos se abrieron al ver al completamente agotado y golpeado Al ponerse de pie y mirarla con fuego en los ojos.

“Inexcusable. No puedo dejar que se salga con la suya. Sharon, siento preguntar esto después de todo, pero…” Le mostró una sonrisa pícara.

“Hah. Como si pudiera desafiar al ganador de nuestro duelo.”

Sharon le devolvió la sonrisa, le dio un abrazo y se acercó a su cara.

“Al, umm… Esto es un poco embarazoso, pero me gustaría que me tocaras donde lo hizo Ranbolg. Limpia su suciedad de mi cuerpo.”

Ella dirigió su mano a su pecho. Al tragó mientras sentía que los pechos de Sharon cambiaban de forma en su agarre, pero imaginando los horrores que ella había soportado causó una rabia insaciable dentro de él.

¿¡Qué demonios te hizo ese bastardo?

Mientras echaba espuma por la boca con ira, Sharon llevó su otra mano por su torso.

“Umm… Nadie me ha tocado aquí antes”, dijo ella mientras él alcanzaba la parte superior de su muslo. Sintiendo confusión y vacilación en sus movimientos, ella tiró aún más fuerte, llevándolo justo entre sus piernas.

“¿Eh? ¿¡Qué!?”

En medio de su furia hirviente y su lujuria cada vez mayor, sentir su mano entre los cálidos muslos de Sharon le hizo olvidarse de respirar a pesar de que su corazón latía más rápido que nunca. Miró el rostro de Sharon para ver que sus mejillas combinaban con el color de su cabello.

“¡Ah! Dime, ¿podrías, tal vez, umm… tomar la delantera ahora?”

¡Eso es todo! ¡Ella ha estado escondiendo su arma definitiva todo el tiempo!

Aprender sobre el lado tímido y vergonzoso de Sharon significó la perdición de Al. Se había enamorado completamente de ella, y comprendió lo que ella quería de él. Lentamente liberó sus pechos y movió su mano temblorosa a sus labios.

¡Boom!

El Aumento Celestial se activó en el momento en que sus labios se tocaron, pero esta vez algo fue diferente.

¿Qué es esto…? El mana──no, algo más se está apoderando de todo mi ser.

Un aumento explosivo de maná llenó su cuerpo, y su resistencia no sólo regresó, sino que se multiplicó por diez. Además, los recuerdos de Sharon se mezclaron con la oleada de poder. Sus sentimientos de pena, abandono y arrepentimiento se apoderaron del alma de Al.

Así que eso es lo que pasó con su espalda…

Al reprimió su furia hirviente y abrazó a Sharon lo más suavemente posible. Ella estaba atrapada en una ráfaga de emociones completamente diferentes a las suyas, aunque su experiencia era más o menos la misma que la última vez: su cuerpo se calentaba y sus pensamientos eran confusos. Sin embargo, su cuerpo espasmódico, atrapado en las olas del maná y el placer, fue asaltado por algo que nunca antes había experimentado.

“¿¡Qué está pasando!? Es casi como… puedo sentirte dentro de mí… ¡Hahhhn! Podría ser… No, noooo… ¡Ahhh! ¡Algo está fluyendo dentro de mí! ¡Ahhhhhhhn!”

¿Acabo de perder mi pureza? Después de perder el control por un momento debido a la oleada de maná y lujuria, el vínculo entre ella y Al fue finalmente cortado. Es extraño, mi estómago se siente caliente. Es… algo agradable.

Se encontró acariciando felizmente su estómago mientras terminaba el Aumento Celestial. Quería disfrutar del acogedor calor.

“¿Qué es esto? Es como si… fuera el hijo de Al──”. “¡Hagamos esto, Sharon!”

Fue llevada de vuelta a la realidad con una palmada en el hombro de Al. Mirándolo, Sharon se dio cuenta de que estaba echando humo de rabia.

“¿Por qué estás tan enfadado?”, preguntó en un tono preocupado.

“Lo hiciste bien”. Al le acarició la cabeza y le esponjó el pelo. A partir de esa simple acción, ella entendió lo que estaba pasando.

“Sí. Sí, tienes razón. ¡Es un poco repentino, pero le doy la espalda a Freiya! ”

Volvió su cara sonrojada, levantó su espada a regañadientes y se dirigió a las tropas de Freiya. Al, veloz como el viento, la pasó y saltó al enjambre de infantería pesada que se interponía en su camino.

“¡Aaaaargh!” Hizo girar su guadaña con un rugido primitivo y derribó a varios soldados con un solo golpe.

“¿¡Qué haces ahí parados!? ¡Ataquen! ¡Ese bastardo ya está medio muerto!

¡Magos, cúbranse!” Ranbolg se congeló en el lugar al ver el repentino resurgimiento de Al, pero Gatou se puso en su lugar.

“¡Rey Demonio! ¡Préstame tu fuerza!”

Llamas negras engullían los hechizos entrantes. Los soldados que se apresuraban a ayudar a Ranbolg eran fácilmente aniquilados.

“W-Wow…” Sharon se quedó atrás, viendo con asombro como Al destruyó por sí solo la defensa del enemigo. No sólo confió en el poder del Rey Demonio, sino que también utilizó sus propias técnicas para diezmar rápida y fácilmente a las tropas enemigas. Alguien le tocó el hombro mientras se perdía en la admiración.

“Oh mi, está bastante enojado. Me pregunto qué pasó”, dijo Cecilia mientras mantenía a raya a los soldados entrantes con su arma.

“Cecilia…”

Finalmente, golpeó a Sharon. Se dio cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor.

Yo… yo traicioné a Al. ¿Realmente se me permite ser salvado por él y volver a su lado como si nada hubiera pasado?

En el momento en que sus ojos se encontraron, Sharon desvió su mirada y miró el suelo delante de ella, mientras Cecilia sonreía.

“Oh mi, saltó a través de tantos aros para salvarte. Me sentiría mal por él si recibiera a cambio una cáscara vacía”.

En cualquier otra situación, Sharon se habría abalanzado sobre ella, pero esto era diferente.

“Pero…” Sharon no podía quitarse ese maldito pensamiento de la cabeza.

“Escucha, Sharon”, dijo Cecilia, dejando escapar un pequeño suspiro. “Al está ahora furioso. Más allá de lo imaginable. Está enojado por lo que te hicieron y está luchando para hacer lo correcto. Deberías pensar si es correcto reconocer los esfuerzos de mi querido hermano pequeño con una expresión tan solitaria.”

“Cecilia, yo…”

Agarró su reliquia transformada, Dáinsleif, y levantó la cabeza. En lugar de estar angustiada, llevaba una sonrisa de la que Cecilia estaría celosa.

“Ahora vete. Ve, y libérate de tus cadenas con tus propias manos.”

Cecilia la miró con la cálida sonrisa de una madre amable, a la que Sharon miró con ojos llorosos y una brillante sonrisa propia.

“Gracias. Me voy.” Corrió hacia los soldados de Freiya, dejando una nube de polvo detrás de ella.

“¡La ex diva de freiya, Sharon, se marcha! ¡Ven, vamos a bailar!”

La poderosa sonrisa de Sharon finalmente había regresado.

“¡Aaaaaaah!”

Ranbolg escuchó el grito salvaje de Sharon a lo lejos, pero no tuvo tiempo de preocuparse por eso. Los soldados que lo defendían estaban siendo noqueados a un ritmo alarmante.

“¡Magos! ¡Arqueros! ¡Desháganse de él!” Dio una orden de pánico.

“¡Rey Demonio, préstame tu poder!”

Inmediatamente después del grito de Al, las llamas negras estallaron detrás de Ranbolg, que se estaba retirando con Gatou mientras era custodiado por los Niños Perdidos. Los soldados estacionados alrededor del cuartel general también se apresuraron a ayudar, pero no fueron rival para el alboroto de Al y Sharon. Lenta pero seguramente, lo estaban alcanzando.

“¡Detengan a ese hombre! ¡Quien lo detenga se ahogará en riquezas!” gritó mientras huía a toda velocidad.

Ver a su general huir mató la motivación de los soldados, pero estaban listos para luchar por una gran recompensa. Impulsados por la avaricia, se movieron rápidamente, disparando incontables flechas y hechizos hacia Sharon y desplegando una barrera mágica alrededor de su posición.

“¡Aaaaahhh!”

Ella simplemente apartó las bolas de fuego y cortó la lluvia de flechas.

“Arrrrghh!”

Al cortó la gruesa barrera mágica con un golpe, y eliminó a los soldados detrás de ella con el siguiente.

“¿¡Crees que puedes detenerme con eso ahora!?” Al gritó, empapado en un sudor frío.

Controlar su fuerza cuando estaba potenciado con el Aumento Celestial no fue una tarea fácil. El maná de su cuerpo corría desenfrenado, como cuando había realizado el Aumento Celestial con Feena. Era como montar un caballo salvaje, pero esta vez, la presión era aún más fuerte. Sentía que el Rey Demonio se apoderaría de todo su ser si cedía a su ira. Intentaba desesperadamente controlarla, pero cada vez que Sharon entraba en su campo de visión, recordaba las terribles cicatrices de su espalda, que enviaban sus emociones a un frenesí.

“¡Todo es culpa tuya! ¿¡Por qué tuviste que hacerle eso a Sharon!?”

Hizo girar su guadaña, noqueando a los soldados uno tras otro, pero el número de Freiya era muy superior, y rápidamente se encontró rodeado.

“¿¡Quieres que te dé un adelanto del infierno!?”

Cualquiera se habría asustado si estuviera rodeado por un grupo de soldados, pero no Al. No ahora. Sus ojos no eran salvajes, como los de una bestia lista para la lucha de su vida, sino curiosos, como los de un niño listo para aplastar unas hormigas.

“H-Hey! ¿¡Dónde diablos están los refuerzos!? ¿¡Qué están haciendo esos tontos!?”

“¡Kyah!”

Después de ser forzado a retirarse, Ranbolg finalmente perdió la compostura y golpeó a uno de los Niños Perdidos cercanos. Ni siquiera miró a la niña cayendo al suelo, y prefirió que le cortaran la lengua antes que disculparse. Esto era algo completamente normal para él; esas chicas no eran más que esclavas de poca monta, después de todo, incapaces de quejarse siquiera. Pero él sentía que algo estaba mal. Incluso después de aliviar su ira, su humor no mejoró en lo más mínimo.

“¡Es por esa Diva! ¡Es todo culpa de Sharon!”

Para desviar sus pensamientos, pateó a la chica una y otra vez, pero su ira no se desvaneció. Miró frenéticamente a su alrededor en busca de la razón, y pronto la encontró. Estaba justo delante de sus ojos: el esclavo maltratado le miraba fijamente.

“¡I-Inmundo! ¡Cómo te atreves a mirarme así! ¡Ven aquí, te enseñaré a comportarte como el esclavo obediente y sin valor que eres!”

Su cara, su estómago, sus miembros. La ira de Ranbolg no dejó ninguna parte de su cuerpo, pero la mirada desdeñosa de la chica no cambió.

“Seguiremos… seguiremos a Sharon”, susurró Airi, la atormentada chica.

Después de presenciar la transformación de Sharon, ella también quería cambiar. Quería liberarse de sus cadenas, sonreír, enojarse, pelear y experimentar el amor como lo hizo Sharon. Quería experimentar la vida misma. Así que, por primera vez, desafió al mismísimo dios de su mundo. El simple hecho de mirar a Ranbolg llenó su corazón de un temor insuperable, pero ella siguió mirando para que eventualmente, ella cambiara.

La llama que despertó en su alma se extendió finalmente a los otros Niños Perdidos, y el número de ojos fijos en él alcanzó los cientos.

“¿Qué? ¿¡Por qué saltas sobre su espalda!?” Ranbolg gritó como un perro acorralado y miró hacia abajo a la caída de Airi. “¡Puta! ¿¡Todavía me miras así!?”

Ranbolg desenvainó su espada y apuntó al pecho de quien él creía que era el origen de esta rebelión.

“¡Muere!”

¡Thud! ¡Thud! ¡Thud thud!

Justo cuando Ranbolg estaba a punto de atacar, vio a sus soldados huir en el fondo. Para cuando recuperó su enfoque, estaba cara a cara con la Diva de pelo carmesí.

“Lo siento, pero no tendrás ningún refuerzo. ¡Estás a punto de aprender que los amigos que hice en Althos son mucho más hábiles e implacables que yo!”

Sharon guiñó un ojo mientras todo el infierno se desataba detrás de ella. En medio de los terremotos y gritos, Ranbolg podía ver a uno o dos soldados de freiya lanzados al aire. Feena, Kanon y Cecilia estaban causando estragos entre las tropas enemigas.

“¡Hah! ¿¡Así que crees que has ganado!? ¡Espero que no hayas olvidado que todavía tengo esto!” Envainó su espada y sacó el látigo que había atormentado a Sharon durante años, con una sonrisa trastornada en su cara. “¡Hahaha!

¿Recuerdas esto? ¿¡El dolor ardiente cuando tocó tu piel!? ¿¡La vez que apenas podías moverte por el suelo!? ¿¡Recuerdas!? ¡Nunca escaparás de este látigo!

¡Nunca superarás el terror que hay en lo profundo de tu alma! ¡Si quieres derrumbarte y disculparte, esta es tu oportunidad!”

La vista del látigo y las palabras de Ranbolg desencadenaron los vívidos recuerdos de Sharon de su pasado. Los días pasados siendo azotada por las razones más pequeñas y estúpidas, las noches de insomnio pasadas llorando de dolor. A medida que más y más imágenes de su pasado pasaban ante sus ojos, se paralizó completamente por el miedo. Pero justo ahí, a punto de derrumbarse, alguien le dio una palmadita en el hombro.

“Sharon, escucha esto: los hombres son estúpidos, y si se les deja en paz, se volverán engreídos. Al menos, eso es lo que leí en uno de los libros de Feena.”

Se giró para mirar a Al, que la miraba con una sonrisa amable.

“Hm. Supongo que tienes razón. Has sido muy engreído últimamente, después de todo.”

Como si sólo hubiera hecho una broma, miró a Al con una poderosa sonrisa y le quitó la mano del hombro.

“¡Oye, no me metas en el mismo grupo que ese tipo!”

Al estrechó la mano que acababa de ser retirada.

“No te preocupes, no lo haré. ¡Ahora, sólo quédate ahí y mira como siempre lo haces!” Dejando a Al con insultos como forma de gratitud, se volvió a Ranbolg.

“¡Raaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahh!” El rugido de Sharon sacudió la tierra. Toda la lucha se detuvo, y el mismo Ranbolg sintió que había entrado en la cueva de una bestia salvaje.

“¿Qu-qué estás…?”

Esa bestia se acercó lentamente al confundido Ranbolg, paso a paso.

“Sí. ¡Recuerdo lo que me hiciste!”

Sharon sonrió. Una sonrisa que, sin que el asustado Ranbolg lo supiera, desafió su pasado. Por primera vez en su vida, se fue al extranjero como asesina. Por primera vez en su vida, caminó libremente por las calles y experimentó toda la extensión de la cocina. Por primera vez en su vida, se reunió con diferentes Divas e hizo amigos con los que podía bromear. Y por primera vez en su vida, ella lo derribo…

El tiempo que pasó en Althos fue una experiencia tan emocionante y divertida que sacó su oscuro pasado del agua.

“¿¡Por qué!? ¿¡Por qué sonríes!? ¡Este látigo debería infundir miedo en tu corazón!” Ranbolg dijo con una voz temblorosa.

“¿Por qué? Veamos… Tal vez porque no sólo soy una Diva, sino la candidata a novia del Rey Demonio.”

“¡Basta de tonterías!”

¡Crack!

Ranbolg golpeó desesperadamente con su látigo, apuntando a la cara de Sharon con la esperanza de que una vez más le diera miedo en su alma.

“Huh. Esto me dolió mucho cuando era una niña pequeña. Tenía un miedo mortal a tu látigo.”

Pero su último pilar de esperanza fue destruido por una feroz pero hermosa sonrisa.

“¿¡P-Por qué no estás haciendo nada!? ¡Gatou, tú también! ¡Protégeme!”

Nadie respondió a los lamentables gritos del tirano. Todos los presentes estaban petrificados por la exhibición de poder crudo de Sharon.

“¡T-Tú, sucio esclavo!”

La atacó con su espada y con sus palabras.

“Ranbolg. ¡Voy a romper mis cadenas y ser libre!” dijo ella y trajo su espada rugiendo hacia él.

¡Clanggg!

La espada de Ranbolg voló alto en el aire mientras la empuñadura de Dáinsleif se clavaba en sus entrañas.

“¡Gahhh!”

Se desplomó en el suelo con un doloroso gemido, y Sharon lo miró con una poderosa sonrisa.

“En Althos, nunca matamos a nadie, no importa lo terrible que sea la persona. Hoy te perdonaré la vida”.

“¡Hah! ¡Absolutamente no! No voy a ser golpeado por un esclavo…”

Sharon ignoró las locas divagaciones de Ranbolg y se volvió hacia Al.

“Al. Ya no puedo volver a Freiya, así que… Por favor, cuida bien de mí”.

“Estamos felices de tenerte por el tiempo que quieras quedarte. No importa cuánto tiempo te lleve cumplir tu sueño, Althos siempre será tu hogar”, dijo Al con una sonrisa. Ahora, realmente se había acabado, de una vez por todas.

Al menos, eso es lo que todos esperaban.

“¡Bwahahaha! ¡Moriré! ¡Si pierdo esta batalla, me matarán!”

Todos miraron a Ranbolg y se dieron cuenta de que tenía un cristal verde pálido.

“¡Ah! ¡Ese cristal!” Sharon se había olvidado completamente de él.

“¡Ahahaha! ¡Mueran, tontos!” El cristal entró lentamente en su cuerpo. “¡Gyahahahaha! Soy… soy…”

Ranbolg se hinchó delante de sus ojos. La armadura, que ya no podía contener su cuerpo, fue violentamente disparada.

“¡Guhahaha! ¡Gwarghhhh!”

No hubo otros cambios prominentes en su apariencia, pero al igual que durante el incidente con Kanon, su cuerpo fue envuelto en una nube ominosa de maná.

“Haah, deberías aprender cuándo rendirte”, dijo Sharon mientras se preparaba para el inminente peligro.

“Gracias a Dios. Habría quedado como un matón si hubiera golpeado a ese príncipe llorón en la cara”, dijo Al en broma, pero la tensión era palpable en su voz. “¡Hagámoslo!”

“¿A-Al?”

Ignoró a Sharon y atacó a la monstruosidad con su fiel Mistilteinn.

“¡Bwaaaaarghh!” Ranbolg fue incapaz de producir un discurso humano. Tomó una espada que estaba a su alrededor y la balanceo a Al.

Kashan!

Mistilteinn cortó fácilmente su espada mágica.

“¿Grohh?” Ranbolg se estremeció por sorpresa, pero Al siguió adelante.

“¡Toma esto! ¡Y esto! Experimenta el tormento que infligiste a otros, ¡bastardo!”

“¡Graghh! Gwahhh!”

Al lo golpeó con la base de su guadaña desde todas las direcciones.

“¿Qué está pasando? ¿Cómo está ganando tan unilateralmente?”

Ranbolg, bajo la influencia del cristal, no era un debilucho en ningún sentido del término. Tenía una presencia poderosa en el campo de batalla que habría hecho que cualquiera se encogiera de miedo, pero estaba siendo golpeado como un saco de arena. Completamente perdido en cuanto a qué hacer, renunció a defenderse y sin entusiasmo balanceó sus pesados brazos hacia Al.

“¡Oye, no te rindas todavía! ¡Esto no es nada comparado con lo que Sharon tuvo que soportar! ¡Acabamos de empezar!”

Cegado por la rabia, Al mantuvo su hábil e implacable ataque. Metió el mango de su guadaña en el estómago de Ranbolg, causando que el monstruo se desplomara de dolor, y luego llevó el mango hasta su barbilla de un solo golpe, derribando a la gigantesca bestia. A pesar de la ira que bullía dentro de él, ejecutó estos movimientos magistralmente, con cuidado de no hacer que Ranbolg se desmayara por el dolor.

“¡Alto, Al! ¡Ya basta! ¡Te volverás igual que él!” La voz de Sharon lo hizo volver a la realidad.

“Estaba… ¿Disfrutando?”

Miró hacia abajo para ver a Ranbolg tirado en el suelo, de nuevo en su forma humana. Su rostro estaba completamente hinchado y su cuerpo, especialmente su espalda, estaba plagado de ronchas.

“¡Te pasaste de la raya, Al!” Sharon se acercó a él con una sonrisa amarga.

Al se dio cuenta de la verdad de sus palabras, ya que él mismo estaba sorprendido por lo que había hecho. Luchando por encontrar las palabras adecuadas, miró a Sharon y…

“¡D-De todas formas, hemos ganado!”

…levantó a Mistilteinn en el aire.