Regressor Instruction Manual

Capítulo 87: Quedémonos Juntos… Para Siempre (Parte 1)

Quince minutos después, cuando empecé a preguntarme si Ye-Ri iba a volver a tiempo, llegó corriendo con la respuesta de Ji-Hye en su mano. Mientras ella recuperaba el aliento, escuché la voz de Lee Sang-Hee.

“Nos iremos ahora”.

“De acuerdo”.

Naturalmente, hice un pequeño gesto con la cabeza. Me levanté de mi asiento y metí la carta en el bolsillo. Para cuando saliéramos de la mazmorra, el plan ya estaría en marcha. Ahora solo tenía que preocuparme por la gente atrapada.

Había un total de catorce personas. Seis del grupo de Kim Hyun-Sung, siete del grupo que dirigía Hwang Jung-Yeon, y la líder de la incursión,  Lee Sang-Hee. Nos faltaban los números, pero la formación era bastante buena. El hecho de que Lee Sang-Hee fuera una caballera con atributos superiores a noventa era importante. Aunque carecía de las cualidades de una líder ideal, era un miembro de combate extremadamente competente. De todas las vanguardias que había visto hasta el momento, ella era la mejor. Aunque su destreza era baja, su magia era de setenta y siete, y su capacidad para curarse a sí misma era algo que ningún otro vanguardista de Lindel podía hacer.

Lo mismo ocurre con Hwang Jung-Yeon.

Los atributos generales del segundo grupo eran bastante buenos. Estaban entre los setenta y ochenta, y su potencial tampoco estaba mal. Los miembros que poseían ese tipo de atributos eran lo suficientemente buenos para entrar en una mazmorra de rango épico.

“Como no tenemos tiempo, les voy a resumir la situación. Como he dicho antes, nuestro objetivo no es capturarla” habló Lee Sang-Hee. “Nuestro objetivo es comprobar si hay supervivientes y rescatarlos. Si confirmamos que no hay nadie vivo, nos iremos inmediatamente. Rescatarlos es importante, pero nuestra seguridad es la prioridad, así que por favor, no lo olviden”.

Todos asentimos a sus palabras en silencio, con semblantes serios.

“La mazmorra se llama ‘Santuario Maldito’ y es de rango épico. Los monstruos que aparecen a menudo son espíritus y no muertos y, aparte de eso, no se ha confirmado nada más. Buscaremos supervivientes de la forma más segura posible hasta que llegue la ayuda” explicó.

“¿Cuánto tiempo llevará?” preguntó alguien.

“La mazmorra se descubrió en un coto de caza de no muertos situado en la zona oeste de Lindel, a unos 60 kilómetros. Tardaremos cuatro días días, tres si el camino y el tiempo son propicios” respondió Lee Sang-Hee.

“Supongo que no tardaremos tanto”.

Esperamos a que los ayudantes cargaran todo a los carros, que nos esperaban en la amplia avenida, fuera del gremio. Parecía un poco excesivo para un grupo de catorce, pero había que tener en cuenta a los posibles heridos que habría dentro de la mazmorra.

Cuando todo estuvo listo, emprendimos la marcha. Recorrimos las ajetreadas calles de Lindel sin detenernos ni un segundo. Los rumores de la gran caravana de los Caria se extenderían como la pólvora, y pronto la gente uniría hilos con los grupos desaparecidos. Por supuesto, yo pensé en ello, y fue una de las cosas que le pedí a Ji-Hye, pero no era lo más importante.

Me recosté en el interior de mi carro, con los brazos bajo mi cabeza, y dejé que el tiempo pasara.

***

Tras quién sabe cuánto tiempo, desperté a causa de la falta de movimiento -por más raro que suene. Al parecer, habíamos parado para tomar un descanso. Me levanté y me propuse estirar las piernas, mientras dejaba que mis pensamientos divagaran.

A un lado del camino, un bosque frondoso de altos pinos, se extendía hasta donde alcanzaba la vista. En un par de días tendríamos que entrar en él para llegar a nuestro destino, según el mapa.

Repasé la información que teníamos sobre la mazmorra, y no pude evitar sorprenderme ante su escasez. Lo único que conocíamos con certeza era la ubicación y los tipos de monstruos que había en ella. Pensé que, si de verdad era de rango épico, la información debía de ser más, proporcional a los riesgos.

Tal vez hay una razón por la que no tuvieron más remedio que entrar.

La razón de su fracaso también podría deberse a que eran demasiado arrogantes y pensaban…

Con tanto poder, no va a pasar nada.

Tenía un poco de curiosidad, así que busqué a Jung-Yeon -en quien ya confiaba- para expresarle mis dudas. No tardé en encontrar su llamativo cabello verdoso, que casi se perdía entre el color de la vegetación. Estaba sentada en un tronco caído, con una libreta y un lápiz en su mano.

“¿Dibujas?”

Un poco sobresaltada, se volteó a verme, llevando su libreta contra su pecho.

“¡Oh, eres tú! Me diste un susto” soltó un suspiro y bajó de nuevo sus manos, dejándome ver las páginas. “Sí, es un pequeño pasatiempo que tengo. El paisaje se presta, ¿no lo crees?”

“Ciertamente es bello, a la vez que majestuoso” me incliné para ver mejor su dibujo. Era un ave que no supe reconocer, posada en una rama. Tenía un pecho muy llamativo, de un color oscuro. “Es muy bonito. Espero no haberlo espantado” y miré los árboles de los alrededores, buscándolo.

“No te preocupes, ya tiene rato que salió volando. Ya sabes que tengo una memoria excelente” me sonrió y cerró su cuaderno. “¿Me necesitabas para algo?”

“Sí, quería consultarte un tema: ¿por qué no hay suficiente información sobre la mazmorra?”

“Creo que es porque se precipitaron” respondió. Dio unas palmadas en el tronco, invitándome.

“¿Se te ocurre alguna razón?” le pregunté mientras me sentaba a lado suyo. Pude sentir la áspera corteza del árbol en mis manos.

Jung-Yeon se llevó la mano a la barbilla, y tras unos segundos de pensarlo, continuó:

“Probablemente no tuvieron tiempo suficiente para preparar la incursión. Como casi todo el poder del gremio entró, cometieron el error de pensar que no pasaría nada a pesar de ser una mazmorra de rango épico. Sabes que el maestro del gremio está maldito, ¿verdad?”

“No, nunca lo había oído” admití.

“Bueno, no lo hemos revelado al público. La gente de los alrededores lo sabía y por eso decían que era alto secreto. Estoy segura de que la señorita Lee Sang-Hee te lo iba a contar cuando llegara el momento” me explicó.

“Mmm…”

“Sucedió antes de que tu grupo se uniera. El maestro del gremio fue golpeado por una maldición desconocida y, para romperla, entró a la fuerza en el ‘Santuario Maldito’. En aquel momento, no nos pareció descabellado, ya que los miembros del gremio que salieron eran veteranos que cazaban monstruos grandes y especiales, con experiencia en mazmorras de rango épico”.

Yo habría pensado lo mismo…

Si el grupo estaba formado por cinco personas con atributos similares a los de Hwang Jung-Yeon, valdría la pena probar una mazmorra legendaria. No hubiera pensado que una de rango épico sería un problema.

“¿Estás diciendo que hay una pista en el Santuario sobre cómo romper la maldición?” le pregunté.

“Sinceramente, aún no se ha confirmado” soltó un suspiro y negó con la cabeza. “El maestro del gremio recibió la maldición durante el proceso de encontrarlo, así que, por supuesto, pensaron que la mazmorra tendría una forma de romperla, siendo la causante. Por supuesto que tiene sentido, mas no hay nada que lo afirme”.

“No tuvieron otra opción, ¿eh?”

Era como si la mazmorra atrajera a esos humanos. Primero los maldecía, y después los obligaba a entrar. Sonaba como si tuviera mente propia.

Empecé a sentirme algo ansioso; la forma en que sucedió era muy parecida a la de una película de terror. Normalmente, los jóvenes campistas que volvían para rescatar a sus amigos eran los que morían. Lo único que podía hacer era esperar que no nos ocurriera algo así.

“No pareces muy sorprendido, Ki-Young” señaló Jun-Yeon.

“La verdad es que no. Había supuesto que el maestro del gremio tenía algún tipo de problema. Tenía curiosidad, pero pensé que era un tema que no debía mencionar. También estaba ocupado intentando desarrollarme” respondí.

“Ya veo. Seguro que la señorita Lee Sang-Hee no quiere que te preocupes también por otras cosas” dijo asintiendo.

“La submaestra piensa mucho en los demás. Es admirable”.

Escuché unos pasos que venían hacia nosotros.

“Oh, Ha-Yan” Jung-Yeon se giró y la saludó.

“Espero no interrumpirlos. Verán, ya… estamos por partir” dijo.

“Bueno, será mejor que nos apuremos. No vaya ser que nos dejen atrás” me levanté y me despedí de Jung-Yeon. Ella esperó unos segundos antes de hacer lo mismo.

Después de saludar a Ha-Yan, empecé a caminar con ella. Tenía una expresión de tranquilidad, acompañada con una sonrisa. Como esta expedición empezó con un ambiente serio, me contuve de tomarla de la mano mientras caminábamos, y pareció que lo entendió porque no tiró de mi manga como solía hacer.

Ambos nos dirigimos a nuestro carro, y esperamos unos minutos a los demás para continuar el camino.

***

En la noche reinaba el silencio. El ambiente era muy distinto a cuando viajamos desde la mazmorra tutorial a Lindel. Cada quien comía por separado, y muy pocos se sentaban alrededor de la fogata. Era el cansancio del viaje y la seriedad de nuestra misión lo que nos tenía tan tensos.

Mañana, en nuestro tercer día, llegaríamos a la mazmorra, según Lee Sang-Hee. Me removí de un lado para otro, acostado en mi tienda, ansioso por lo que nos esperaba. ¿De verdad saldríamos con vida de ahí? Por supuesto que confiaba en el juicio de Hyun-Sung, pero no dudar era imposible. Ese ‘Santuario’ se había tragado a los mejores grupos del gremio. ¿Cómo pretendíamos rescatarlos, siendo tan pocos?

Es la moral en general la que me causa esta sensación. Todo saldrá bien… Me decía a mí mismo una y otra vez, pero no ayudaba ni un poco. Si todos los demás dudaban por lo mismo, siendo más fuertes que yo, ¿cómo podría tranquilizarme?

Hasta que un sonoro ronquido desvió mis pensamientos; era el grandulón de Deok-Gu. Intenté amortiguar el sonido con mi almohada, en vano. Tuve que compartir mi tienda con él para no tener que dormir con Ha-Yan, quien insistió mucho.

Ha-Yan… ¿cómo me debería de sentir en cuanto a ti?

La había influenciado de manera irremediable, y la convertí en una asesina. La imagen de Park Hye-Young arrastrándose por el suelo, con un brazo y una pierna faltante, seguía grabada a fuego en mi cerebro. Sus gritos de ayuda y sus ojos, inundados con desesperación, me visitaban cada noche.

Ya no podía hacer nada para arreglarla. Solo quedaba asegurarme de que no me hiciera daño.

Pero… ¿y si solo era amor? ¿Un amor tan intenso que hacía que matara por mí? Recordé lo poco que sabía de su pasado, y cómo me protegía en secreto con los hechizos de mi cama. Nunca antes había experimentado el amor, así que no podía opinar. Algunos decían que era un deseo inexplicable de proteger a alguien.

¿Y qué sentía yo? Miedo. Solo eso. Temor por morir. Sabía que no era lo correcto corresponder su amor de esta manera después de hacerla pasar por tanto, pero no podía evitarlo.

No, claro que sentía amor. Amor por mí mismo. Haría todo lo necesario para sobrevivir, incluso si tenía que tragarme mis sentimientos como cristales rotos y obligarlos a bajar por mi garganta, hiriéndome desde el interior.

Recordé a Deok-Gu, al lado mío, y cómo lo usaba como un escudo de carne. Recordé a Sun Hee-Young y cómo masacró a aquel grupo de criminales bajo mi influencia. Recordé a aquella mujer sin nombre que vi morir el primer día del tutorial. Recordé la sensación en mis manos cuando maté a Yoo Seok-Woo.

Cerré mis ojos con fuerza, dispuesto a dormir. Por la mañana, bloquearía de nuevo mi corazón, y continuaría mintiendo y manipulando a los demás. No había otra manera de proceder.

Dudar es perder. Perder mi vida.

***

El camino era tan irregular, que los carruajes no podían viajar por él. Tuvimos que dejarlos en la entrada al bosque, con unos cuantos asistentes cuidando de ellos. Lo pasé un poco mal, pues mi resistencia era pobre, pero la velocidad del grupo hacia el destino era muy rápida.

Ya que tenemos prisa.

No estaban siendo considerados con los que tenían poca condición física. Entendí sus pensamientos, así que para mantener el ritmo de la marcha, no tuve más remedio que beber la poción de resistencia que traía conmigo.

Dado que nos enfrentaríamos a No Muertos, los sacerdotes intentaban ahorrar su magia sagrada todo lo posible.

Tras caminar por horas en el bosque, con subidas y bajadas escarpadas, llegamos a lo alto de un acantilado. La vista era increíble: verde esmeralda hasta donde alcanzaba la vista, pinos y riachuelos. Me acerqué con cuidado al borde y miré hacia abajo; cincuenta metros de lo que claramente era una caída mortal me decían que tuviera cuidado. Con el sudor recorriendo mi frente, decidí retroceder. El cielo estaba despejado; tuvimos suerte de haber llegado a esta hora, cuando el sol ya se estaba poniendo, así no tendríamos que soportar su abrasador resplandor sobre nuestras nucas.

En el lado contrario al acantilado estaba nuestro destino, un pueblo enorme, compuesto por casas y edificios construidos con una piedra grisácea y techos de tejas. Pero destacaba una estructura en especial: una torre alta con arcos y que terminaba en una pequeña cúpula, de una piedra caliza tan blanca que lastimaba la vista. Por detrás, el sol, ocultándose, coronaba a la construcción. Era una imagen digna de estar en un cuadro.

¿Una iglesia, tal vez? Podría ser un campanario, también.

No se alcanzaba a distinguir muchos detalles por la distancia.

“¿Cómo es que pasó desapercibida durante tanto tiempo? ¡Miren lo enorme que es!” uno de nuestros compañeros exclamó.

“Es parte del misterio. Un día, simplemente apareció. Los grupos vinieron aquí para investigarlo, y ahora estamos aquí…” explicó Sang-Hee, con una mirada sombría. Su cabello dorado se pegaba a su frente a causa del sudor. “Caminaremos un poco más y montaremos campamento. Vamos a recargar energías y partiremos a primera hora de la mañana. Ya no podemos desperdiciar más tiempo”.

“Entendido, submaestra”.

Mañana sería un día muy largo.

***

A la mañana siguiente, continuamos con nuestra marcha. No tardamos mucho en llegar ante las puertas del pueblo. A unos pocos metros de ellas empezaba un camino de adoquines de color gris; era rarísimo ver cómo se encontraba con el césped. Al parecer, todo el pueblo estaba pavimentado. Cruzamos los restos derrumbados de una muralla y nos adentramos.

Los usuarios de magia sagrada no luchaban por ocultar sus expresiones de incomodidad. Aunque no tanto como los demás ya que tenía una clase diferente, incluso Sun Hee-Young parecía afectada por ello. Supuse que Kim Ye-Ri era más miedosa de lo que pensaba, porque se pegó a Kim Hyun-Sung. Mientras que el cobarde Park Deok-Gu se sintió intimidado por la atmósfera sombría. Entre los miembros de nuestro grupo, Jung Ha-Yan y Kim Hyun-Sung eran los únicos que parecían estar bien. Era comprensible para Kim Hyun-Sung puesto que ya conocía este lugar, pero no podía entender por qué Jung Ha-Yan sonreía tan alegremente.

[Has entrado en una mazmorra de rango Épico, Santuario Maldito. Participantes confirmados (14/???)]

Puertas y postigos rotos, casas derrumbadas, techos colapsados y un silencio sepulcral nos rodeaba. Parecía imposible, pero un hedor se podía percibir en el aire. Pude entender por qué tenía ‘Maldito’ en el nombre.

“Ese edificio blanco. Iremos directamente hasta él y lo usaremos como centro de operaciones. Parece ser el único intacto” nos comunicó Sang-Hee. Intenté concentrarme, pero seguía sin poder discernir los detalles de la torre. Su visión debía de ser excelente.

El ambiente empeoró mientras más avanzamos. Ni siquiera la cálida luz del alba podía aliviar por completo nuestro malestar.

Esto me da mala espina.

Un sudor frío recorrió mi espalda. Cuando oí el quejido de un No Muerto desde algún recoveco, me puse aún más ansioso. Para ser exacto, este lugar emitía un sentimiento de desesperanza, de que la vida no podía florecer en este lugar. Estas emociones empezaban a hacerse más fuertes.

¿Una maldición?

No estaba seguro, pero probablemente se debía a que el lugar en sí desprendía una sensación desagradable.

“No me gusta para nada este lugar…” el siempre alegre Deok-Gu habló con un tono decaído. “Es difícil de explicar”.

“Yo también puedo sentirlo, Deok-Gu. Estoy seguro de que empeorará cuanto más nos adentremos” le respondí.

“Ugh… No quiero lidiar con monstruos como los No Muertos” se quejó.

“No podemos hacer nada al respecto”.

Llegamos a una plaza en lo que parecía ser el centro del pueblo. Había una fuente llena de agua estancada, y alrededor lo que parecían ser tiendas destruidas. Este lugar debió estar lleno de vida alguna vez…

“Qué mierda…”

“Maldición”.

“Quiero salir de aquí…”

La gente empezó a quejarse. Me tapé la boca con mi mano y bajé la cabeza. A un lado de la fuente, había un alto poste de madera, con un cadáver sujeto. Su piel era oscura y descompuesta, un largo cabello gris ondeaba con el viento, y de donde debían estar sus ojos salían insectos. Sus ropajes estaban descoloridos, pero parecía ser un hábito de monje. En el cuello, llevaba diversos colgantes.

Siento que estoy siento maldecido solo por respirar. Qué horror.

“Herejía…” murmuró Sun Hee-Young.

“¿Qué?”

“Miren sus ropas. Debía de ser un santo, y aún así lo colgaron”.

“No nos quedemos más de lo necesario. Andando” ordenó Sang-Hee, y todos la siguieron con mucho gusto.

Adelante, el gran edificio blanco que habíamos visto a la distancia se encontraba más cerca. Parecía ser el único edificio en buen estado, justo como dijo Sang-Hee. Levanté la mirada hacia lo alto y, en efecto, pude ver una campana.

“Sacerdotes, por favor, reciten un hechizo de purificación” les pidió Sang-Hee.

Sung Hee-Young y otro hombre del grupo dos empezaron a murmurar. Una luz nos rodeó, y al instante sentí como las malas energías abandonaban mi cuerpo poco a poco.

Es efectivo.

Todos asintieron y continuamos hacia el campanario, con los escudos y espadas en alto.

Tras unos quince minutos de caminar entre ruinas, por fin llegamos. Desde aquí, la torre se veía diez veces más imponente. La piedra caliza estaba intacta; no tenía ningún adorno. Era un edificio bastante simple, sin pretensiones. Sang-Hee y Hyun-Sung se adelantaron hacia la pesada puerta de madera, que parecía ser bastante gruesa, y la empujaron con todas sus fuerzas. El suelo vibró un poco con su movimiento.

“Entremos” dijo Hyun-Sung.

“Vamos detrás de ti, hermano” contestó Deok-Gu.

Los seguí, teniendo especial cuidado con no ser el último. Pensé que pelearíamos nada más entrar, pero al igual que todo el pueblo, el interior estaba desolado y en silencio. Estaba teniendo una experiencia totalmente diferente a la de mi anterior mazmorra. No me esperaba que fuera así.

Yo me quedé inmóvil, nervioso, mientras que los demás se movían por todo el lugar. Los exploradores en especial eran los más ocupados.

“No están aquí. Los rastros que pudimos encontrar son muy viejos. Por lo demás, el lugar se ve seguro” dijo uno de ellos. Parecía tener razón. Seguía teniendo un dolor de cabeza constante, pero la incomodidad de antes ya no rodeaba mi ser.

“En general, pienso que… se fueron deprisa”.

“¿De verdad?”

“Sí. Por lo tanto, debemos ser aún más rápidos si queremos encontrarlos”.

“Sea, pues. Sacerdotes, hagan sus preparaciones para recitar hechizos en cualquier momento” ordenó Sang-Hee. “¿Cómo se encuentran todos?”

“Con energías para seguir todo el día, submaestra” respondió Hyun-Sung.

“Podemos continuar”.

“Estamos como nuevos”.

Todos dieron respuestas similares. El ambiente había mejorado un poco. Lee Sang-Hee sonrió, satisfecha.

“¡Muy bien, entonces! Empecemos con la búsqueda. Ahora que sabemos que este sitio es seguro, volveremos al final del día. ¡En marcha!”

Con ánimos renovados, todos exclamaron con entusiasmo. A diez minutos de haber entrado, ya estábamos de nuevo afuera. Cerraron las puertas, y empezamos a caminar en formación.

El grupo se movía más rápido de lo que esperaba, atentos a cualquier movimiento. No pude ver a ningún enemigo mientras avanzábamos a través de las calles desiertas; sin embargo, sabiendo que este lugar se había comido a tantos grupos, teníamos mucho cuidado. Era un lugar bastante amplio, por lo que tardaríamos mucho en registrar todos los edificios.

Parece que se encargaron sin muchos problemas.

No había que tener el ojo de un explorador para darse cuenta. De vez en cuando veíamos cadáveres de No Muertos, pero nada más, ningún rastro de batalla real. Podía darme cuenta de la facilidad con la que los otros grupos barrieron con el lugar.

“¿Qué creen que pasó, en realidad?” preguntó uno de mis compañeros.

“Imposible saberlo. Parece que no tuvieron problemas con los No Muertos”.

“Manténganse centrados” los interrumpió Hyun-Sung.

Seguimos registrando los edificios. Muebles rotos, polvo y telarañas, pero seguía sin haber rastro de los grupos. Hasta que de repente, escuchamos una voz etérea.

“Yo los maldigo” era un susurro, directamente al lado de nuestros oídos. Sonaba a una mujer. Su voz era áspera, y soltaba las palabras de manera lenta y arrastrada.

“Qué mierda…”

“¿¡Quién dijo eso!?”

“¡Cierren la formación!”

Los problemas iban a empezar.

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Bejemon: Ya extrañaba modificar los capítulos de esta manera.

Primero, agregué el pequeño trayecto. En el original, ni siquiera hay transición. Está hablando Sang-Hee en el gremio, cuando de repente ya se encuentran caminando, y ahí empieza la conversación con Jung-Yeon sobre la poca información que hay. ¿Descripciones? Ninguna.

Tampoco quiero que sea todo un capítulo sobre el trayecto para aburrirlos y retrasar el avance de la trama, pero quería que se sintieran las distancias.

Segundo, las reflexiones de Ki-Young. Son un agregado totalmente mío. Quería darle un poco más de profundidad al personaje, y que no sea solo un tipo maquiavélico al que le gusta manipular. No, lo hace porque cree que es necesario, porque piensa que no puede valerse por sí mismo en un mundo lleno de gente fuerte. Él sabe que no está haciendo lo correcto, pero no le importa, pues es necesario.

Además, (Spoiler alert), Jung Ha-Yan recibirá un golpe muy duro en los siguientes capítulos. Es una buena oportunidad para desarrollar la relación entre ambos, y para ello, necesitamos saber qué piensan uno del otro.

Y tercero. Al igual que en la mazmorra anterior, cambié todo el escenario. De nuevo, ¿descripciones? Ninguna. Simplemente narran cómo van caminando por algún lugar, que bajan por ahí y que van entrando a habitaciones. Así tal cual. No sabemos si están en una cueva, en un sótano, en un bosque, nada. Desde que leí este capítulo (porque voy adelantado a la traducción), se me ocurrió la idea de hacerlo en un pueblo dentro de un bosque. Al final, lo puse encima de un acantilado, al lado de dicho bosque. Al principio lo llamé “monasterio”, pues el lore del lugar está relacionado con dos divinidades, pero estos lugares no suelen ser tan grandes. Así que al final me decidí por un pueblo abandonado.

Como pudieron ver, tampoco me detengo tanto en las descripciones. Siendo algo tan grande como un pueblo, me parece mejor solo darles lo necesario para que se hagan una imágen en su cabeza (cosa que el original ni siquiera tiene).

En fin. He estado muy ocupado por la universidad, y he reducido el número de capítulos que traduzco a la semana, pero intento no dejar de escribir. Por suerte, como traducía un capítulo al día, tengo un buen márgen, aunque ya se va reduciendo.

Espero que les hayan gustado los cambios. Pueden ser mil veces mejor, pero con el poco tiempo que dispongo, esto es lo que puedo hacer.

Me he dado cuenta de que así son las novelas ligeras: directas, al grano y de capítulos cortos. Así que tampoco me lo pienso mucho.

Por favor, comenten qué les pareció. Y muchas gracias por los comentarios que he estado recibiendo. Me alegran mucho el día, y me motivan a seguir. Saludos a todos mis queridos lectores :).