Sasaki To Pii-chan (LN)

Volumen 1

Capítulo 1: Invitación A Otro Mundo

Parte 1

Con mi cuadragésimo cumpleaños a la vuelta de la esquina, mi corazón se sentía solitario.

Por eso fui a una tienda de mascotas.

Uno de mis compañeros de trabajo más ancianos adopto un gato, y acabo por contagiarme la alegría palpable en su rostro cada que sacaba cualquier excusa para presumir a su querido gatito. Ese gato estaba ahora en todos los fondos de pantalla de su ordenador y su teléfono. Súbitamente todos sus días parecieron tornarse dichosos.

Sin embargo, los gatos no eran precisamente una mascota para cualquiera.

Tener uno catapultaría los depósitos de alquiler de mi apartamento hasta la estratosfera, y requerían mucho espacio. Por si no fuera suficiente, me habían dicho que los gastos para mantener uno propiamente hogareño era de cientos de miles de yenes. Para bien o para mal, con mis fondos tan apretados, eso fue suficiente para que me lo pensara mejor.

«Ojalá tuviera dinero», pensé. ¡De ese modo podría adoptar toda una cuadrilla de gatitos! Y de hecho hasta un perro no estaría fuera de discusión. «¡Benditos sean los Golden Retriever, los mejores cachorros de todos…!».

Pero caía en la mismo, así que ni perros ni gatos por el bien de mi billetera.

Y eso me llevó al día de hoy. Ahora mismo, busco un pajarito.

Mi casa actual era un estudio con cocina separada, lo que limitaba el espacio que tenía para criar mascotas. Eso reducía mis opciones a un pájaro o un hámster. Por desgracia, los roedores tienen una vida desgarradoramente corta; había oído que la mayoría morían en dos o tres años.

Si tuviera que criar un hámster, estaría demasiado preocupado por intentar disfrutar de nuestro corto tiempo juntos, con el temor de que este año o el siguiente pudiera ser el último acechando siempre en el fondo de mi mente. Lo que quería era una mascota para curarme, no para añadir toda esa tensión a mi vida diaria.

Cuando lo pensé así, un pájaro fue la única opción. A ser posible, quería uno que fuera relativamente tranquilo, inteligente y capaz de soportar cierto grado de estrés.

…Pero al ver un cachorro de Golden Retriever en la tienda, mi corazón anhelaba un perro grande. Ansiaba criar un Golden Retriever en una espaciosa casa unifamiliar.

—Es tan lindo…

El cachorro dormitaba en su jaula. No pude evitar que mi mirada se detuviera en la adorable escena; casi me hizo detenerme en mi camino por la tienda. Mis ojos se fijaron en la etiqueta del precio, y me encontré comparando la cifra con el límite de mi tarjeta de crédito.

Pero, aunque el límite lo hubiera permitido, este era un deseo que no se cumpliría.

Al fin y al cabo, mi casa era una diminuta habitación de seis tatamis—de apenas 30 metros cuadrados. Y lo que es más importante, aún no tenía el dinero necesario para comprarlo.

Dejando pasar al dulce cachorro, continué hacia la sección aviar.

—Ahí están…

Ya había decidido la especie: un gorrión de Java1.

En cuanto a estos pájaros, según Internet, eran relativamente tranquilos, bastante inteligentes y vivían unos siete u ocho años. Además, eran pequeños—y se encariñaban fácilmente con las personas. Una vez que me enteré de eso, no podía imaginarme tener otro tipo de pájaro, así que llegué a la tienda de mascotas con un objetivo en mente.

—Oh no, son adorables…

Comprare alguno. No volvería con las manos vacías.

¿Pero cuál elegir? La tienda tenía más de los que había pensado.

—……

Esto era problemático. Después de todo, estaba a punto de elegir a mi compañero de vida para los próximos años. Teniendo en cuenta que la mayoría de los divorcios se producen en los primeros cinco años, básicamente estaba buscando una pareja para el matrimonio. Necesitaba adoptar una que tuviera valores tan compatibles con los míos como fuera posible. La apariencia era otro factor importante.

1 También llamados capuchinos arroceros de Java, es una especie de ave originaria de Java, Bali y Bawean en Indonesia.

Camine a través de la fila de jaulas, comprobando cuidadosamente cada uno de los gorriones. Después de unas cuantas vueltas—escuche la voz de uno.

—¡Escógeme, escógeme!

—……

Ese gorrión acababa de hablarme.

Aunque me sorprendió, había leído en Internet que unos pocos pájaros podían hablar. Tal vez este era uno de ellos.

—¡Escógeme, escógeme!

Parecía que quería ir a casa conmigo.

No es que crea que entiende lo que está diciendo. Estaba seguro de que era una frase que había aprendido de alguien. Además, eran las únicas palabras que repetía. Una conversación entre un cliente y un empleado de la tienda debió de provocar algo en este gorrión en particular.

¡Hablando de marketing sagaz!

—……

Y ciertamente había despertado mi interés. Es más, estaba empezando a sentir que el destino tenía algo que ver ahí.

«¡Bueno!»; mi decisión estaba tomada.

—¡Disculpe! Me gustaría este gorrión de Java…

El nuevo miembro de la familia sería este pájaro parlanchín.

***

Salí de la tienda de animales y volví a casa. Después de limpiar la jaula del pájaro, la coloqué en una caja de madera contrachapada de colores en un rincón de la habitación, y con eso la recepción de bienvenida estaba completa. A diferencia de lo que ocurre con los gatos o los perros, no tuve que preparar un corral o un lugar para que fuera al baño, lo cual fue agradable. Lo único que había preparado era comida para pájaros y un paño para colgar sobre la jaula.

—Eres tan lindo…

Mirar a la criatura en su interior me calentó el corazón. Los Golden Retriever son geniales y todo, pero también lo son los gorriones de Java. «Encantado de conocerte—y bienvenido al equipo».

—Oh, es verdad. Tengo que darte un nombre.

¿Pero qué tipo de nombre sería bueno? Quería ponerle uno bonito. Preferiblemente algo que explanara su aspecto de alguna manera—

—Mi nombre es Piercarlo Sabio de las Estrellas, y soy un habitante de otro mundo.

—……

Acababa de hablar.

El gorrión me había hablado. Y parecía que ya tenía un espléndido nombre propio—espera, no, no. ¡Esto no tenía sentido!

—¿Piercarlo?

—Efectivamente.

—……

Oh, genial. Acababa de comunicarme con un pájaro. Como en una plática casual. ¿No dijo el señor Yamada de la tienda de mascotas que este polluelo sólo tenía dos meses? Me había dicho que, si lo aclimataba al contacto humano, incluso podría aprender a sentarse en mi mano. ¡Me dirigí a casa jurándome que lograría que eso sucediera!

—Pii-chan.

—¿Pii-chan?

—Buen chico. Ahora ven aquí, Pii-chan.

—……

Por un momento, pareció que su mirada se volvió un poco más aterradora. ¿Estaba descontento por algo?

¡Pero era tan lindo!

Decidí hablar con él un poco más, sólo para asegurarme.

—Pii-chan, ¿qué te gustaría comer hoy?

—Se me antoja un filete de carne Kobe a la chateaubriand.

—¿Qué? ¿Cómo has–?

—El hombre llamado Yamada que trabajaba como empleado en la tienda afirmó que era lo mejor que había probado.

—…..

Eso todo. Esto definitivamente estamos conversando.

Además, ¡el ocioso del señor Yamada seguro que debe adorar los cortes finos de carne! ¿Los chateaubriand no costaban como diez mil yenes por cien gramos? Y las marcas famosas costaban el doble incluso, o el triple…

—¿…no quieres estas bolitas aquí? —pregunté, señalando la bolsa junto a la jaula.

Contenía los gránulos de la dieta nutricional integral que había comprado en la misma tienda donde lo adopte. El dependiente dijo que contenían todos los nutrientes que necesitaban los gorriones y que, mientras el pájaro los comiera, lo único que necesitaría sería agua. Era una dieta de por vida para un gorrión; algo así como un cuenco de carne de una cadena de restaurantes para los pobres asalariados.

—Su sabor no es de mi agrado.

—Oh…

Si no sabían bien, eso era todo. Si fuera yo, tampoco querría comer comida pésima.

Ah, pero espera. El tazón de carne de las cadenas de restaurantes era realmente bastante bueno. Si lo cubres con un montón de jengibre rojo encurtido y lo mezclas con un huevo crudo, ese sudor que te entraba al comerlo era lo mejor. Cada vez que me bajaba del último tren y me tomaba un poco en el local de tazones de carne del barrio, sentía que podía volver a dar lo mejor de mí al día siguiente. De vez en cuando, me daba un capricho y me tomaba un tazón de sopa de miso de cerdo.

—Lo siento. No creo que pueda darte un chateaubriand.

—¿Por qué?

—Es un tipo de carne muy cara y no tengo dinero para comprarla.

—¿…es así?

—Lamento que haya tenido que adoptarte un pobre oficinista.

—……

Por el momento, dejé de lado el hecho de que estaba hablando con un gorrión. Un impulso me recorrió para grabarle un vídeo y subirlo a YouTube, pero era más humano de lo que había previsto, así que dudé en hacer algo así. De momento, decidí hablar un poco más con él.

—Pero tengo costillas de cerdo. ¿Quieres un poco?

Están en el congelador.

—Si no tienes el dinero, sólo tienes que ganarlo.

—¿Eh?

«¿No le gustan las costillas de cerdo? Yo mismo creo que son bastante sabrosas, pero…»

—He pensado en muchas cosas desde que fui exiliado del otro mundo y recibí una nueva vida en esta forma: ¿Cómo volveré a mi antiguo mundo? ¿Qué tengo que hacer para lograr esa tarea? ¿Qué haría si volviera?

—…oh.

De repente, había iniciado un monólogo. Este gorrión tenía una historia de fondo—y uno más conflictivo de lo que había imaginado. Sentí curiosidad por el resto de la historia y me encontré asintiendo sin darme cuente.

—Y llegué a una conclusión —el modo en que su pico se abría y cerraba era tan bonito. Era como si le rogara a su mamá pájaro que lo alimentara—; sencillamente debería empezar a vivir como quiero.

—…ya veo.

A pesar del gran prefacio, su epifanía fue bastante promedio. Sin embargo, su punto de vista fue, en mi opinión, preciosa. No vale la pena perder el tiempo tratando de encajar con los demás. Todos morimos solos; pienso que era mejor hacer todo lo que quieres en la medida de tus posibilidades mientras estabas vivo. Como esclavo de la empresa, me llego hasta el alma.

De todos modos, ¿era esa la razón por la que había estado diciendo “Escógeme, escógeme”? Estaba empezando a parecerme positivamente adorable.

—Pero para ello, necesito la ayuda de alguien de este mundo.

—Entiendo.

—Me gustaría que me ayudaras. Si  lo haces, te aseguro que podrás hacerte de riquezas para tu disfrute.

—Sabes que haría cualquier cosa por mi lindo pajarito, pero–.

—Bien. Con eso cerramos el contrato —el gorrión me interrumpió abriendo el pico y empezó a graznar.

—¿Qué?

Y entonces, de repente, surgió un círculo mágico frente a mí, de los que se ven mucho en los animes y mangas. Flotaba en el aire, brillando con fuerza. «¡No recuerdo haber comprado un juguete que hiciera eso!», pensé. ¿Lo había creado Pii-chan?

—Pii-chan, ¿qué es esto?

—Te daré una parte de mis poderes —dijo el pájaro, y el círculo mágico emitió más luz.

Entonces, con un evasivo destello, mi visión se tornó blanca. Era increíblemente brillante; tanto que me encandilo. El estremecimiento llego un instante después de que cerrara mis ojos, y al hacerlo, sentí como si una sensación cálida se materializaba en mi pecho. Casi como si orbes ardientes se estuvieran diluyendo dentro de mi abdomen.

—Aguarda, yo, eh… espera…

—Cálmate. Sólo durará un momento.

—………..

Si nada más me había convencido, este pequeño acto lo había hecho. Él—Pii-chan, definitivamente no era un gorrión cualquiera. «A lo mejor debí haber ido con el pájaro de la jaula de al lado», pensé a mi pesar. «¿Y si este círculo mágico producía longitudes de onda electromagnéticas cortas? ¿Cómo una exposición a la radiación? Quizás deba que hacerme una revisión más exhaustiva en mi próximo chequeo».

El brillo sólo duró unos diez segundos. Poco a poco, el resplandor del interior de la jaula disminuyó. El círculo mágico que había aparecido delante de Pii-chantambién se desvaneció.

—Ahora estamos conectados por un sendero.

—¿Qué?

No tenía ni idea de a lo que se refería con sendero.

No me parecía que hubiera algo entre nosotros.

—¿Podrías abrir esta jaula para que salga?

—Oh, claro.

No entendía muy bien lo que estaba sucediendo— pero había llegado hasta aquí. Tenía un montón de cosas que quería decir sobre lo que fuera, pero ya estaba demasiado metido en la cuestión como para molestarme. También tenía un poco de miedo de irritar a Pii-chan. Ya que íbamos a vivir en la misma habitación, prefería que nos mantengamos en buenos términos.

Deslicé la puerta de la jaula para abrirla.

—¿…está bien?

—Si.

Pii-chan salió volando de la jaula y se posó en mi hombro. ¡Un gorrión en mi hombro! ¡Qué bonito! Ni siquiera tuvo que practicar para pararse en mi mano y se posicionó justo al lado de mi cabeza. Estaba extasiado— había hecho lo correcto al elegir a éste.

—Ahora puedo utilizar mi antiguo poder canalizándolo a través de tu cuerpo. Tu carne es bastante frágil, pero es mejor que la de este pequeño pájaro. Usar la magia no debería paralizarte, al menos.

—Um, si esto va a ser malo para mi salud, me gustaría negarme…

—Andando.

Un momento después, mi visión se tornó negra.