Senka Maihime (NL)

Volumen 2

Capitulo 3: Viaje Privado

Parte 3

Unos treinta minutos después, Al volvió de la limpieza para ver a Feena sentada con los brazos alrededor de las rodillas. Había considerado dejar ir a los soldados después de ayudarles a deshacerse de sus posesiones, pero corrían el riesgo de que volvieran con refuerzos, así que simplemente los ató a un árbol. Lo amenazaron con todo tipo de cosas, diciendo que nunca olvidarían y demás, pero Al tuvo la amabilidad de atarlos lo más alto posible para que los animales salvajes no pudieran alcanzarlos… probablemente.

“¿Te has calmado?”

Con su compostura finalmente recuperada, Al se acercó a Feena y sirvió un poco de té que había estado calentando sobre el fuego abierto.

“No es tan bueno como el de mi hermana, pero debería ayudarte a relajarte un poco.”

Feena tomó la taza y volvió a enfurruñarse.

“Sabes, creo que fui demasiado lejos. Por favor, perdóname.”

Hacer las paces era más importante que tener razón, pero Feena simplemente sacudió la cabeza.

“Haah… pensé que finalmente había aclarado los malentendidos, pero…”

Al dejó escapar un profundo suspiro.

“No es eso…”

“¿Eh? ¿Qué no es eso?”

Al pensó que podría haber escuchado mal el pequeño susurro de Feena.

“Es… Y-YO… Lo hice de nuevo…”

“¿Qué, cuando te quebraste? Me sorprendió, pero en el buen sentido. Nunca te he visto de esa manera antes.”

Intentó mantener la conversación, pero no ayudó en nada con la melancolía de Feena.

“No puedo recordar nada de mi infancia.”

Se recostó boca abajo, se enfrentó a Al y empezó a hablar de su pasado. Al simplemente la escuchó en silencio.

“Supuestamente, fui una Diva genial desde que nací. Podía usar la magia antes de poder caminar. Era una chica vivaz y brillante, amada y adorada por todos”.

¡Normalmente no dices eso de ti mismo! ¿Y qué pasa con ese “supuestamente”?

Al inclinó la cabeza mientras escuchaba.

“Pero un día, cuando tenía seis años, mi poder se descontrolo durante un experimento. Perdí todos mis recuerdos hasta ese momento”.

Poco a poco, se fue abriendo en silencio sobre su infancia.

“Después de eso, me convertí en una silenciosa, estoica y adorable niña.”

Al encontró la parte “adorable” innecesaria, pero hubiera sido grosero mencionarla, así que se la guardó para sí mismo.

“Todo el mundo se compadeció de mí. Esta pobre niña perdió sus emociones en un accidente. “Ahora es como una muñeca”, dijeron. Pero no importa cuántas veces lea mi diario, no puedo recordar mis recuerdos y mi vida hasta ese momento.”

Se frotó los ojos, haciendo lo mejor para contener las lágrimas.

“Leí muchos libros sobre el amor y la vida matrimonial antes de venir a Althos. No quería volver a fracasar. No quería volver a ser una muñeca”.

Ya veo, por eso… Espera, ¿qué clase de libros estaba leyendo?

Al finalmente entendió por qué siempre parecía tan rígida.

“Pensaba que lo estaba haciendo bien, pero…”

Él sabía que aunque ella no lo dijera, la palabra “muñeca” le provocaba un trauma. Se quedó pensando en cómo responder, pero algo flotaba en su mente.

“Espera, ¿no te llamó Sharon una vez asi?”

Al preguntó con curiosidad.

“¡Es una gorila roja rabiosa y feroz! Los animales no pueden controlar lo que dicen.”

“¿No es eso un poco grosero?”

Al estaba un poco sorprendido. Feena no se levantó, pero la atmósfera pesada se había ido.

“Y ella es mi… amiga, así que……. la dejaré salirse con la suya.”

Ella dijo en el más pequeño de los susurros. No pudo ver su expresión, pero sus orejas estaban de un rojo brillante, y no por el fuego que ardía cerca.

“Al… ¿Me permitirías seguir a tu lado?”

Preguntó Feena con voz temblorosa. Estaba siendo mucho más tímida que de costumbre, pero Al sabía que sólo había una respuesta.

“Por supuesto que sí. Si te aseguras de recordar lo que dije, puedes quedarte todo el tiempo que quieras”.

Se estremeció por un segundo antes de dar un gran suspiro de alivio y relajación. Simplemente imaginando su expresión puso una sonrisa en su cara.

“Podría haber dicho algo así antes, pero.. ”

Al se frotó la nariz antes de continuar.

“Puedes crear nuevos recuerdos en Althos, así que… Ya sabes, Sharon planea

hacer lo mismo, así que… Independientemente de cómo resulte esto de la boda,

eres más que bienvenida allí.”

Nunca se atrevería a ahuyentar a una chica solitaria e indefensa sin un lugar a donde ir, aunque tuviera que trabajar en su modo de expresarse.

“Mhm… Mhm.. ”

Como si hubiera encontrado consuelo en las palabras de Al, Feena asintió con vehemencia. Con las cosas entre ellos resueltas, el lado descarado de Al se hizo cargo.

“De todos modos, ¿no crees que eres demasiado dura con Sharon? Es tu amiga, considerándolo todo”.

Se aseguró de enfatizar la palabra “amiga”. Feena se estremeció un poco al oír eso.

“¡Tú… idiota!”

Gritó sin levantar la cabeza.

Los rayos del sol de la mañana brillaban en el bosque. Al y Feena habían planeado partir antes del amanecer, pero se habían quedado dormidos tras los acontecimientos de la noche anterior. Ambos estaban extremadamente exhaustos a pesar de haber pasado la noche bajo la protección del campo de defensa de Feena, así que hacer cualquier cosa vaporosa ni siquiera se les pasó por la cabeza.

“¡Eh, date prisa! ¡Quiero llegar a Mistwood antes del almuerzo!”

“Ehehe… ¡Me acosté con Al!”

Pero incluso con tanta prisa, Feena llamó a Al en lo que parecía su habitual tono alegre. Al estaba encantado de que ella se animara, pero estaría aún más encantado si finalmente pudieran aumentar su ritmo. Dejó escapar un suspiro de cansancio, pero por alguna razón, se sintió un poco juguetón. Se fue a toda velocidad en su caballo sin esperar a Feena.

“Ah, ¿es éste el juego en el que pretendes huir, pero luego te alcanzo y te abrazo por detrás como ‘Hehe, te atrapé~’?”

Feena se sintió aún más juguetona…

“¡Muy bien, a toda velocidad hacia Eshantel!”

Pero Al decidió ignorarla por completo. Con una pequeña patada en el estómago, el caballo de Al aceleró aún más.

“¡Ah! ¡Perdón! ¡E-Espera, no puedo…! ¡No puedo cabalgar tan rápido!”

Diciéndolo, Feena también hizo que su caballo galopara. Su actual viaje se sintió mucho más agradable que el anterior.

“Muy bien, tomemos un pequeño descanso aquí. Cruzaremos el río después de eso.”

Después de un tiempo, Al se detuvo, encontrando algo de diversión al ver a Feena tratando desesperadamente de alcanzarlo. Se bajó del caballo y se preparó para un pequeño descanso.

“¡Malvado!”

Feena se quejó mientras soltaba la brida. Ambos caballos resoplaron al acercarse al río cercano. El otro lado escondía a Eshantel y el campamento del Imperio. Para llegar a Eshantel sin entrar en su campamento, tenían que pasar por el infame Mistwood. Los cuentos de gente que entraba en el bosque y desaparecía en la espesa y densa niebla no eran infrecuentes. Estaba increíblemente cerca, pero la parte en la que estaban no se vio afectada en absoluto. El pequeño y lindo río y el sonido de los pájaros cantando lo hacían un lugar bastante agradable.

“Un clima tan agradable. Es un poco temprano, pero ¿qué tal una siesta rápida?”

Preguntó mientras ponía sus pies en el agua refrescante.

“¡Sí! ¡Este es el momento perfecto para mostrar mis habilidades especiales como esposa!”

Susurró mientras miraba a la distancia, pero Al no le prestó atención. Ponerse al día en el sueño era más importante que cualquier cosa que Feena estuviera planeando. Dejó su guadaña a su lado mientras estaba en el suelo. En el último momento de su fugaz visión vio a Feena acercarse lentamente a él.

“¿Hm? ¿Qué es? Descansa un poco mientras puedas”.

Caminó junto a él y se sentó con gracia.

“¡Tu ropa se ensuciará si te sientas ahí!”

Tal vez por su hipocresía, Feena decidió ignorar completamente lo que había dicho. Se sentó a su lado sobre sus piernas, dejando su regazo completamente abierto mientras se limpiaba el polvo que había caído sobre él.

Y luego…

“¡Aquí, Al!”

Dijo con entusiasmo, aunque con un poco de nerviosismo.

“¿Hm? ¿Aquí qué?”

Estaba dando palmaditas en su regazo como si invitara a un gatito a saltar sobre ella.

¿Es esto algún tipo de ritual extraño?

Feena se hartó de que Al no se diera cuenta de las indirectas no tan sutiles, y…

“¡Al, estamos haciendo uno de los movimientos característicos de las parejas!

¡Te estoy ofreciendo una almohada para el regazo!”

Hace mucho, mucho tiempo, Al leyó sobre eso en un libro. En ese entonces, se reía de las parejas que hacían algo tan tonto como eso.

“¿Eh…? No, está bien.”

Y parecía que no había cambiado mucho. Lo encontró vergonzoso, y francamente, un dolor, así que

…Decidió no participar en el ritual de Feena.

“Uhhh… ¡Ahí!”

“¡Aghh!”

Feena recurrió a una solución mucho más contundente mientras agarraba la cabeza de Al en sus brazos y lo llevaba en su regazo.

“¡Ay, ay, ay! ¿¡Qu… qué──!?”

Él la miró, desesperado por la salvación mientras su espalda se rosaba contra el suelo y su cuello hacía un chasquido alarmantemente fuerte.

“Hehe… Increíble, ¿verdad?”

Pero no pudo decir nada después de ver esa maravillosa sonrisa.

“Bueno, ¿no eres audaz hoy?”

Bueno, tal vez no sólo hoy, pero…

La mirada encantadora de Feena era demasiado para él, así que desvió su mirada.

“¡Claro! Ayer dijiste: “Por favor, no vayas a ninguna parte”. ¡Tu lugar está aquí, justo a mi lado! ¡Es natural que me dedique a ti! ¡Soy tu esposa, después de todo!”

“¡Qué raro, no recuerdo haber dicho nada de eso!”

Le hubiera gustado objetar, pero se encontró perdido en el suave viento que acariciaba sus mejillas, el tranquilo y relajante murmullo del pequeño río, y sus firmes pero suaves almohadas, junto con su encantadora fragancia.

Ya veo… Así que esta es la sabiduría que nuestros predecesores han acumulado a lo largo de sus vidas.

Finalmente había aceptado completamente la historia de su especie, pero desafortunadamente, esa experiencia tranquilizadora duró poco, ya que recordó los eventos de ayer.

“Espera, ¿qué pasa con lo de Cecilia──?”

Al trató de levantarse, pero Feena lo empujó hacia abajo.

“¿Hm? Ya lo he disipado.”

“Ah, Bueno… Espera, ¿¡qué significa eso!?”

Feena quitó las manos de la cabeza del sorprendido Al.

“Me di cuenta de que no tenía sentido embotellar mis sentimientos y deseos, así que lo disipé anoche.”

“Ya veo… ¿Felicidades?”

Al se relajó de nuevo…

“Gracias. Ahora podemos…”

…y entraron en el clímax de la herencia de la humanidad.

“Al…”

“¿Hm?”

Feena se acercó a él.

Incluso así, es tan blando.

Pero no tuvo tiempo de apreciar esta experiencia. Su mente se alejó, mientras Feena ya estaba a centímetros de su cara con los ojos cerrados.

“Umm, ¿Feena? No tenemos que apresurarnos con eso del Aumento Celestial, ya sabes…”

Trató de salir de la situación, pero en el fondo sabía que era inútil. Su objetivo no era la Oleada Celestial. Su cabeza no estaba sujeta y no estaba siendo amenazado con una espada, pero tal vez sus instintos o el poder del Rey Demonio le impedían escapar. Mientras yacía allí, completamente indefenso, los labios de Feena se acercaron aún más. Pero justo entonces…

*grrrrrrrr.*

Un misterioso sonido que entraba en sus oidos los interrumpió. Por un segundo, el completamente aturdido Al miró a los ojos abiertos de Feena, y luego…

“¡Hyaaaaaah!”

Prácticamente podía ver llamas saliendo de las mejillas de Feena cuando se levantó y salió corriendo, dejando la cabeza de Al atrás.

“¡Aghh!”

Sin su cómoda almohada, su cabeza tuvo un desafortunado encuentro con el suelo duro.

Recibió un poco de daño, pero…

“Umm, no tengo nada de hambre, es sólo… Estaba tan feliz de que volvieras a ser el mismo de siempre, que olvidé comer mi desayuno…”

Explicó mientras se ponía tan roja como el carbón caliente.

“Siempre me persigues medio desnuda, pero te avergüenzas de que tu estómago gruña. ¿¡Cómo puede tener eso sentido!?”

Al no pudo comprender su proceso de pensamiento, y aunque la situación parecía bastante mala, en realidad era todo lo contrario. Si no hubieran sido interrumpidos, podría haber tenido que empezar a planear cómo criar a un pequeño Al.

“Yo también tengo algo de hambre. Es un poco temprano, pero vamos a almorzar.”

Era divertido burlarse de ella, pero después de un tiempo se puso tenebroso, así que Al decidió dejar de hacerlo.

“¡Te encontré!”

De repente, una voz familiar retumbó por el bosque.

“¡¿Eh!? ¿Kanon?”

Feena gritó sorprendida. El familiar sonido de la pesada armadura que era él.

“¡Rey Demonio, aléjate de Feena!”

Levantó polvo y usó su cubierta para atacar a Al.

“¡Mierda!”

“Ugh… Aquí vamos de nuevo.”

Feena dijo como si estuviera cansada de las payasadas de Kanon, y se volvió hacia él.

“Bola de fuego”.

Lanzaba su hechizo sin avisar.

“Oye, ¿estás segura de eso?”

Al no pudo ocultar su sorpresa.

“Está bien. Mira.”

Feena dijo con confianza, sus ojos siguiendo la bola de fuego que lanzó en Kanon. Su hechizo se dirigió hacia el Inquisidor, y…

*¡ping!*