Regressor Instruction Manual

Capítulo 76: Tercera Clase (Parte 2)

Que el regresado confiara en mí era, por supuesto, algo bueno, mas no me gustaba este tipo de confianza. En mi empeño por no decepcionarlo, había destacado tanto que ahora me sobrevaloraba. Por supuesto, si me preguntaran por qué estaba haciendo tanto alboroto por algo tan simple como cambiar de clase y aumentar nuestros atributos, realmente no tendría una respuesta. Aun así, no estaba acostumbrado a este tipo de trato.

No confíes tanto en mí, cabrón.

Aunque había estado dando la sensación de que podía hacerlo bien por mi cuenta, no me gustaba la situación actual. Sin embargo, entendí completamente por qué Kim Hyun-Sung tomó este tipo de decisión.

Hay muchas posibilidades de que esta incursión fracase.

También estaba empezando a ver la verdad con la que Hyun-Sung había argumentado.

“Yo tampoco voy a ir. No quiero ir. Nunca iré” Ha-Yan estaba haciendo un escándalo.

Cuanto más se acercaba la fecha de la incursión, más excusas daba para no ir y más estupefacto me quedaba. El primer día que Kim Hyun-Sung mencionó la misión, había empezado a entrenar para alcanzar sus objetivos laborales y de estatus. Mientras los miembros se preparaban para la expedición, ella pensó que no tendría que ir si alcanzaba sus objetivos. Desafortunadamente, incluso si alcanzaba su objetivo, ya estaba decidido que iba a unirse. Pero aún así iba a utilizar sus objetivos como excusa para no ir.

Era obvio.

Era imposible conseguir logros notables en poco tiempo, aunque se tuviera un talento legendario.

Al final, Jung Ha-Yan mostró signos de ansiedad; se parecía mucho a la fase en la que un enfermo terminal acepta su muerte.

Las etapas eran negación, ira, compromiso, depresión y aceptación. No tardó mucho en llegar a la primera etapa al empezar a negar el hecho de que teníamos que estar separados durante un mes, o creía que era una broma y que en realidad no iba a ser tanto tiempo. Parecía como si nunca nos hubiera imaginado separados. Jung Ha-Yan miraba al trabajador Park Deok-Gu y a Sun Hee-Young desde lejos como si estuviera mirando a otra persona, y actuaba como si la reunión de antes nunca hubiera ocurrido. Pero a medida que pasaba el tiempo y se acercaba el día, empezó a enfrentarse a la realidad.

La etapa que vino después fue la ira.

Ha-Yan empezó a molestar a Hyun-Sung por haber sido tan repentino con la incursión. Supongo que podría considerarse afortunado; ella no parecía tener ninguna intención asesina hacia él. Debía de considerarlo como un camarada con el que experimentó la vida y la muerte. Aun así, empezó a gritar sola en su habitación más a menudo y mostraba su lado temperamental con más frecuencia. Incluso se enfadaba con la más débil del grupo, Kim Ye-Ri.

Ha-Yan intentaba encontrar una razón para escapar de esta incursión. Parecía haber llegado a la conclusión de que les habían puesto esta tarea porque la niña del arco era deficiente, pero no se enfadó ni le gritó directamente a Ye-Ri; al menos en ese aspecto guardaba algo de control. En lugar de descargar su ira contra ella, miraba en una dirección determinada, la llamaba estúpida y la maldecía por lo bajo. Según Deok-Gu, se acercaba a él y hablaba de Kim Ye-Ri a sus espaldas; esas acciones no encajaban con ella en absoluto.

Después empezó a hablar mucho, dando paso a una nueva etapa.

¿Compromiso?

Como si estuviera poseída por mí, empezó a ofrecer una serie de condiciones.

“Puedo trabajar muy duro. Puedo aumentar mis atributos sin tener que ir a la incursión y puedo trabajar más duro. Así que por favor. Por favor” me rogaba.

“Entonces, ¿qué tal si vamos solo una semana? Creo que será más efectivo”.

“Creo que será mejor si Ki-Young va también y tú solo miras, Hyun-Sung” sugería.

Estas eran algunas de las frases que usaba para negociar. Como el objetivo y los valores de los atributos eran muy específicos, llegó al punto en que empezó a pensar que sería más eficaz si se quedaba aquí. Cuando mostró un análisis estadístico comparando los cambios en sus atributos si se quedaba aquí o si se iba de caza, me quedé sin palabras. Incluso me di cuenta de que ofrecía diferentes condiciones a Kim Hyun-Sung, Park Deok-Gu y Sun Hee-Young.

Jung Ha-Yan los animó extrañamente a que protestaran oficialmente, y este tipo de ánimo fue lo que ayudó a Park Deok-Gu a tomar su decisión. Supuse que él estaba en la fase de compromiso porque, seguido, venía a verme. Reflexionaba sobre sí mismo mientras miraba a Jung Ha-Yan.

La etapa más difícil era la siguiente: la depresión.

Ha-Yan adelgazó notablemente, y hubo muchas noches en las que lloró hasta quedarse dormida. Debió darse cuenta del estado en el que estaba su cuerpo, ya que decía constantemente que no podía unirse a la caza, que no se sentía bien, o que no tenía ánimos. Se quedaba mirando al cielo y murmuraba para ella misma muy a menudo.

“Realmente no quiero. Realmente no…”

Yo también la pasaba muy mal, puesto que debía consolarla más a menudo. Por supuesto, le prometía una recompensa o le daba mimos, pero el hecho de que tuviera que estar lejos de mí durante un mes era tan impactante para ella, que esos momentos felices se iban por el desagüe. Disfrutaba cuando la consolaba; sin embargo, su depresión debió de dominarme. A Ha-Yan le daba más miedo cuando el tiempo que pasábamos juntos era cada vez más dulce. La cuarta etapa terminó con ella llorando en medio de nuestro cariño.

La última etapa fue el mayor problema -Jung Ha-Yan no lo aceptaba. Como la vi pasar por las cuatro etapas, pensé que acabaría haciéndolo, pero no fue así. Lloró hasta el último día e hizo berrinches. La única opción era obligarla, así que lo hicimos. Era una decisión que había tomado el grupo y también la mía, así que no tuvo más remedio que seguirla.

Durante un mes había pasado por todas esas etapas. No quería ni imaginar cómo le afectaría estar separada durante un año o no volver a vernos nunca más.

Ha-Yan no estaba acostumbrada a estar sola. Tras ser abandonada por sus hermanas y sus padres, tuvo que pasar mucho tiempo por su cuenta, y estaba seguro de que esas experiencias contribuyeron en gran medida a su personalidad actual.

De todos modos, aparte de mostrar ese lado suyo tan particular, el tiempo seguía pasando y el día de la expedición estaba cada vez más cerca. Sinceramente, sabía que los preparativos no iban bien. Ha-Yan parecía que estaba teniendo problemas para mantener su salud mental y, aunque no entendía la razón, Park Deok-Gu tampoco la estaba pasando bien. Sun Hee-Young parecía estar pensando tranquilamente en lo que iba a pasar después, pero estaba un poco estresada por no haber hecho ninguna obra de caridad últimamente. En cuanto a Kim Ye-Ri, sinceramente no tenía ni idea de lo que estaba pensando.

La verdad es que era muy difícil ver a los miembros del grupo prepararse para una misión sin mí. Esta vez, no por temor a ser abandonado.

¿Siempre han sido tan desordenados?

Ese era el pensamiento que tuve; Park Deok-Gu y Jung Ha-Yan estaban actuando de forma extraña, mientras que Sun Hee-Young no estaba acostumbrada a las expediciones. De alguna manera esperaba que los preparativos fueran deficientes, ya que también había una adolescente en el grupo, pero nunca imaginé que sería tan malo. Como Kim Hyun-Sung dijo antes, tan pronto como quitara mis manos del proceso, el resto del grupo no tendría ni idea de qué hacer. Como tal, yo estaba naturalmente preocupado.

“¿De verdad te vas a ir así?” pregunté.

“Sí, no involucrarse es lo correcto. Los miembros de nuestro grupo están demasiado acostumbrados a recibir órdenes, y estoy seguro de que tú piensas lo mismo, Ki-Young” respondió Hyun-Sung.

“Sí, lo admito…”

“Se darán cuenta durante la incursión” prosiguió. “Si tú y yo vamos con ellos, estoy seguro de que no habrá ningún accidente, pero piensa en lo que pasará si no estamos allí” dijo con preocupación.

La situación actual se repetiría.

Entendí lo que Kim Hyun-Sung estaba diciendo. La caza no era simplemente el único factor, y debía pensar que el sistema de mando dentro del grupo también era un problema. Aunque Kim Hyun-Sung era el líder y yo el alternativo, no había nadie más después de nosotros. Si Sun Hee-Young, Jung Ha-Yan o Park Deok-Gu se hicieran cargo y llevaran la dirección de la incursión, el proceso de preparación sería más fácil, pero nadie hacía preguntas ni encontraba respuestas.

Lo más probable es que pensaran ‘probablemente pueda hacerlo’ o ‘con esto es suficiente’. No sería exagerado decir que este entrenamiento era también un proceso para que encontráramos una alternativa a nosotros dentro de nuestro grupo.

¿Funcionará?

Sinceramente, me sentía un poco escéptico cuando vi a los miembros de nuestro grupo. Iban a realizar una incursión de un mes de duración, no obstante, los suministros que habían preparado no eran suficientes, y parecía que tampoco habían preparado el equipo y las herramientas que necesitaban personalmente. Parecía como si fueran niños preparándose para un viaje: lo único que Kim Ye-Ri preparó fue un arco y unas flechas, y Jung Ha-Yan estaba centrada en tomar objetos que le recordaran a mí.

Esto era pésimo, terrible, espantoso…

Si los gremios y grupos que invirtieron en nosotros nos vieran ahora mismo, definitivamente se pondrían las pilas intentando recuperar sus inversiones.

“Aún así, al menos deberían preparar las necesidades básicas” le dije, preocupado.

“Tienen lo más básico. A mí también me preocupa, pero es lo correcto. Se darán cuenta de la diferencia cuando lo experimenten de primera mano” me contestó, decidido a no ayudarlos ni un poco.

“Ya veo” me resigné a intentar convencerlo.

“Ven, vamos con ellos”.

Salimos al encuentro de los demás miembros del grupo. Aunque llevaban mochilas bastante grandes, sabía que contenían objetos inútiles. Park Deok-Gu se veía convencido de que los preparativos eran perfectos… No pude evitar suspirar. No estaba seguro de si conocían mi frustración, pero cada uno de ellos empezó a hacer comentarios.

“No te preocupes tanto, hermano. Estoy seguro de que no tardaremos todo un mes” me aseguró Park Deok-Gu.

Iba a tardar más de un mes.

“Se lo dejo a usted mientras yo no esté aquí, Ki-Young. Me molesta el hecho de que no he podido hacer ningún trabajo voluntario…” dijo Sun Hee-Young.

En esta incursión, ustedes son los que necesitarán ayuda.

“Ki-Young… Ki-Young…” sollozaba Ha-Yan.

Incluso después de que ella me abrazara mientras lloraba, no sentí el corazón roto en absoluto.

“P-Por favor, cuídate. Y…”

“Sí, no te preocupes, Ha-Yan”.

Yo era el que estaba preocupado.

Ella temía que yo pudiera conocer a alguien más mientras ella no estaba, pero supongo que el dolor de estar separados la impactaba más.

Cuando Kim Hyun-Sung dijo que era hora de irse, empujé ligeramente a Jung Ha-Yan. Parecía que no iba a soltarme en absoluto: estaba usando toda su fuerza para aferrarse a mí. Por supuesto, al final me soltó, pero era difícil mirar su cara cubierta de lágrimas y mocos.

“Nos vamos”.

“No te preocupes” repitió Park Deok-Gu.

El camino al sufrimiento.

En esta incursión, el grupo no iba a ser liderado por Kim Hyun-Sung. Este viaje iba a ser más doloroso que cualquier camino que haya recorrido un monje.

No ir con ellos podría ser algo bueno.

Hablaba medio en serio.

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Bejemon: Hablar mal sobre Ha-Yan y su ansiedad: El Capítulo.