Regressor Instruction Manual

Capítulo 57: La Voluntaria Ideal

“Juntos, haremos de Lindel una ciudad hermosa”. 

Sun Hee-Young parecía no saber qué hacer; sus cejas estaban juntas y mordía su labio inferior. Sinceramente, no pensé que fuera a mostrarse tan entusiasta. Por supuesto, tenía algunos métodos para usar si actuaba de otra manera, pero no tuve que recurrir a ellos. Esperaba que estuviera asustada y vacilante; supuse que ella pensaba diferente.

Al parecer, mi plan funcionó.

Por supuesto, seguía agobiada por la situación actual, puesto que le temblaban las manos piernas ligeramente. Ya estaba mentalmente agotada, por lo que no era capaz de pensar correctamente.

No está mal.

La expresión de su rostro, donde ahora había sudor y un poco de sangre, me hizo pensar que se sentía obligada. No estaba seguro de si mi suposición era correcta; la expresión que estaba en la cara de Sun Hee-Young definitivamente parecía como si tuviera un sentido del deber.

Al final, con ojos llenos de determinación, apretó la daga y caminó hacia ellos. Como si se tratase de una especie de ritual macabro, juntó sus manos para rezar. Solo por su aspecto exterior, no parecía que estuviera resentida con ellos.

Guau…

“Señorita… es… es culpa nuestra” dijo uno de los hombres con nerviosismo.

“N-Nosotros no estábamos en nuestro sano juicio. Estábamos realmente fuera de nuestros cabales” dijo otro.

“Por favor, perdónenos, señorita. Se lo ruego”.

“Por favor, perdónenos. Por favor… perdónenos solo esta vez…”

“!Tú, la maga! ¿No dijo que iba a perdonarnos? Dijiste que lo harías…”

La forma en que suplicaban por sus vidas era un espectáculo digno de ver. Ya estaban atados por la magia de Jung Ha-Yan. Mientras esperábamos que insonorizara el callejón, Hee-Young volteó a verme.

“¿De-de verdad vamos… a hacerlo?” preguntó. Sonaba como si quisiera que nos detuviéramos. Obviamente, yo no iba a hacerlo.

“Sí, pero no hay necesidad de preocuparse. Puedes considerarlo el mismo trabajo voluntario que has estado haciendo, ya que técnicamente estamos ayudando a los demás. Solo estamos sacando la basura” contesté.

“Ya veo…” murmuró.

Le ofrecí una sonrisa brillante antes de que regresara su atención a nuestros prisioneros. A la par que murmuraba oraciones, se acercó al hombre de la cara quemada. Un aire solemne la envolvía. 

“Te perdono” dos cortas palabras, frías como el hielo. Hee-Young colocó la punta de la daga lentamente sobre el corazón de su víctima, quien jadeaba y temblaba ante el brillo de la hoja. La Santa puso fuerza sobre la empuñadura y se enterró un poco, hizo aún más presión y la cuchilla empezó a abrirse paso entre su piel y músculos. Una mancha de sangre apareció en la ropa de cara-quemada, extendiéndose poco a poco. 

“¡Gaaaahhhhh! ¡Detente!” gritó el pobre desafortunado. Como si nunca hubiera estado ahí, la daga se hundió por completo, dejando solo la empuñadura a la vista. Los ojos del hombre se abrieron de par en par. Hee-Young sostuvo su mirada, viendo como el brillo en sus ojos se desvanecía poco a poco. Más que asesinarlo a sangre fría, la Santa lo hizo parecer como si liberara su alma de la prisión llamada cuerpo. Al final, exhaló su último aliento. La magia de Ha-Yan lo mantuvo en su posición, haciéndolo parecer una estatua erigida en honor a todas aquellas mentes retorcidas que merodeaban por los oscuros callejones, acechando, esperando a que un solitario individuo se acerque para segar su vida.

“¡Mierda, lo mató!” 

“Oh, Dios mío que estás en el cielo…”

“¡Por favor, tengo esposa e hijos, perdóname!”

Hee-Young sacó la daga bañada en sangre. Con una expresión extasiada, se acercó a su siguiente víctima. Esta vez, colocó la cuchilla contra la garganta del individuo y, lentamente, la deslizó a lo largo. Un poco de sangre salpicó el rostro de la Santa una vez que su mano había completado el recorrido. El corte era profundo, de él, una cascada carmesí borboteaba y se deslizaba por el cuello y pecho del hombre. Intentaba articular palabras, pero lo único que salía de su boca eran hilos de sangre. 

Los demás gritaban a todo pulmón, pidiendo ayuda, piedad e insultándonos, todo era en vano. Ha-Yan había construido una ilusión e insonorizó el callejón; nadie iba a venir a rescatarlos. 

Hee-Young se veía orgullosa, como si hubiera nacido para esto, a pesar de sus manos temblorosas. Seguir los deseos de su diosa y hacer del mundo un lugar mejor -esto era lo que más anhelaba. En ningún momento pidió mi ayuda. 

“Tu muerte contribuirá a una ciudad en paz” murmuró. 

“¡Por favor, detente!”

“¡Perra estúpida! ¿¡Te haces llamar humana!?”

Solo dos quedaban por ser bendecidos por la Santa. Avanzó hacia ellos, impertérrita. 

“Muchas gracias, Diosa, por confiarme esta labor” dijo mientras apuñalaba la garganta de uno. El último lloraba sin cesar, sabiendo que no había manera de evitar su destino. “No temas,” lo calmó la Santa, “pues la muerte es un regalo divino”. A continuación, tomó la mano del hombre con delicadeza e hizo un corte profundo en su muñeca, hizo lo mismo con su otra mano. Tardó un minuto entero en desmayarse, y otros dos para que toda señal de vida abandonara su cuerpo. 

Está completamente loca… 

Cuatro cadáveres, privados de yacer en el suelo y descansar, adornaban el callejón. Un reguero de sangre se extendía por el suelo, bajo sus pies. 

Pasado un tiempo, Hee-Young logró calmar su respiración. Con una sonrisa gentil, se volvió hacia mí. 

“¿Qué tal estuvo?” le pregunté.

Su boca temblaba, tenía los ojos hinchados y le manaba sangre del corte en su labio, pero sonreía.

“Fue realmente… gratificante” su voz sonaba un poco espeluznante; sin embargo, por alguna razón, se veía un tanto hermosa. Me preocupaba su estado mental, pero parecía estar bien. Aunque había varias condiciones que la ayudaban, creía que los nuevos valores que le inculqué se habían asentado en su interior.

Fue un éxito.

“¿Nos ponemos en marcha?” sugerí.

“¿A dónde…?” preguntó ella.

Por supuesto, no iba a hacer una oferta de reclutamiento obvia. Extendí mi mano en silencio, y ella la aceptó tras unos segundos. Jung Ha-Yan, contrario a lo que esperaba, se acercó y tomó su otra mano.

“Hacer un voluntariado con un nuevo significado no es algo que se pueda hacer solo. A diferencia de antes, tenemos que hacerlo de incógnito. Trabajaré contigo” le informé.

“Juntos” remarcó.

“Sí, juntos. Va a haber muchos problemas cuando intentes darte cuenta de lo que vales. Al fin y al cabo, es algo que una persona normal no puede comprender”.

“Ya veo”.

“Te demostraré que no te equivocas”.

“De acuerdo… señor Ki-Young”.

“Primero, necesitas tratamiento”.

“Está bien, ya que puedo hacerlo yo misma” me aseguró.

Sun Hee-Young recitó un hechizo en voz baja y, poco después, me quedé sin habla al ver cómo se curaban sus heridas. Sus heridas se cerraban mucho más rápido que las mías cuando Ha-Yan usó su anillo para sanarme. Después, Ha-Yan le ofreció un pañuelo para limpiarse bien el rostro y manos.

Ella es competente.

Ver a una clériga de tal nivel era muy raro de ver en Lindel. Por supuesto, me sentía bien trabajando con una mujer que poseía un talento sagrado de rango legendario. Al menos, no tenía que preocuparme por morir tras ser alcanzado por una flecha desde lejos.

Lo único que me quedaba era volver al gremio con esta mujer. Ha-Yan mantuvo el muro ilusorio, pero disipó la magia de los cadáveres. Pude escuchar cómo cayeron al suelo.

“Me alegra que todo haya salido bien” dijo la maga. Su empatía por Hee-Young me conmovió profundamente.

Sun Hee-Young, por otro lado, hablaba normalmente con ella. Teniendo en cuenta por lo que acababa de pasar, era un poco extraño que pudiera hablar con normalidad. Me alegraba que se llevaran bien.

Con paso ligero, salimos de los barrios bajos en dirección a la puerta este. A lo lejos, un poco por encima de la ciudad, el Sol empezaba a ocultarse. 

A esta hora, ya no había nadie reunido ofreciendo comida en la entrada. Pasados unos minutos, vislumbré una silueta familiar.

“¿Hyun-Sung?” lo llamé.

“Así que eras tú, Ki-Young. Qué casualidad que nos encontremos aquí, pensé que estaba en su laboratorio… ¿salió con la señorita Ha-Yan a dar un paseo?” preguntó.

“Oh, en realidad…”

Giré mi rostro para mirar a Sun Hee-Young. 

“Encantada de conocerte. Me llamo Sun Hee-Young” lo saludó con una sonrisa. “Vine aquí como voluntaria por un tiempo”.

“Oh, encantado de conocerte. Mi nombre es Kim Hyun-Sung”.

Estaba un poco confundido… parecía que era la primera vez que se veían.

Entonces, vi a un niño saliendo lentamente por detrás Hyun-Sung. Como todavía era muy joven, era un poco difícil diferenciar si era un chico o una chica. Sus ojos estaban llenos de rencor y la suciedad que había en su cara explicaba que era de los barrios bajos.

¿Qué está pasando aquí?

Cuando activé rápidamente el Ojo de la Mente, me di cuenta. 

[Verificando la ventana de estado y talento de la jugadora]

[Nombre – Kim Ye-Ri]
[Título – Ninguno. Por favor, trabaje más duro]
[Edad – 14]
[Carácter – Ladrona con cicatrices]
[Clase – Arquera – Común]

[Atributos]
[Fuerza – 10/Límite de crecimiento por encima de Épico]
[Destreza – 31/Límite de crecimiento por encima de Legendario]
[Constitución – 12/Límite de crecimiento por debajo de Épico]  
[Inteligencia – 15/Límite de crecimiento por debajo de Épico] 
[Resistencia – 14/Límite de crecimiento por debajo de Épico]
[Suerte – 14/Límite de crecimiento por encima de Épico]  
[Magia – 10/Límite de crecimiento por encima de Legendario]

[Revisión general – Kim Ye-Ri posee límites de crecimiento por encima de legendario. Su talento es increíble, y no puede compararse con el tuyo, así que, por favor, ten cuidado y no seas una mala influencia para esta niña. Aunque ha sufrido mucho para su corta vida, sigue siendo inocente. Aprende rápido, por lo que no tendrás que preocuparte]

Asombroso…

Exceptuando a Kim Hyun-Sung, era la primera persona que veía que tenía rango épico y legendario en todos sus atributos. Enseguida me di cuenta de que Sun Hee-Young no era la persona que buscaba. La razón por la que visitó el barrio en primer lugar fue para traernos a este niño. 

Al mirarla, se escondió rápidamente detrás de Kim Hyun-Sung. Parecía asustada, pero también confundida por la situación. Sun Hee-Young, a mi lado, miraba con simpatía a la niña.

“Um, la niña…”

“Casualmente la conocí en los barrios bajos. Parecía tener talento, así que la traje conmigo. Estoy pensando en enseñarle muchas cosas. Es atenta y parece que ya tiene una clase, aunque es un poco joven para salir a cazar… ¡oh! Es muy tímida, así que me llevará algún tiempo acercarme a ella” explicó Kim Hyun-Sung.

“¿Acaso la adoptaste? ¿Así como así?” pregunté, sorprendido.

“No lo llamaría de esa manera… Es un tema delicado” respondió con incomodidad. Decidí no presionarlo, así que solo asentí. “¿Qué hay de ti?”

“A mí me pasó algo similar. Mientras paseaba por la puerta este, me encontré casualmente con la señorita ayudando a los necesitados. Mientras conversaba con ella, tuvimos una especie de conexión”.

“¿Ayudar a los necesitados? Es muy respetable de su parte” la elogió.

La forma en que Kim Hyun-Sung miraba a Sun Hee-Young sugería que realmente era la primera vez que la veía. Parecía que la estaba juzgando en silencio.

¿Realmente no la conoce?

Si yo fuera Kim Hyun-Sung, habría hecho todo lo posible para reclutarla; su talento como sanadora estaba por los cielos. No importa la razón, ella era una de las personas que tenía el potencial para sacudir el futuro.

Honestamente, no tenía ningún sentido: aunque el barrio bajo era un lugar bastante grande, podrían haberse encontrado unas cuantas veces, puesto que siempre había un grupo grande siguiendo a Sun Hee-Young. A pesar de eso, viendo que Kim Hyun-Sung no trató de reclutarla, supongo que realmente no tuvo una impresión diferente de ella.

¿Cómo puede ser eso?

Ella era una clériga con un futuro asegurado, y aunque todavía se estaba desarrollando, era el tipo de persona que iba a crecer aún más. Fue entonces cuando de repente tuve un extraño pensamiento. Tendría sentido que Kim Hyun-Sung no supiera de ella, si consideraba la posibilidad de que había sufrido un accidente. O, tal vez, no tuvo tiempo para prestar atención a los detalles; debía de estar desesperado al intentar adaptarse a un nuevo entorno. Probablemente no podía permitirse el lujo de pensar en los rumores sobre los barrios bajos, pues Lindel era una gran ciudad y ocurrían muchas cosas al mismo tiempo.

Para sobrevivir, probablemente salía a cazar o se encerraba en algún lugar para centrarse en su entrenamiento; era posible que no oyera nada sobre la Santa de los Desamparados. 

Sin embargo, la idea de que Hee-Young falleció no abandonó mi cabeza. Podría haber muerto durante una expedición tras recibir una oferta de un gremio, o quizá estalló una guerra en esa línea temporal y se vio atrapada en ella. También podría haber enfermado o haber experimentado algo horrible debido a un malentendido con un gremio o un clan.

O tal vez…

La gente de los barrios bajos la mató.

No sabía todo lo que pasó antes de que Kim Hyun-Sung retrocediera. Todo lo que podía hacer era suponer, pero por alguna razón, no podía evitar pensar que Sun Hee-Young había vivido una vida un poco amarga en su vida pasada.

No, estaba casi seguro de ello…

“Estoy deseando trabajar con usted, señorita Hee-Young” Kim Hyun-Sung le ofreció su mano.

“Lo mismo digo, señor Hyun-Sung” dijo, estrechando su mano. “Creo que estaré en deuda con usted por el momento”.

…ya que ella era la voluntaria ideal.