Regressor Instruction Manual

Capítulo 45: Una Negociación Acalorada (Parte 2)

“Si yo muero, ¿¡crees que mi querida Cha Hee-Ra lo dejará pasar!?” bramé.

El viejo cerró su boca al instante.

Por supuesto, él no creería en mi mentira. Si Cha Hee-Ra estuviera aquí, ya se habría echado a reír, ya que fue ayer cuando nos conocimos, y ni siquiera hablamos mucho.

Era mentira, pero estaba seguro de que iba a funcionar.

La mente del anciano probablemente ya estaba pensando en una escena en particular.

La hay. Seguro que la hay.

Fuera intencionado o no, Cha Hee-Ra y yo teníamos una conexión.

Supongo que era una escena provocativa para que la viera un anciano porque bajó la cabeza.

“Eso es… mentira” dijo entre dientes.

“¿Entonces por qué no me atacas y lo descubres por ti mismo, eh?” extendí mis brazos. “Te invito”.

De repente se volvió muy tranquilo.

A pesar de que solo gritaba sinsentidos, resultó bastante efectivo, así que supongo que el nombre de La Reina Mercenaria tenía mucho peso.

Sólo grité su nombre, bajo la condición de que Cha Hee-Ra y los Caria no tuvieran ninguna conexión en primer lugar -por fortuna, mi suposición era correcta. Obviamente, nadie querría caerle mal a un monstruo cuya fuerza era de 97 puntos, y tampoco era simplemente por sus atributos.

Los Mercenarios Rojos era uno de los gremios más grandes del Sacro Imperio y, de todos los que he visto hasta ahora, ella era la que poseía los atributos y la capacidad de combate más altos. Suponiendo que Cha Hee-Ra actuara según su carácter, no se molestarían en averiguar si lo que yo decía era verdad o mentira; simplemente, no actuarían precipitadamente tras oír su nombre.

Ahora mismo, el gremio Cariano parecía una vela solitaria, esperando que el frío viento apagara su llama.

Naturalmente.

Un perro asustado suele ladrar más fuerte y se aplicaba tanto al viejo como a mí.

“¿Cómo conoces a Cha Hee-Ra?” me preguntó, poniéndose a la defensiva.

“Eso no es asunto tuyo. Si nos conocíamos desde que vivíamos en la Tierra o si éramos amantes, eso no es lo importante. Lo importante es que tu gremio, que tiene los derechos de negociación, ha intimidado a los nuevos reclutas usando la fuerza. ¿Crees que la gente de fuera debería de enterarse? Supongo que incluso el glorioso gremio Cariano se acobardaría después de escuchar el nombre de mi querida Cha Hee-Ra” amenacé.

El viejo guardó silencio.

“Desconozco la relación entre los gremios, pero estoy seguro de que tienen enemigos fuera de esta sala, y de que no quieren ceder los derechos de negociación, así que no entiendo por qué actúan así. He venido aquí a negociar, no a pelear. Aunque tengas la cabeza llena de tus días de gloria, ¿no crees que es contraproducente que ignores a tu superior y me amenaces de esa forma? ¿O eres tan malo juzgando la situación que eres incapaz de reconocer el problema?” lo cuestioné.

“Bastardo…” murmuró.

Casi como si fuera costumbre, no pude dejar de sonreír; en cuanto se mencionaba el nombre de Cha Hee-Ra, la magia que llenaba este lugar se diluía. Sin embargo, hablé manteniendo mi expresión seria.

Era importante calmarse: en una discusión sin sentido, el bando que mostraba una cantidad excesiva de rabia era el bando perdedor.

“Uf… si tu plan era mostrar que el gremio del Escudo tiene un ambiente liberal y de mierda que es casi como un ambiente familiar, entonces resultó un gran éxito” me burlé. “Te aplaudo… Seol-Ho, ¿cierto? Bravo”. 

“Nunca cierras la boca, ¿verdad? Tal vez debería de enseñarte”.

“La gente como tú es la que arruina al gremio” le escupí.

“¿Qué?”

“Como agua estancada” dije.

“Deja de decir mierdas así cuando ni siquiera sabes nada” me advirtió.

“No tengo que verlo para saber lo que pasa, señor Lee Seol-Ho. Realmente no importa cómo me evalúe y sé muy bien que Kim Hyun-Sung y Jung ha-Yan son los miembros valiosos aquí. Sí, por supuesto, lo entiendo perfectamente” le expliqué. “Pero no deberías haber exagerado. Aunque este continente se rija por la lógica del poder, tus acciones fueron muy groseras. Todavía no soy tu subordinado”.

“¡Bastardo!”

Cuando el viejo trató de avanzar hacia mí…

¡Pam!

Lee Seol-Ho y yo nos giramos hacia la fuente del estruendo, sorprendidos.

Era obvio lo que había pasado: Lee Sang-Hee golpeó el escritorio con el puño, incapaz de seguir escuchando las tonterías que salían de la boca de su subordinado.

“Lee Seol-Ho” dijo con un tono amenazante.

“Señorita Lee-Lee Sang-Hee…” respondió, nervioso.

“¿Tienes idea de cómo estás actuando ahora?”

“Yo-yo…”

“Quedas suspendido” declaró.

“¿Cómo dices?”

“He dicho que estás suspendido a partir de este momento. Puedes irte y volver al gremio después de disculparte con el señor Ki-Young”.

De alguna manera sabía que esto iba a suceder.

Como la persona que era la figura central del gremio, sólo había una cosa que tenía que hacer por la gente condescendiente que todavía estaba atascada en sus días de gloria.

“Lo hice por el gremio… yo-”.

“Te dije que te disculparas” lo interrumpió. “No me repetiré, señor Lee Seol-Ho”.

Probablemente bajaría la cabeza; la gente como él solía ser débil frente a los fuertes.

Como era de esperar, las cejas en el rostro del viejo se juntaron. Como si se sintiera traicionado y no entendiera lo que había pasado, puso una mirada complicada, mas si entendía o no la situación, no era de mi incumbencia.

“Pido disculpas… por ser tan grosero con usted” dijo el viejo, haciendo una reverencia.

“Te perdono. Yo también exageré, mis disculpas” admití.

“Gracias por tu comprensión” contestó.

Lee Seol-Ho no parecía arrepentido. La manera en que salió con prisas de la carpa era todo un espectáculo.

Su expresión ligeramente complicada me hizo sentir un poco ansioso, pero no podía mostrarlo.

“Lo siento mucho. Por culpa de mi descuido no pude controlar bien a los miembros del gremio. Lo… siento mucho” cuando me giré con una sonrisa brillante en mi rostro, vi a Sang-Hee inclinándose.

Es virtuosa.

Lee Sang-Hee era una persona honrada. No actuaba así sólo para quedar bien.

Bajé mi cabeza, sintiéndome un poco avergonzado. No había razón para enemistarme con el gremio Cariano.

Nada iba a salir de esto aunque la presionara más, así que aunque fuera desafortunado, creí que era una decisión razonable parar aquí.

“Está bien, en realidad lamento lo que pasó” reconocí.

“Aunque nos critiques, no tengo nada que decir, pero… por favor…” continuó.

“Si es por el tema del contrato, no tienes que preocuparte”.

“¿Perdona?”

“Fui irrespetuoso” respondí.

“Oh…”

“A pesar de que sus intenciones no eran malas, no debería de decir ese tipo de cosas, poniendo en riesgo la reputación de tu gremio” empecé. “Y sobre Cha Hee-Ra… me vi obligado a nombrarla al sentirme amenazado por él”.

“Así que sí la conoces…”

“Tuve la suerte de establecer una pequeña conexión con ella. Creo que ayudará al gremio Cariano si mantengo una buena relación con ella” dije.

“¿Eso significa… que estás de acuerdo con el contrato?” preguntó Lee Sang-Hee.

“Por supuesto. Aceptaré el pago inicial de diez mil de oro en vez de los diez. No obstante…”

“Continúa”.

“Realmente deseo el puesto ejecutivo dentro del gremio” concluí.

“Mmm…”

“Seguramente entiendes por qué estoy haciendo este tipo de petición”.

No había garantía de que la situación de hace un momento no fuera a repetirse, ya sea con Seol-Ho o con otro viejo podrido. Podía unir a la gente e intentar jodernos, pues así era como se movían ese tipo de persona, refugiándose en los demás.

No pensaba dejar que me pisoteara; si quería tener una pelea política, la recibiría con los brazos abiertos.

“No importa si es sólo un rango” insinué qué tipo de poder necesitaba para crear esa base

Probablemente aceptaría mi sugerencia, debido a que estaba juzgando que mi valor había aumentado en comparación con antes. Pero la razón más importante era que yo tenía una conexión con Cha Hee-Ra, la Reina Mercenaria; si nuestro grupo se unía a los Caria, entonces el gremio tendría la posibilidad de trabajar con Los Mercenarios Rojos. Por supuesto, todo esto era mentira.

Lee Sang-Hee parecía estar considerando la posibilidad de que yo fuera el espía de los Rojos, pero al parecer, llegó a la conclusión de que no había motivos. En ese caso, unir las manos era un beneficio al que ella no podía poner precio. No sólo eso, sino que…

Agua estancada.

Creía con total seguridad que los viejos egoístas le daban muchos dolores de cabeza a Sang-Hee. El drama que montó Seol-Ho me hizo pensar en los problemas que debía de estar atravesando el gremio.

La razón por la que pedí un puesto ejecutivo no era sólo por mí, sino por ella y por el gremio.

Yo me ocuparé de todo por ti, era básicamente lo que le estaba diciendo. Por supuesto, probablemente había una diferencia en el resultado que ella quería y el resultado que yo deseaba, pero cuando se trataba de purificar el agua estancada, creía que ella no tendría una opinión diferente al respecto.

“Honestamente…” empezó ella.

“¿Sí?”

“Para el anticipo, lo igualaremos en la medida de lo posible. Respecto al puesto ejecutivo, no puedo evitar ser cauta, ya que parece que pides un puesto un poco más alto de lo que estoy pensando. ¿Estoy en lo cierto?” preguntó con cautela.

“Sí, así es” no había necesidad de mentir al respecto.

“No sólo eso: para los objetos de rango épico, me gustaría que supieras de antemano que puede ser un poco complicado conseguirlos. Es posible si nos das suficiente tiempo, pero ahora mismo…”

“Oh.”

Es más raro de lo que imaginaba.

Al parecer, los objetos de rango épico eran más valiosos de lo que pensaba. Tal vez era porque Kim Hyun-Sung sacó despreocupadamente la Introducción a la Alquimia de Ramus Tucker.

“No tienes que proporcionar los objetos de inmediato. Probablemente aún no cumplamos las condiciones para usarlos, de todas maneras”.

“¡Oh! Entonces, ¿estaría bien si te cuento más sobre esto después de que tengamos una reunión interna? No tomará mucho tiempo” me pidió Sang-Hee.

“Por supuesto. Sé que no es una decisión fácil, por lo que puedes tomarte tu tiempo para pensarlo” respondí.

“Gracias por tu consideración”.

No se trataba de una reunión para decidir si nos aceptaban o no, puesto que eso ya era un hecho. Estaba seguro de que iban a discutir qué artículos y qué rango me iban a dar. Quería escuchar su reunión, pero, por desgracia, no tenía tiempo ni podía permitírmelo.

“Me marcho, entonces”.

“De acuerdo” asintió. “Gracias, señor Ki-Young. Y me disculpo de nuevo por el trato tan grosero de antes”.

“Está bien, debería ser yo quien se disculpe” era porque tenía que convertir en realidad la estupidez que dije antes. 

Cha Hee-Ra…

Como dijo el abuelo, subestimé este lugar.

Nadie sabía qué tipo de cosas podrían ocurrir en este continente. El talentoso Kim Hyun-Sung podría ser asesinado de repente y el viejo loco podría estar haciendo planes para atacarme más tarde.

La realidad era que era demasiado peligroso avanzar confiando sólo en nuestro grupo.

Necesitamos apoyo para cualquier situación inesperada.