Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 16

Capítulo 16: Hyrince

Como si las cosas no fueran lo suficientemente difíciles…

Puedo sentir que mi estómago se contrae por los nervios.

¿Por qué tengo que asumir un papel tan importante en todo este proceso…?

Si bien es cierto de que soy el doble de Güliedistodiez, he vivido toda mi vida como Hyrince, y he intentado continuar haciéndolo hasta el final.

Los dobles de Güliedistodiez no tienen un papel importante que tomar.

Para él, es básicamente un diminuto y divertido cambio de ritmo.

Como representar la fantasía de vivir toda una vida como un humano normal.

Así es como he vivido mi vida también.

Aunque supongo que no podría llamarme exactamente “normal”, ya que era el amigo de la infancia del héroe y más tarde fui miembro de su grupo.

Aun así, como Hyrince, siempre esperé defender a Julius y “¡acabar en un resplandor de gloria!”

Pero todo eso cambió cuando aparecieron las llamadas reencarnaciones.

Sé que decir esto es horrible, pero definitivamente se me ha pasado por la cabeza varias veces que las cosas no se habrían complicado tanto si no fuera por esas reencarnaciones.

Pero, por supuesto, la guerra entre humanos y demonios podría haber sido aún peor sin ellas, y probablemente no hubiéramos podido derrotar a Potimas.

Las ventajas y desventajas son tan extremas que es difícil decir qué camino hubiera sido mejor.

Diré, sin embargo, que las reencarnaciones tienen toda la culpa de todo este asunto de la “misión del mundo”.

Y por reencarnaciones, me refiero específicamente a Blanca.

En otras palabras, Blanca es la raíz de todo mal.

“Parece que estamos todos aquí”.

“¿Vas a ser el guía, Kyouya?”

Dejando a un lado todos los monólogos internos, ahora mismo estoy frente al Gran Laberinto de Elroe.

Ira, uno de los miembros del bando del dios de marfil, nos está esperando.

Él también es una reencarnación, ¿no es así…?

De hecho, hay más reencarnaciones aquí que gente de este mundo, aunque se trata del destino de nuestro mundo. Parece algo equivocado, ¿no?

Aquí hay cuatro personas nativas de este mundo.

El pontífice, el Anciano Ronandt, Balto en representación de los demonios y yo.

Por otro lado, hay seis reencarnaciones: Shun, Katia, Fei, Yuri, Srta. Oka y el Príncipe Hugo.

Aparte de Shun y Hugo, el resto son todas doncellas encantadoras.

¿Qué es esto, un harén?

Claramente, todas las chicas se están cerca de Shun, no de Hugo.

Claro, Julius también era popular, pero no todas estaban detrás de él así, maldita sea.

“Entonces. ¿Qué pasa con esa chica, Shun?”

“¿Eh?”

Ira señala a alguien más allá de la espalda de Shun.

Es la medio hermana de Shun, Sue, escondida detrás del resto del grupo.

“¡¿Sue?! ¡Te dije que no me siguieras, ¿verdad?!”

“¡Pero, hermanooooo!”

Mientras que Shun parece sinceramente angustiado, Sue está al borde de las lágrimas.

La peor parte es que puedo decir que ella también está tratando de verse linda, y lanzando miraditas para ver si está funcionando en Shun o no.

“…Supongo que un acoplado extra está bien. Pero si intentas algo raro, te mataré. Será mejor que lo tengas en cuenta.”

Discretamente dejé escapar un suspiro de alivio por las palabras de Ira.

Si enfadamos al bando del dios de marfil y cancelan todo, nos quedaríamos sin opciones.

Tuvimos suerte de que Ira estuviera dispuesto a ceder en eso.

El pontífice se ve pálido, evidentemente alberga preocupaciones similares.

¿Sabe la pequeña señorita Sue que su egoísmo podría haber alterado el destino del mundo?

…Nah, no podía.

Si ella supiera eso, seguramente no lo habría hecho… ¿verdad…?

Es demasiado fácil imaginarla diciendo algo como: “¡Permaneceré al lado de mi hermano, aunque eso signifique el fin del mundo!”.

Te lo ruego, piensa en el panorama general ahora…

Urg, me duele el estómago.

Siento que voy a toser sangre…

“Shun. Vigila de cerca a Sue y asegúrate de que no haga ningún movimiento en falso. Solo para que lo sepas, probablemente podrían matarnos a todos sin que podamos defendernos.”

Mis estadísticas siguen estando dentro del rango de la capacidad humana.

Como entrené y peleé con Julius, me imagino que estoy soy fuerte para la media de un ser humano, pero eso no hace ninguna diferencia en esta batalla.

Aquí, tendrías que estar mucho más allá del ámbito de la fuerza humana para ser al menos considerado parte de la lucha.

Incluso el Anciano Ronandt, que parece más poderoso de lo que debería ser cualquier ser humano, no es exponencialmente más fuerte que el límite, de ninguna manera.

Probablemente lo pasaría mal incluso contra un dragón menor, no digamos uno anciano.

Todos los participantes más importantes en esta batalla son al menos tan fuertes como un dragón anciano, por lo que aquellos de nosotros cuya fuerza está firmemente en la categoría de “humanos” simplemente quedaríamos desintegrados tan pronto como pusiéramos un pie en el campo de batalla.

Aunque soy un doble de Güliedistodiez, no tengo ninguna habilidad especial propia. Me desintegraría con el resto de ellos.

Entonces, ¿por qué estoy marchando justo en medio del territorio enemigo como una especie de representante del bando del dios de ébano?

Urgh. Dame un respiro…

“Kyouya…”

“No me mires así. No voy a hacer daño a nadie mientras hagáis nada que me obligue a ello”.

“Tiene razón. El ejército de marfil no necesita dejarnos entrar, así que sabemos que esto no es una trampa. Ya que están haciendo esto de buena fe, tenemos que asegurarnos de mostrarles lo mismo. No te pongas nervioso.”

Le doy una palmadita en el hombro a Shun mientras lo consuelo, aunque lo digo principalmente para tranquilizarme a mí mismo.

No es que tenga miedo de morir aquí.

Debería haber perdido la vida junto con Julius y el resto de nuestro grupo hace mucho tiempo.

Pero la idea de que estemos cargando el destino de la humanidad sobre nuestros hombros me hace sentir que voy a ceder bajo la presión…

Entramos en el Gran Laberinto de Elroe.

Inmediatamente, varios monstruos araña gigantes llamados teratects mayores se interponen en nuestro camino.

Apenas sería capaz de vencer a uno solo, y hay muchísimos de ellos…

Resistiendo el impulso de darme la vuelta e irme, me obligo a quedarme donde estoy.

“Por favor, monta encima”.

“¿Sobre estas cosas?”

Ira asiente.

Está claro que llevaría mucho tiempo atravesar el Gran Laberinto de Elroe a pie, pero aun así…

Usar unos monstruos tan poderosos como teratects mayores como taxis me parece un poco excesivo.

“De lo contrario, el viaje podría ser difícil para algunos de nuestros compañeros más mayores”.

Ira mira al pontífice.

Como no combatiente, sus estadísticas son bajas.

Y dada su edad, sería difícil para él caminar por el laberinto durante tanto tiempo.

“Supongo que lo aceptaremos, entonces”.

Tomando la iniciativa, subo a bordo de una de las teratects mayores.

… En realidad, es una montura sorprendentemente cómoda.

Las ocho patas dan cierta sensación de estabilidad.

Esto también debería ser mucho más fácil para el pontífice.

La Srta. Oka es la siguiente en subir a una teratect mayor.

Sí que tiene agallas.

No veo ni un indicio de miedo a criaturas espeluznantes como las arañas que suelen poseer las damas más delicadas.

Incluso Shun y Balto parecen un poco consternados, lo que hace que su valentía sea aún más impresionante.

Aun así, no puedo culparlos por estar nerviosos. Probablemente sea el poder intimidante de estos monstruos lo que los tiene nerviosos, no solo su apariencia espeluznante.

Incluso yo tengo que luchar para que mis rodillas no tiemblen.

Solo estoy poniendo un semblante valiente para no parecer cobarde frente a Shun, que es como un hermano pequeño para mí.

Honestamente, ¿por qué tengo que pasar por esto…?

¿No debería el verdadero Güliedistodiez manejar este tipo de cosas por sí mismo?

Pero tengo que aguantarme y continuar, o su determinación será en vano.

De todos modos, no tendría ninguna posibilidad en esa batalla.

Mejor ser atrevido y seguir avanzando.

Si muero, que así sea.

…Siento que estoy siendo más desesperado que atrevido, pero no nos centremos demasiado en eso.

“Solo sube. No te preocupes. Si quisieran matarnos, ya estaríamos muertos hace mucho tiempo. El hecho de que estemos vivos significa que no están tratando de matarnos, al menos no todavía”.

“Eso, en realidad, no me hace sentir mejor…”

Con una sonrisa rígida, Shun sube con cautela a bordo de la teratect mayor.

Sue da un paso adelante para subirse a la misma teratect mayor que Shun, solo para que Katia la agarre por el pescuezo y la obligue a subirse a uno diferente.

Las chispas crepitan entre la pareja.

Por favor, guardad ese tipo de cosas para después de que termine esta emergencia… Al final, todos logran subirse a su propia teratect mayor, y empezamos a movernos.

Las teratects mayores corren a través del Gran Laberinto de Elroe a una velocidad increíble que debe venir de ser un monstruo altamente evolucionado.

Pero lo que es aún más alarmante es Ira, quien lidera el camino.

Está corriendo sobre sus propios pies, no montando una teratect mayor.

Él iguala su velocidad, a veces incluso ralentizando su ritmo.

Lo que significa que, si corriera a toda velocidad, superaría incluso a las teratects mayores.

Si fuera en serio, probablemente Ira podría matar a todos aquí solo por su cuenta.

Sin embargo, no es como si no supiéramos eso al entrar. No tiene sentido preocuparse por eso ahora.

No obstante, ¿por qué hay tantos lugares congelados alrededor?

¿Desde cuándo el Gran Laberinto de Elroe es una caverna de hielo?

Quiero decir, debe ser el resultado de una batalla o algo así. ¿Pero eso no significa que dos combatientes capaces de cambiar su entorno de esta manera lo estaban haciendo aquí?

…Nuestras posibilidades de supervivencia se ven peores por segundos.

Es malo para el corazón sentir que podrías morir en cualquier momento.

Y si yo me siento así, ¿cómo se las arreglan los demás?

Miro a mi alrededor a los demás que montan las teratects mayores y… sí, efectivamente, no se ven tan señoriales.

“Discúlpeme, señor Ira. ¿Podríamos tomar un pequeño descanso en algún momento?”

“¿Hmm?”

Ira se da la vuelta, reduciendo su velocidad para correr junto a mi teratect mayor.

“Mira las caras de todos. ¿Ves lo pálidos que están? Creo que es más una tensión emocional que física, pero si no nos tomamos un descanso, alguien podría desmayarse”.

“…Buen punto. Muy bien, hay un área un poco más abierta no muy lejos de aquí. Nos detendremos allí para hacer un descanso.”

“Gracias.”

En poco tiempo, llegamos al área en cuestión y tomamos un descanso, aunque todavía no estoy seguro de si todos podrán recuperarse.

“Shun, ¿estás bien?”

“Sí… bueno, no, en realidad no. Lo lamento. Supongo que no tiene sentido ser obstinado al respecto. Honestamente, lo estoy pasando mal”.

Shun se sienta en el suelo, todavía pálido.

Los demás se ven igual de mal.

En todo caso, la cara de Shun está en de las que mejor está.

El pontífice y el Sr. Balto han pasado de pálidos al punto de quedar completamente lívidos.

Estar rodeado de monstruos que podrían matarte fácilmente tiene un costo emocional grave.

Estoy seguro de que la intimidación de las teratects mayores es aún más dura para personas como el pontífice y el Sr. Balto, que tienen poca experiencia en batalla.

Si alguien se ve relativamente bien, son la Srta. Oka y el Anciano Ronandt.

Me acerco a la primera y me dirijo a ella.

“Estás llevando esto bien, considerando todas las cosas. Tienes verdaderas agallas.”

“…No, yo no diría eso. En todo caso, siento como si mis emociones se hubieran llegado al del entumecimiento.”

“¿Entumecimiento?”

“Sí.”

La Srta. Oka agacha la cabeza.

“Tomé a mis alumnos bajo custodia, pensando que era lo mejor para ellos. Pero fracasó por completo. ¿Cuál fue el sentido de todo lo que he hecho, entonces? Fue todo para nada. Después de darme cuenta de eso, no me atreví a hacer nada más. Pero cuando te vi a ti y a la Srta. Anna luchando contra esa horda de monstruos, mi cuerpo se movió por sí solo. No es que me haya recuperado, de verdad que no. Incluso ahora, no puedo soportar pensar en nada con demasiada profundidad. Es más como si estuviera dejando que mi cuerpo se moviera por instinto mientras mi cabeza todavía está borrosa”.

“Ya veo…”

Claramente, malinterpreté la situación.

La Srta. Oka podría estar en un estado emocional más difícil que cualquiera de nosotros.

Tengo una comprensión aproximada de las experiencias de la Srta. Oka y los detalles de su habilidad única.

Pero permitidme al menos decir esto.

“Srta. Oka, no hiciste nada malo.”

“Por favor, no trates de animarme…”

“No lo estoy. Tan solo es mi honesta opinión.”

Interrumpiendo sus objeciones, sigo adelante.

“Escucha. Tus acciones no fueron inútiles, ni mucho menos. Todo lo que hacemos resulta en un cambio. Con solo actuar, ya has alterado el resultado. Si no hubieras hecho nada, las cosas podrían haber sido mucho peores. Entonces, ¿cómo puedes decir que fue en vano? Incluso ahora, la mayoría de las reencarnaciones siguen vivas. Yo no llamaría a eso ‘nada’ en absoluto”.

“… ¿De verdad piensas eso?”

“Sí. Además, creo que no tiene sentido castigarte por el pasado. Srta. Oka, ¿son los estudiantes que querías salvar realmente el tipo de personas que estarían felices de verte sufrir así?”

“Bueno, no, por supuesto que no…”

“Entonces es hora de dejar de pensar y comenzar a mirar hacia adelante. La única acción ‘sin sentido’ es continuar causándote daño”.

“…Tienes razón. Lo haré lo mejor que pueda.”

A pesar de que sonó como un sermón, sé que la Srta. Oka era una adulta en su vida pasada, incluso aunque ahora parezca una niña. Estoy seguro de que entendió lo que estaba tratando de decir.

Ahora ya depende de si ella realmente puede recuperarse de este punto en adelante.

Por ahora, al menos, la Srta. Oka debería estar bien.

Parece relativamente tranquila, para bien o para mal.

Como ya tocó fondo, no puede hundirse más, aunque todavía no se haya recuperado.

Ese no es exactamente el estado emocional ideal, pero en una emergencia como esta podría ser lo mejor.

No hay forma de saber qué acciones conducirán a los mejores resultados.

Tampoco puedo juzgar si lo que hizo la Srta. Oka fue bueno o malo.

Pero incluso si pudiera, no le ayudaría escucharlo de otra persona.

Ella tiene que encontrar una manera de ordenar sus sentimientos y aceptarlos por sí misma.

Afortunadamente, las reencarnaciones que vi en la nave espacial parecían tener pensamientos favorables sobre la Srta. Oka.

No parecían estar inseguros; en todo caso, parecían sentirse culpables.

Estoy seguro de que podrán hacer las paces siempre que nada salga terriblemente mal.

Esa es solo una razón más que tenemos para evitar que la humanidad sea exterminada, para que ese futuro más brillante se haga realidad.

Con renovada determinación, me alejo del lado de la Srta. Oka para hablar con el Anciano Ronandt.

“Humph. Espero que no estés aquí para darme un discurso anticuado. No lo escucharé de un mequetrefe como tú.”

“Ja-ja. Tengo los recuerdos de alguien que ha vivido mucho más que tú, ¿sabes?”

Esta persona sigue viéndome como Hyrince, al parecer.

Una parte de mí está complacida, mientras que otra parte no está tan emocionada de que todavía me trate como a un niño.

“¿Recuerdos? ¡Bah! Pero eso no significa que lo hayas experimentado tú mismo, ¿eh? Los recuerdos que no puedes aprovechar son solo un desperdicio de espacio”.

“Supongo que ahí me has pillado”.

Es difícil discutir contra esa lógica.

Al fin y al cabo, cuando el Anciano Ronandt estaba intentando crear una runa para teletransportarse a la ubicación de D y me preguntó si tenía alguna información útil de los recuerdos de Güliedistodiez, no pude darle ninguna respuesta.

Verás, no llevo la totalidad de sus vastos recuerdos.

Eso excedería la capacidad de almacenamiento del cerebro humano.

Es más que recuerdo ciertos momentos y detalles importantes.

Hay muchos agujeros, hasta el punto de que a veces tengo pocos recuerdos útiles cuando es más importante.

“Entonces, ¿crees que serías capaz de crear el conjuro de teletransportación por tu cuenta?”

“…Probablemente no. En esta etapa, creo que la teletransportación en sí misma funcionaría lo suficientemente bien, aunque no se sabe a dónde me enviaría. Incluso aunque lograra llegar a la ubicación de D, no lo garantizo que sea de una sola pieza. Podría salir del otro lado como un montón de carne, o alguna tontería por el estilo.”

“Sí, probablemente sea mejor evitar eso”.

“Lo sé, ¿eh? Eso es lo mejor que puedo hacer por mi cuenta, aunque me duela admitirlo.”

Si bien se ve genuinamente frustrado, creo que sigue siendo muy impresionante.

Es algo difícil usar una habilidad de maneras más poderosas que su configuración especifica.

El sistema no está diseñado para que eso sea posible.

Pero algunos genios raros como el Anciano Ronandt han encontrado la manera.

No lo llaman el mago más fuerte de la humanidad por nada.

Lo más probable es que el Anciano Ronandt realmente logre teletransportarse a la ubicación de D si cuenta con el apoyo del núcleo del sistema.

Tengo plena fe en él.

Probablemente no haya necesidad de que me preocupe por Ronandt.

A continuación, me acerco a las dos personas que parecen más mareadas de todas.

“¿Estáis bien?”

Desplomados en el suelo, el pontífice y el Sr. Balto levantan la cabeza débilmente.

“Sería difícil describir mi estado actual como ‘bien’ per se y, sin embargo, no debo quejarme en una situación como esta. Veré esto hasta el final, aunque deba gatear para llegar allí.”

“Me siento igual. Debo hablar con el Señor Demonio, y con el llamado dios malvado D también. No puedo permitirme derrumbarme antes de que eso suceda”.

A pesar de sus rostros mortalmente pálidos, tanto el pontífice como el Sr. Balto tienen un fuerte destello de determinación en sus ojos.

Supongo que estarán bien después de todo, entonces.

Con suerte, este descanso ayudará a evitar que superen sus límites y se desmayen.

Deberían durar un poco más, al menos.

Aun así, es extraño verlos juntos de esta manera.

Uno es el pontífice de la Palabra de Dios, representando a la humanidad.

El otro es el Sr. Balto, representando a los demonios.

En circunstancias normales, los dos nunca se habrían encontrado.

Pero ahora, están trabajando juntos hacia un objetivo común.

Habría sido impensable no hace mucho tiempo.

“Debo comentar que es bastante extraño estar sentado a tu lado.”

Evidentemente, el pontífice sintió lo mismo.

“En efecto. Si tuviéramos más tiempo, preferiría sentarme y hablar contigo un rato”.

“Tal vez deberíamos hacer precisamente eso, si ambos sobrevivimos a esta batalla sanos y salvos”.

El pontífice y Balto se sonríen.

Sanos y salvo, ¿eh?

Conociendo la personalidad del pontífice… no, debería dejarlo en eso.

Todavía no puedo estar seguro de nada.

Ahora, en cuanto a los demás…

Shun está rodeado por una marabunta de chicas.

Katia, Sue, Yuri y Fei.

… Debería patearle el trasero a ese chico.

Es mejor dejarlos estar en este punto.

¡Te las apañas solo, amigo!

Lo que solo deja una persona más…

El príncipe Hugo, que está apoyado contra la pared con los brazos cruzados.

No ha dicho ni una sola palabra desde que este grupo se reunió.

De hecho, por lo que puedo decir, ha estado así durante mucho tiempo.

Casi parece más una estatua que una persona viva.

Para ser sincero, realmente no quiero acercarme a él.

De todos modos, no conozco muy bien al príncipe Hugo.

La primera vez que nos encontramos cara a cara fue durante la batalla en la aldea de los elfos, y desde entonces no hemos tenido una sola conversación adecuada.

No sé cómo acercarme a alguien de quien, en su mayoría, solo he oído hablar de segunda mano.

“Hey, chico.”

Así que decido ir por la ruta más segura y lo saludo de manera casual.

En ese momento, el Príncipe Hugo me lanza una mirada, luego vuelve a bajar la mirada como si ya hubiera perdido el interés.

Ni siquiera dice una palabra.

Uff, ¿realmente me va a ignorar así?

La gente me ha ignorado por envidia antes, pero su actitud es como si sinceramente no tuviera ningún interés en mí.

La persona que me ignoró por envidia aún prestaba atención a lo que estaba haciendo, por lo menos.

Al príncipe Hugo no parece importarle lo que hago.

Tal vez no le importe nada en absoluto, ni siquiera él mismo.

Como si él realmente no pensara de sí mismo como una persona viva.

“Eres demasiado joven para actuar como un recluso, ¿lo sabías?”

No puedo resistirme a decírselo, incluso aunque parezca entrometido.

Aunque esperaba que fuera ignorarme de nuevo, el Príncipe Hugo vuelve su mirada hacia mí.

“Cuánto tiempo haya vivido no tiene nada que ver con eso”.

“¿Ah, de verdad? ¿Pero no te parece un desperdicio ser tan pesimista desde una edad temprana cuando todavía tienes toda la vida por delante?”

El príncipe Hugo resopla ante eso.

“Déjame preguntarte algo, entonces. ¿El dios de ébano ha encontrado la felicidad en esa vida suya tan larga?”

“Bueno…”

Maldita sea, no esperaba que este crío hiciera una pregunta tan difícil.

“…Siento un poco por el dios de ébano, yo mismo. Sí, sé que nuestras circunstancias no se parecen en nada. Pero creo que ambos sabemos cómo se siente al haber pasado ya la parte más feliz de tu vida, y que no haya nada que se pueda hacer para recuperarla”.

…Supongo que podría tener un punto allí.

Los momentos más felices de Güliedistodiez fueron probablemente la vida diaria que llevaba antes de que la diosa Sariel quedara atrapada dentro del sistema.

Los días en los que visitaba con frecuencia el orfanato creado por Lady Sariel, y todos los niños venían a saludarlo, incluida la ahora Señor Demonio Ariel.

Esos momentos irremplazables son los recuerdos más felices de Güliedistodiez.

Pero nunca podrán regresar.

Ni siquiera, aunque el mundo encuentre la paz, dudo que alguna vez sea tan feliz como lo fue en esos días.

Por lo que dice, parece que el Príncipe Hugo siente lo mismo.

“Aun así, eso no significa que debas renunciar a tratar de ser feliz, ¿no?”

“No me importa. Ni siquiera puedo molestarme en hacer tanto esfuerzo”.

No parece que nada de lo que diga vaya a llegarle.

Aunque no parece estar haciendo esto por puro autorreproche como la Srta. Oka, claramente ha cerrado su corazón por completo.

El príncipe Hugo sin duda ha hecho demasiadas cosas terribles como para ser perdonado, y tampoco parece que quiera que nadie lo perdone.

Pero desde mi punto de vista, Hugo también es una víctima.

Un joven inocente en otro mundo murió por culpa de los problemas de este mundo, y renace aquí solo para ser utilizado para tratar de resolver esos mismos problemas.

Estoy seguro de que es complicado para personas como Shun que sufrieron a manos de Hugo, pero a mí todavía me parece que merece la pena simpatizar con él.

Cuando lo pienso, la mayoría de las reencarnaciones han tenido alguna gran influencia en sus vidas.

La razón por la que se reencarnaron en primer lugar se debe principalmente a los problemas de este mundo, pero incluso en sus nuevas vidas, han sufrido innecesariamente a fuerza de ser reencarnaciones. Y ahora, el destino de este mundo está en sus manos.

Otro pecado grave perpetrado por este mundo, al parecer.

Como residente de ese mismo mundo, no tengo derecho a sermonear a ninguno de ellos.

“Ya veo. Entonces no me hagas caso.”

Traté de que ignorara mis propias palabras a la ligera para que no pensara demasiado en ellas y actuara de alguna manera extraña.

Uf. Honestamente…

Nada de esto es fácil.

Cada uno tenemos nuestra propia vida y hemos recorrido diferentes caminos.

No importa cuánto haya sucedido y cómo me sienta al respecto, preocuparme por esas cosas no llevará mágicamente a la respuesta correcta.

Es completamente posible preocuparse por algo durante mucho tiempo y aun así dar con la respuesta incorrecta también.

En muchos casos, ni siquiera hay una respuesta correcta o incorrecta.

Algo puede parecer correcto desde un punto de vista, solo para parecer mal de otro.

Pero tampoco podemos simplemente dejar de pensar en cualquier cosa.

Aunque la vida podría ser un poco más fácil si pudiéramos preocuparnos un poco menos por las cosas.

De verdad, que lío…

Me gustaría dejar de pensar en las cosas yo mismo…

“¿Listo para continuar?” Pero no hay tiempo para eso.

A instancias de Ira, retomamos nuestro viaje.

No puedo dejar de pensar, no ahora mismo.

Porque lo que llevamos sobre nuestros hombros es el destino de toda la humanidad.