Koujo Denka (NL)

Volumen 8

Capitulo 3: I-Imposible

Parte 3

Incluso desde esta distancia, podía escuchar los bramidos y chillidos de los soldados. La magia ofensiva llenó el aire, levantando ráfagas feroces. Un hombre montado en el centro de la fuerza rebelde, su general, supuse, agitó locamente su alabarda.

“¡Ahora, carga!” Stella-Ojou gritó audazmente cuando su grifo pasó volando junto al nuestro. Karen la siguió y ambos saltaron sin esperar a aterrizar. Sus ahora grifos sin jinete volaron hacia el Gran Árbol.

Stella-Ojou sacó su varita y su estoque en el aire y lanzó un hechizo de levitación justo antes de tocar el suelo. Ella y Karen descendieron suavemente justo entre las líneas aliadas y enemigas.

“Oh, Stella…” Tina murmuró con un jadeo de admiración.

“Karen-san es genial”, agregó Ellie. Ambas tenían destellos en los ojos.

¿Incluso ha dominado la levitación? Pensé, disgustado, e indiqué a mi grifo que descendiera.

Tina y Ellie se colocaron detrás de mí, gritando: “¡Oye! ¡Lynne!” y “¡P-Por favor espéranos!”

“¡Onii-sama Richard!” Llamé. “¡Anna! ¡Todos!”

Gritos de asombro de “¡Lynne!” —¡Lynne-Ojou!— y “¡Mi señora!” nos saludó cuando desembarcamos nuestros grifos ante las líneas aliadas. Saqué la espada de Onee-sama.

De las fuerzas enemigas, solo dos caballeros y un hechicero ya habían cruzado el río. Aun así, eran inequívocamente guerreros experimentados, imperturbables incluso cuando la principal fuerza rebelde entró en pánico detrás de ellos.

“Esos dos son grandes caballeros, Haig Hayden y Haag  Harclay”,  nos  informó  Karen,  entrando en Lightning Apotheosis. “El viejo hechicero detrás de ellos es Zaur Zani. Todos son oponentes temibles, así que no bajes la guardia”.

“Primero, permítanme presentarme”, dijo Stella-Ojou, mirándose audazmente a los ojos de los ancianos condes. Los copos de nieve de color azul pálido comenzaron a bailar a su alrededor, mezclándose con los últimos pétalos de flores de la jefa Chise en un espectáculo encantador.

“Soy la hija mayor del duque Howard, Stella Howard. Harclay, Hayden, no creo que nos hayamos visto desde el baile del palacio hace tres años. Y supongo que tu compañero es el conde Zani, reconocido como el mejor erudito del este de nuestro reino. En resumen: rendirse. Ya no tienes ninguna esperanza de victoria.”

Me pareció segura de sí misma, imponente, casi sublime. Y estaba seguro de que ella tenía que agradecerle a Onii-sama por esa confianza inspiradora.

“Vaya, cómo ha crecido Stella-Ojou”, susurró Anna, deslizándose sigilosamente frente a mí. “¿Podrían mantenerse detrás de mí, mis damas?”

Era una orden expresada como una petición. Bajé la mirada y murmuré débilmente: “Anna, Onee-sama… Onee-sama ha…”

“Lynne-Ojou, Lydia-Ojou ya no está sola. Ella las tiene a ustedes, jovencitas, y a Allen-san”, declaró Anna enfáticamente, con la mirada siempre fija al frente y con los brazos abiertos. “Entonces, ¿qué dices si hacemos esto rápido?”

Hayden y Harclay prepararon sus lanzas.

“No pudimos anticipar la magia de teletransportación estratégica”.

“Aun así, aún no hemos sido vencidos”.

¡Ambos grandes caballeros movieron sus lanzas hacia los lados, conjurando tempestuosos torbellinos!

¡¿Diez lanzamientos del hechizo avanzado Imperial Storm Tornado?!

“¡Somos firmes en nuestra determinación!” Zani rugió, desplegando un verdadero arsenal de lanzas relámpago y hachas en su lanza mágica. “¡Y eliminaremos a todos los que se interpongan en nuestro camino!”

Anna dio otro paso adelante.

Tina y Ellie gritaron: “¡Stella!” y “¡Karen-san!” en casi el mismo momento.

“¡Déjenos ayudarle!” Grité con ellas.

Pero Stella-Ojou mostró una sonrisa intrépida y dijo: “Déjanos esto a nosotros”.

“¡Anna! ¡Cuida a las chicas!” Karen gritó, igualmente impertérrita, y luego echó a correr. Nunca parecía dejar de ganar velocidad.

Los ancianos grandes caballeros se veían sombríos mientras bajaban sus lanzas.

“Entonces, eliges pelear”. “¡Pero no daremos cuartel!”

Los diez tornados se lanzaron hacia adelante para asaltar a nuestros estudiantes de último año. Pero Stella-Ojou, que no había dado un paso, agitó su varita y su estoque y conjuró dos pájaros de alas heladas en el aire ante ella: ¡el hechizo supremo Frost-Gleam Hawks! Rápidamente disiparon los torbellinos en medio de una confusión de copos de nieve, congelando el puente debajo de ellos mientras volaban.

“¡¿Un hechizo supremo desconocido?!” Zani exclamó con asombro incluso mientras desataba su propia magia. Un aluvión de lanzas y hachas relámpago arremetió contra los halcones mientras los grandes caballeros levantaban barreras e intentaban detener su avance.

“¡Notable!”

“¡Magnífico, pero aún no hemos sido vencidos!”

Karen arrojó su daga hacia el cielo. “¡Stella no es la única a la que te enfrentas!” gritó ella, corriendo más allá de los grandes caballeros con una lanza de cruceta crepitante en sus manos y un manto de relámpagos en forma de cabeza de lobo.

Golpeó a Zani con una serie de estocadas asombrosamente rápidas. El anciano hechicero dejó escapar un gruñido de sorpresa, pero paró los golpes con su lanza mágica y rodó por el suelo para ganar distancia, haciendo que su sombrero cayera al canal. Era increíblemente ágil para su edad.

Los grandes caballeros bramaron con esfuerzo, concentrando todas sus fuerzas en sus defensas mágicas. Los Frost-Gleam Hawks se desintegraron en una ventisca repentina.

“¿Puedes creerlo?” Jadeé con admiración. “Es cierto, tenían apoyo, pero aun así detuvieron un hechizo supremo”.

“¡Entonces seguiremos disparando hasta que caigan!” espetó Tina, levantando su vara. “¡Ellie!”

“¡Sí, m!” Ellie respondió, comenzando a tejer sus propios hechizos.

Delante de nosotros, Stella-Ojou balanceó su varita y su estoque, y sus Frost-Gleam Hawks se rematerializaron. Karen, mientras tanto, lanzó feroces rayos violetas mientras levantaba una lanza de rayos aún más grande. El grifo verde mar blanco volaba directamente sobre ellos.

Escuché pasos y luego Onii-sama Richard se paró al lado de Anna. “Hayden, Harclay, Zani”, dijo con tristeza, “es inútil. Depongan sus armas, y les garantizaré su seguridad. Pero dime solo una cosa:

¿Por qué? ¿Por qué el viejo duque Guido Algren permitió esta absurda rebelión?”

Los tres ancianos guardaron un silencio lúgubre. En la orilla opuesta, sus fuerzas seguían defendiéndose desesperadamente del asalto de los grifos, presas del pánico pero evidentemente decididas a mantenerse firmes.

Haig Hayden pasó a agarrar su lanza con las dos manos. “Richard-sama”, dijo, “realmente… realmente apreciamos su oferta”.

Haag Harclay levantó su arma larga en una postura por encima de la cabeza. “Sin embargo, el duque Guido Algren es nuestro maestro”.

Zaur Zani blandió su lanza mágica en alto. “Y aunque no olvidaremos su generosidad, cumpliremos con lo que nos enseñaron”.

Los ojos de los tres ancianos brillaron con espíritu guerrero mientras rugían al unísono: “¡Un caballero es un defensor de la voluntad de su señor! ¡Y nosotros somos caballeros del duque Guido!”

Su maná desbordante hizo que mi piel hormigueara.

¿Por qué esos combatientes consumados se pondrían del lado de los rebeldes?

Onii-sama Richard entrecerró los ojos y agarró la empuñadura de su espada. Luego, sin previo aviso, Anna movió su mano izquierda en un amplio arco. Sus cuerdas invisibles cortaron el borde del Gran Puente, esparciendo fragmentos de hielo.

“Simplemente no puedo soportar el voyeurismo”, declaró fríamente la doncella principal.

“¿Oh? Me sorprende que te hayas dado cuenta”. El espacio  se  distorsionó  y  apareció  un  hombre.

Llevaba una túnica gris con

capucha y llevaba un bastón y un puñado de talismanes,  al  igual  que  Racom  y  Rolog,  los inquisidores de la iglesia a los que nos habíamos enfrentado en Avasiek.

Karen y Stella-Ojou se veían sombrías.

Nuestros viejos oponentes fruncieron el ceño y se dirigieron al intruso.

“Te conozco”.

“Sirves a Gregory-sama.”

“¡Lev! ¿Cuál es el significado de este?”

“¿Seguramente te informaron? Estoy aquí para reforzarte y para realizar algunos experimentos. Después de todo…” Lev miró desconcertantemente a Stella-Ojou. “Parece que la señorita Howard ha dominado una nueva forma de magia suprema. Fascinante.”

La ira se deslizó en el relámpago de Karen. “¿Adónde… adónde has llevado a mi hermano?” exigió, lanzándose hacia adelante en una carga salvaje!

Lev lanzó un talismán. Se produjo un sonido metálico áspero y un crujido de electricidad cuando el maná siniestro se dispersó a nuestro alrededor. Una espada larga había surgido de un círculo de invocación frente a Lev, bloqueando el ataque de Karen. Lo siguiente que supe fue que había aparecido un caballero completo, completamente armado y blindado con una espada larga, un gran escudo, una placa pesada y un casco a través del cual solo se veía el ojo del guerrero…

“¡Yo… yo conozco ese ojo!” Karen gritó. “Es como el de Gaucher cuando…”

Dejó escapar un chillido cuando el caballero la arrojó hacia atrás. Stella-Ojou y Anna la atraparon, gritando: “¡Karen!” y “¡Señorita Karen!” respectivamente.

Luego, flores heladas pasaron volando junto a mí en ráfagas turbulentas. Mis amigos habían terminado su hechizo.

“¡Todos, por favor retrocedan!” exclamó Ellie con angustia.

“¡Vamos a intentarlo!” gritó Tina, y el hechizo supremo Blizzard Wolf dejó escapar un aullido desde dentro de la tormenta de hielo que lo envolvía.

¡¿El hechizo compuesto que lanzaron durante nuestro duelo simulado con Stella-Ojou?!

El lobo de hielo se lanzó a una carga furiosa contra el hombre misterioso y su caballero. Al mismo tiempo, los viejos condes tomaron una acción evasiva y murmuraron: “¿Puede ser?” “¡Más magia suprema!” y “¿Son estos los frutos de su instrucción?”

El caballero se mantuvo firme, su único ojo visible brillando con un rojo extraño. ¿Por qué no esquivó?

¡Un instante después, el Blizzard Wolf lo golpeó de frente! Se desató una tormenta de nieve que congeló el gran escudo que levantó para detenerla. Pude ver los efectos del choque transformando el amplio canal de abajo en un río de hielo, y una niebla fría llenó el aire.

“Tina, ¿lo golpeaste?” llamé, manteniendo mi mirada en su mano derecha mientras daba un paso adelante. La marca de Frigid Crane brillaba en la parte posterior y la fórmula de un hechizo se mostraba a través de la cinta azul en su muñeca.

“¡Definitivamente!” ella respondió. “Pero se siente un poco asqueroso”.

Miré a Ellie. Ella tampoco se había relajado. Y tampoco Stella-Ojou, Karen, Anna o Onii-sama Richard. Los inquisidores a los que nos habíamos enfrentado en Avasiek habían sido monstruosos. Era difícil creer que un solo golpe, incluso de un hechizo supremo, pudiera…

¡Un aluvión de enormes agujas umbral estalló a través de la niebla helada y nos apuntó directamente! ¿¡Qué fue este ataque?!

“¡Me permitirá!” Anna dijo alegremente. Un movimiento de su mano izquierda envió un destello de luz a través de toda el área, atravesando cada aguja y levantando la niebla también.

El caballero estaba congelado, pero aún de pie. Su casco se hizo añicos, y lo que había debajo nos dejó atónitos y en silencio. La mayor parte de la cabeza del caballero estaba cubierta por una fórmula de hechizo que se retuerce. Pude ver a los guerreros ancianos mirando fijamente a Lev, pero el inquisidor simplemente se rio con deleite.

“Espléndido, espléndido”, dijo. “Estoy impresionado de que hayas logrado contrarrestar mi nuevo hechizo de manera tan efectiva”.

“Sir Gaucher de los Caballeros del Espíritu Santo usó ese hechizo después de convertirse en un monstruo”, dijo Onii-sama Richard con dureza. “Lev, creo que tu nombre era. ¿Qué le has hecho a ese caballero? Y a menos que me equivoque, esas agujas negras tampoco provienen de magia ordinaria.

Stella-Ojou   murmuró:   “Es   como   la falsa Resurrection incrustada en esos soldados de hechizos”.

“Esto es un experimento”, respondió el hombre, abriendo los brazos. “Tengo más especímenes de los que sé qué hacer con ellos, en la forma de los antiguos caballeros de tu reino”.

Nos congelamos, conmocionados por esta revelación inesperada.

Tina miró a Lev mientras tejía un segundo Blizzard Wolf en su vara. “Te refieres a los hombres del Caballero Negro que desaparecieron después del ataque de Gerard, ¿no?” exigió. “¡Les implantaste Resurrection contra su voluntad! ¡Y también te hiciste algo antinatural!

“Precisamente”, admitió Lev, mirando a Tina con interés. “Les otorgué un gran poder. ¡Oh, alabada sea Su Santidad! Ahora, creo que es suficiente cháchara. Tengo asuntos en el Gran Árbol. ¡¿Serías tan amable de dejarme paso?!”

Sacó una docena o más de talismanes y los arrojó.

¡Una tropa de nuevos caballeros emergió de los círculos de invocación que doblan el espacio y formaron una línea de batalla!

“¿Un   ejército   de   caballeros   armados con Resurrection?” Karen gimió. “Esto no será fácil”.

“Pero no podemos darnos el lujo de retirarnos,” dijo Stella-Ojou con firmeza. “Vamos a traer a Lydia a sus sentidos y rescatar al Allen-san. Y mientras estemos juntos, esto no será un problema para nosotros. ¿No es así, Karen, Tina, Ellie, Lynne?

No pude evitar mirarla con admiración. Tina y Ellie parecían igualmente cautivadas, sonrojándose un poco mientras murmuraban: “Ella es tan adulta” y “Y tan bonita”.

Lev se rio burlonamente.

“Eres toda una comediante, Señorita Howard. Admito que tu magia suprema es poderosa, pero

¿realmente imaginas que puedes vencer a tantos soldados de hechizos?”

“No por nuestra cuenta”, admitió Stella-Ojou, sacudiendo la cabeza con una mirada traviesa que me recordó a Onii-sama. “Pero tenemos aliados de confianza en los que confiar”.

Lev parecía desconcertado. “¿Qué es lo que tú…” Luego miró hacia arriba.

Detrás de nosotros, nuestros aliados comenzaron a murmurar.

“M-Mira”.

“¿C-Cómo hay tantos?” Son preciosas.

Un campo de flores parpadeantes colgaba en el cielo arriba. Había docenas de ellos, y también flotaban sobre el ejército rebelde en la orilla opuesta. Luego, grifos y wyverns se derramaron a través de los círculos mágicos. Elfos, humanos y dragones sujetaban las riendas, y más guerreros se apearon de sus espaldas. ¡La segunda ola había llegado!

Por encima de nosotros, dos mujeres gritaron: “¡Bienvenidos!” y “¡Gracias por esperar!” mientras saltaban de sus grifos. Uno era un elfo con un hermoso y reluciente cabello verde jade. La otra, una doncella con cabellos escarlata ondeando detrás de ella. ¡Eran la Duquesa Emérita Leticia Lebufera y Lily! La pareja, que se había llevado bien en la capital real, lanzó hechizos de levitación justo antes de tocar el suelo y aterrizar suavemente.

“¡Oh Lily!”

“¡Lo entendiste!”

Su lanza y sus grandes espadas gemelas atravesaron a varios soldados de hechizos sin piedad. Ni siquiera permitieron que los antiguos caballeros tuvieran la oportunidad de contraatacar.

“Cosas frágiles”, comentó la duquesa Leticia. “Y sobre todo…”

“¡Lo siento por ellos!” intervino Lily.

Siguieron con el hechizo avanzado Imperial Storm Tornado y el hechizo supremo Fire Bird. El mensajero aviar de la fatalidad envolvió a los soldados de hechizos con incluso más poder del habitual, obligándolos a latir intensamente con la luz de la Resurrectión.

Lev chasqueó la lengua con irritación y apretó un puño, lanzando otra andanada de agujas negras.

“¡No tan rápido!” Tina gritó, de repente lanzándose hacia adelante. Ellie y yo estábamos justo a su lado, gritando: “¡Bien!” y “¡No me olvides!” Nuestra triple barrera de hielo, viento y fuego anuló por completo el ataque.

Los soldados de hechizos restantes se habían reorganizado.

“¡¿Quién eres?!” Lev gritó desde detrás de su línea.