Koujo Denka (NL)

Volumen 8

Capitulo 2: Se Lanzó Hacia Mí

Parte 3

“¿Disculpa?” Dije, mirándola.

Es bastante bonita, ahora que la veo de cerca. Incluso podría recordarme a Lydia.

“¡Primero, maná!” Linaria pronunció, levantando su dedo índice izquierdo. “¡Apenas tienes ninguno!”

Gemí, las manos presionando mi corazón. ¿Debe ponerlo así?

“¡Segundo, esgrima!” continuó, luciendo malvada. “Has dominado los conceptos básicos, ¡pero eso es todo!”

“B-Bueno, difícilmente me llamaría a mí mismo un espadachín,” repliqué, mi voz temblaba.

Lydia nunca debe saberlo. Prácticamente puedo oírla decir: “¿Después de aprender de mí? Esto requiere un entrenamiento intensivo”.

“¡Tercero, combate sin armas! Nada mal. Te daré puntos por atreverte. Pero si lo intentaras en el campo de batalla…” Linaria se rio.

En silencio, enterré mi cara en mis manos. Mis habilidades de combate sin armas eran lo único de lo que estaba secretamente orgulloso.

“¡Cuarto, control mágico! Decente, pero sigue practicando. Ese último poco de camuflaje fue bueno”.

“M-Muchas gracias”, respondí, nervioso por el repentino cumplido.

“Finalmente, tu coraje y amabilidad son sobresalientes. Dudaste porque mis pinturas estaban en tu línea de fuego, ¿no? Fallaste como guerrero… pero absolutamente no como persona. Tus padres deben ser buenas personas.

“Estoy orgulloso de ellos. Y mi hermana también”. Asentí enfáticamente y luego agregué: “Perdóname por usar tu daga sin preguntar”.

Nunca esperé romperlo.

Linaria negó con la cabeza. La luz comenzaba a abandonar su cuerpo. “Se habría perdido en el tiempo si no lo hubieras dibujado. Me alegro de haber podido sentir su maná por última vez. Gracias”.

“Pero…” vacilé.

Ella también se quedó en silencio. Finalmente, dijo suavemente: “Entonces, escucha un poco de mi historia. No tomará mucho tiempo”.

***

Nací en la ciudad divina, o eso me han dicho. ¿Por qué no estoy seguro, preguntas? Porque los Etherhearts me adoptaron poco después de mi nacimiento. Pero supongo que el fuego corría en mi familia biológica. Quiero decir, solo mira mi cabello.

Los Etherhearts son un clan mágico positivamente antiguo. Mencioné a su fundador antes, ¿recuerdas? Sí, fue una de las últimas brujas y la progenitora de la magia botánica. Aparentemente, también tengo sangre de bruja en mis venas, aunque no de la misma línea.

No sabes lo que quiero decir con “bruja”, ¿verdad? Ese lobo dijo más o menos lo mismo. Entonces, supongo… la raza finalmente se ha extinguido. Incluso en mi época, la línea de sangre directa de Etherheart se diluyó casi más allá del reconocimiento.

Ahora, ¿dónde estaba? Una raza de brujas habitó una vez nuestro continente. No estoy hablando metafóricamente, eran el verdadero negocio. Parecían humanos, pero luché contra una en el campo de batalla y, basándome en esa experiencia… diría que eran algo completamente diferente. Ella me llamó una “bruja falsa”, ya que mi sangre no era lo suficientemente pura, dijo.

Puramente en términos de guerra mágica, las brujas eran probablemente el pináculo de la vida en este planeta, incluidos los dragones y los demonios. No es que fueran holgazanas en lugares cerrados; una bruja podría aplastar a un vampiro con sus propias manos y reír mientras lo hacía. Esas son el tipo de criaturas de las que descienden los Etherhearts.

Viví en los años crepusculares de un imperio que se extendía por todo el continente. La clase dominante estaba podrida hasta la médula, y los poderes emergentes superaron la magia con la que una vez dominaron a sus vecinos. He estado cargando una espada y lanzando hechizos desde que tengo memoria. Odio presumir, pero siempre fui la persona más fuerte, incluso cuando era niño.

El jefe de la Casa de Etherheart en ese momento quería hechiceros poderosos, así que tenía un nuevo hermanito o hermanita adoptiva prácticamente todos los años. Y al año siguiente de su llegada, se habrían ido. No, los Etherhearts no hicieron nada de lo que acabas de imaginar, la familia simplemente no fue capaz de hacerlo. Encontraron buenos hogares para todos los niños, o eso es lo que escuché.

De todos modos, cuando cumplí trece años y me enviaron a estudiar al extranjero en el Reino de Wainwright, solo me quedaba un hermano y una hermana. Mi hermana pequeña heredó mucha sangre de Etherheart, aunque provenía de una rama de cadetes. Sí, a la Royal Academy. Técnicamente era un estudiante, pero mi trabajo principal era traer una plántula del Árbol del Mundo a la capital real, plantarla allí y fomentar su crecimiento.

¿Disculpe? “¿Qué es el Árbol del Mundo”? Caramba. Supongo que incluso las leyendas se desvanecen después de cinco siglos. No tengo suficiente tiempo para entrar en detalles ahora, pero en pocas palabras, el Árbol del Mundo es como un pilar que apuntala nuestro planeta. Los Etherhearts intentaron cultivar sus plántulas y plantarlas por todo el mundo. Aunque a juzgar por la expresión de tu rostro, supongo que fallaron. Qué vergüenza.

Disfruté de mi vida en la capital real. Mi hermano y mi  hermana  pequeños  vinieron  a  unirse  a  mí después de un tiempo, y también hice amigos. Diría que fue la época más feliz de mi vida.

Regresé a la capital imperial cuando tenía quince años. Entonces todos empezaron a ir a la guerra con todos los demás. ¿Por qué? Todavía no lo sé. De repente, la lucha había envuelto a todo el continente. Pero supongo que la mayoría de las cosas que hace la gente son igual de difíciles de explicar.

Después de eso… ¿Has leído partes de mi diario, no es así? ¿No mencionaba mi nombre ni nada sobre los Etherhearts? Eso es extraño. Recuerdo haber escrito bastante sobre ellos. Aun así, no siempre estuve en mi sano juicio, así que podría haber borrado esas partes.

Sí, hice más de lo que me correspondía en la lucha. Y mientras luchaba y luchaba y luchaba, mucha gente murió: mis padres adoptivos, otros miembros de nuestra casa, amigos que había hecho en la capital real, compañeros de armas… y mi hermano pequeño, que me amaba. Cuando estaba agotada por la lucha interminable, él fue a la batalla en mi lugar. ¡Por supuesto que traté de detenerlo! ¿Y qué crees que me dijo: Gran Duquesa Linaria Etherheart, Twin Heavens?

“¡¿No te das cuenta de que eres una niña, Linaria?!

¡Soy un hombre, y juro que te mantendré a salvo! Cuando vuelva a casa, me gustaría que te casaras conmigo”.

Me alegré, me regocijé. Grité como un niño cuando dijo eso. Las únicas personas que alguna vez me han  tratado  como  a  una  chica  común  son  mi hermano pequeño y cierta llave excéntrica y defectuosa.

Pero mi hermano nunca volvió a casa. Se convirtió en un señuelo para ayudar a sus aliados a escapar y encontró una muerte honorable en la batalla.

¿Qué? ¿No es mi título de condesa? ¿Eso es lo que dicen las historias? Qué pregunta tonta. Los Etherhearts pueden haber atravesado tiempos difíciles, ¡pero somos una de las ocho casas en el mundo a las que se les permite un gran ducado!

Ahora, ¿has terminado de interrumpir? Después de eso, bueno, pasaron muchas cosas. El ejército real lanzó una invasión sorpresa de la ciudad divina, así que luché contra ellos y terminé separándome de mi hermana. Ese despreciable señor de los vampiros vino a secuestrar a

una bruja, así que seguí incinerando la cosa vil hasta que tomó. Realmente fueron días agitados.

Disculpa ¡¿a mí?! ¡¿Mi hermana y yo no peleamos hasta un empate?! ¡Ja! ¡Por supuesto que no! ¡La hermana mayor siempre es más fuerte!

El imperio estaba innegablemente en declive, pero no habría perdido la guerra mientras me tuviera a mí. Las líneas del frente estaban en suelo extranjero hasta que me escondí aquí. Aun así, cuando llegó mi fin, no quedaba nadie a mi lado.

He olvidado quién me mató o cómo. Supongo que mis instintos se activaron para protegerme de una verdad desagradable. Casi lo único que recuerdo es cerrar el sello con toda la fuerza que pude reunir. Lo siguiente que supe fue que estaba aquí, acostado junto a Atra. En cuanto a por qué me quedé durante quinientos años, la respuesta es simple: solo podía existir en este terreno sagrado y dentro de la torre. Desaparecería si los dejara. Así que seguí esperando a alguien a quien pudiera confiarle Atra. Al menos, hasta que sufrí otra traición.

¿Dónde estamos? ¿Y qué es esa puerta negra? En cuanto a esto último, tengo tanta curiosidad como tú. Estoy seguro de que podría resolverlo si tuviera la biblioteca hereditaria de tomos antiguos de los Etherhearts, pero todo se redujo a cenizas cuando peleé con mi hermana. Todo lo que puedo decir con certeza es que la puerta no es única. Y que todo lo que está más allá de ellos es una amenaza para el mundo.

Me encerré aquí porque ya había tenido suficiente. Las guerras prolongadas no me llevaban a ninguna parte, así que decidí terminarlas usando a los grandes elementales.

Había materializado a los elementales por primera vez en siglos, y lo creas o no, me sentí responsable de la expansión militar desenfrenada y la gran cantidad de hechizos retorcidos que resultó. Supongo que tenía miedo de llegar a los extremos. Pero mi hermana y yo solo habíamos aprovechado una fracción del poder de los elementales. Si pudiera hacerlo mío, podría terminar la guerra. Al menos, yo lo creía genuinamente en ese momento.

Sin embargo, una vez vi las sonrisas de Atra y los otros elementales…

***

Linaria interrumpió abruptamente su historia y dijo: “Qué vergüenza, parece que se nos acabó el tiempo. Oh, bien. ¡El fin!”

Dejé escapar un grito cuando mi cabeza pasó entre sus piernas y golpeó el suelo. Frotándome la cabeza, me senté y luego me levanté sobre una rodilla.

“¡No te descuides!” reprendió la poderosa bruja, levantando su dedo índice izquierdo y mostrando una sonrisa burlona. “Especialmente no alrededor de señoritas encantadoras como yo”.

“Me lo tomaré en serio”.

“¡Como deberías!” Se alejó, evidentemente satisfecha, y saltó a la mesa, donde giró con la elegancia de una bailarina. Su largo cabello carmesí reflejó la lluvia de luz solar en una exhibición impresionante. Sin embargo…

Entrecerré los ojos. El cuerpo de Linaria se estaba desintegrando lentamente pero constantemente en finas partículas.

“No pude decirte todo lo que me hubiera gustado”, dijo, encogiéndose de hombros, “pero así es la vida. Hay muchas cosas que es mejor que no sepas, y cuando te pones a ello, mi tiempo terminó hace mucho tiempo. Allen del clan de los lobos, dejo a Atra, el gran elemental Thunder Fox, a tu cuidado. Mantenla a salvo.

“Acepto la responsabilidad. Juro por el nombre que me dieron mis padres que la defenderé. Gracias”, respondí  gravemente,  poniéndome  de  pie  e inclinándome. Dudaba que más de un puñado de personas a lo largo de la historia pudieran reclamar el beneficio de una lección personal de Twin Heavens.

Linaria reflexionó. “¿Queda algo que discutir?”

“Déjame pensar.” Un momento después, dejé escapar un “¡Oh! ¡Por favor, dime la salida! ¡Y agradecería cualquier cosa que sepas sobre las personas que ataron a Atra y la forma de eliminar sus marcas de maldición! Además, ¿qué debo hacer si un gran elemental habita en un niño maldito? ¿Es posible liberarlos?

El camino que había tomado para llegar aquí se había cerrado detrás de mí, así que tendría que encontrar otro. Y tampoco podía olvidarme de Atra, Tina y Lydia.

“¿Un gran elemental en un niño maldito?” repitió Linaria, quitándose el guante derecho. “Nunca he oído que eso suceda. Pero no te preocupes, los grandes elementales aman a la gente. Ahora que lo pienso, ese lobo hace doscientos años también trajo consigo a dos niños malditos.

Entonces, ni siquiera ella sabe la respuesta.

Mis pensamientos estaban tomando un giro sombrío cuando Linaria agregó: “Aquí. Atrápalo”, arrancando algo de su dedo y tirándomelo.

“¿Qué es esto?” —pregunté, cogiendo un anillo con una piedra roja engastada.

“La ruta de escape está en la parte trasera de mis aposentos. Ese anillo es la clave. Y recuerda: debes llevarlo en el dedo anular derecho. Es mágico, por lo que cambiará de tamaño para adaptarse”.

“Está bien”, dije vacilante, sintiendo un miedo creciente mientras deslizaba el anillo en mi dedo. Estaría en peligro mortal si Lydia o las chicas me encontraran usándolo.

“Ese fue un regalo de mi hermano para mí”, me informó la bruja, con una sonrisa encantadora pero burlona. “No puedes quitártelo a menos que superes mi habilidad”.

“¡¿Qué?!” Asombrado, inmediatamente traté de soltar el anillo. Pero no se movería.

Yo… ¡Me han tenido!

“Múltiples grandes elementales trabajando juntos deberían poder levantar la maldición sobre Atra”, continuó Linaria, luciendo positivamente beatífica. “Estoy seguro de que te ayudarán, sabiendo lo compasivos que son, y tienes bastante tiempo para trabajar en ello. Pero no intentes vincular maná con ella hasta que esa marca desaparezca. No tiene toda su fuerza y quema demasiado maná cuando se altera. En cuanto a quién le puso esas horribles cadenas…

“Al menos deben haber sido un rival para ti. Y afiliado a la Iglesia del Espíritu Santo, a juzgar por las fórmulas de sus hechizos —intervine, dejando a un lado el problema del anillo y mirando a Linaria a la cara.

Ella me devolvió la mirada. “Quien ideó los hechizos rivaliza con la Santa. Su emisario se hacía llamar el Sabio actual.”

No podía creer lo que escuchaba. Se suponía que “Héroe” era el único título legendario transmitido de generación en generación en nuestro continente. Los registros antiguos sostenían que “Swordmaster” había sido otro en días de antaño, pero el poseedor actual del título no era un campeón antiguo. Había desafiado a Lydia durante nuestro tiempo en la Royal Academy, perdió y ahora vagaba por tierras extranjeras.

¿Podrían seguir vivas tales leyendas? Recordé a Gaucher, un caballero del Espíritu Santo contra el que luché en la capital del este. “¡Por el Espíritu Santo y el Santo!” había sido su grito de guerra. Sin embargo, no podía ser. ¿Estaba el otro lado de este tablero de juego sostenido por—

“No sé si era genuino”, dijo Linaria, con un toque de autoburla, “pero esas cadenas son las mismas fórmulas que el Santo usó una vez contra las brujas, y él sabía acerca de Atra y de mí. Así que ten cuidado, al menos, este supuesto Sabio era fuerte”.