Koujo Denka (NL)

Volumen 8

Capitulo 1: Buen Trabajo

Parte 1

“Buen trabajo, todos. La ciudad de Fouha ahora está completamente bajo nuestro control. La mayor parte de las fuerzas rebeldes parece haberse retirado debido a problemas logísticos”, anunció mi querida madre, la Dama Sangrienta, la duquesa Lisa Leinster. Qué digna se veía, de pie allí con su uniforme y gorra de color escarlata oscuro. “Asegúrense de que la gente del pueblo esté bien atendida y envíen a la capital del sur cualquier cosa que les falte. Mi esposo Liam ya se fue para hablar con su amigo jurado, el duque Walter Howard.”

Los oficiales reunidos soltaron un grito de alegría.

“Hasta ahora, todo bien, Lynne-Ojou”, susurró alegremente la belleza pechugona a mi lado. Lily, la número tres del Cuerpo de Sirvientas Leinster, llevaba una cinta negra en su hermoso cabello largo escarlata, una chaqueta con un diseño de flechas entrelazadas, una falda larga y un par de botas de cuero.

“Sí”, le susurré, “pero no tenemos un momento que perder”.

Estábamos justo al sur de la capital real, en la cámara del consejo del ayuntamiento de Fouha. A través de los cristales rotos de las ventanas, pude ver nubes oscuras y bajas. Había pasado poco menos de un mes desde que la Casa Ducal de Algren dirigió a la aristocracia conservadora de nuestro reino en una insurrección. Los simpatizantes rebeldes de la Liga de los Principados habían aprovechado la oportunidad para invadir, pero los Leinster y nuestros vasallos del sur habían repelido su ataque y aplastado a su ejército en la Llanura de Avasiek. Nuestra fuerza principal había girado entonces hacia la capital real, y nuestra marcha nos había traído aquí.

Esta reunión estaba formada por los nobles y comandantes del sur más prominentes, junto con Lily, yo y un puñado de caballeros. Al ver que el discurso de mi querida madre había encendido su coraje, cerré los puños junto con ellos.

Mi querido padre se fue a consultar con el duque Walter, lo que significa que las fuerzas de Howard también se acercaban a la capital. Pensé en Tina Howard y Ellie Walker, de quienes estaba seguro de que marchaban con el ejército. Nunca consentirían quedarse en la capital del norte, especialmente ahora que Onii-sama, nuestro tutor privado y el insustituible Cerebro de la Dama de la Espada, se había visto envuelto en esta insurrección.

Tina, Ellie, no puedo esperar para verlas. Tengo mucho que contarte sobre…

Un golpe repentino en mi mejilla descarriló mi línea de pensamiento. Casi grité, pero logré amordazarme con las manos. Yo era la hija de un duque, después de todo, y tenía cierto sentido de la vergüenza.

“Lily, ¿cuál es la gran idea?” susurré con gran enojo.

“Parecías tan feliz que no pude evitarlo”, susurró alegremente la criada. “Has estado un poco deprimida desde que te despediste de Sida en la capital del sur”.

Sida era una sirvienta en formación que había sido asignada para atenderme durante las vacaciones de verano. Era una buena chica, aunque con un toque de excentricidad, pero difícilmente podía llevarla conmigo en la campaña, así que la dejé atrás. Quizás su presencia había ayudado a aliviar mi soledad durante estos tiempos difíciles.

Un caballero con una llamativa armadura escarlata, el conde Tobias Evelyn, comandante de nuestra élite de la Orden Escarlata, levantó la mano en un saludo entusiasta y gritó: “¡Señora, permita que mis caballeros y yo lideremos la carga hacia la capital real!”

Siguió un coro de objeciones.

“Evelyn-Ojou está demasiado ansiosa por ser el centro de atención. Mi propia Casa de Pozón sería una mejor opción.”

“La Casa de Hugues espera tu orden”. “¡La Casa de Bor está lista y dispuesta!”

Mi querida madre sonrió con elegancia. Pero antes de que pudiera hablar, otra voz dijo: “Disculpe”. Siguió un golpe, luego entró una impresionante mujer con anteojos, cabello negro y piel oscura: la segunda al mando del Cuerpo de Sirvientas Leinster, Romy. Había traído a otra sirvienta con orejas largas, piel un poco oscura y cabello escarlata extremadamente pálido atado suelto detrás de su cabeza, sin mencionar un cofre que hacía sentir su presencia a pesar del peto manchado por la batalla que usaba.

“Celenissa! ¿Regresaste de la capital del este?” Grité. La segunda doncella, Celenissa Ceynoth, era la número cinco del cuerpo. Había acompañado a nuestra doncella principal, Anna, al bastión oriental de los rebeldes, donde se habían propuesto realizar un reconocimiento en masa.

Mi querida madre levantó serenamente su mano izquierda, silenciando instantáneamente el estruendo de voces. “Romy”, dijo, invitando a un informe.

“Sí, señora”, respondió Romy. “Primero, la Casa Ducal de Howard ha capturado la ciudad de Nanoff, al norte de la capital real. Y debido a la velocidad del rayo con la que tomaron desprevenidos a los rebeldes, creo que ninguna noticia del ataque ha llegado a la ciudad.”

Todo el grupo recibió esta noticia con miradas de aprobación. Como esperábamos, los Howard nos estaban igualando paso a paso.

“A continuación, tengo noticias sorprendentes que contar. Verá…” El segundo al mando vaciló.

“Romy está nerviosa”, murmuró Lily melodiosa.

Por fin, Romy se ajustó las gafas con una mano y anunció: “Los pueblos al oeste de la capital parecen haber sido retomados también, y por la Casa Ducal de Lebufera.”

Una conmoción de sorpresa llenó la cámara. Incluso mi querida madre tenía los ojos muy abiertos.

La Casa Ducal de Lebufera custodiaba el oeste de nuestro reino. Y durante los últimos doscientos años, habían estado pegados a la línea de fuertes que habían construido en las orillas del Río Sangriento, enfrascados en un concurso de miradas con nuestros enemigos demoníacos. Sin embargo, esas mismas Lebuferas habían marchado a la guerra. Me estremecí, seguro de que estaba presenciando un gran evento que pasaría a los anales de…

Mi querida madre aplaudió. “Ignoraremos el asunto de las Lebuferas por el momento”, dijo. “Romy, confío en que hayas informado a Liam”.

“Sí, señora. El maestro te envía un mensaje: ‘Trasladaremos nuestra conferencia al oeste y asistirán tres duques’”.

“Ya veo.”

Una vez más, los oficiales quedaron desconcertados. Sus rostros se sonrojaron y, sin pensar, apretaron los puños y golpearon sus vainas y armaduras. Tres de los Cuatro Grandes Duques de nuestro reino se habían reunido en el campo de batalla para un consejo de guerra.

Esto es increíble. ¡Simplemente estupendo! Nada parecido ha sucedido desde la Guerra del Señor Oscuro. Ahora rescatar a Onii-sama debería ser…

Celenissa le dio a mi querida madre una mirada significativa.

“La batalla por la capital real comenzará inmediatamente después del regreso de Liam. Todos deben descansar mientras tanto”, ordenó la duquesa Lisa Leinster. “Lynne, Lily, quédense conmigo. Romy, Celenissa, traigan a Lydia y encárguense de que Maya la acompañe.”

***

“Querida madre, ¿es… uhm… sabio decirle a Onee- sama las nuevas noticias de la capital del este y de Onii-sama?” pregunté francamente una vez que los demás abandonaron la habitación.

“No puedo fingir que lo es”, respondió mi querida madre, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño, “pero no tengo el corazón para ocultárselo a Lydia ahora”.

No tenía nada que decir a eso; Onee-sama estaba desesperada por saber algo de Onii-sama. Pero si… si las noticias de Celenissa fueran malas…

Lily apretó suavemente mis manos y dijo: “Allen es fuerte, Lynne-Ojou”.

“Lily…” Mi inquietud se apoderó de mí, y abracé a la sirvienta como lo había hecho cuando era pequeña. Me acarició la espalda con ternura.

Sin embargo, el mana se acercaba: poderoso, turbulento y terriblemente inestable. Me alejé de Lily y me enderecé cuando la puerta se abrió para admitir a Romy y Celenissa, ambas cargando una silla. Entonces entró una mujer pequeña, de cabello castaño con uniforme de sirvienta, sosteniendo a una joven demacrada con cabello escarlata muy corto. Esta última vestía un uniforme militar negro azabache, sus ojos brillaban con una luz apagada y la cinta escarlata carbonizada en su muñeca derecha comenzaba a desmoronarse. Lily y yo nos congelamos, atónitos por la primera vez que la vimos en días.

“Onee-sama” “Lydia-chan”.

Esta joven era Lydia Leinster, la Dama de la Espada, a quien algunos aclamaban como la hechicera y espadachina más poderosa del reino. También era Onee-sama y la idolatraba.

Murmuró: “Gracias, Maya. Puedo caminar sola”. Luego se acercó a nuestra querida madre y su tono se volvió brusco de repente.

“¿Supongo que tienes noticias de él, madre?”

“¿Has estado comiendo lo suficiente, Lydia?” nuestra querida madre preguntó lentamente. “No pareces estar en condiciones de…”

“Suficiente sobre mí. Nada importa más que él ahora”.

“Lydia”. La angustia torció el rostro de nuestra querida madre. En silencio, Romy y Celenissa dejaron su silla.

“Siéntate. Por favor”.

Onee-sama accedió a su sincera súplica en silencio. Maya y Romy rápidamente tomaron posiciones detrás de ella.

Nuestra querida madre también se sentó y dijo: “Celenissa, cuéntanos qué está pasando en la capital del este. Y trata de ser breve”.

“Si señora.” La criada asintió con la cabeza. Como la segunda mayor de las tres hermanas Ceynoth, sus hermosos rasgos mostraban un rastro de sangre élfica.

Onee-sama juntó las manos como en oración. Ella nunca hubiera mostrado una debilidad como esta antes, pensé, apretando mi puño contra mi pecho contra el dolor.

“Limitaré mi informe a lo esencial”, dijo Celenissa con calma, y luego se lanzó a su relato de la guerra.

“Ya veo. Entonces, ¿el Gran Árbol sigue resistiendo?

¿Y Richard está herido pero a salvo?”

“Si señora. Karen-san logró destruir el inexpugnable Gran Puente, y el árbol en sí está protegido por una bandada de grifos verde mar bajo el mando de la antigua montura del legendario Shooting Star. Y dado que la doncella principal, Nico y Jean también se quedaron atrás para la defensa y el reconocimiento, creo que el peligro ha pasado por el momento.”

Mi querida madre sonrió, evidentemente aliviada por el informe. “Richard sin duda es una persona muy peculiar.: ¡siempre elige los momentos más difíciles para probar sus límites! Me pregunto de quién sacó eso. ¿Qué piensas, Lynne?”

“B-Bueno…” Me reí torpemente.

“Quiero decir, mientras que Onii-sama Richard pasaba la mayor parte de su tiempo haciéndose el tonto, en el fondo era tan increíblemente serio como nuestro querido padre. Pero sea como fuere, esta noticia ofrecía perspectivas mucho más brillantes que el informe inicial de Ryan Bor.”

Y las bestias eligieron a Karen para viajar al oeste e invocar el Antiguo Juramento. ¡Imagina eso! Pensé, imaginando al vicepresidente del clan lobo y Señora de los hermanos del consejo estudiantil de la Royal Academy. Si las Lebufera se han sumado a la lucha, es posible que ella marche con ellas.

“¿Y es un prisionero de guerra?” Onee-sama presionó a Celenissa. “¿No está muerto? ¿Estás absolutamente segura?”

“El general enemigo Haig Hayden lo dijo”, respondió la criada. “Aunque es un rebelde, es un gran caballero; creo que podemos tomarle la palabra”.

“Está vivo”, murmuró Onee-sama entrecortadamente mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Lily y yo corrimos a su lado, llamándola en voz baja y juntando sus manos. Estaban fríos y demacrados.

Mi querida madre también se levantó y secó los ojos de Onee-sama con un pañuelo. “Lydia, Allen está vivo. Pero se asustaría si te viera ahora. Dale a tu mente y cuerpo un poco de descanso. Maya, Romy.”

“Si señora. Lydia-Ojou.” “Por favor, disculpe”.

Las dos criadas levantaron a Onee-sama, que tocaba el pañuelo y murmuraba: “Vivo. Está vivo”. Lily y yo nos movimos para unirnos a ellos, pero mi querida madre nos detuvo con una mirada.

¿Qué?

Tan pronto como Onee-sama salió de la habitación, cerca de cien hechizos y barreras para amortiguar elsonido la rodearon. ¿Era esto la magia de Maya y Romy?

Me volví para mirar a mi querida madre de rostro solemne y a la doncella restante. Entonces me di cuenta: Celenissa había mentido para proteger el corazón angustiado de Onee-sama.

“Por favor”, dije, encontrándome con la mirada triste de la criada, “dime la verdad”.

Siguió un momento de silencio. Entonces Celenissa respondió: “Según la palabra de Hayden y otra inteligencia que reunimos en la capital del este, Allen-sama fue hecho prisionero. Sin embargo, fue posteriormente secuestrado y enviado al Mar de los Cuatro Héroes por un grupo distinto a las fuerzas rebeldes”.

¡¿Se  llevaron  a Onii-sama?!” exclamé, conmocionado. “¿Secuestrado? ¿Quién    sabría los detalles?”

preguntó Lily. Hablaba con calma, pero sus manos temblaban.

Celenissa bajó la mirada.

“Tal vez el líder enemigo, Grant Algren, o su hermano Greck, quien comanda sus fuerzas en la capital real. Pero si hay que creer a los rebeldes que capturamos, el valor de Allen-sama le ganó una reputación  incluso  entre  los  insurrectos  y  la población humana de la capital del este. Dudo que lo usaran bruscamente.”

“Entonces, ¿quién Demonios podría haber…?”

Dejé que mi propia pregunta se diluyera, sin terminar. Tenía bastante buena cabeza sobre mis hombros, y acababa de recordar la amenaza que habíamos encontrado en Avasiek: los inquisidores de la Iglesia del Espíritu Santo. En mi estado de shock, prácticamente podía escuchar la sangre salir de mi cara.

“¡Señora!” gritó Lily.

“Romy y Maya no pueden dejar el lado de Lydia- Ojou, pero por favor, ¡dame a mí, a Celenissa y a las otras sirvientas de rango permiso para ir a la capital del este! A menos que hagamos algo…”

Mi querida madre tapó la boca de mi prima con una mano y la hizo callar.

¿Qué quiere decir ella? ¿Por qué Romy y Maya deben quedarse con Onee-sama?

Mi querida madre incineró el pañuelo con el que había secado las lágrimas de Onee-sama. “Lydia nos superó en astucia”, gimió. “Ella estaba escuchando a escondidas. Esa no suele ser su manera, pero no tiene escrúpulos en lo que respecta a Allen. Supongo que es mi hija.”

“Madre…”

“Señora…”

“Lynne, Lily, Celenissa”.

Los tres respondimos con un tardío “Sí, señora”. Mi querida madre se puso de pie y dijo:

“En lugar del duque Liam Leinster, te ordeno: devuelve a la Dama de la Espada a la capital del sur de inmediato. Si lucha en su estado mental actual, bien podría representar una amenaza para amigos y enemigos por igual. Si se resiste…” Tocó suavemente su vaina y vi tristeza en sus ojos. “Puedes manejarla bruscamente. Si sucede lo peor, me enfrentaré a ella yo mismo. Soy la única madre que tiene esa niña”.

***

Fuimos directamente de la cámara del consejo a la habitación asignada a Onee-sama.

“Entonces, ¿Onee-sama siempre estuvo rodeada de Maya y oficiales del cuerpo de sirvientas como seguro? ¿Te informaron de esto?” pregunté mientras caminábamos.