Shin no nakama janai to Yuusha (NL)

Volumen 9

Capítulo 5: El Desafío Del Héroe

Parte 2

“Pero…”, objetó Tisse. “Confío en Red”.

“Si sale mal, voy a intervenir. Por favor, deja esto al Hermano Mayor”.

Tisse soltó una pequeña carcajada ante los comentarios de Rit y Ruti. “Entonces supongo que yo tampoco tengo más remedio que confiar en él… Muy bien. ¿Cómo piensas luchar contra él?”

“Sobre eso… tengo que pediros un favor a todos”. “¡Hey, sólo tienes que pedirlo!” dijo Danan.

“Voy a arreglar las cosas con Van en un duelo. Si Lavender intenta interferir, quiero que la detengas”.

“¿Un duelo? Eso es una locura, incluso para ti”.

“Van es fuerte, y no hay absolutos en combate, así que no diré que ganaré definitivamente, pero… voy a ganar”.

“Siempre que hablas así, las cosas salen bien”. Rit me apretó la mano. “Déjanos a Lavender a nosotros. La detendremos pase lo que pase”.

“Gracias. Cuento con todos vosotros”.

¡Okay, es hora de la batalla final!

Unas nubes oscuras y pesadas llenaban el cielo.

“Dispérsense”.

Lavender lucía una sonrisa desagradable en el rostro.

Innumerables rayos, tornados y tormentas de arena azotaron los alrededores del lago donde vivía Undine.

El torrente de energía era tan poderoso que incluso la barrera de Undine que protegía el lago se hizo añicos en un instante. El cuerpo de Lavender se agrietó ante la fuerza de su poder mágico. Sin embargo, no pareció herirla en absoluto. Era como si las cadenas que encadenaban su verdadera naturaleza se estuvieran liberando.

La tormenta se calmó y el polvo se disipó. “Hmph… El de antes está aquí”.

El lago estaba completamente intacto, como si no hubiera pasado nada. El Escudo Sagrado de Ruti había repelido la magia destructora de Lavender. Rit, Tisse, Danan, Yarandrala, Esta, Ruti y yo estábamos frente a la aldea, todos observando a Van.

“Por fin te he encontrado”. Van sonrió cuando posó sus ojos en Ruti. “Ha sido un camino bastante tortuoso, y me he confundido… pero estoy seguro de que si te mato, podré volver a ser el Héroe”.

“…”

Ruti respondió a Van con una mirada fría. No tenía ningún interés en hablar con él.

“Soy el Héroe… ¿No tienes nada que decirme?” Van quería que ella respondiera. Al viejo Van no le habría importado.

“Van”. Hablé en lugar de Ruti. “Gideon, por fin lo entiendo.” “…”

“¡Ella es Ruti la Héroe!” Van gritó.

Van había llegado por fin a Ruti el Héroe.

“¡Este es el destino que el Todopoderoso Demis ha puesto ante mí! Para convertirme en el verdadero Héroe, ¡debo derrotar al que ha envejecido!

¡Van el Héroe heredará la fuerza que Ruti el Héroe ha reunido y entonces salvará al mundo!”

Van estaba cada vez más agitado, pero su arrebato me pareció hueco. Caminé hacia él. “Van, confiesa.”

“Gideon, ¿de qué estás hablando?”

“No sabes qué hacer. Ni como el Héroe, ni como un devoto creyente, ni como el humano llamado Van. Estás perdido y lo compensas inventando una excusa para explicar lo que sientes”.

“¡Eso no es cierto en absoluto!”

“¡Lo es! Si estoy equivocado, ¡entonces dime qué quiere el Héroe que llevas dentro!”

“¡Me está diciendo que derrote a Ruti!” “¡Incorrecto! ¡No sientes tal impulso!”

Van levantó su espada y me dirigió una tremenda intención asesina. “Como Guía, permíteme guiarte a través de tu duda”.

Mi expresión se mantuvo firme, a pesar de la creciente potencia de Van. “Tú me hiciste así. Todo es porque hablé contigo”.

“Lo sé.

“Me duele estar inseguro. Es como si me perdiera”. “Lo sé.

“Así que… no hablaré más contigo. Voy a matarte para que este dolor desaparezca”.

“Van, has crecido en un mundo pequeño. Un mundo de fe sin lugar para la duda. Sin embargo, es natural que la gente se cuestione cosas durante su vida… Si tú eres el Héroe, entonces no huyas del dolor de la duda”.

“…!”

“¿Creías que nunca flaqueamos durante nuestra lucha contra el ejército del señor demonio? Dudamos de nosotros mismos a cada paso del camino. ‘¿Es esto realmente suficiente?’ ‘¿Podemos realmente confiar en nuestro juicio?’ Sentíamos los zarcillos de la aprensión una y otra vez. Y el arrepentimiento también nos corroía el corazón. Aun así, el Héroe no debe huir de sus dudas”.

“¡Pero Ruti la Héroe nunca vaciló!”

“Ruti no estaba segura y luchó. Sin embargo, se mantuvo firme de todos modos, y así las historias afirmaban que Ruti la Héroe nunca vaciló”.

“¡No te creo! ¡El Héroe no vacila! Ese es el papel que Dios nos dio”.

“Te equivocas. La gente que luchó junto a Ruti no se animó por su bendición de Héroe. ¡Es porque ella se mantuvo firme contra sus dudas!”

“¿Aguantó?”

“Por muy doloroso que fuera, nunca huyó. Siguió adelante sólo con la fuerza de su voluntad. Eso es lo que la gente llama coraje”.

La cara de Van se torció de rabia.

“¿Valor? El Héroe tiene Inmunidad al Miedo… ¡¿No es suficiente?!”

Me quité la capa y cogí la segunda espada de bronce que llevaba debajo. Le arrojé el arma a Van.

“¿Qué estás haciendo?”

“Van, te reto a un duelo. Toma la espada”. “Esta es una espada de bronce barata.”

“Esta batalla es entre el Héroe y el Guía, una batalla de bendiciones. Luchemos en igualdad de condiciones. Si lo hacemos, estoy seguro que resolverá tu duda”.

“…Si el Héroe gana, significa que ya no necesito al Guía.” Levanté ambas manos, mostrando que no tenía equipo mágico.

“Entiendo.” Van dejó a un lado su espada sagrada. Luego se quitó la armadura y se quitó los anillos encantados y los amuletos.

“Ahora es justo”.

Van cogió la espada de bronce que le había dado y adoptó una postura. “Muy bien.” Desenvainé mi propia espada de bronce y me preparé.

“¡Van!   ¡No   dejes  que  te   engañe!”  Gritó   Lavender            mientras      volaba alrededor.

“Quédate atrás, Lavender”. “¡Rit!”

El hada se encontró frente al extremo afilado de un shotel. “¡No te metas en mi camino! ¡Te mataré!”

“No interfieras en su pelea. Los dos acordaron resolver esto con un duelo. No tenemos derecho a detenerlos”.

“¡Cállate! ¡Qué te calles! ¡Todos los que se interponen en el camino de mi amor deberían morir!”

Los ojos de Lavender se abrieron de par en par, y unas grietas se extendieron desde ellos por toda su cara.

Incluso a distancia, podía decir que el gigante que llevaba dentro se estaba liberando.

Sin embargo, Rit no se movió.

“No permitiré que nadie se interponga en el camino de mi amor. Ya sea un hada legendaria, el señor de los demonios o el mismísimo Dios. Si amenazan nuestro amor, me enfrentaré a ellos igual que a ti”.

Rit siempre había sido el tipo de princesa que se escapaba del castillo para ser una aventurera. Y al ver su gallarda figura en ese momento, volví a enamorarme de ella.

Rit y los otros confían en mí. Debería centrarme en Van.

“Vamos a terminar esto, Van.”

“No esperes que muestre piedad si te detienes en el último momento y admites tu derrota”.

“No. Esto es un duelo de verdad, que sólo terminará cuando tú o yo no podamos movernos más. Si te detienes en el último segundo, usaré esa apertura para reducirte”.

“¡Bien!” Van se movió primero. “¡No pararé hasta que libere esta ira!” Desapareció.

¡Un arte marcial!

“¡Aproximación de Golondrina!”

Van acortó la distancia entre nosotros en un instante y bajó su espada. Su hoja de bronce tintineó cuando desvié el golpe.

Un resplandor envolvió su arma mientras nuestras espadas se empujaban la una contra la otra.

Intentando romper mi espada potenciando la suya.

“¡Hahhhh!”

“¡Has ido demasiado lejos!”

Golpeé la espada de Van hacia la izquierda. Su espada estaba impaciente. El deseo de Van de cortarme era demasiado fuerte. No había mente que controlara su arma.

“¡Kh!”

Mi espada mordió el hombro de Van.

Salió un chorro de sangre roja e hizo una mueca por un momento.

Normalmente, habría estado protegido por una armadura, pero ésta era una batalla sin tal equipo. La mejor oportunidad para atacar cambiaba dependiendo de la situación, y Van no podía lidiar con eso.

“Eres débil cuando se trata de defensa”.

Dirigí los ataques a los puntos normalmente protegidos.

El estilo de lucha de Van ya prescindía de la defensa, y no sabía nada de protegerse sin armadura.

Sus ataques se basaban en la Bendición Divina que Dios le había concedido. No había ningún método desarrollado por humanos detrás de su forma.

“¡¡¡Gahhhh!!!”

Su cuerpo estaba manchado de rojo por la sangre derramada. Mi espada había cortado su piel docenas de veces, y aun así permanecía de pie. El Héroe no se desanimaría tan rápido.

“¡Rayo del Juicio!”

¡¿Magia, a esta distancia?!

“Ughhh!!!!”

El rayo me abrasó el cuerpo, pero aguanté para no desmayarme y clavé mi espada.

“¡Argh!”

¡Aterrizó!

Mi espada atravesó el hombro derecho de Van mientras estaba ocupado lanzando el hechizo. La espada de bronce desgarró los músculos y llegó hasta el hueso.

“¡Uwahhhhh!”

La cara de Van se torció. Ahora su brazo derecho sería inútil.

Me gustaría seguir con eso, pero…

“Hahhhh, hahhh…”

Aquel hechizo me había pasado factura. Me pesaban los pies y caí de rodillas. De algún modo conseguí lanzar un tajo hacia arriba desde aquella posición, pero Van ya se había alejado de mi alcance.

“¡No te vas a escapar!”

¡En este estado, será malo si lo dejo escapar para disparar más magia!

Eché fuerza en mis piernas inestables y lo perseguí con la velocidad del rayo.

Debería estar llegando a su límite. El próximo golpe lo decidirá.

“¡Altoooooo!” Gritó Lavender. La niebla negra que brotaba de su cuerpo se estaba formando en una figura gigante.

“¡Aléjate de Vaaaaan!”

La niebla oscura se aferraba a mí, pero yo estaba completamente concentrado en Van.

“¡No te dejaré!”

“No, no lo harás.”

Rit y Ruti cortaron el brazo de Lavender. La detendrían.

“¡¡¡Hrahhhh!!!” Rugí mientras mi espada bajaba.

“…Arte Marcial.” Los ojos de Van se abrieron y me miró. La espada de bronce de su mano izquierda emitió un extraño sonido.

¡No está bien!

“¡¡¡¡¡¡Gran Torbellino!!!!!!”

¡Vamos a golpearnos al mismo tiempo!

Si continuaba mi golpe, le asestaría un golpe mortal a Van, pero su habilidad me desgarraría el torso.

Está dispuesto a sacrificarse por una muerte segura… ¡Gh!

“¡¡¡Gahhhhh!!!”

Retiré mi espada y me defendí del corte de Van.

Mi espada se hizo añicos y la sangre brotó de mi cuerpo. “¡¡¡Red!!!” Rit gritó desde algún lugar que no podía ver.

La hoja rota cayó al suelo con estrépito. “¡¡¡Gané!!!” Van gritó.

La sangre manaba de mi pecho y mi cuerpo perdía fuerzas rápidamente.

Lavender rio triunfante. “¡¿Y ahora qué, Rit?! ¡Si no vas a ayudar, tu amante morirá!”

“Red”. Me di cuenta de que Rit me estaba mirando. “¡Puedes hacerlo! ¡No pierdas, Red!”

El calor y la fuerza volvieron a mi cuerpo.

Van había dejado caer su espada de bronce para posar su mano izquierda sobre mi brazo.

“¡Este es el final! Maestría de Manos Curativas: ¡Reversión!”

Esta era la baza de Van, una habilidad que descargaba todo su daño en otra persona. Era la encarnación del héroe ideal de Van, alguien capaz de superar cualquier situación.

El cuerpo de Van brilló con el poder de la bendición del Héroe. “¡Yo gano!”

Sin embargo…

“Estaba esperando eso”.

Mi cuerpo también brilló con la luz de Manos Curativas, mientras que la luz de la habilidad de Van desapareció.

“¡¿Anulación de habilidades?!”

La anulación de habilidades era una técnica por la que dos instancias de la misma habilidad chocaban y se anulaban mutuamente. Sin embargo, no había muchas oportunidades de utilizarla en la práctica.

Para que el fenómeno funcionara, las habilidades debían proceder de la misma bendición. En otras palabras, la Bola de Fuego de un Mago y la Bola de Fuego de un Sabio no podían anularse mutuamente.

Este truco contrarrestaba la activación de una bendición antes de que se manifestara físicamente.

“Hice que Ruti me imbuyera con el poder de Manos Curativas de antemano”.

Eso significaba que sólo podría lograrlo una vez, pero era todo lo que necesitaba. Van, tan seguro de su victoria, había dejado caer su espada. Ni siquiera había pensado en protegerse.

“¡¡¡Es mi victoria!!!”

Le clavé mi espada de bronce rota. Se clavó profundamente en su cuerpo antes de que pudiera reaccionar.

“Kuh… Hah…”

Era una herida grave. La sangre manaba de ella y Van se desplomó.

“¿No se suponía que esto iba a ser un combate entre el Héroe y el Guía a solas…?”, preguntó el chico.

“Obviamente, eso fue un truco. Ambos blandíamos espadas de bronce, pero yo tengo más experiencia usando una, y estoy más acostumbrado a luchar sin armadura. Esto nunca fue una batalla igualada. Todo esto fue para poder derrotarte”.

“Maldita sea… Eso es sucio…”

“Van, pareces estar operando bajo un malentendido fundamental. Perdiste porque estabas preocupado con pensamientos como ‘porque yo soy el Héroe’ y ‘porque él es el Guía’.”

“No entiendo…”

“Esta fue una batalla entre dos personas: entre Van y Red. Nuestras Bendiciones Divinas son sólo una parte de nosotros. Terminaste así porque no lo entendiste y sólo prestaste atención a las bendiciones”.

“…Maldita sea, maldita sea, maldita sea.” “Van, ¿se ha despejado la duda?” “¿Eh?”

“Esa emoción de ahí es lo que te llevó por mal camino”. “¿Qué, esta ira?”

“La ira es sólo un síntoma. No es la causa. Hablo de la razón por la que te sientes enfadado”.

“Yo…”

“Estás frustrado, ¿verdad?” “…!”

Van dejó de moverse.

Sus ojos se abrieron de golpe. Pude ver cómo la energía que había reunido para luchar se marchitaba ahora que por fin tenía su respuesta.

“El impulso fue la conexión entre los papeles del Guía y el Héroe, pero cuando luchábamos contra los seabogeys en la playa, sentiste que habías perdido contra mí. Te diste cuenta de que tú solo no habrías podido salvar a esa niña. Cuando ella te ofreció su gratitud, te sentiste indigno… Fue entonces cuando la frustración se formó en tu corazón”.

Van nunca había experimentado la frustración.

Las emociones intensas y ardientes le eran ajenas porque había pasado toda su vida en el apartado mundo de la fe. No podía aceptar algo que no comprendía. Así que esa frustración se cocinó a fuego lento en su corazón, convirtiéndose en un dolor que se negaba a marcharse… hasta que finalmente explotó.

“¿Frus…tración…?”

“Reflexiona sobre ello en sueños… Volvamos a hablar cuando despiertes”.

El cuerpo de Van se desplomó.

¿Se ha desmayado por fin?

“Hahhhhh…”

Solté un profundo suspiro y me senté en el suelo.

“Argh, esto duele. Voy a morir… Luchar contra el Héroe es agotador”. Me escocía la herida.

El abnegado ataque de Van había sido peligroso. Si hubiera usado otra cosa que no fuera una espada de bronce, habría muerto.

El Héroe es realmente fuerte. Incluso con todo a mi favor, todo se redujo al alambre.

“¡Hermano Mayor!” “¡Red!”

Sentí que Ruti y Rit corrían hacia mí.

Ya habíamos hablado de qué hacer a continuación, así que podía dejárselo a ellas.

“Van, los caballeros pueden ser bastante desagradables”. Le sonreí. “Esta batalla es en realidad un empate. Sólo tardé más en derrumbarme, eso es todo”.

Había planeado todo tipo de trucos, pero el mayor de todos era alinear las cosas para que un empate pareciera una victoria.

Realmente no quiero volver a tener una pelea como esta.

Mi conciencia se desvaneció por la pérdida de sangre.