Regressor Instruction Manual

Volumen 1

Capítulo 26: Accesorios (Parte 1)

Pasó algo de tiempo desde que confesé lo que le pasó a Park Hye-Young. Era la mentira perfecta: todo apuntaba a que Jin-Ho era el responsable. No tenía que decirle a Hyun-Sung directamente, él llegaría por sí mismo a la conclusión que yo deseaba.

Bien.

Hyun-Sung confiaba en nosotros, por lo que era imposible que sospechara en alguien más que no fuera Jin-Ho. Además, tendría una excusa para evitar los futuros desastres del asesino.

Como era de esperar, Hyun-Sung empezó a pasar el tiempo por sí solo, vigilando al grupo de Jin-Ho o mirándonos en silencio. De vez en cuando podía ser visto con su mirada fija en sus manos y una expresión fría. En esos momentos, pensaba que estaba buscando una manera para matarlo.

Su futuro enemigo, un asesino psicópata dentro y fuera del tutorial.

Incluso si su compasión estuviera al mismo nivel que el de Buda, no habría razón alguna para no deshacerse de Jin-Ho, quien le causaría problemas más adelante. El problema era cómo lo iba a lograr.

Desde su punto de vista, estaba seguro de que quería matarlo tan rápido como fuera posible, pero debía de pensar con cuidado en la oportunidad perfecta. Había muchas cosas a tener en cuenta, como, por ejemplo, la captura de la mazmorra.

Tenía una idea de cómo hacer funcionar las cosas, así que me acerqué para hablar con él. Después de varios minutos, el tema finalmente surgió.

“¿Qué tal si formamos un grupo con ellos?” le sugerí.

“¿Crees que sea buena idea?” preguntó. Los dos estábamos sentados en un par de rocas, usándolas como bancos improvisados.

“Sí. Ha-Yan obtuvo su clase de maga, y ya que el grupo de Jin-Ho se unió, tendremos gente suficiente. Creo que Seok-Woo también conseguirá su clase pronto. Tú sabes que los suministros se están acabando, así que es hora de intentarlo de nuevo” me expliqué.

“Hmm…” murmuró Hyun-Sung, pensando en mis palabras.

“No podemos quedarnos para siempre. Incluso si no nos gusta, debemos de hacerlo”.

Estaba seguro de que le dio un dolor de cabeza. Yo le di la idea, pero era su decisión si llevarlo a cabo o no. ¿Seríamos capaces de lograrlo, o moriríamos en el intento?

Mi idea era usar a Jin-Ho. Él y su grupo eran muy capaces en la batalla, por lo que exprimiremos cada gota de su energía antes de matarlos.

“Si vamos con más gente, las probabilidades de que suceda lo mismo que con Hye-Young disminuyen. Si nos quedamos, moriremos eventualmente” agregué.

Hyun-Sung siguió pensando en silencio. Viéndolo siendo tan cauteloso me hizo darme cuenta de qué tan peligroso consideraba todo esto.

“Creo que es una buena idea” cuando estaba a punto de cambiar de tema, finalmente habló, mirándome a los ojos.

“¿De verdad?”

“Sí, así que intentémoslo. Tendremos que preparar algunas cosas. Y modificar nuestra formación para agregarlos a ellos” dijo.

“Bien pensado”.

No quería que un asesino me cuidara la espalda, pero teníamos que hacerlo.

“Yo le diré a Jin-Ho y tú a Ha-Yan y Deok-Gu”.

“Entendido” respondí mientras me levantaba para ir con ellos.

“¿Sabes qué? Solo llámalos, yo se los diré” cambió de opinión, antes de que empezara a alejarme. Parecía tener algo preparado.

“Lo tengo” asentí, dándome la vuelta.

El ambiente en el refugio había cambiado, se sentía más cálido. Desde que se supo sobre la muerte de Hye-Young, la gente se desanimó, pero hoy, días después, había cambiado.

“Muchas gracias, señor Jin-Ho” pude escuchar a un sobreviviente.

“Gracias de corazón, Jin-Ho” otro lo siguió.

“No se preocupen. Necesitamos ayudarnos entre nosotros para poder sobrevivir”.

El grupo de Jin-Ho estaba ayudando a los perdedores a reforzar el muro, que ahora alcanzaba los dos metros de alto. El muro ya estaba listo tal y como estaba, cubriendo toda la entrada, con espacios cada pocos metros para poder atacar desde adentro sin exponerse. No tenía puerta, solo un hueco grande que sería tapado en situaciones de emergencia.

“Si necesitan ayuda, no duden en pedirla” Jin-Ho les dijo.

“Por favor, solo descansa. Encargarnos del muro es lo mínimo que podemos hacer, mientras que tú saldrás a conseguir suministros” sugirió uno de los sobrevivientes.

“No pasa nada, puedo ayudar con esto. No es difícil, por lo que es mejor si terminamos más rápido y descansamos juntos” respondió Jin-Ho, animándolos.

Tonterías.

Me quedé sin palabras al verlos pasar un buen rato.

Idiotas.

Si no fuera por nosotros, todos habrían muerto. Pero en vez de agradecernos, solo nos compararon con ellos, criticándome por decir que actuaríamos por nuestra cuenta.

¿A qué están jugando?

Jin-Ho no solo trabajaba con ellos, sino que también compartía su comida. Debía de tener mucha si se podía dar el lujo de repartirla. Si no era así, tal vez le diera mucha importancia a mantener una apariencia agradable a los demás.

No sabía cuál era su intención verdadera, pero si buscaba controlarlos, entonces haría falta más. Autoridad, eso es lo que se necesitaba. Pero no le daría la oportunidad para adquirirla.

De lo que sí estaba seguro era de que él sabía que era inútil intentar acercarse a los refugiados, pero aún así, lo seguía haciendo. Jung Jin-Ho, el asesino calculador, aún no había cometido crimen alguno, lo que me hizo preocuparme de que en realidad tratara de cambiar para ser alguien honesto y de buen corazón… pero era demasiado tarde.

“Ten, toma esto” dijo Seok-Woo, dándole una ración de comida a un refugiado.

“¡Oh, muchas gracias!”

Seok-Woo pasaba el rato con el grupo de Jin-Ho recientemente, probablemente para asegurarse una clase. Se veía feliz con ellos, completamente indiferente a lo que le pasó a su grupo anterior.

De vez en cuando se veía ansioso. Sin embargo, obtuvo lo que quería.

Una clase y un lugar dentro de este pequeño refugio.

No pude evitar apartar mi mirada cuando vi que los demás valoraban mucho su trabajo. Era una escena conmovedora y, por alguna razón, me ofendía.

Seguí caminando, y finalmente vi a Deok-Gu y a Ha-Yan.

“Ha-Yan” la llamé.

“Ah, Ki-Young”.

Cuando me anuncié, Ha-Yan, que estaba practicando un hechizo simple, corrió hacia mí y me tomó del brazo. Park Deok-Gu sonrió al ver su reacción.

Te gusta, ¿eh? Malnacido.

“¿Estás probando un nuevo hechizo?” le pregunté.

“Sí” asintió con ternura. “Ya casi lo tengo dominado”.

“Eres increíble”.

“Jeje, no es nada. Es todo gracias a ti” respondió, sonrojándose ligeramente.

No estábamos saliendo y yo no demostraba mucho afecto, pero los sobrevivientes ya habían aceptado nuestra relación. Ella debió de notarlo pues dejó de tomar mi mano o acercarse mucho a mí, tal vez por miedo a que la juzgaran.

Hace unos días, por fin me contó que obtuvo una clase, por lo que la felicité y, en consecuencia, ganó confianza en sí misma. Y bueno… siguió con su “comportamiento anormal” cuando todos parecían estar dormidos.

Cada vez que me despertaba, mi corazón latía con fuerza. Se había hecho más atrevida. Suerte para ella que yo dormía solo en una pequeña tienda de acampar. Si fuéramos una pareja en una situación normal, tal vez habría aceptado, todos tenemos fetiches, después de todo. El problema era que la escena de Hye-Young seguía viniendo a mi mente. No hubiéramos llegado a este extremo de no ser por Deok-Gu.

“Pensé que ibas a tener una reunión con Hyun-Sung, pero estás aquí más rápido de lo que esperaba. ¿Todo salió bien?” preguntó Deok-Gu.

“Sí, todo bien. De hecho, quiere hablar con nosotros tres juntos. ¿Tienen tiempo?” respondí.

“De sobra” dijo Deok-Gu con un resoplido.

“Por supuesto. ¿Sabes de qué se trata?” preguntó Ha-Yan. Seguía pegada a mí, mirándome con sus ojos acaramelados y grandes.

“Creo que se avecina otra incursión” les dije.

“Así que ha llegado la hora…” murmuró Deok-Gu, preocupado.

“Aún lo seguimos pensando, pero tenemos pensado en ir con el grupo de Jung Jin-Ho” expliqué.

“Hmm… Esos tipos no me dan buena espina” comentó Deok-Gu.

“Pienso lo mismo, pero avanzar en el laberinto es muy importante ahora mismo, por lo que no tenemos opción. Hay un límite en lo que podemos hacer por nuestra cuenta”.

“¿La mazmorra está hecha para ser completada, siquiera?” Ha-Yan preguntó.

“Probablemente” aparté mi brazo y lo puse en sus hombros. “Estoy seguro de que no necesitan que lo diga, pero lo mejor sería mantenernos siempre alertas en cuanto a Jin-Ho y su grupo…”

“Ejem, no te preocupes, lo sabemos” dijo Deok-Gu, interrumpiéndome.

“Lo mismo para ti, Ha-Yan”.

“Entendido, ni siquiera les hablaré” quería decirle que no hacía falta llegar a ese extremo.

La adorable e inocente Ha-Yan seguía siendo una bomba de tiempo que necesitaba de cuidado y entrenamiento mental. Si empezaba a actuar como lo hizo con Hye-Young, no podría cubrirla del todo.

“No te preocupes mucho por Seok-Woo” le dije.

“No lo estoy, puedo manejarlo” dijo con confianza.

“Es un alivio. Muy bien, vamos”.

Caminamos hacia donde se encontraba Hyun-Sung. Las miradas de los demás no faltaron, pero actuamos como si todo estuviera en orden. Cuando lo vi, noté que estaba buscando algo en su morral.

Sabía lo que se venía.

Cada vez que miraba mi ventana de estado, la parte del equipo me preocupaba. Pensé que, algún día, podría ver o equiparme objetos. Parece que esa oportunidad llegó más rápido de lo esperado.

Aumentar nuestras estadísticas era importante para el combate, pero también ayudaba a reducir la ansiedad de Hyun-Sung. Para él, ganar la batalla contra Jin-Ho era más importante que conquistar la mazmorra.

“Vengan, hay algo que quiero darles” nos dijo.

“¿Tienes algo delicioso? Jaja, tienes la misma expresión que mi abuela cuando me daba dinero” dijo Deok-Gu.

Vaya payaso…

No entendía por qué tenía que expresarse así.

“Es un objeto” respondió Hyun-Sung con una sonrisa burlona.

Mi cara se iluminó. Era el momento que tanto había esperado.

Hyun-Sung abrió su puño y dejó ver un brazalete y dos anillos. Aunque se veían sencillos, podía sentir una extraña magia emanar de ellos.

Gracias, Hyun-Sung.

Sabía que nos ayudaría en la incursión, pero resultó ser mejor de lo que esperaba.