Regressor Instruction Manual

Volumen 1

Capítulo 21: Una Garganta Llena de Cristales

 

 

“¿Ha-Yan”

“¿Ki-Ki-Young?”

Lo sabía.

Mi ansiedad había subido al ver una pared hecha de magia, pero era peor de lo que había imaginado. Jung Ha-Yan sonreía en silencio mientras Park Hye-Young se arrastraba por el suelo, sin su pierna y brazo izquierdo. Vómito subió por mi garganta después de ver su estado, toda cubierta de su propia sangre y con su cara semejante a la de un muerto viviente (que, en cierto modo, lo era). Lo tragué antes de que saliera por mi boca al ver a Ha-Yan vacilar.

¿Qué debería hacer?

No estaba seguro sobre cómo lidiar con la situación. Intenté encontrar a Ha-Yan por miedo a que algo le pasara a ella, pero mi preocupación fue en vano.

Si tan solo Deok-Gu estuviera aquí en mi lugar…

Él no podía sentir magia. Venir solo aquí después de pedirle que vigilara el camino fue un gran error.

“Eup… ¡Eup!” Hye-Young seguía retorciéndose.

Una extraña y desconocida magia cubría su boca. Me quedé sin palabras al ver sus ojos suplicantes.

No sabía cómo iba a reaccionar Ha-Yan. Cuando la miré, parecía como si su alma hubiera abandonado su cuerpo. Estaba estupefacta, no esperaba verme en esta situación.

Honestamente, me encontraba igual que ella. Mi mente debatía entre dos opciones:

¿Debería huir?

O…

¿Debería fingir que no sé lo que sucede?

Al verla, mi cuerpo empezó a gritarme que diera marcha atrás a toda prisa, pero mi cerebro no estaba de acuerdo.

Comencé a pensar en las ventajas y desventajas. Ha-Yan me amaba, al punto de convertirse en obsesión. Yo era la razón por la que atacó a Hye-Young. No había duda.

Tal vez me atacaría si huía de ella. No quería pelear con una mujer demente con la capacidad de usar hechizos desconocidos. Los segundos pasaban, y con cada uno me volvía aún más sospechoso.

“¡Ki-Young!” no necesitaría actuar primero, al parecer. Ha-Yan gritó mi nombre con lágrimas bajando por sus mejillas y empezó a correr hacia mí con los brazos abiertos, saliendo de su trance.

“¡Ha-Yan! ¿!Estás bien!?” respondí, recibiéndola en mis brazos.

“¡Hye-Young, ella…! ¡Oh, Díos mío, fue horrible!” enterró con fuerza su rostro en mi pecho. Parecía tener una mentira preparada para ocultar este brutal escenario.

Shhhh, shhh, tranquila, todo está bien ahora. Respira profundo, como te enseñé. Vamos, eso es, buena chica…” mi corazón latía a mil por hora. Era difícil mantener la compostura, mientras acariciaba el cabello de una asesina.

Pude sentir cómo su llanto se relajaba. Supuse que mi reacción era diferente a lo que ella esperaba y la hice pensar que evitó la peor situación posible. Ella pensaba que yo no tenía idea de que era la culpable.

Era simple lo que tenía que decirme.

“No estoy seguro, Ki-Young. De-de repente apareció una pared detrás de mí…” empezó. Sus manos, piernas, labios, todo su ser temblaba por miedo a que yo me diera cuenta de la verdad. También era posible que reaccionara así porque no estaba acostumbrada a mentir, pero a pesar de eso, continuó hablando. “…y Hye-Young ya no estababa, pero escuché sus gritos, a-así que busqué otro camino para ayudarla” despegó su rostro de mi pecho para verme directo a los ojos, yo asentía a cada una de sus palabras. “Ella ya estaba así… fueron humanos, Ki-Young. Los vi huir de aquí cuando llegué” una lágrima solitaria recorrió su rostro como cereza en el pastel.

Odio decirlo, pero… bien hecho.

Supuestamente, ella seguía siendo una persona sin clase y sin las competencias necesarias para ser artífice de todo esto. Era imposible que sospechara de ella.

“¿Estás herida?” pregunté de nuevo.

“N-no, Ki-Young” agitó su cabeza.

Estaba verificando que no estuviera recitando un hechizo, a la par que apretaba mi lanza con fuerza. Era poco probable que lo hiciera, pero no imposible.

Park Hye-Young miraba a Ha-Yan con miedo en sus ojos.

“¡Hmmm! ¡Hmm, Hmmmm!” no sabía lo que trataba de decirme.

¿Huye? ¿Sálvame?

Sin importar cuál era, no podía hacer nada para ayudarla. Si me volvía hostil hacia Ha-Yan estaría condenándome a morir. Su mente estaba más exhausta y dañada de lo que creía, pero seguía funcionando en una situación tan crítica como esta. Si la rechazaba después de haber hecho esto, liberaría toda esa ira en mí o en ella misma. Era incapaz de predecir el resultado.

Jung Ha-Yan era una bomba muy difícil de desarmar, pero su gran talento valía la pena. De todas formas no tenía opción, ya que podía matarme fácilmente.

Solo había un problema en esta situación.

No puedo salvarla.

No tenía el poder para salvar a la moribunda Hye-Young. Incluso si fuera útil, no tendría más opción que abandonarla. Podía entender lo que sentía, pero yo también estaba desesperado.

“Hmmmm… Hmm…” sus plegarias iban perdiendo fuerza, pero seguía mirándome con desesperación, pidiendo ayuda, que no la abandonara. Era difícil evitar su mirada.

Hye-Young va a morir, y pronto.

Había perdido mucha sangre, lo que causó que no pudiera pensar con claridad. Sus ojos vagaban por todo el lugar, señal del mareo que debía sentir.

“Lo importante es que tú estás bien. No había forma de saber que esto pasaría” le dije, limpiando las lágrimas que se habían acumulado en su rostro con mi pulgar.

“Debí tener más cuidado” fue todo lo que dijo.

“Hmm… Hmmmmmm…” sus intentos de hablar me juzgaban, clavándose en mi mente.

Y así, Ha-Yan creó la mentira perfecta, y yo la ayudé. El problema era si Hyun-Sung lo creería, pues estaba al tanto de su talento con la magia.

Tampoco sabía qué hacer con Hye-Young. No sabía cómo reaccionaría Hyun-Sung al verla.

¿Cayó en una trampa? ¿En cuál, si no hay ninguna?

¿Los monstruos la atacaron? Los cortes eran muy limpios. Sin importar cómo lo mires, las bestias no hicieron esto. Los ligeros rastros de magia alrededor de su cuerpo y el sello en su boca eran prueba de que fue asesinada por un poder diferente y no por una criatura. Solo quedaba esperar a que creyera nuestra mentira.

Maldición.

Al final, Hye-Young empezó a moverse cada vez menos.

No puede enterarse.

No podía dejar que Hyun-Sung se diera cuenta, así que el mejor método era dejar que los monstruos la encontraran antes que él, pero había muchas cosas que podían salir mal.

Pero, sobre todo…

No quiero hacerlo, un destino así es horrible.

Había una última opción al alcance de mis manos. Seguí mirando a Hye-Young y me di cuenta de que ya no podía respirar. Lo único que cubría su torso era un sostén, había usado su camisa para hacer presión en su pierna, pero no ayudó mucho ya que la sangre seguía saliendo. Los harapos que la cubrían ya no podían considerarse como ropa. Casi todo su cuerpo estaba cubierto de una mezcla de sangre y un tanto de vómito. Ni en mis peores pesadillas estaban a la altura de lo que veía.

“Señor, concédeme tu llama” me acerqué a ella y recité un hechizo. Ha-Yan me miraba, confundida. “Bola de Fuego” me sentí mareado de inmediato, pero mordí mis labios y me obligué a mantener el hechizo.

“Ki-Young…”

“Es imposible llevarla con nosotros, e incluso si logramos volver con ella, es seguro que morirá por la pérdida de sangre. Solo representa un riesgo para nosotros, y no puedo perderte… así que vámonos de aquí lo antes posible. No podremos recuperar su cuerpo, así que esto es lo mínimo que podemos hacer. Sí… lo único…” expliqué, mientras liberaba la esfera sobre el cuerpo de Hye-Young. En un último intento, con sus fuerzas restantes, levantó su mano hacia mí. El fuego la envolvió, y la consumió poco a poco, junto con sus esperanzas.

Miré el fuego con mi mente en blanco.

Es la mejor decisión.

Miré de reojo a Ha-Yan, parecía tener dificultades ocultando su sonrisa. Ella no era la única que se convirtió en un monstruo. No, yo la convertí en uno, en primer lugar. De todas maneras, ambos nos habíamos convertido en uno.

No pude evitar sentirme avergonzado.

Dudar es morir… me aferré a estas palabras con fuerza.

Quería seguir mirando el fuego un rato más, pero era peligroso quedarse.

La pared ilusoria desapareció, tal vez por mi magia.

Empezamos a caminar, y unos minutos después pude ver a Deok-Gu.

“¿Dónde está Hye-Young? ¿Se encuentra bien?” preguntó.

No respondí, solo negué con mi cabeza. Él asintió, en señal de comprensión. Al ver a Ha-Yan, sonrió ligeramente, pero se desvaneció en una expresión seria y sombría.

“¿Hay monstruos cerca?” pregunté.

“No, Hyun-Sung debió de llevárselos lejos de aquí. Es un tipo rápido, así que estoy seguro de que ya está muy lejos de aquí”.

“Es un alivio”.

“Pero, ¿qué pasó?”

“Es una historia larga, te lo explicaré más tarde. Además, no termino de procesarlo…”

“Lo-lo entiendo, hermano”.

Comenzamos a correr, mientras yo pensaba en acostarme en una cómoda cama y olvidarme de todo. Minutos después, vi a unos cuantos monstruos cargando contra nosotros.

“Hermano, ¿cómo te encuentras?”

“No me queda magia” respondí.

“No te esfuerces mucho, entonces”.

Deok-Gu se limitó a apartar del camino a las criaturas con su pesado cuerpo, permitiéndonos alejarnos más de aquel lugar. Todos sentíamos como si nuestros pulmones estuvieran a punto de estallar, exhaustos.

Me sentía al borde del desmayo, pero debía continuar. Debía acabar con esto.

Miré hacia atrás con un semblante oscuro.

“¿Es-estás… triste?” preguntó Ha-Yan al verme. Se veía ansiosa. Conocía la respuesta que quería escuchar.

“Solo estoy feliz de que estés bien” pude ver la comisura de sus labios subir, formando una brillante sonrisa.

“Ki-Young…”

“Estoy muy feliz de que no te haya pasado nada” repetí.

Empecé a sentir cristales rotos en mi garganta, haciendo que escupiera sangre en forma de mentiras.

 

 

*************************************

Bejemon: y bueno, ¿cómo quedó? Hice muchos retoques, pero el principal es la mentira con la que encubrieron la escena del crimen. Ki-Young es el que la creaba, y Ha-Yan solo se limitaba a quedarse callada, así que lo cambié para que nuestra Yandere mostrara su inteligencia. Mi preocupación es que se sienta un poco forzado porque se alínea con unos sucesos dentro de un par de episodios, pero… ¿tiene sentido, no? Pues desde la perspectiva de Ha-Yan, Ki-Young no debía de tener conocimiento sobre su magia.

La mentira original que le construía a Ha-Yan era que fueron trampas del calabozo. Ténganlo en mente dentro de unos episodios. Igual se los recordaré, y espero que me digan si tenía sentido la primer mentira.

Tema aparte, fue idea mía el nombre del capítulo. Me acordé de una canción del Devil May Cry de Ninja Theory llamada “Throat full of glass”. Pensé que quedaría bien con el dolor de estar obligado a mentir para no morir. Sé que es posible que Ha-Yan no le haga nada, pero cuando solo sientes temor al ver a tu compañera desmembrada, pues no se puede tener el mejor juicio.

Espero que les haya gustado.

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