Infinite Dendrogram (NL)

Volumen 15: Game Over

Capítulo del Pasado: Recuerdos del Fuego

Fuego

La familia Lazburn era conocida por sobresalir en magia de fuego.

Las aptitudes de los Tian y los niveles máximos diferían de una persona a otra, pero los Lazburn eran casi siempre adeptos a manejar hechizos de fuego y capaces de alcanzar altos niveles. Aunque los ejemplos más obvios de esa herencia de talentos eran los habitantes de Tenchi, los Lazburn también eran una excelente demostración del principio.

Por ello, los Lazburn habían dedicado su vida a la magia del fuego durante generaciones.

En un mundo con empleos y niveles, los tians como los Lazburn, que claramente sabían cómo superarse, eran realmente afortunados. Él, Feuer Lazburn, no era diferente. Pasó sus años aprendiendo magia de fuego de su padre, el anterior King of Blaze.

Una de las lecciones que le habían inculcado era la siguiente: “Los tres trabajos elementales superiores son The Atmos, The Earth, y The Ocean. Sólo pueden acceder a ellos los que tienen aptitudes para todos los tipos de magia que emplean. Sin embargo, por muy vastos que sean sus poderes, son poco profundos. Somos una familia de fuego y sólo de fuego, pero eso no significa que seamos inferiores a quienes dominan todos los aspectos de la atmósfera. Cuando se trata de fuego, los King of Blaze —que han sido todos Lazburns durante generaciones— son superiores The Atmos. Y la magia de fuego es la más poderosa de todas.”

Lo que el padre de Feuer había querido decir con eso era que los Lazburn eran los hechiceros más fuertes del mundo, y Feuer no pudo evitar sentir que su padre tenía toda la razón.

Nadie necesitaba dominar todos los tipos de magia. Sólo había que dedicarse a una cosa y ser el más fuerte en ella. Como los Lazburn dominaban las artes del calor extremo, era obvio lo que Feuer tenía que hacer.

Desde muy joven, había dedicado su mente y su cuerpo al estudio de la magia de fuego. Incluso después de que su padre muriera y él heredara el trabajo King of Blaze, Feuer se negó a dejarlo. Adquirió la habilidad definitiva del trabajo e incluso la mejoró, esforzándose siempre por hacerse más fuerte.

Y cuando el King of Blaze, Feuer Lazburn se convirtió en un nombre muy conocido en todo el reino, envió una carta de desafío a una persona en particular.

El nombre de la persona era… desconocido.

Nadie sabía su nombre. Ni siquiera la realeza, y ni siquiera la gente que podía usar Reveal. Era un verdadero enigma.

A pesar de ello, era respetado como un pilar del país. Cuando todo el mundo hablaba de él, todos se referían a él solo por su cargo:

“Arch Sage.”

***

Aquel día de hace cuatro años, la arena central de Gideon, la Ciudad de los Duelos, bullía de actividad.

Casi todos los asientos estaban ocupados, y entre los invitados de honor se encontraba el propio Rey Eldor de Altar.

Dado que la primera reina del reino era una Over Gladiator nacida en Gideon, era tradicional que la realeza de Altar asistiera a cualquier duelo importante que tuviera lugar en esta ciudad.

¡Y qué duelo tan importante!

En ese momento, The Lynx, Tom Cat seguía siendo el campeón del duelo y muchos Maestros recién llegados estaban superando en la clasificación. El evento principal de este día, sin embargo, no era un duelo entre rankers en absoluto.

Fue un enfrentamiento entre legendarios tians de los que se decía que eran el primero y el segundo hechiceros más fuertes del reino.

Uno de ellos era el King of Blaze, Feuer Lazburn “of the Embers”, un conocido portador de la magia de las llamas.

El otro era un consejero del rey, la leyenda viviente que era el “Magical Apex” en aquel momento: Arch Sage.

Como el poder de los Maestros seguía creciendo, se trataba de una batalla entre los hechiceros más poderosos de Altar.

“Hacía tiempo que no pisaba un escenario como este. No sea tan duro conmigo, Sir Lazburn.” Dijo el Arch Sage con una sonrisa.

“… Claro.” Respondió Feuer, con rostro severo.

La razón por la que este duelo estaba sucediendo era la carta de desafío que había enviado, y su objetivo aquí era el título de Arch Sage, “Magical Apex”.

Los Lazburn se creían los hechiceros más fuertes de todos y dedicaron su vida a que así fuera.

Sin embargo, el título de “Magical Apex” pertenecía actualmente al Arch Sage, por lo que Feuer le había retado para hacerlo suyo.

Rompió todos los límites en su propio entrenamiento, y ahora — cuando aún estaba en la flor de la vida, antes de que la edad empezara a pasarle factura— había enviado la carta que había conducido a este duelo.

Feuer también había hecho público el desafío, dejando claro que si no aceptaba, el Arch Sage sería visto como un débil cobarde por huir del reto.

Las reacciones a sus acciones fueron diversas.

Algunos elogiaron a Feuer por su valentía al desafiar a una auténtica leyenda, pero la mayoría se sintió ofendida por su flagrante falta de respeto hacia alguien a quien el país tanto veneraba.

Aun así, se negó a retractarse del desafío. El título de “Magical Apex” era el máximo deseo de los Lazburn.

Su padre también lo había deseado, pero enfermó antes de poder desafiar al Arch Sage. Murió con un gran pesar en su corazón.

Feuer había estado al lado de su padre cuando este falleció, por lo que había hecho la promesa de derrotar al Arch Sage y reclamar el título de hechicero más fuerte para la familia Lazburn. Este desafío era la culminación de una vida dedicada al entrenamiento.

“Tienes un aspecto aterrador.” Dijo el Arch Sage. “¿Te he agraviado de alguna manera?”

“… No. No tengo nada contra ti personalmente.” Respondió Feuer. Si tuviera que nombrar una cosa que le molestara, sería el hecho de que fuera el “Magical Apex” y a la vez el Arch Sage.

El trabajo de alto rango Sage se oponía directamente a la línea de pensamiento de la familia Lazburn.

“Sage” era un trabajo que sólo podían desempeñar aquellos que tenían aptitudes para los tres elementos superiores. Podían manejar la magia de atmósfera, tierra y océano. Algunos Sages podían incluso lanzar hechizos curativos.

Sin embargo, esta versatilidad a menudo les hacía menos poderosos que los especialistas de los elementos.

Los Sages eran un excelente ejemplo de lo que el padre de Feuer llamaba “vasto, pero superficial”, y por si no fuera obvio ya, el Arch Sage era el Trabajo Superior de la agrupación. Por lo tanto, la mera existencia de un Arch Sage que fuera el “Magical Apex” iba en contra de todo lo que representaba la familia Lazburn.

Para Feuer, sólo eso ya era motivo suficiente para lanzar este desafío.

Frente al Arch Sage, Feuer contempló el pasado, en concreto, las palabras de su padre postrado en cama.

“Por lo que he oído, el Arch Sage puede usar Crimson Spheres. Eso significa que tiene acceso a las últimas habilidades de los trabajos de alto rango bajo los tres elementos superiores. Eso es impresionante, pero también significa que no puede alcanzar las verdaderas profundidades del elemento fuego como el King of Blaze. Un Lazburn seguramente puede derrotarlo.”

Incluso si el Arch Sage tuviera habilidades definitivas de trabajos de alto rango bajo el elemento superior del océano, que podrían incluir magia defensiva que funcionara amortiguando la energía, la habilidad definitiva del King of Blaze proporcionaría energía más que suficiente para superarlo.

“Aparentemente, también es capaz de usar magia híbrida basada en la oscuridad que extermina seres vivos a gran escala. Eso también es impresionante. Pero como ataca un área tan grande, no puede usarse en los confines de una arena de duelo. En una batalla uno contra uno, no tiene medios para entregar más poder que la Fixed Star del King of Blaze.”

Fixed Star era el nombre de la habilidad definitiva del trabajo y, como su nombre indicaba, creaba un orbe de plasma ardiente no muy distinto del que brillaba sobre la tierra desde lo alto.

En términos de puro potencial de exterminio, el Imaginary Meteo del Arch Sage era más fuerte, pero contra una sola unidad, Fixed Star salía ganando.

Por eso el padre de Feuer confiaba en que ganaría. “Podría haberle ganado si no fuera por esta maldita enfermedad.” Maldijo.

Sin embargo, la perspectiva de Feuer era un poco diferente a la de su padre.

… Creo que el Arch Sage puede utilizar las últimas habilidades de trabajos más allá de alto rango, sino también de Trabajos Superiores, pensó. Estaban tratando con un prodigio que había vivido durante más de un siglo y había pasado todo ese tiempo perfeccionando sus habilidades mágicas.

No sería sorprendente que alguien con tanto talento hubiera alcanzado ese nivel.

Feuer creía plenamente que el poder que portaba su familia era el más fuerte de todo el mundo, pero tampoco subestimaba a su enemigo.

Y si el Arch Sage podía utilizar todas las habilidades de trabajo definitivas de todos los elementos, Feuer resolvió derrotarlo con algo aún mayor que el hechizo Fixed Star que tanto le costó aprender.

Usaré algo aún más poderoso que Fixed Star y me llevaré a casa el título de Magical Apex. Tenía muchas menos cartas en su proverbial baraja que el Arch Sage, así que planeaba que la batalla fuera rápida. Creía que tenía que canalizar su magia más poderosa desde el momento en que comenzara la batalla y usarla para abrumar instantáneamente a su oponente.

Feuer lo daría todo —los muchos años de entrenamiento de toda su familia— en su primer ataque.

Mientras Feuer se mostraba extremadamente serio ante la batalla que se avecinaba, el Arch Sage parecía totalmente sereno.

Para empezar, ni siquiera tuvo que aceptar el reto. Era uno de los pilares de Altar, y nadie dudaría jamás de alguien que llevaba más de un siglo prestando un servicio tan grande al país. Nadie le llamaría cobarde por rechazar el desafío de Lazburn. De hecho, la opinión general sería que Lazburn simplemente no merecía su tiempo.

A pesar de ello, el Arch Sage había aceptado. Incluso habló con el Conde Gideon, convenciéndole de convertir esta batalla en un gran evento celebrado en la arena central.

“Ambos somos poderosos hechiceros.” Le dijo. “Es necesario que usemos el equipo de barrera de Gideon, por si acaso, y sin duda atraería a una multitud de la que podrías sacar provecho.”

Aunque, con una profundidad y una previsión demasiado grandes para que cualquiera que no fuera él las comprendiera realmente, era difícil saber si sus palabras expresaban la verdadera naturaleza de sus intenciones.

En cualquier caso, este duelo se había establecido con el acuerdo de ambos combatientes, y había llegado el momento de comenzar la batalla.

“¡COMIENCEN!” Gritó el moderador, espoleando instantáneamente a Feuer a la acción.

“¡Arde! ¡Arde! ¡Arde! ¡Imitador de la luz celestial y abrasador de la tierra! ¡Estrella brillante que cabe en la palma de mi mano!” Canalizando su magia en el hechizo, Feuer entonó el Chant más intenso que jamás había utilizado.

“Chant” era una habilidad suplementaria que aumentaba la eficacia de los hechizos si el hechicero decía algo mientras los lanzaba. Las palabras variaban de una persona a otra, y la suya era una que pretendía prender fuego a su propia alma.

“¡Son los gemelos de la ruina! ¡La encarnación de las estrellas binarias!” Mientras hablaba, aparecieron Fixed Stars en sus dos manos.

Esta era la técnica que había desarrollado: el doble casting, su habilidad de trabajo definitiva.

Esto era lo que había más allá de las singulares Fixed Stars, y era la técnica que sólo Feuer había perfeccionado. Sin embargo, él no era el primero que lo había intentado. La técnica era tan peligrosa que todos los King of Blaze que la habían intentado habían perdido el control y se habían quemado.

Pero Feuer había derramado suficiente sangre y sudor en su entrenamiento para finalmente lograrlo.

Ni siquiera la última habilidad de elemento oceánico de un Trabajo Superior podría hacer frente a esto. El efecto de amortiguación de energía de tal habilidad defensiva anularía una Fixed Star, pero la otra seguiría siendo más que suficiente para destruir a su oponente. Esa era la sencilla razón por la que Feuer había decidido usar dos.

Con esto, seguramente ganaría esta pelea.

Estas estrellas guiarán a la familia Lazburn hacia la victoria— pensó, antes de ver algo que le impactó.

El Arch Sage, que hasta hace un momento estaba de pie en el suelo, ahora flotaba en el aire.

Y a su alrededor… había cuatro Fixed Stars.

“… Ahh… ¡AHH!” Gritó Feuer al darse cuenta de que el Arch Sage había superado fácilmente la cima que tanto le había costado alcanzar.

Una sola Fixed Star costaba más de 300.000 MP. Usar cuatro agotaría incluso las reservas de Feuer, pero el Arch Sage parecía capaz de hacerlo sin sudar.

Pero más importante que eso era el hecho de que el Arch Sage había optado por usar Fixed Stars después de ver que Feuer iba a lanzarlas.

Eso significaba que, a pesar de empezar a lanzarlas cuando él ya había empezado, el Arch Sage había conseguido preparar esas cuatro Fixed Stars antes incluso de que Feuer hubiera terminado de lanzar dos.

Esa era la prueba de que la magia de fuego del Arch Sage era superior a la suya, no sólo en volumen puro, sino en destreza y velocidad.

Si Feuer fuera un tonto incapaz, podría haber optado por creer ciegamente que sus Fixed Stars eran más poderosas, o que las cuatro del Arch Sage sólo parecían amenazadoras y que todo esto no era más que una bravata.

Por desgracia, era un genio nato de la magia de fuego que había dedicado su vida a aprender los entresijos del arte.

Por eso, una sola mirada a las Fixed Stars del Arch Sage le bastaba para saber que eran iguales… no, incluso superiores a las suyas.

Pero a pesar de saberlo, no podía echarse atrás.

“¡FIXED STAAAAR!” Rugió, liberando sus orbes de plasma. “… Fixed  Star.”  Respondió  el  Arch  Sage.  El  resultado  de  este enfrentamiento estaba más claro que el agua. Feuer lo comprendía dolorosamente bien, pero no podía permitirse huir de la conclusión de sus muchos años de entrenamiento.

Las seis Fixed Stars volaron hacia sus objetivos.

Las dos lanzadas por Feuer fueron consumidos por dos de las cuatro lanzadas por el Arch Sage, mientras que las otras dos pasaron a incinerarlo.

Así terminó la batalla entre los más fuertes hechiceros tian—todo en menos de un minuto.

***

Un anciano estaba sentado en el tocón de un árbol en las montañas. Tenía los ojos cerrados. Algunos pensarían que estaba meditando, otros que dormía y otros que estaba muerto.

Habían pasado tres años y medio desde su duelo contra el Arch Sage, el King of Blaze, Feuer Lazburn, y se había retirado a un lugar en las montañas al suroeste de Altar.

Antes había vivido en una mansión urbana, pero la había quemado con sus propias manos antes de mudarse aquí.

Tras el duelo, la opinión que la gente tenía de él había caído muy bajo. Para los que entendían lo que había pasado, Feuer era sin duda un hechicero extraordinario. Sabían que habían presenciado un intercambio de magia extremadamente potente.

Pero a los ojos de un profano, había sido aplastado como un insecto por una magia dos veces más poderosa que la suya. Ni siquiera tenían en cuenta que era el primer King of Blaze que utilizaba varias Fixed Stars a la vez; lo único que sabían era que no era nadie ante el Arch Sage.

Por ello, la mayoría de la gente creía que había desaparecido para escapar de la vergüenza.

En realidad, no le importaban lo más mínimo sus opiniones.

Su mente no tenía espacio para ese ruido, pues estaba abrumada por la verdad de que había sido completamente derrotado por su objetivo.

Había desafiado al hechicero más versado del mundo con el elemento al que había dedicado su vida y, sin embargo, el Arch Sage lo había aplastado con ese mismo elemento.

Todo el entrenamiento al que se había sometido para demostrar que era el más fuerte, para superar al Arch Sage, resultó ser en vano.

Era como si toda su vida hubiera sido negada.

Desde entonces, vivía como un ermitaño en las montañas.

Había dedicado su existencia a la magia del fuego y sólo a ella. No había nadie a quien le importara si desaparecía.

Mientras meditaba, estaba en silencio, pero su entorno ciertamente no lo estaba.

Se llenaron del crepitar de las llamas, provocado por las sesenta y cuatro bolas de fuego que flotaban a su alrededor.

No eran Fixed Stars, por supuesto, sino Fireballs de bajo rango. Aun así, muy pocos eran capaces de controlar tantas al mismo tiempo.

Tras perder ante el Arch Sage en amplitud, potencia y velocidad, se dedicó a perfeccionar aún más sus habilidades y había logrado un mayor control y velocidad de los que había poseído durante su duelo.

Al esforzarse por superarse aún más, pudo romper más límites y lograr el resultado que tenía ante sí.

Sin embargo, sabía que eso era lo más lejos que podía llegar.

“Aún no es suficiente…” Susurró para sí, y los orbes desaparecieron.

Su objetivo era el mismo de siempre: el control simultáneo de varias Fixed Stars. Actualmente, podría haber sido capaz de mantener tantas como el Arch Sage en su duelo, si no más.

Sin embargo, había algo que lo hacía fundamentalmente imposible para él.

“No tengo suficiente magia…”

Simplemente no tenía MP para liberar cuatro Fixed Stars a la vez. Incluso agotando sus reservas, sólo podía invocar tres de ellas a la vez.

El MP máximo podía aumentarse ganando más niveles, pero incluso aquellos con Trabajos Superiores tenían límites en cuanto a lo alto que podían llegar.

El Arch Sage había vivido y subido de nivel durante más de un siglo. Para igualarlo, Feuer necesitaría al menos varias décadas más.

No era seguro que Feuer viviera lo suficiente para alcanzar al Arch Sage, y nunca lo superaría aunque lo hiciera.

El Arch Sage había elegido usar la propia especialidad de Feuer contra él, pero en realidad tenía acceso a hechizos de todos los elementos. Si había elegido usar magia contra la que el fuego era débil, ni siquiera tener la misma cantidad de MP o control le ayudaría.

Para derrotarle con un solo elemento, no bastaba con igualar al Arch Sage, tenía que superarle.

Esa era exactamente la razón por la que había creado la técnica de la doble Fixed Star.

“Tsk…” Feuer pensó inmediatamente en el día del duelo. Específicamente, recordó cómo se veía el Arch Sage mientras lo destruía por completo.

Sus ojos eran como los de un adulto bondadoso que mira a un niño mostrando un curioso trozo de basura que ha encontrado.

Para el Arch Sage, el poder por el que Feuer había dado toda su vida no era más que eso: la tontería sin valor de un niño.

“… Un niño, ¿eh?” Feuer comprendió que el Arch Sage era conocido sobre todo por su Imaginary Meteo porque se había lavado las manos con Fixed Star hacía muchas décadas.

Había dejado de usarlo porque lo consideraba inadecuado para su propósito.

Y Feuer le había desafiado con una versión menor de esta técnica de «no apto para su propósito». Por supuesto que se sentiría decepcionado y me miraría como si fuera un niño, pensó con autoengaño.

Por eso tenía que superar la magia de fuego del Arch Sage. Efectivamente, Feuer no se había rendido.

Se convirtió en ermitaño, meditó y se entrenó para poder desafiar de nuevo al Arch Sage.

Había sido derrotado por completo, pero también estaba tan instalado en sus costumbres que, a partir de ahora, lo único que podía hacer era dedicarse a adquirir el título de “Magical Apex”… o, mejor dicho, a derrotar al Arch Sage.

Por eso había seguido entrenando incluso después de la estrepitosa derrota.

No sabía que el título de “Magical Apex” pertenecía ahora a un Maestro conocido como “Fatoum”, ni que el Arch Sage había muerto en una guerra.

Se había aislado de la sociedad y se centraba únicamente en entrenar.

Algunos lo considerarían loco, pero estaba en su sano juicio.

Sencillamente, su perspectiva personal y el mundo en el que vivía no le permitían actuar de otro modo.

Sin embargo, un día, su vida llegó a su fin.

“… ¿Quién eres?” Preguntó Feuer, con los ojos aún cerrados.

No hablaba consigo mismo ni con ningún recuerdo: en realidad tenía visita.

“Un placer conocerle. Feuer Lazburn, ¿supongo—pongo?”

Dos personas se encontraban entre los árboles y arbustos de la arboleda de la montaña.

Sus voces eran como un coro pareado. Una era una mujer pálida en silla de ruedas, mientras que el otro era un hombre robusto vestido de negro que la empujaba.

Juntos, eran Soul Trader, La Crima.

“Soy La Crima. Un Maestro y el actual Soul Trader—der.”

“¿Un Maestro? He oído hablar de los de tu clase. ¿Qué quieres de mí?”

“Vengo con una invitación. ¿Te gustaría unirte a nuestro clan como miembro de apoyo—oyo?”

“¿Clan?”

“Un clan conocido como ‘I.F.’, que sólo permite criminales— nales.”

“Criminales, ¿eh? No recuerdo estar en ninguna lista de buscados.”

“… Pero mataste a muchos, ¿no—no?” Preguntó La Crima con seguridad. “Esta montaña es muy tranquila. No percibo monstruos ni gente por aquí, sin embargo, he oído que esta zona está habitada por seres de alto nivel, lo que la convierte en un lugar excelente para entrenar—nar.”

“… ¿Qué intentas decir?”

“¿Cuántos niveles ganaste—naste?” Básicamente le preguntaban cuántos monstruos y tians había asesinado para subir de nivel.

Como algunas personas sabían, una parte de los Resources de los monstruos muertos se utilizaba para crear botín, así que si uno sólo quería experiencia, los tian eran los mejores objetivos.

“Fue sabio de su parte atacar a los tians que cazan aquí en vez de atacar los asentamientos—mientos. Nadie se sorprendería si no regresaran, y los tians de alto nivel dan mucha experiencia—encia.”

“… Je.” Feuer soltó una risita, no por una alegría enfermiza, sino porque simplemente le divertía.

En realidad estaba de acuerdo con lo que decían.

“No te equivocas. No llevé la cuenta, pero los maté a todos para ganar más magia.” Dijo como si fuera algo normal.

Parecía una locura, pero, de nuevo, estaba en su sano juicio.

Sencillamente, su perspectiva personal y el mundo en el que vivía no le permitían actuar de otro modo.

Toda su mentalidad se centraba en convertirse en el mayor portador de magia de fuego del mundo y demostrar que lo era.

Y el mundo en el que vivía era el microcosmos de la familia Lazburn. Su objetivo era simplemente hacerse fuerte. La idea de usar su poder por el bien de los demás nunca se le había pasado por la cabeza.

Por eso no le importaba matar a gente de verdad para subir de nivel.

“Si lo que he oído de los habitantes de Tenchi es cierto, eres muy parecido a ellos—ellos.”

“Puedo entender por qué podrías pensar eso. De todas formas,

¿dijiste algo sobre unirme a un clan criminal? Lo siento, pero como debo seguir perfeccionándome, no tengo tiempo para dedicarme a otra cosa.” Rechazó la oferta de los desconocidos, creando orbes de fuego en cada mano.

No eran sus anteriores Fireballs, sino las Fixed Stars dobles, su técnica definitiva, no superada por nadie excepto por el Arch Sage.

El oscuro La Crima —el único de los dos que estaba al descubierto— observaba los orbes llameantes mientras hablaban. “A cambio de unirte, te concederé un yo más fuerte—fuerte.”

“¿Un yo… más fuerte?” Dijo Feuer mientras enarcaba una ceja.

“Si aceptas mi propuesta, puedes estar seguro de que recibirás eso—eso.” Dijeron mientras la blanca La Crima extendía la mano como un diablo que busca sellar un pacto.

En respuesta…

“Si afirmas que puedes darme más poder del que tengo actualmente, ¡primero quiero ver alguna prueba!”

… Feuer lanzó sus Fixed Stars.

Esta era la magia mortal que había evaporado a todos los humanos y monstruos que había encontrado en esta montaña.

Sin embargo, La Crima se dejó golpear.

Las réplicas bastaron para calcinar los árboles circundantes e incluso el pequeño refugio de Feuer.

La Crima estaba justo en el centro de este intenso calor, y las dos Fixed Stars… estaban ahora fuertemente aferradas en las manos del hombre oscuro.

“… Ya veo. No me había quedado tan sorprendido desde mi lucha contra el Arch Sage…” El extraño hombre había soltado la silla de ruedas, sacó las manos y atrapó ambas Fixed Stars como si no fueran más que pelotas de goma. El hechizo podía derretir incluso el Metal Mítico, pero las manos del hombre no se incineraron; de hecho, ni siquiera parecían dañadas.

En algún momento, también había dejado de parecer humano.

Ahora era más grande, más deforme y estaba cubierto de un brillo como el del oro o la plata.

En su pecho metálico estaba blasonado el nombre “Ferrum Idea”.

“Esta es una muestra del yo más fuerte que puedo concederte.” Dijo la blanca La Crima, sólo con su voz. Tras la transformación, la figura oscura había enmudecido.

La blanca La Crima no había cambiado en absoluto, y ni siquiera su ropa o su piel parecían haberse visto afectadas por el intenso calor.

Por lo que se sabía, tal vez la blanca La Crima tampoco era la “verdadera”.

“… Veo que no mentías.” Dijo Feuer mientras miraba al oscuro La Crima, que no se había visto afectado en absoluto por su mayor ataque.

Si habían creado este poder para ellos, entonces sí podía confiar en que lo harían más fuerte de lo que era.

“Permíteme volver a presentarme.” Dijo la blanca La Crima, con voz melódica. “Soy La Crima, superiora y mejoradora de personas. Permíteme convertir tus lágrimas en lágrimas de alegría. Si deseas poder, te haré mucho más fuerte de lo que eres ahora. ¿Hay algo específico que solicites?”

En respuesta a la juguetona presentación del desconocido…

“… Magia. Necesito suficiente magia para superar al Arch Sage.”

… Feuer se encontró hablando como si ya hubiera aceptado.

Esto probablemente significaba abandonar su humanidad, pero eso no le importaba. Para él, lo más importante era utilizar la magia de fuego para derrotar al Arch Sage y demostrar que era el más fuerte.

“Muy bien. Haré que eso forme parte del procedimiento.” Dijo la blanca La Crima, aceptando despreocupadamente la petición aparentemente escandalosa de Feuer.

La miró en silencio. Esta persona, pensó, podría hacer añicos fácilmente el muro al que se enfrentaba ahora.

¿Fue esta una gracia de otorgada por los cielos… “… ¿Eres una especie de demonio?”

… o una criatura impía seduciéndole a las profundidades del infierno?

En respuesta a su sincera pregunta, La Crima dijo, sin ninguna broma en el tono: “En absoluto. Creo que debería llamarme ‘mercader de la vida’.”