Suzumiya Haruhi no Yūutsu (NL)

Volumen 2

Capitulo 2: Secreto Vergonzo

Parte 1

 

 

Ya estábamos en otoño, pero por alguna razón, casi no estaba haciendo frío. Era como si el planeta entero se hubiese confundido con el clima, y hubiera olvidado traer el otoño a Japón. El calor del verano se había extendido indefinidamente, y a menos que ocurriera un milagro, no parecía que las cosas fuesen a cambiar pronto. Incluso si algún milagro sucedía, daba la impresión de que para cuando llegara el otoño, sería desplazado inmediatamente por el invierno.

“Seguramente ya es tarde” dijo Haruhi, así que empacamos nuestras maletas y salimos de la escuela. Haruhi bajó corriendo a toda velocidad por la empinada colina. ¿Hacia dónde iba? Hubiese sido comprensible si nos estuviese persiguiendo todo el Club de Estudio de Informática, después de todo, éramos un grupo misterioso que había existido por seis meses sin siquiera saber a qué nos dedicábamos, así que haber sido expulsados de allí por ellos hubiese sido un final muy justo y razonable.


Bajamos por la colina y nos subimos en el metro local. Tres estaciones más tarde, llegamos a la calle rodeada de cerezos por la que Asahina-san y yo habíamos caminado mucho tiempo atrás. En el área había una cadena de supermercados y un distrito de locales comerciales, y por esa razón era un lugar muy concurrido y transitado.

“Aquí.”

Haruhi se detuvo por fin y señaló hacia una tienda de aparatos electrónicos.

“Ya veo,” le respondí.

Probablemente iba a chantajear al dueño para sacarle el equipo de filmación.

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¿Me pregunto cómo va a hacerlo?

“Ustedes dos esperen aquí, yo voy a entrar a negociar.”

Haruhi me arrojó su maleta y entró caminando sin vacilar a través de las grandes puertas de cristal de la tienda.

Asahina-san se ocultó tras de mí, y miraba constantemente hacia la vitrina de la tienda, iluminada por las pantallas de todo aquel equipo electrónico. Era como una tímida estudiante de primaria que visita la casa de un amigo por primera vez. Mientras miraba la espalda de Haruhi, que sacudía sus brazos mientras hablaba con el que parecía ser el dueño, mi deseo de proteger a Asahina-san se hizo más fuerte. Si Haruhi trata de hacer algo raro, voy a cargar a Asahina-san bajo mi brazo y voy a salir corriendo de inmediato.


A través del cristal, vi como Haruhi hablaba y señalaba con el dedo a los equipos, luego se señaló ella misma, y luego al dueño. Mientras tanto, el hombre asentía sin parar. Me pregunté si estaría bien advertirle que no creyera tanto en lo que ella decía.

Después de un rato, Haruhi volteó y señaló con su dedo hacia nosotros, que estábamos listos para escapar de allí si algo salía mal. Entonces nos mostró una cálida sonrisa, sacudió sus brazos, y continuó con su conversación.

“¿Qué estará haciendo…?” preguntó Asahina-san, todavía parada atrás de mí, asomando su cabeza por un lado y escondiéndose de nuevo. Si ni siquiera una viajera venida desde el futuro como Asahina-san conocía la respuesta, no había forma de que yo lo supiera.

“¿Quién sabe? Seguramente le está pidiendo que le dé su mejor cámara digital, y gratis.”

Ella es del tipo de persona que podría hacer algo así sin dudarlo. Ella cree de verdad que es el centro del universo, y que todo lo demás gira a su alrededor.

“Qué estupidez.”

Recordé que alguna vez había discutido algo parecido con Nagato.

Haruhi cree que sus valores y sus opiniones son de validez absoluta. Ella no entiende lo que piensan los demás, ni se da cuenta de que pueden pensar algo diferente, peor aún, ni siquiera se le ha ocurrido que su forma de pensar es completamente distinta a la de la mayoría de la gente.

Si alguien quiere descubrir el viaje en el tiempo, sólo tiene que poner a Haruhi dentro de una cápsula y seguramente dará resultado por casualidad, porque a ella no le importa la Teoría de la Relatividad en lo más mínimo.

Cuando le mencioné eso a Nagato, todo lo que la silenciosa extraterrestre respondió fue: “Tu opinión puede ser cierta.”

Para Nagato, era algo muy serio. Para todos los demás, Suzumiya Haruhi era sólo un chiste.

“Ah, parece que ya terminaron.”

El susurro de Asahina-san me sacó de mi sueño y me devolvió a la realidad.

Haruhi salió de la tienda de artículos electrónicos con una expresión de satisfacción y una pequeña caja en las manos. La caja traía una imagen del producto y una marca impresa en un costado. No me había equivocado, se trataba de una cámara.

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¿Qué tipo de amenazas había usado para intimidar a su adversario?

¿Había amenazado con quemar la tienda? ¿O una campaña de desprestigio? ¿O quizá con hacerles llamadas de broma toda la noche? ¿O iniciar un escándalo allí mismo? ¿Acaso lo había amenazado con hacerse estallar y destruir la tienda en el proceso?

“¡No seas ridículo! ¡Yo no chantajeo a la gente de esa manera!”

Haruhi caminaba muy alegre bajo el techo de vidrio del pasaje comercial.

“¡Ya completamos la primera fase! ¡Fue demasiado fácil!”

Suzumiya Haruhi no Yūutsu Volumen 2 Cap 2 Parte 1 Novela Ligera

Fui obligado a llevar la caja con la cámara mientras seguíamos a Haruhi. Observé los mechones de su cabello que se mecían con el viento y le pregunté: “¿Cómo lograste que te diera un aparato así de costoso? ¿Acaso descubriste algún secreto vergonzoso del dueño?”





De hecho, las primeras palabras que dijo Haruhi cuando salió de la tienda fueron “¡Ya es nuestra!” Si el dueño aceptó a regalártela así de fácil, a mí también me interesa saber cómo lo hiciste. ¡Por favor dime qué palabra mágica usaste!

Haruhi me miró sonriendo, “¡En realidad no fue nada! Le dije que quería hacer una película y que necesitaba una cámara, y él respondió ‘bueno’. No hubo ningún problema.”

Presentí que aunque las cosas estaban saliendo bien por el momento, no terminarían tan fácil. ¿Me estaba preocupando demasiado?

“¡No te preocupes por los detalles, sólo sé mi fiel sirviente y todo saldrá bien!”

Desafortunadamente, hasta aquel momento persistía en mí una sensación de ansiedad que había comenzado en primavera, como si estuviese abordando un crucero con el nombre “Titanic” pintado en la proa. Quería enviar una señal de auxilio, pero desafortunadamente, no sabía nada de clave Morse, y además no me gustaba ser tratado como su sirviente.

“¡Muy bien! ¡Ahora vamos a la próxima tienda!” En medio de aquel tumulto de gente, Haruhi sacudió sus brazos y siguió caminando. Intercambié una mirada con Asahina-san, y me apresuré a seguirla.

A continuación, Haruhi visitó una tienda de juguetes y miniaturas.

Tal como antes, Asahina-san y yo nos quedamos afuera mientras ella entraba a negociar. Comencé a tener una idea de lo que estaba planeando, ya que cada vez que nos señalaba, su dedo apuntaba específicamente hacia Asahina-san. Si no me equivoco, la estaba usando como oferta en su negociación. Asahina-san no se había dado cuenta, y observaba con mucha curiosidad un mapamundi que se exhibía en la vitrina. Unos minutos más tarde, Haruhi salió de allí cargando una enorme caja. “¿Y ahora de qué se trata?”

“Un arma”, respondió Haruhi mientras me echaba la caja encima. Observé con cuidado y noté que eran modelos de plástico de algún tipo de arma con forma de pistola. “¿Qué quieres hacer con éstas cosas?”

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“¡Las necesitaremos para las escenas de acción, para los tiroteos! El ingrediente básico para cualquier película divertida es una intensa batalla. De ser posible, me gustaría hacer estallar también todo un edificio. ¿Sabes dónde venden explosivos? Me pregunto si en la ferretería puedo conseguir algunos.”

“¿Cómo diablos voy a saberlo? Al menos estoy seguro de que no los encontrarás en las tiendas de departamentos ni por Internet.” Quizá tengan un poco en la cantera… Quise recordarle eso a Haruhi, pero alcancé a reaccionar rápidamente y lo ignoré, seguramente sería capaz de entrar allí en medio de la noche a robar dinamita y cables ella misma.

Descargué las cajas con la cámara y las pistolas de plástico y sacudí mi cabeza.

“¿Qué vamos a hacer con éstas cajas?”

“Llévalas a tu casa por ahora, y recuerda traerlas al club mañana. Tomaría demasiado tiempo cargarlas hasta la escuela hoy.”

“¿Yo?”

“Sí, tú.”

Haruhi cruzó los brazos con una mirada de benevolencia. Era una sonrisa que nunca se veía en el salón de clases, y estaba reservada para la Brigada SOS. Cada vez que Haruhi sonreía de esa manera, yo hacía cualquier cosa que hiciera falta. ¿Qué era yo exactamente para ella? “Perdón…”

Asahina-san levantó su mano con gran cortesía.

“¿Y yo qué debo hacer…?”

“Ya puedes ir a casa, Mikuru-chan. Has terminado tu trabajo por el día de hoy.”

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Asahina-san parpadeó y adoptó la misma expresión confundida de alguien que acaba de ser poseído por un zorro. Como lo único que Asahina-san hizo en todo el día fue seguirnos ciegamente a Haruhi y a mí, seguramente no sabía para qué la había llevado, aunque yo ya lo suponía.

Haruhi siguió caminando con la misma energía de un profesor de educación física, y nos guió hasta la estación. Parecía que la actividad Haruhiista del día estaba llegando a su fin. El botín incluía una cámara y algunas pistolas de juguete. En lugar de una hábil negociación, Haruhi seguramente había conseguido aquellas cosas por medios poco convencionales. El costo total de la compra había sido cero, en otras palabras, le salió gratis.

Creo que había un refrán por ahí que decía: “No hay nada más caro que algo por lo que no tienes qué pagar.” Pero la cosa es que a Haruhi no parecía importarle. Si alguien sabe de algo que logre preocuparla, por favor háganmelo saber.

Al día siguiente, además de mi maleta, tuve que cargar un gran exceso de equipaje colina arriba.

“¡Oye, Kyon! ¿Qué llevas ahí? ¿Es un regalo para cierta estudiante modelo?”

El tipo que subía corriendo para alcanzarme era Taniguchi, un compañero de clase de Haruhi y mío, tan simplón como un microbio, y tan normal como cualquier otro estudiante de preparatoria. Ése “normal” era en realidad un gran cumplido; para mí, en aquel momento, la normalidad era un lujo muy escaso, y era una palabra mágica del legendario y ya olvidado mundo real.

Vacilé por un momento, y luego le arrojé el más liviano de los dos paquetes en brazos de Taniguchi.

“¿Qué diablos es esto? ¿Un modelo de una pistola? No sabía que te gustaran esas cosas.”

“No me gustan, es de Haruhi.”

Tuve que dar una breve explicación, pero Taniguchi tenía toda la razón en tratarlo como si fuese una afición muy extraña.

“Me cuesta trabajo imaginar a Suzumiya armando y desarmando éstas cosas, y coleccionándolas.”

A mí también me costó imaginármelo, ¿pero quién más, aparte de Haruhi, sería capaz de desarmar y volver a armar una de esas cosas? Cuando era más joven, había tratado de armar un pequeño robot de juguete, pero sin importar cuánto lo intenté, nunca pude hacer encajar el hombro derecho, así que terminé destrozándolo de la frustración que sentí.

“En realidad te toca muy difícil con ella.”

Taniguchi habló en un tono que no sonaba nada comprensivo:

“Hasta el momento, la única persona que ha durado tanto tiempo con Suzumiya has sido tú. Es un hecho, así que mejor sigue saliendo con ella.”

“¿De qué diablos estás hablando? ¡No quiero tener nada con Haruhi! Yo debería estar con Asahina-san. Estoy seguro de que cualquiera pensaría lo mismo.”

Taniguchi se reía como un duende.

“Ah, eso sí que no. Asahina es el pequeño ángel de la Preparatoria Norte, y es la alegría en el corazón de todos los hombres que estudiamos aquí. Si no quieres ser amarrado y encerrado en un saco por los hombres a media escuela, te recomiendo que andes con mucho cuidado con ella. ¿No te gustaría que yo mismo te apuñalara por detrás con un cuchillo, o sí?”

“Está bien, entonces tomaré la segunda opción y me quedaré con Nagato.”

“Tampoco estaría bien. Quizá no lo parezca, pero ella tiene un montón de admiradores secretos. ¿Sabes por qué dejó de usar anteojos? ¿Está usando lentes de contacto?”

“Hmm… ¿por qué no se lo preguntas tú mismo?”

“¿Preguntarle? Hasta ahora, sin importar lo mucho que lo he intentado, ella ha ignorado todo lo que le he dicho. Todos en la clase de Nagato creen que una sola palabra suya bastaría para cambiar el destino del mundo.”

“Dejen de tratar a Nagato como una Diosa. ¿Qué clase de supersticiones son ésas? Puede que no sea muy normal, pero teniendo en cuenta lo que ella puede hacer, en realidad no es tan extraña.” Aunque en realidad no estaba muy seguro de lo que ella podía hacer.

“Cómo sea, tú haces buena pareja con Suzumiya, y eres el único que puede tener una conversación decente con esa idiota. Así que cuídala bien y trata de que las víctimas civiles sean tan bajas como puedas. Ah sí, ya viene el festival escolar, ¿qué cosa tendrán planeada para ese día?”

“No me preguntes.”

Yo no era el vocero oficial de la Brigada SOS, pero Taniguchi siguió hablando: “Incluso si se lo pregunto a Suzumiya, ella seguramente me responderá con algo muy confuso, y si se lo pregunto en un mal momento, puede que incluso salga lastimado. En cuanto a Nagato Yuki, es imposible sacarle algo sin importar lo que se le pregunte, y no puedo acercarme a Asahina-san, porque seguramente me lincharían entre todos si tratase de hablarle. Así que al final, tengo que preguntártelo a tí.”

Es increíblemente bueno para inventar excusas. Según él, yo era la única persona buena.

“¿Acaso no lo eres? Pareces el tipo de persona que seguiría caminando a su lado, sin importar que un precipicio los esté esperando un poco más adelante.”

Cuando llegamos a la entrada de la escuela, le arrebaté la bolsa con las pistolas a Taniguchi y lo miré muy enojado. No sabía qué nos estaba esperando por el camino de la locura de Haruhi, pero estaba seguro de que no era nada bueno. Sin embargo, no era el único que caminaba junto a Haruhi en ese viaje. Tenía al menos a otras tres personas a mi lado. Estaba seguro de que dos de ellas podían cuidarse solas, pero Asahina-san estaba en grave peligro porque no sabía lo que podía sucederle. Era como si no hubiese venido del futuro en absoluto, pero también era eso lo que la hacía más encantadora.

“Es por eso…” le expliqué a Taniguchi “…que alguien tiene que protegerla.”

Ah, eso era lo que el protagonista masculino debería decir. Claro que sólo podía protegerla un poco del acoso sexual de Haruhi, nada más. Continué hablando más calmado “Ya que tengo esta oportunidad, debo protegerla. No me importa lo que los demás tipos de la escuela piensen, si quieren pueden formar una alianza de hombres, a mí no me importa.”

Taniguchi seguía con su risa de duende.

“Es mejor que mires por donde pisas, cada nuevo mes trae nuevas sorpresas.”

Después de aquella sutil amenaza digna de un poderoso criminal, Taniguchi atravesó la puerta de la escuela.

Mientras caminaba por el pasillo contiguo al salón de clase con todo el equipaje encima, ví a Haruhi amontonando sus cosas en el casillero. Yo también procedí a guardar la cámara y las pistolas de plástico en mi casillero de acero inoxidable.

“Kyon, hoy vamos a estar muy ocupados.”

Sin siquiera un saludo de buenos días, Haruhi azotó la puerta de su casillero y me regaló una sonrisa tan cálida como el comienzo de la primavera.

“¡Mikuru-chan, Yuki, e incluso Koizumi-kun, ninguno de ellos podrá quejarse! Ya casi he completado el guión de la película en mi cabeza. Casi hasta puedo escucharla rodando; ahora sólo falta llevarla a la pantalla.”

“¿En serio?”

Respondí de cualquier manera y entré al salón de clase. Mi puesto era el penúltimo de la fila. Desde que había comenzado el año, habíamos cambiado de puestos muchas veces, pero hasta el momento nunca había estado en el de atrás, porque Haruhi siempre terminaba sentada a mis espaldas. Estaba comenzando a pensar que no podía ser una coincidencia, pero en el fondo prefería pensar que sí lo era.

Si no pensaba eso, terminaría perdiendo la fe en la palabra “coincidencia”, pero estoy seguro de que cualquiera que se involucrase con Haruhi terminaría pensando lo mismo que yo. Era como un mediocampista encargado de interceptar la bola cuando ninguno de los dos equipos estuviera en control, y Haruhi era una receptora muy emocionada corriendo hacia la yarda final. Su enemigo más cercano estaría probablemente a muchas millas de distancia, así que incluso si le paso la bola, el árbitro no tendrá otra alternativa más que marcar un fuera de lugar.

Pero Haruhi sería capaz de decir que se trata de un error del árbitro. Incluso sería capaz de decir muy tranquila que son las reglas las que están equivocadas y seguiría corriendo con la bola, llegaría hasta la línea final y exigiría que le cuenten el punto. En todo caso, lo mejor es mantenerla alejada del rugby.

Para lidiar con su descarada forma de ser, lo mejor era hacer como si nada hubiese pasado y abandonar en silencio la escena del crimen. O dejar de luchar, y obedecer lo que fuera que ella ordenase.

Exceptuándome a mí, todos nuestros compañeros de clase habían elegido la primera opción.

Por eso, aunque ya íbamos por la sexta clase del día y faltaba sólo una para salir, Okabe-sensei y los otros alumnos no preguntaron por qué el asiento a mis espaldas estaba vacío. ¿Acaso no se dieron cuenta? ¿O prefirieron no darse cuenta? ¿Quizá no querían malgastar su tiempo preocupándose por esas cosas? Como sea, todos parecían estar de acuerdo en que lo mejor era dejarla en paz, así que no importaba saber la razón.

Me dirigí al salón del club llevando conmigo mi maleta, las cajas y un presentimiento catastrófico, y me detuve frente a la puerta del Club de Literatura.

Creí escuchar algo. Unos “¡Ahh!” que eran los tiernos gemidos de Asahina-san, mientras que los “¡Waah!” eran los aterradores chillidos de Haruhi. Aquí vamos de nuevo.

Si hubiese abierto la puerta en ese momento, probablemente habría visto una escena muy agradable, pero como era un hombre con algo de sentido común, reprimí mis deseos y esperé pacientemente afuera.

Después de casi cinco minutos, los suaves gritos de resistencia se habían calmado por fin, y seguramente Haruhi estaría llevándose las manos a la cintura una sonrisa de triunfo. Así como el conejo nunca podrá vencer a la serpiente, no había forma en que Asahina-san pudiese derrotar a Haruhi.

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Llamé a la puerta.

“¡Pasa!”

La vigorosa respuesta de Haruhi resonó a través de la puerta. Mientras entraba al salón, traté de adivinar qué habría en las bolsas de papel que ella había llevado en la mañana y ahora descansaban sobre la mesa. Tal y como esperaba, fui recibido por la sonrisa victoriosa de Haruhi, pero ya estaba cansado de ver esa expresión. Desvié la mirada hacia la figura que estaba sentada detrás de ella en una silla metálica, y sentí como mi temperatura subía instantáneamente.

Había una camarera allí sentada, mirándome con los ojos llenos de lágrimas.

“…”

Su cabello estaba un poco desordenado, con la cabeza agachada, permanecía completamente silenciosa, como Nagato. Haruhi había atado el cabello marrón de la camarera formando dos coletas. Sorprendentemente, Nagato no estaba por ningún lado.

“¿Entonces, qué te parece?”

Haruhi preguntó resoplando. ¿Por qué tenía esa cara de que todo había sido gracias a ella? La belleza de Asahina-san es un regalo celestial, y tú la estás…

Bueno, en realidad se veía muy bien con aquel disfraz. ¿Qué estaría pensando Asahina-san? ¿Ella no se enojaría conmigo por tener esos pensamientos, o sí? ¿Por cierto, esa falda no está demasiado corta?

Inocente al 100%, la camarera Asahina-san apretó los puños y los apoyó sobre su regazo mientras se sentaba muy tensa.

El disfraz le quedaba perfecto, como si hubiese sido hecho específicamente para ella. Debido a lo anterior, me quedé mirándola en silencio por unos treinta segundos. De repente, alguien me dio una palmada en el hombro y me hizo saltar de la sorpresa.

“Siento mucho lo de ayer. Todavía tenemos que repasar el guión, pero pedí permiso para salir más temprano para no faltar a la reunión de hoy.”

Koizumi sonrió con aquel rostro de modelo y echó un vistazo al salón del club sobre mi hombro.

“Hola.” Sonrió alegremente. “Ese disfraz…” Koizumi pasó a mi lado, dejó su maleta sobre la mesa y se sentó en una de las sillas plegables. “…te queda de maravilla.” Fue muy directo al dar su opinión. Bueno, cualquiera habría pensado lo mismo. Lo que no entendía era qué estaba haciendo una camarera en aquel viejo y desordenado salón, en lugar de estar trabajando en un café o restaurante.

“La razón…” dijo Haruhi, “…es que yo quiero que Mikuru-chan use éste disfraz para la película.”

“¿Qué tiene de malo el disfraz de mucama?”

“Las mucamas sólo realizan ciertos trabajos para los tipos ricos en sus mansiones. Las camareras son diferentes, están en cualquier kiosco de la esquina, o en las tiendas y restaurantes, y prestan todo tipo de servicios al público en general por 730 yen la hora.”

No sabía si esa tarifa era justa o injusta, pero en todo caso no creía que Asahina-san se disfrazara sólo para trabajar en una mansión. Las cosas serían muy diferentes si por lo menos Haruhi le pagara por su trabajo.

“¡Deja de fijarte en esos detalles! Lo importante es el sentimiento que se transmite, y siento que ella se ve bien así.”

Quizás tú pienses eso, ¿pero qué dice Asahina-san?

“Uhh… Suzumiya-san… Creo que éste disfraz me queda un poco pequeño…”

Seguramente Asahina-san estaba preocupada de que se viera su ropa interior, ya que todo el tiempo estuvo sosteniéndose el borde de la falda y tirando de él hacia abajo. Pero al hacer eso sólo estaba logrando llamar más mi atención, y sin darme cuenta, me quedé con los ojos fijos en aquél preciso lugar.

“Creo que te queda muy bien.”

Me tomó un enorme esfuerzo retirar mi mirada de allí y fijarla en Haruhi, que sonreía como una hermosa flor que se abre en medio del bosque. Haruhi me miró con sus grandes y brillantes ojos.

“El concepto de nuestra película será…”

Señaló con su dedo hacia la temblorosa Asahina-san.

“…ella.”

“¿Qué quieres decir con ‘ella’? ¿Quieres hacer un documental sobre una niña que trabaja medio tiempo en una casa de té?”

“¡No! Hacer un documental sobre la vida diaria de Mikuru-chan no tendría nada de divertido. Tenemos que hacer un documental sobre la vida de una persona extraordinaria, sólo así lograremos que la película llame la atención. Un documental sobre la vida común de una estudiante sólo serviría para satisfacer su ego.”

Yo no creí que Asahina-san estaría muy satisfecha con una película así. Creía que la persona que quería satisfacer su ego era alguien completamente diferente, y sabía que la vida de Asahina-san ya era muy extraordinaria, pero decidí quedarme callado.

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“Como directora de la Brigada SOS, cumpliré nuestra misión de entretener a las masas. ¡Estén atentos! ¡Haré que todo el mundo nos ovacione de pie!”

Cuando observé con más cuidado, noté que el brazalete de “Comandante” de Haruhi, había sido reemplazado por uno con la palabra “Director.” ¡Qué meticulosa era!

Una directora muy animada, una actriz principal deprimida, y un actor principal con una sonrisa sospechosa actuando como si fuera un simple espectador… en realidad no sabía cómo describir aquella escena. En ese momento, la puerta del salón del club se abrió.

“…”

Pensé que se trataba de alguien más, y por un momento mi mente se llenó de horror. Creí que mi vida había llegado a su fin y que la misma Muerte había venido a recogerme. Incluso alcancé a pensar que estaba en esa escena de la película en que Salieri mató a Mozart mientras componía su Réquiem.

“…”

El rostro silencioso de Nagato apareció cruzando la puerta. Sólo se veía su cara, ya que el resto de su cuerpo estaba totalmente cubierto de negro.

Y no era el único que se había quedado mudo por la sorpresa. Haruhi y Asahina-san no estaban en mejores condiciones, e incluso la sonrisa habitual de Koizumi mostró un poco de miedo. Nagato traía puesto un extraño disfraz, e incluso Asahina-san se sentiría incómoda vistiendo algo así. Estaba cubierta por una enorme capa negra, y traía un sombrero puntiagudo del mismo color, evidentemente era un disfraz de bruja. Bajo nuestras miradas congeladas, Nagato, que parecía la encarnación de la Muerte, caminó en silencio hacia su lugar habitual en una esquina del salón, allí sacó su maleta y su libro de pasta dura de algún lugar bajo su capa, y los dejó sobre la mesa.

Ignorando nuestros ojos fijos en ella, comenzó a leer su libro.

Seguramente ese era el disfraz que las chicas de su clase usarían durante el festival, ya que planeaban tener unos kioscos de adivinación de la fortuna.

Al ser la primera que se recuperó de su asombro, Haruhi bombardeó a Nagato con una enorme serie de preguntas. A juzgar por sus monosilábicas respuestas, pudimos deducir que debía haber una diseñadora muy talentosa entre las chicas de su clase para que Nagato disfrutase el llevar aquel disfraz a todos lados.

Nagato entrando al salón con aquel aterrador y extraño disfraz… ¿Acaso se había propuesto a competir contra Asahina-san en secreto y a su manera? ¡Su lógica era más difícil de entender que la de Haruhi!

En medio de aquella tensa y silenciosa atmósfera que nadie se atrevía a interrumpir, sólo Haruhi exclamó muy animada:

“¡Así que por fin lo estás entendiendo, Yuki! ¡Tu disfraz es excelente!”

Nagato desvió sus ojos muy lentamente para mirar a Haruhi, y luego regresó su mirada a las páginas del libro.

“¡Tu disfraz coincide a la perfección con el concepto de tu personaje! ¡Tienes que decirme más tarde quién lo diseñó, me gustaría enviarle un mensaje para felicitarlo por su esfuerzo!”

¡Oh, por favor! Enviarle un mensaje de felicitación sólo logrará que sospeche que hay algo malo, y pensará que tienes alguna intención oculta. ¿Acaso no te das cuenta de lo que la gente piensa realmente de tí?

Haruhi estaba en el séptimo cielo. Mientras tarareaba la Ronda Turca, abrió su maletín y sacó unas hojas de papel impresas. Nos entregó una hoja a cada uno, con una expresión más resplandeciente que la de Kintaro después de vencer al oso negro.

No tuve más alternativa que dirigir mi vista hacia la hoja de papel.

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Tenía escrito lo siguiente:

"Camarera de Combate – Las aventuras de Asahina Mikuru-san (título provisional)"
Reparto
- Asahina Mikuru-san – La camarera de combate del futuro
- Koizumi Itsuki – El joven con poderes mentales
- Nagato Yuki – La malvada extraterrestre
- Extras – todos los demás

……¡¿Dios, qué diablos era eso?! ¡Los adivinó a todos!

Estaba completamente aterrado. No sabía si se trataba de una maravillosa capacidad de deducción, o si acaso había adivinado y acerté por casualidad. Incluso llegué a sospechar que sí lo sabía y fingía no hacerlo. Para hacer un diagnóstico tan acertado sólo por casualidad, ¿Qué tipo de poder era ese?

Me quedé sin habla por un momento, y sólo recuperé el sentido cuando escuché una risa a mi lado. Se trataba de Koizumi.

“Ah, ya veo……”

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