SSS Class Suicide Hunter

Volumen 1

Capítulo 11: Inicio En Solitario (Parte 2)

-Oye, Zombie. ¿Sabes qué es lo más importante al recibir clases particulares?

“Para empezar, me gustaría que dejaras de llamarme Zombie.”

-Es la tarifa de las clases.

Terminamos nuestros asuntos en la sede de Sangryun y salimos. Era pleno día y las calles estaban llenas de actividad. Cazadores retirados atendían a los clientes en restaurantes y cafeterías.

También había muchas tiendas completamente vacías. Los dueños de las tiendas se sentaban, pasmados y con la boca abierta. Quienes tenían éxito, tenían éxito, y quienes no, no lo tenían. Era cruel, pero era un hecho inmutable tanto en Babilonia como en el mundo exterior.

-Y acabas de pagar la tarifa de las clases. Ahora, ¿qué sigue?”

“Mmm. ¿Un buen tutor?”

-No, ya tienes uno delante de ti. -Bae Hu-Ryeong hablaba descaradamente, sin el menor cambio en su expresión- ¡Un buen libro de referencia! Necesitas un libro de texto que te ayude a crecer más rápido.

“Un libro de texto…”

-Sí, como un tomo de habilidades o un elixir. Pero no tienes forma de entender un tomo de habilidades, incluso si consiguieras uno, ¿vale? Así que la única respuesta es comprar esos malditos elixires caros.

Lo que decía era correcto, pero lo hacía de una manera tan grosera…

-Además, yo paso de elixires baratos. Era el… ¿Castillo de la Alquimia? Había un gremio donde estaban registrados doctores y farmacéuticos. Tienes que comprar únicamente los elixires fabricados por sus hábiles maestros.

“Urg…”

-Sé dónde está la tienda, así que no te preocupes. Es algo que solía hacer el viejo Marcus. Si compramos todos los elixires allí…

“E-espera un minuto.”

-¿Hm? ¿Por qué?

Bajé la voz porque algunas personas pasaban a mi lado.

“…¿Esos elixires no son ridículamente caros?”

-Por supuesto que son ridículamente caros. Cuando escuches el precio vas a quedarte con la boca abierta -se rió maliciosamente Bae Hu-Ryeong-. ¿Debería decirte cuánto cuestan?

“Sí, dímelo.” Se me acercó y me susurró al oído. Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar el precio. Era una cantidad astronómica. “Incluso si gastara todo lo que tengo, solo podría comprar 4.”

-Heehee. Si compramos en cantidad, podemos pedir un descuento y conseguir 5. Saben cómo llevar un negocio. Por eso los doctores que conocen el sabor del dinero son los más aterradores.

“¡Es demasiado caro!”

Por amor de Dios. Volvería a ser pobre. Pensé que podría vivir cómodamente después de conseguir el premio gordo en la lotería.

-Bueno. ¿Qué quieres que haga? Es porque te falta habilidad. Simplemente piensa en todo esto como tu destino… ¡Uh! -la cara de Bae Hu-Ryeong se endureció-. Gong-Ja, escóndete.

“¿Qué?”

-Rápido.

Su voz se volvió seria. Me escondí detrás de un cubo de basura tal y como me dijo. Era un contenedor que un restaurante usaba para tirar los desechos de comida. Arrugué la nariz.

“¿Por qué me estás diciendo que me esconda de repente?”

-Cuidado. Es el viejo Marcus.

“… ”

Contuve la respiración. Con cuidado, miré por encima del cubo de basura para ver la calle. Un anciano de pelo blanco recogido, el actual rango 1 del mundo con la Percepción del Detective, el Santo de la Espada, caminaba a lo lejos.

‘Como me atrapen, estoy jodido’.

Mi corazón latía. Quizá porque mi nerviosismo se le había contagiado, el incansable hablador Bae Hu-Ryeong se calló durante un rato. Ambos nos escondimos detrás del cubo de basura conteniendo la respiración, mirando al Santo de la Espada.

“… Otra vez… cállate…”

Afortunadamente, parecía que no nos había notado. Murmuraba para sí mismo como siempre y se dirigía a algún lugar.

-Mierda -Bae Hu-Ryeong hizo una mueca al ver al Santo de la Espada entrar en algún edificio-. Tsk. Esa es la mejor tienda.

“¿La mejor tienda?”

-Los elixires, estoy hablando de los elixires. El mejor creador de elixires estableció su tienda allí. ¡Ugh, de verdad! Todos los demás son poco más que traficantes de drogas. ¡Tenemos que comprarlos allí…!

Bae Hu-Ryeong pateó el suelo. Esta fue la primera vez que vi a ese espíritu enojado de verdad. Me quedé pensando a su lado.

‘Usar la misma tienda que el Santo de la Espada es demasiado peligroso, pero una buena tienda para elixires…’

Busqué a los clasificados de primer nivel en mi teléfono. Había una lista que comenzaba desde el primer lugar.

Rango 1. Santo de la Espada / Afiliación: Ninguna
Rango 2. Bruja del Dragón Negro / Afiliación: Dragón Negro (Maestra del Gremio)
Rango 3. Condesa / Afiliación: Unión de Comerciantes (Maestro del Gremio)
Rango 4. Inquisidor Hereje / Afiliación: Templo de los Diez Mil (Maestro del Gremio)
Rango 5. Serpiente Venenosa / Afiliación: Chen Mu-mun (Maestro del Gremio)
Rango 6. Lingüista de Babel / Afiliación: Manhak (Vicemaestro del Gremio)
Rango 7. Mensajero de Kwangyeok / Afiliación: Periódico Dorado (Vicemaestro del Gremio)
Rango 8. Paladín / Afiliación: Milicia Civil (Vicemaestra del Gremio)
.
.
.

“No está aquí”, murmuré para mí mismo. Bae Hu-Reyong reaccionó a mis palabras.

-¿Hm? ¿Qué es lo que no está aquí? ¿Tu suerte?

“No. En realidad, es lo contrario”. Estaba rebosante de suerte. “No costará tanto como pensé.”

-¿Qué?

“Solamente tendremos que gastar una moneda para obtener el mejor elixir”, sonreí. “Porque conozco a un farmacéutico muy bueno.”

Entramos en un callejón oscuro.

Era un barrio pobre. Sus habitantes tenían que vivir allí porque no podían ganar dinero. Era un vecindario problemático. Los cazadores que nos miraban tenían miradas anormales en sus ojos.

-… ¿Hay un farmacéutico hábil aquí?

Bae Hu-Ryeong se quejó, como si no terminara de creérselo.

“No es un farmacéutico hábil, sino el mejor farmacéutico de la historia.”

-Baja el ritmo con las mentiras. ¿Por qué alguien así se quedaría aquí?

“Ah, no me creas si no quieres.”

Escuché a alguien chasquear la lengua desde algún rincón. Parecía que los cazadores que nos miraban se habían dado la vuelta. Probablemente pensaron que estaba loco al verme hablar solo. Incluso las personas en este vecindario problemático no se metían con los pacientes mentales. Aunque las personas en este gueto eran lo peor, no tocaban a los pacientes mentales. Me sonreí para mis adentros.

‘¿Qué sucedería si se enteraran de que mi billetera está llena de monedas de oro?’

Era obvio. Se lanzarían sobre mí como lobos.

Por supuesto, no tenía pensado revelar los asuntos de mi billetera a los demás. Olí el olor a cadáveres en descomposición y entré más profundamente en el callejón. Fue entonces cuando escuché el sonido de algo rasgándose.

“¡P-Por favor, no toques los materiales de mis experimentos!”

Una voz joven.

Después de eso, alguien habló con un tono brusco.

“¿Has hecho esto antes? ¿Qué mierda dices?”

“Ya ha pasado medio año desde la fecha límite. Ahora debes pagar el precio.”

Me dirigí hacia donde escuché las voces. En medio de las calles retorcidas, había una tienda vacía instalada. Ese era el sitio donde la gente estaba peleando.

“Si te llevas todas las herramientas… no podré ni ganarme la vida…”

“Vámonos, no hay nada más que ver. ¡Llévatelo todo!”

Matones con cuerpos robustos subieron las máquinas a sus vehículos. Una joven que parecía estar a la mitad de sus 20 se aferró a ello, suplicando.

“¡Una semana! Por favor, dame solo una semana más. No, 5 días más…”

“Esa semana se convirtió en un mes y ahora ese mes se ha convertido en medio año”, dijeron los matones mientras se alejaban. La dueña de la tienda colapsó en el suelo sin poder protestar. Extendió la mano hacia los remolques de los vehículos que se alejaban, ignorando las raspaduras que se estaba haciendo en las rodillas.

“Aún hay medicina incompleta…”

“Ugh. ¿Por qué nos ha tocado lidiar con esta farmacéutica loca? ¡Señorita! Es un consejo, ¡nunca vuelvas a hacer medicinas!”

Los remolques crujieron y desaparecieron por las calles. Solo quedó la mujer, desesperada y de rodillas.

Incluyéndome a mí, todas las demás personas del vecindario habían salido a mirar. Murmuraron entre ellos:

“Tsk tsk. Sabía que esa tienda iba a fracasar.”

“La medicina es demasiado cara. ¿Por qué cuesta 40 de oro una simple poción de salud?”

“Pensó que los negocios eran fáciles porque es joven…”

Quizás había oído los susurros de los espectadores, pero la dueña de la tienda desesperada volvió la cabeza hacia ellos.

“¿C, Cara? ¡Si la vendo a precio de coste!”

Daba bastante pena. Su cabello estaba pegado a su cabeza como si no se lo hubiera lavado en días. Las gafas en su rostro parecían antigüedades. Hasta su voz sonaba rota. “¡Solo nuestra tienda vende este tipo de medicinas a este precio en Babilonia! D-Deberíais estar agradecidos de que pusiera mi tienda aquí! ¡Eso es!”

“Oh, sigue fuera de la realidad.”

“Ella debe pensar que es mejor decir eso…”

Los espectadores sacudieron la cabeza y la multitud se dispersó.

La dueña de la tienda, que no parecía gustarle a nadie, todavía estaba allí.

“Oh… E, Espera. Ya que todos están aquí, ¿qué tal un frasco de poción curativa…? Con mi poción especial, hasta un cazador medio muerto puede revivir”.

“N-No, no voy a comprar nada”.

Ella intentó aferrarse a los espectadores, pero ya era demasiado tarde. Maldecían y desaparecían.

“Tiene efectos realmente buenos… no es mentira…”

Ella se desplomó en el suelo.

-Oye -murmuró Bae Hu-Ryeong después de ver esa desagradable escena-. ¿El “farmacéutico histórico” del que hablabas… es esa perdedora?

“¿Y qué si lo es?”

-Me preocuparé sinceramente por tu bienestar. Pensaré “ah, este chico debe haberse vuelto loco después de morir 4.000 veces”. Y luego te presentaré al mejor terapeuta de Babilonia.

Resoplé.

“Deberías haberte preocupado por mi bienestar cuando empecé a ver fantasmas. Esa dueña es definitivamente la mejor farmacéutica de la historia, así que no te preocupes”.

-¡Esa no es una farmacéutica legendaria, es una perdedora legendaria! ¡Eres un puto loco!

Bae Hu-Ryeong habló en voz alta, pero lo ignoré. Me dirigí hacia la mujer que estaba sentada en el suelo.

“Perdona”.

“¿Eh…?”

Ella me miró. Se veía aún más patética de cerca. Su ropa le quedaba demasiado grande, pero, como llevaba una bata blanca, se notaba que era farmacéutica y no una mendiga.

“Dueña de la tienda, ¿aún estás vendiendo, verdad?” (NT: “Dueño/a de la tienda” es una fórmula educada de dirigirte a los dueños de las tiendas en coreano) Por supuesto, esta persona no era una mendiga. Tampoco era una farmacéutica común. “Si todavía estás vendiendo, hay algo que quiero pedir.” La Señora del Castillo de la Alquimia. Ella era una farmacéutica que alcanzaría el rango 5 en el futuro. En este momento estaba fuera de las clasificaciones, pero definitivamente tendría éxito. “No pasa nada si el precio es un poco caro.”

“Ah, sí. ¡Por supuesto! ¡Puedo hacerte cualquier cosa!” El color regresó a su rostro. Su tienda estaba al borde de la bancarrota, pero ahora había un cliente que decía que compraría medicina aunque fuera cara. “Umm, pero ¿de qué precio estás hablando…?”

“Hm.” En el futuro, era una farmacéutica de la que ni siquiera podía pensar en comprar, pero esta vez era diferente. “Voy a gastarme alrededor de 20,000 de oro.”

“…”

Se quedó boquiabierta.

No importa lo patética que pareciera. Para mí, parecía la gallina de los huevos de oro. ¡De hecho, de oro 100% puro y macizo!

Sonreí.

“¿Qué haces? ¿No vas a tomar el pedido, dueña de la tienda?”

Me iba a convertir en un cliente asquerosamente regular.