1LDK Soshite 2JK (NL)

Volumen 2

Capítulo 6: La Hora Del Almuerzo Y Yo

Cuando suena la campana que anuncia la hora del almuerzo, automáticamente estiro el cuerpo.

En el acto, la oficina se vuelve un alboroto. Cada uno procede en sus respectivas preparaciones para el almuerzo.

—¡Komamura, vamos a la cafetería! —como de costumbre, Isobe me llama en un tono relajado.

—Lo siento, tengo ganas de comer un bento hoy. Voy a ir a comprar a la tienda de conveniencia.

Siento algo de pesar, pero honestamente decido seguir mis propios deseos.

Ocasionalmente me dan ganas de comer bentos de la tienda de conveniencia, aunque no parecen nada buenos para el cuerpo.

Hoy es uno de esos días.

Cuando se va a la cafetería todos los días, uno se llega a aburrir un poco del menú que uno prefiere, así que a veces se hace esto para refrescar la mente.

—¿Es así? En ese caso, yo también voy a la tienda de conveniencia — parece que Isobe me seguirá.

Así que, con la tarjeta de identificación como empleados colgando del cuello, nos dirigimos a la tienda de conveniencia frente al edificio de la empresa.

Cada uno de nosotros compra su respectivo bento en la tienda de conveniencia, y nos dirigimos a un espacio libre dentro de la empresa.

Está OK traer tu propia comida y bebida al espacio libre, así que muchas empleadas abren los bentos que han traído.

Nos sentamos en el mostrador junto a la ventana y sacamos de la bolsa los bentos que compramos.

El bento que hicimos que nos calentaran aún está caliente, así que nos cuesta un poco quitar el envoltorio de plástico.

Por cierto, para hoy es un bento de pollo frito (extragrande) con vinagre y salsa tártara, acompañado con té oolong.

Un olor débil ya se está filtrando, pero, cuando abro la tapa de plástico, el olor a pollo se extiende aún más.

El de Isobe a mi lado es una gran porción de espagueti con ajo, así que el olor a ajo es extremadamente fuerte.

Vagamente pienso que la gente del departamento de ventas de seguro no querría comer un almuerzo con olor tan fuerte como el del nuestro o como el del ramen con ajo.

Me alegro de estar en el departamento de contabilidad.

Bueno, en primer lugar, antes de en las restricciones en lo que puedo comer, prefiero mirar números antes que tener que tratar con personas, así que no me gustaría hacer otro trabajo en el futuro, de ser posible.

—Ah, Komamura-san, Isobe-san, ¿me puedo sentar con ustedes?

Acabo de dividir los palillos desechables cuando de repente oigo la voz de una mujer detrás de mí.

Al girar la cabeza, allí está de pie una mujer vigorosa con el pelo corto. Es Sachihara-san del departamento de ventas.

No la veía en la hora del almuerzo desde aquella vez en la cafetería.

—Oh, adelante.

—Gracias.

Tan pronto como Isobe se lo sugiere, Sachihara-san se sienta en la silla junto a mí.

Miro la cara ligeramente decepcionada de Isobe. Aparentemente, quería que se sentara a su lado.

Será porque ella cuida de su apariencia o por su buen olor, pero no es como si no entendiera cómo se siente.

… Leyendo un poco entre líneas, tal vez Sachihara-san quería distanciarse del fuerte olor del espagueti con ajo de Isobe.

—Un compañero de trabajo con el que suelo comer no vino hoy. Pensé en quedarme a comer en el departamento, pero unos vejet… unos senpais empezaron a quejarse, y escape de allí —Sachihara-san corrige una palabra y saca de la bolsa el bento que ha traído.

La bolsa del bento con un impreso de un perro indica que le gustan las cosas cute.

—Bueno, ciertamente quiero comer de buen humor —Isobe asiente dócilmente mientras envuelve el espagueti en el tenedor.

—En efecto. No me gusta ese tipo de ambiente. ¿El departamento de contabilidad es así?

—Hmm, nuestro departamento es relativamente armonioso, ¿verdad?

—Seguro. Comenzando por el jefe del departamento, todos los demás son del tipo taciturno…

Tal vez sea por el estrés acumulado, pero me pregunto qué pensarán de mí.

Bueno, no es que me importe mucho, a menos que fuera algo por el lado

negativo.

—Ya veo. Entonces, Isobe-san y Komamura-san son de un tipo algo especial en el departamento de contabilidad, ¿verdad?

—Espera, ¡¿qué es lo que quieres decir, Sachihara-san?!

—Desearía que no me pusieras en la misma línea de Isobe…

—¡¿Qué se supone que significa eso, Komamura?!

—Fu, fu, fu. Justo por ese tipo de intercambio.

Involuntariamente pongo una cara como si hubiera masticado tres gusanos.

No es la primera vez que almuerzo con Sachihara-san, así que la conversación y la comida continúan después de eso sin que haya ninguna tensión extraña.

Siendo el primero en terminar la comida, vagamente miro al exterior por la ventana.

A diferencia de en la cafetería del sótano, esta planta está en el séptimo piso, así que se tiene una vista amplia.

Cuando de una u otra forma miro en dirección a la casa, que no está a la vista, Sachihara-san dice «hablando de eso…» mientras guarda su lonchera de bento.

—Komamura-san, últimamente cuidas muy bien tu apariencia, ¿sabes?

—¿Eh?…

—La camisa y la corbata están sin arrugas. Por reflejo, me entra un miedo.

Eso tiene un doble significado. Me hace preguntarme si he terminado sugiriendo la existencia de Kanon y Himari y me hace ver el hecho de que, incluso una persona con la que me encuentro ocasionalmente, no hace mucho pensaba de mí como «el tío de la camisa arrugada».

—Ah, como era de esperar, Sachihara-san lo notó. Como mencionaste, yo me he estado preguntando desde hace tiempo si este tipo consiguió novia. Se niega obstinadamente a reconocerlo, ¿sabes?

—Te he dicho que no tengo novia.

—¿De verdad? Lo dudo. —Isobe sonríe como si esta fuera una charla de colegialas.

Estoy pensando demasiado en que tal vez, si reacciono de manera muy seria, sería sospechoso, por lo que no puedo responder con habilidad.

Siento que ya le he dado a Isobe una respuesta similar antes, pero todavía no parece estar convencido.

Este sujeto parece un tipo de mente relajada, pero tiene buen instinto para las cosas extrañas, eh…

—¿Has cambiado de mentalidad?

—Bueno…, algo. Intento volver a mis principios…

—Hee…

No sé si es un pretexto adecuado, pero no tengo la intención de sacar a relucir ni siquiera un fragmento relacionado con el asunto de Kanon y Himari…

—Hmm, pienso que esa es una disposición encantadora.

—¿Eeh?

—Fu, fu, fu. Entonces, me iré primero. —Sachihara-san deja una sonrisa pícara y rápidamente se aleja del lugar.

Me quedo mirando hasta el final su figura desde atrás.

No suelo recibir algo como cumplidos, así que terminé un poco perplejo cuando de repente me dijo «encantador».

—Komamura…, tú… —Como Isobe me mira con ojos inquisitivos, de repente me siento incómodo—. ¿Finalmente te llegó el moteki?⁴

—No, solo fueron palabras de cortesía.

Para comenzar, no la trato lo suficiente como para que yo le guste.

—Mierda. También me pondré una camisa nueva desde mañana. Me conseguiré una corbata estilizada y, de paso, le daré una lustrada a los zapatos.

Pienso que no es para que tuviera que competir conmigo, pero se me ocurre que no estaría mal que Isobe también pusiera en orden su aspecto, por lo que, audazmente, no mencionaré nada.

⁴ モテ期: moteki: es una expresión con la que hacen referencia al período donde gozas de mayor popularidad con las personas del sexo opuesto.