SSS Class Suicide Hunter

Volumen 1

Capítulo 2: Sin Embargo, Mueres I

Habilidad.

Una palabra que hizo llorar a muchos Cazadores. Las condiciones para despertar una habilidad varían de persona a persona:

“Golpeé un espantapájaros 10,000 veces en la sala de entrenamiento. Entonces, apareció naturalmente”.
“Un día, de repente escuché una voz de Dios”.
“¿Magia? Pude usarla poco después de entrar en la Torre”.

Cazadores con buena personalidad y mucha fuerza de voluntad lo pasaban mal para llegar a los rangos más altos porque no tenían una habilidad. En cambio, había cazadores con una personalidad de mierda que vivían una buena vida gracias a sus habilidades. El Emperador de las Llamas, que ostentaba el rango 1, era uno de estos últimos.

Si comparáramos la vida con un juego, ¿no estaría el Emperador de las Llamas jugando un juego en el que la suerte era una habilidad? Podía obtener cualquier cosa que quisiera con su habilidad de Suerte.

En contraste… mi vida era comparable al típico juego de RNG de mierda. (Taku:. Para quien no lo sepa, RNG significa ‘Random Number Generator’ y los juegos RNG son aquellos en los que el azar tiene un papel destacado. Los que funcionan por gacha, como Genshin Impact, y los que dependen de la pura suerte para obtener mejores objetos, como el sistema de mejora del Black Desert Online, entran dentro de esta categoría)

Mascullé una queja y me arrastré después de tropezar y caerme quién sabe dónde. Había salido del bar después de emborracharme, pero era incapaz de recordar cuándo había pasado eso. Entré en un callejón y un instante después había más porquería saliendo de mi boca. Me tambaleé. Mis ojos se enfocaron en mi vómito y reconocí parte de la comida que había comido antes.

“Eres desafortunado”, parecía decirme mi vómito.

“Mierda…” balbuceé. “Si se supone que soy desafortunado, entonces no me des ninguna suerte en absoluto. Esta falsa esperanza me ha matado”.

¿Cuándo sientes desesperación al jugar un juego?

Aquellos que hayan jugado juegos gacha en sus teléfonos lo sabrán. No sientes esa desesperación cuando no consigues obtener ni un solo personaje de 5 estrellas después de múltiples intentos, sino cuando te toca un 5 estrellas que resulta ser una basura completa. Un 5 estrellas peor que uno de 3.

Demonios, mi 5 estrellas era peor que una de 1 estrella.

Volví a vomitar, pero no salió nada excepto un sollozo. “¡Maldición!”

Sí. Mi vida era realmente un juego de RNG de mierda.

Normalmente, después de despertar una habilidad, tenías que informarlo a la Oficina de Cazadores. Sin embargo, yo no lo avisé. Ni de coña. Era demasiado deprimente. Demasiado vergonzoso. ¿Por qué mierda debería mostrarles una habilidad tan inútil? ¿Qué podría decir? ¿Cómo sería la conversación?

“Hola, cazador”, dirían. “¿Cómo despertaste tu habilidad?”

¿Qué podría decir? “Uh… tenía envidia del rango 1”.

“¿Perdón?” Sus caras se arrugarían en una mueca de confusión.

Así que, solo para que todo fuera mejor, lo explicaría aún más. “Pensé que me volvería loco por envidia y celos. Entonces, la Torre me dio una habilidad como si me estuviera diciendo ‘Toma esto y piérdete’.” Luego agitaría mi mano como si estuviera hablando de una recompensa excelente que obtuve por casualidad. “Incluso me dijo que soy una persona horrible con la mayor envidia”, diría con una risa. Jaja. Claro.

¡No podía decir eso! Como si hubiera alguna forma de contarle a alguien sobre esto. Simplemente reiría y sería miserable en mi vida desafortunada y de mierda.

Así que bebí todo lo que pude y terminé tambaleándome en un callejón remoto.

Pese a todo, nada había cambiado. Seguía fallando. No era capaz ni de tambalearme como Dios manda. Sin darme cuenta, me había adentrado en un callejón desconocido. No podía recordar cómo ni cuándo llegué aquí. ¿Dónde demonios estaba?

¿Podría simplemente quedarme dormido en el suelo así? ‘Ah. Esto es triste’. Qué mala suerte. Me esforcé por contener mis lágrimas.

Un grito tenue se elevó en el aire de la noche. Venía del otro lado del callejón.

La voz dolorida suplicaba: “…por favor, ¡ugh! ¿Por qué estás…?”

Al instante, mi somnolencia desapareció. Esa voz era demasiado real para ser confundida con una alucinación producida por el alcohol. Aunque no podía saber quién era, entendí que lo que estaba sucediendo ponía en peligro la vida de alguien.

‘¿Qué está pasando?’ me pregunté, avanzando en silencio. Instintivamente, contuve la respiración. Paso a paso, me acerqué sigilosamente al callejón de donde provenía el grito.

A medida que me acercaba, las voces se volvían más claras.

Esto era…

“E-Emperador de las Llamas… ¿Por qué de repente…?” decía una voz femenina.

“No sirve de nada. No hay nadie cerca para…” decía una voz masculina.

Esto era… el segundo error estúpido que había cometido ese día.

El primer error fue beber hasta que mi cabeza no pudo más. Nunca, en toda mi vida, me había emborrachado hasta quedar inconsciente. Sin embargo, ese día fue una excepción. Estaba extremadamente cabreado al descubrir que mi primera habilidad de Rango S era una basura, así que terminé bebiendo makgeolli como si fuera agua. (Nota del traductor en inglés: Makgeolli es un popular vino de arroz coreano.)

Mi segundo error fue no huir tan pronto como escuché el grito.

“He puesto veneno en tu bebida antes de dártela”, dijo la voz masculina. No podía entender por qué sonaba tan familiar.

“¿V-veneno? Emperador de las Llamas, no puedo entender lo que está diciendo.” También había escuchado antes la voz de la mujer, aunque no recordaba dónde. Sonaba altruista.

“Hey, tu actuación es bastante buena. Si alguien más te viera, se dejaría engañar”.

Un callejón sin salida.

En el oscuro callejón, sin farolas ni luces, había un hombre y una mujer. Quizás sea un poco raro describir que simplemente estaban allí. El hombre estaba amenazando a la mujer.

“Ácido de estómago de Basilisco”, dijo el hombre. “Originalmente, ibas a envenenar mi copa con esto. Wow. Si no fuera por mi habilidad, estaría en un buen lío. ¿Hm? ¿Qué pasa? Pareces pálida, señorita Santa”.

“¿Es la Inmunidad a Diez Mil Venenos…? ¡I-imposible! No debería tener una habilidad como esa…”

“Por supuesto que no.” El hombre se rió y su risa vibrante resonaba suavemente. “Pero tengo una habilidad que es un poco mejor que la Inmunidad a Diez Mil Venenos.”

Finalmente, me di cuenta de quién era este hombre. No importaba cómo de oscuro fuera el callejón, podía ver la espalda del hombre. Era imposible no fijarse en esa cola de caballo. Lo había visto, a él y sus hazañas, a mi alrededor en mi habitación todos los días durante los últimos diez años. Y lo había visto en la tele la noche anterior. Siempre había querido ser como él.

‘¡Realmente es el Emperador de las Llamas!’ Me quedé mirando fijamente.

El Cazador de Rango 1. El protagonista de esta era. Un ídolo que era la referencia de decenas de miles de personas. Y, debido a eso, era el héroe que recibía toda la atención y envidia… especialmente mi envidia.

Además, ‘¿No es ella la Santa?’.

Me cubrí la boca para contener la respiración. La Santa. La cazadora de rango 9 que había sido escogida por la Oficina. Se rumoreaba que estaba saliendo con el Emperador de las Llamas. Había sido su comportamiento reciente lo que había desatado todo el escándalo. La mujer más bella, a la que solo había visto en fotos y vídeos en Internet, estaba allí mismo.

“Pero el juego se ha acabado”, dijo el Emperador de las Llamas. “Es hora de pagar el precio por oponerte a mí.”

Y ella no estaba simplemente de pie allí. Estaba siendo amenazada. “E-espere un momento, Emperador de las Llamas”, suplicó. “Debe haberlo entendido mal… solo quiero superar la Torre con usted, como un equipo.”

“Yo también pensaba eso, pero no fue así”, dijo el Emperador de las Llamas.

“¡Por favor, espere un momento! Piénselo. ¡Si nos unimos, podemos llegar fácilmente hasta el piso 40! ¡Incluso podríamos alcanzar el piso 50 en un año! ¡Eso es! La humanidad no ha llegado aún a ese lugar, pero si somos nosotros dos…”

“Yo también pensaba eso, pero no fue así”, volvió a decir él.

Perplejo, pensé: ‘¿No estaban esos dos… saliendo juntos?’. La gente de Internet lo decía. Incluso los presentadores de televisión hablaban de la apasionada relación de los dos héroes. Pero la escena frente a mí no tenía ningún elemento romántico. Era difícil incluso bromear llamándolo ‘pelea de amantes’.

Intención asesina.

Solo vi a un hombre que estaba a punto de asesinar a alguien y a una mujer que se aferraba a la vida. “¡Por favor! Simplemente hablemos para aclarar el malentendido”, lloró ella.

“¿Hablar? Ah, hablar. Está bien. Es lo cortés.” El Emperador de las Llamas agarró entonces el cuello de la Santa.

La voz de la mujer emitió un fuerte ruido de asfixia antes de que su aire se cortara por completo. Después de eso, solo se escuchaban gemidos tenues.

“Pero yo decidiré las reglas y quién puede hablar”, gruñó él.

La Santa luchó por respirar. Vi cómo peleaba y también yo sentí que me ahogaba. Increíble. Dios mío. Algo que no debería estar pasando estaba ocurriendo frente a mí.

“Yo haré las preguntas. Solo respóndeme. Ah, no necesitas hablar. Simplemente asiente con la cabeza para responder. ¿De acuerdo?”

Ella luchó por asentir con la cabeza, sollozando. Tragué saliva por pura empatía, asustado.

“Si respondes sinceramente, te dejaré vivir. Incluso te daré el antídoto. Pero si ignoras mi consideración personal… bueno, ¿necesito explicar más? Escuché que te graduaste de Oxford. Usa tu inteligente cabeza.”

La Santa atacó desesperadamente el brazo del Emperador de las Llamas que estaba aferrando su cuello.

El sonido de sus esfuerzos llegó a mis oídos, pero nada sucedió. Era imposible que la Santa, que era conocida como una de las mejores sanadoras, pudiera ganarle físicamente al Emperador de las Llamas.

“Honestamente, solo tengo una pregunta para ti.”

La Santa luchó por respirar.

“¿Quién te ordenó que me mataras? Solo respóndeme eso. ¿Fue la Bruja del Dragón Negro?”

La Santa se estremeció y dejó de luchar.

“Pensalo bien antes de responder”, dijo el Emperador de las Llamas. “Puede que no tenga Inmunidad a Diez Mil Venenos, pero tengo una habilidad de Detección de Mentiras. Si me mientes y lo descubro, te quemaré hasta que incluso tus huesos se conviertan en cenizas.”

La Santa no respondió de inmediato. En el oscuro callejón, era difícil ver su rostro. Sin embargo, se podía sentir su silencio. Mientras el Emperador de las Llamas la observaba, la Santa asintió lentamente con la cabeza.

“Lo sabía”. Su suave risa se elevó en el aire entre ellos. “Adiós, Santa Isabelle.”

Las llamas estallaron.

El fuego engulló todo el callejón. Se extendió desde la mano del Emperador de las Llamas hasta el cuello de la Santa y luego su cuerpo entero fue consumido por ese fuego. Ella empezó a luchar desesperadamente. Era su último intento de sobrevivir. Pero no importaba cuánto luchara contra él, no podía escapar del agarre del Emperador de las Llamas.

Él simplemente miraba a la Santa mientras esta ardía, sin inmutarse.

Frente a las llamas abrasadoras, el Emperador de las Llamas se mantuvo tranquilo. Estaba completamente en calma, y siguió sujetando el cuello de la Santa hasta el final. Ella agitó ambos brazos. Clavó sus uñas en el brazo del Emperador de las Llamas e intentó arañarlo. Al final, levantó las manos hacia el cielo… y poco después se detuvo.

Se quedó flácida.

Y ya no se movió más.

Las emociones se revolvieron en mi estómago y se estrellaron en mi pecho. ‘¡Ese loco bastardo!’.

Un héroe de la humanidad murió frente a mí. No, no era correcto decir simplemente que ella murió. Sí, su muerte no fue natural.

Fue asesinada. Asesinada por otro héroe de la humanidad, el Emperador de las Llamas.

‘Un demente.’

Para entonces, la Santa era solo un cadáver quemado. Aun así, las llamas no se detuvieron. El Emperador de las Llamas no paró allí. Quemó todo hasta que su carne y huesos se fundieron. Lo hizo sin mostrar la más mínima emoción desde el primer instante hasta el final.

‘No está cuerdo’. Di un paso atrás. ‘Necesito irme inmediatamente’.

Y así, cometí el tercer error de ese día. Mi error final.

Crunch…

Fue un pequeño sonido. No, no pisé una lata. Fue solo un pequeño fragmento de vidrio.

Tal vez era un pedazo de cristal de una botella de soju rota. Tal vez fue llevado por el viento desde otro lugar… No tenía maldita idea de cómo llegó allí. Más bien, no había necesidad de saberlo. (Nota del traductor de inglés: El soju es una popular bebida alcohólica coreana. Es una bebida destilada que viene en una variedad de sabores.)

En cambio, había dos cosas que tenía que entender:

Primero, había cometido un error estúpido.

“…Oh”, la voz del Emperador de las Llamas se volvió hacia donde estaba escondido.

Y segundo, el Emperador de las Llamas no era un depredador que dejaría pasar el error de otra persona.

“Pensaba que me había encargado de todas las ratas cercanas. Supongo que una se escapó”. Sus ojos encontraron los míos.

Corrí.

Corrí sin mirar atrás. Esos eran los ojos de un asesino. No de alguien que ha matado a una o dos personas, sino de alguien que mata por decenas. Tal vez incluso más. Sus ojos eran como los de un maldito demonio.

Y ese demonio estaba tratando de matarme.

“¿Eh? Qué lindo”. Tan pronto como el Emperador de las Llamas se burló, noté una sensación caliente que me atravesaba junto a mi rodilla y, un momento después, rodé por el suelo. Al principio, no podía entender cómo tropecé.

Al menos no hasta que vi mis piernas en el suelo.

“¡H-hiik…!?” Un grito escapó de mis labios.

Mis piernas fueron cortadas. Mis piernas. Ambas fueron cortadas. Izquierda y derecha. Incluso llevaba puestas las zapatillas todavía.

Hasta podía ver el logotipo de la famosa marca dibujado en un lado de mis zapatillas.

“P-por favor, déjame vivir. ¡Por favor!” Supliqué, como la Santa había hecho antes.

“Entonces, ¿por qué corriste? Me asustaste, joder”, dijo el Emperador de las Llamas, inclinándose. Recogió una de mis piernas. Luego empezó a lanzarla y a atraparla como si fuera una pelota de béisbol. “Oye. ¿Lo viste?” preguntó.

Mis ojos siguieron el movimiento arriba y abajo de mi pierna en el aire. A sus manos. Y luego de nuevo en el aire. “¡N-no vi nada!”

El Emperador de las Llamas se acercó más. “¿Qué es lo que no viste?”

“No sé nada. Ugh. Por favor. No sé…”

“¿Qué es lo que no sabes?”

“Por favor… Emperador de las Llama. Por favor… déjeme vivir. No diré nada. No le diré nada a nadie.”

Sentí su presencia justo sobre mi cabeza.

Estaba doblando las rodillas para mirarme. “Vaya. ¿Así que me estás diciendo que me viste e incluso me reconociste? Podrías haberlo visto todo. Probablemente lo sabes todo, ¿verdad?”

“Por favor…”

“Viejo, me estás decepcionando. ¿Por qué actúas como si no supieras nada?” El Emperador de las Llamas sondeó mi pierna. “Dime. ¿Quién te envió? ¿Fue el Dragón Negro otra vez?” (Taku: Era realmente complicado traducir semi-literalmente ‘Hyung-ssi’ aquí. Si el castellano tiene una palabra que se puede usar en esta frase y que quede bien, yo no la conozco. Prefiero ir con algo como ‘Viejo’, que mantiene el espíritu de la frase aunque no conserve la literalidad.)

“D-de verdad que no sé nada… de nada…”

“Sigues diciéndome que no sabes nada, pero casualmente pasabas por aquí y nos observaste a mí y a la Santa desde allí. Silenciosamente, como una maldita rata. Eh… bueno, viejo, tu historia es muy confiable. Si fuera un poco más tonto, probablemente te hubiera creído.” El Emperador de las Llamas sonrió. “Pero ya ves, no soy retrasado. ¿Intentas tomarme el pelo?”

Chispas de fuego estallaron frente a mí. Llamas brotaron de la palma del Emperador de las Llamas y se extendieron a mis piernas. El estallido de fuego que las devoraba sonaba como una barbacoa. El olor a carne asada llegó a mis sentidos abrumados.

Quemó todo, no dejó nada. Ni siquiera el logotipo de la famosa marca. Ni siquiera las zapatillas que había usado durante tanto tiempo. Ni siquiera mis piernas, que habían sido parte de mí durante aún más tiempo.

Todo desapareció.

“Lo siguiente será tu cabeza. Respóndeme de una vez.”

Mi mente se volvió completamente en blanco.

Este demonio… estaba loco.

Era un lunático. No tenía sentido hablar con un lunático. No le importaba lo que pensaran los demás, y creía firmemente que siempre tenía razón. Era un jodido psicópata que mataba a personas inocentes sin motivo alguno.

Como alguien que ostentaba el rango 1… no, como ser humano, ¿cómo podía hacer esto?

¿Me estás diciendo que estaba obsesionado con alguien como él?

Muchas personas, incluyéndome a mí, creían que era un héroe. Nos gustaba por ser sincero y honesto. ¿A este jodido lunático lo elogiábamos como alguien con una personalidad refrescante?

“Me-mentira…”, tartamudeé.

“¿Qué?” preguntó.

“Habilidad de Detección de Mentiras… Le he oído decir que tiene una Habilidad de Detección de Mentiras”. Continué hablando desesperadamente. “Le dijo a la Santa que puede detectar cuándo alguien miente. Y que debería responder sinceramente”.

Cuando el Emperador de las Llamas no reaccionó, continué: “Así que pruébeme con esa habilidad. Pruébeme para ver si mis palabras son mentira o no. Emperador de las Llamas… lo que sucedió fue que pasaba por aquí realmente por casualidad. ¡Por favor, créame!”

La expresión del Emperador de las Llamas se volvió extraña. “Ah, eso era mentira”, dijo.