Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 10

Capitulo 3: La Artista De Manga Está Obsesionada Con Las Hermanitas

Justo cuando Nayuta e Itsuki empezaban a ponerse cariñosos, Miyako se encontraba de nuevo en su apartamento dándose un baño. Mientras se empababa en el agua, su compañera de piso Kaiko Mikuniyama entró para darse una ducha, intentando despertarse un poco.

“Hola, Kaiko. ¿Sigues trabajando?”. “Oh, hola Myaa. Veo que volviste”.

Kaiko asistió a la proyección en casa de Itsuki, pero se marchó pronto porque tenía trabajo que hacer, por lo que no pudo estar presente durante la revelación de Chihiro. Pero cuando Miyako le contó la historia…

“¡¡¡Aaaaiiiiiiieeeeeee!!! ¡¡Noooooooooo!!

¡¡Nunca voy a poder superar estooooooooo!!

¡¡Oooooohhhhhh!! ¡¡Gaaahhhhhhhh!!”.

Kaiko casi empezó a llorar lágrimas de sangre por la frustración. Ella misma era una gran aficionada al tropo de las hermanitas, tanto como para mantener una conversación al respecto con Itsuki. Ahora comprendía que había estado a punto de presenciar cómo una hermana menor que se había hecho pasar por un chico durante muchos años revelaba finalmente la verdad a su hermano mayor—un acontecimiento realmente histórico—y se lo había perdido por sólo un par de horas. La desilusión era

indescriptible.

“¿Por qué tuve que priorizar mi trabajo esta noche?  Ahhhh,  ¡¡soy  una  completa  estúpida!!

¡¡Estúpida, estúpida, estúpida!!”.

Kaiko, completamente desnuda, se revolcaba en el suelo del cuarto de baño agonizando, con las manos sobre la cabeza.

“Bueno, yo… creo que es muy profesional de tu parte. Nayu podría aprender mucho de eso”. Los ánimos de Miyako hicieron poco para calmar los remordimientos de Kaik2o.

“¡Tengo que volver! ¡Necesito ver a Chihiro como una hermanita!”.

“¡No, no lo hagas! ¡Ella ya regresó a su casa!”. “¡Le pediré la dirección al Señor Hashima!”.

“¡¿Quieres irrumpir en la casa de su familia?! ¡Ni se te ocurra!”.

Miyako logró evitar que Kaiko saliera corriendo desnuda de su apartamento.

“¡¡¡Noooooooooooooooo!!! ¡¡¡Quiero iiiiiiiiiiirrrrrrrrrrrrrr!!!”..

“No eres una niña, ¡¿de acuerdo?!”.

La desnuda Miyako hizo todo lo que pudo para sujetar a la pataleante, gritona y desnuda Kaiko.

 “Y si vieras a Chi ahora mismo, ¡¿qué le harías?!”. “¡La desnudaría!”.

“¿Qué harías qué?”.

“¡Le quitaría la ropa y comprobaría qué tipo de ropa interior tiene puesta! ¡Luego le pediría que hiciera de modelo para mí, la desvestiría por completo, la dibujaría desde diferentes ángulos, le daría algo de mi propia lencería, y luego celebraríamos un pequeño desfile de moda en el acto!”.

¿Acaso perdió la cabeza?

“¿Acaso perdiste la cabeza?”.

“¡Llevo años soñando con regalarle a una hermanita la lencería que más me gusta!”.

“Chi no es tu hermana”.

“¡Las hermanitas son un bien público!”, Kaiko respondió serenamente. “¡La hermanita del Señor Hashima es también mi hermanita!”.

“¡No, no lo es!”.

“¡Nnnngh, no es justo! ¡¿Por qué sólo él puede disfrutar de tener una?! A mí me gustan las hermanitas tanto como a él, ¡¿por qué sólo él tiene una?! ¡Voy a demandarlo por tener el monopolio de las hermanitas!”.

“Buena suerte en la corte…”.

“Uggghh,  quiero  una…  ¡Que  mala  suerteee!

¡Aunque sean las sobras del Señor Hashima! Vamos, sólo dame las sobraaaasss…”. Antes de que su capacidad para formar pensamientos coherentes se deteriorara aún más, Kaiko finalmente estalló en llanto desconsolado.

“Está bien, está bien… Cuando termines el capítulo que estás dibujando, podemos ir juntas a la casa de Itsuki la próxima vez que lo visite, ¿de acuerdo?”.

“¡¿De verdad?!”.

“Claro. Así que continúa trabajando por ahora,

¿de acuerdo?”.

“¡De acuerdo!”.

Miyako suspiró. De algún modo, había conseguido calmar a Kaiko.

Sin embargo, de momento decidió mantener a Chihiro a un brazo de distancia de ella en todo momento.