Loop 7-kaime no Akuyaku (NL)

Volumen 4

Historia Extra 2: Cuando Raúl Le Pregunta A Rishe Si Le Gusta La Cara De Arnold

Después de que se asentara la algarabía en Vinrhys, lo único que les quedaba por hacer a Arnold y Rishe era prepararse para regresar a la capital.

Habiendo encontrado la oportunidad de hablar con Rishe sin miradas indiscretas, Raúl-vestido-como-Curtis le preguntó: “Hey,

¿qué te parece la cara de tu Príncipe Arnold?”

¿Qué me pide este cazador de la nada? Rishe lo miró con desconfianza, pero él le devolvió la mirada con total sinceridad.

Arnold y el príncipe Curtis iban a reunirse esta tarde. Por supuesto, Curtis era un impostor y la reunión era sólo para aparentar, pero Rishe también pensaba asistir.

Cuando llegó a la sala de reuniones y se encontró con Raúl, éste apoyó el codo en el escritorio que tenía delante y apoyó la barbilla en la mano. “Su Alteza tiene un rostro atractivo, ¿verdad? Para otro hombre como yo, no es menos impresionante que una obra de arte.”

“Creo que su belleza es obvia para cualquiera.”

Era la cara más bonita que Rishe había visto en sus siete vidas. El rostro de Arnold era, tal como había dicho Raúl, una obra de arte.

“¿Por qué lo preguntas?”

“Porque tus ojos se desvían mucho hacia él.”

Rishe parpadeó alarmada. “¡No tengo intención de hacerlo!” “También haces expresiones interesantes sólo cuando él está

cerca.”

“Ugh…” Las mejillas de Rishe ardían de vergüenza.

“¿Ves lo roja que estás? No importa lo cerca que esté de ti, incluso si te empujo contra una pared, la expresión de tu cara nunca cambia.”

Bueno, ya me acostumbré a que Raúl se metiera conmigo desde mi quinta vida.

Por aquel entonces, Raúl siempre apoyaba los brazos en la cabeza de Rishe o la despeinaba. Volvía animado y la abrazaba, y a veces también la hacía girar. Aunque ahora que recordaba el comienzo de su quinto bucle, tampoco recordaba que le molestara especialmente su proximidad antes de acostumbrarse.

“Yo tampoco soy mal parecido, ¿verdad? Pero no reaccionas para nada ante mí, así que pensé que tal vez Arnold Hein es especial para ti.”

“¿Y la conclusión a la que has llegado es que debo preferir la cara de Su Alteza?”

“Ajá.” Raúl asintió, todavía con aspecto sincero.

¿La razón por la que el Príncipe Arnold es especial para mí…?

Rishe frunció el ceño.

Es cierto que me siento excesivamente avergonzada cada vez que la cara del Príncipe Arnold está demasiado cerca de la mía. También me siento diferente cuando me toca la mano o la mejilla, o cuando me dirige esos ojos azules, que cuando cualquier otra persona hace esas cosas…

Mientras estaba sumida en sus pensamientos, oyó que alguien se acercaba a la habitación. Los pasos le resultaban familiares a Rishe; llegaban a intervalos regulares sin desviarse. Pero mientras ella estaba distraída, Raúl sonrió satisfecho.

“Vamos, dime por qué puedo coquetear contigo y no te inmutas, pero ese tipo dice tu nombre y no sabes qué hacer contigo misma.”

“Eso es porque…” Rishe volvió a fruncir el ceño. Entonces decidió que nunca podría escapar de aquel cazador, así que se dirigió a la puerta y la abrió de un tirón para descubrir a un sorprendido Arnold allí de pie.

Sin decirle nada a Arnold, la tomó de la mano y declaró a Raúl: “¡Me gusta su cara y su voz y el color de sus ojos y la forma de sus manos y todo lo demás!”

Tras el apasionado discurso de Rishe, se hizo un gran silencio en la sala. Pero ella no se dejó amilanar.

Tirando de la mano de Arnold por detrás, Rishe continuó su alegato ante Raúl. “La cara del Príncipe Arnold es la más bonita del mundo, por supuesto, ¡pero no es sólo su cara! Si te mirara con esos ojos y te llamara por tu nombre con su voz, cualquiera…”

“Rishe.”

Miró a Arnold y dio un respingo. Lo que acababa de describir estaba ocurriendo de verdad. Su mirada se posó en su mano, donde seguía agarrando la muñeca de Arnold. Levantó tímidamente la mirada y descubrió que el rostro más bello de sus siete vidas la miraba con severidad.

Oh…

Era como si toda su sangre hubiera corrido a sus mejillas.

¡¿Qué demonios estoy diciendo delante de él?!

Rishe soltó la mano de Arnold como si estuviera ardiendo y se sumergió en una torpe reverencia. “¡Lo siento, Príncipe Arnold! Por favor, ¡no haga caso de lo que acabo de decir! Olvídalo inmediatamente.”

“…”

“¡Arrgh!” La cabeza de Rishe dio vueltas. Levantó la cabeza en dirección a Arnold y soltó: “¡Voy… voy a pedir té para nuestra reunión!”

Antes de que Arnold pudiera replicar, Rishe huyó de la habitación y corrió por el pasillo.

¡Es como dijo Raúl!

El fracaso no era vergonzoso para Rishe. No le gustaba causar problemas a la gente, pero consideraba que cometer errores era una fuente de inspiración. Entonces, ¿por qué se le calentaba tanto la cara cada vez que cometía un error delante del príncipe?

¡Tengo que salir a refrescarme!

Con las manos en las mejillas, Rishe correteó hacia el patio.

***

Raúl, rezagado en la habitación, se encontró ahora en el punto de mira de la fría y silenciosa mirada de Arnold.

“… ¿Qué le dijiste?”

“¡Eep! ¡Qué miedo da, Alteza!” “…”

“No necesitas preocuparte. No puedo ganar contra tu mujer, así que puedes bajar un poco la guardia.”

Raúl mantuvo un tono ligero, pero la expresión de Arnold no se suavizó.

Bueno, sería bastante fácil de explicar… Raúl se encogió de hombros. Pero bueno, ¡eso no es muy divertido! Creo que me callaré.

Esos dos tienen una relación lo bastante sólida como para aguantar este nivel de tomadura de pelo.

Implacable, mostró al príncipe una sonrisa alegre.

-FIN DEL VOLUMEN 4-