Monogatari (NL)

Volumen 15

Capítulo 2: Acertijo Sodachi

Parte 3

El recuerdo que había rememorado seguía siendo un caos, así que permítanme que les explique primero la situación. Me había llevado a visitar mi alma mater, con todo el bochorno y la nostalgia que ello conllevaba.

La mañana después de escaparme de un aula tras quedarme encerrado con la estudiante transferida Oshino Ougi, caminaba por los pasillos de camino a clase cuando Hanekawa me detuvo. Porque Oikura Sodachi estaba dentro, dijo Hanekawa, porque había vuelto a la escuela por primera vez en dos años.

“Ustedes dos están en malos términos, ¿verdad? Sólo pensé que antes sería mejor prepararse mentalmente.”

No podía esperar menos de la representante de clase entre los representantes de clase.

Hanekawa Tsubasa, la representante de clase de todos bajo el cielo.

Su consideración sobre estos asuntos era impecable; estoy seguro de que el consejo de clase no habría terminado como lo hizo si ella hubiera sido la representante de la clase 3 de primer año. Seguramente habríamos evitado esa tragedia. Por supuesto, si ella hubiera estado en nuestra clase, el verdadero culpable podría haber sido identificado en el acto… ¿Cómo habrían ido las cosas entonces? No lo llamaría el mejor resultado sin ninguna reserva.

Todos los estudiantes de esa reunión, incluidos Senjougahara y yo, mantuvimos la boca cerrada sobre lo ocurrido. Hanekawa no podía saberlo, pero parecía que mis diferencias con Oikura eran bien conocidas desde el principio. Algunos de los presentes en esa reunión incluso teorizaron que yo había provocado su caída, por mucho que me molestara oírlo.

Hanekawa no aprovechó la oportunidad para preguntarme: “Araragi-kun, ¿qué pasó entre Oikura-san y tú?” Tal vez pensó que no era un tema en el que debiera indagar; aun así, era un asunto urgente.

Si Oikura y yo causáramos algún tipo de problema en la clase que fuera demasiado grande como para pasarlo por alto, Hanekawa me interrogaría a mí y a Senjougahara, también de forma agresiva.

Eso no sería bueno.

No quería que la gente se enterara de esa reunión.

No quería que Hanekawa supiera que yo, de entre todas las personas, había presidido la reunión. Hanekawa, siendo Hanekawa, no me castigaría; en todo caso, me amonestaría con suavidad, pero aun así no quería decírselo. No quería hablar de esto con ligereza, ni tampoco con el corazón apesadumbrado.

De hecho, me estaba recriminando a mí mismo por la forma en que había hablado con Ougi-chan el día anterior, cuando ni siquiera le había contado a Shinobu lo que había sucedido dos años atrás,

independientemente de lo necesario que hubiera sido para escapar de aquella habitación cerrada.

Tenía que mantener una relación lo más pacífica posible con Oikura ahora que estaba aquí; Hanekawa no iniciaría una investigación si yo llevaba una vida normal y sin problemas. ¿También tenía que asegurarme de que Senjougahara mantuviera la boca cerrada? No es que supiera cómo se sentía ella sobre ese incidente…

De todos modos, ella pensaba en las cosas de una manera diferente a la de entonces.

“¡Ja, ja, ja!”

Dejo escapar una risa forzada.

Hanekawa, te estás preocupando demasiado, quería decir, pero se quedó sin palabras. Se quedó mirándome como si yo fuera una cosa extraña. El tipo de mirada que le darías a un amigo que empieza a actuar como un loco—¿cómo de forzada era mi risa?

Continué: “No es nada por lo que merezca la pena preocuparse.” Consideré aclarar mi garganta, pero no lo hice. “Malos términos, tal vez, pero eso fue hace dos años, el pasado lejano. No tengo ninguna preocupación. Ninguna en absoluto. Agradezco la consideración, pero podría haber entrado directamente en esa aula y no habría pasado nada.”

“Hm. Hmm. ¿De verdad?”

“Eh, sí, de verdad. Y estoy seguro de que ella también se ha olvidado de mí.” Garantizaba mientras Hanekawa parecía reflexionar sobre la situación.

Esto también cayó en saco roto, sólo la hizo sospechar innecesariamente. Me aventuro a decir esto por su respuesta.

“Bueno, Oikura-san me preguntó. Sobre cómo estás ahora, qué haces ahora, cómo eres ahora.”

Se acordaba mucho de mí. Y estaba súper obsesionada, lo que me asustó. De repente, ya no quería entrar en mi clase. Habría dado un giro de 180 grados y me habría dirigido directamente a casa si no tuviera que preocuparme por mi asistencia.

“Quería saber si habías crecido, qué almorzabas y a qué hora llegabas a la escuela.”

“Son muchas preguntas…”

“Le contesté, por supuesto, siempre que fuera inofensivo. Pensé que sería extraño si no lo hacía.”

“¿Qué quieres decir con inofensivo?”

“Cosas que todo el mundo sabe. Como que eres el vice representante, o que últimamente te has puesto las pilas… Eso sí.”

No le hablé de Shinobu, ni de las excentricidades, por supuesto— aseguró Hanekawa. Claro, eso no sería inofensivo. Aflictivo, más bien.

“Además, no le conté lo de Senjougahara-san porque la situación parecía un poco tensa; al fin y al cabo, todavía no ha venido a la escuela. Sin embargo, creo que deberías fijarte un objetivo para antes de que llegue.”

“¿Un objetivo?”

“Te sugiero que hables con ella. Son compañeros de clase. No puedan pasar los meses que les quedan juntos sin entrar en contacto.

¿Sí?”

“Hmm…” Vaya, ¿se dio cuenta de mi plan de tratar de ignorar a Oikura durante el resto del año? Seguramente nuestra clase ofrecía algún tipo de ángulo muerto—

“Tampoco puedo permitir que arruines el ambiente de la clase. Aunque Oikura-san te guarde algún tipo de rencor, si estás tan despreocupado por ella como dices, deberías ser capaz de encontrarte con ella a medias.”

Cómo podía estar pasando esto. Ella había usado mis propias palabras contra mí.

¿A medias? Si su actitud hacia mí era la misma que hace dos años, todo era tierra quemada… Quién sabía en qué tipo de campo de minas me metería.

He oído que algunas minas terrestres están diseñadas para no producir heridas letales y sólo te vuelan las piernas y te hacen sufrir lo máximo posible…

¿Hanekawa quería que pisara una de esas?

“Pero Araragi-kun, espera un segundo, ¿sí? Tengo que hablar con nuestro profesor de aula sobre el proceso de reincorporación de Oikura-san en la sala de profesores. ¿Te gustaría venir conmigo? Después de todo, eres el vice representante.”

“Mm…”

Oikura no se había retirado de la escuela, así que “reincorporación” era sólo una forma de hablar. Aun así, el hecho de que Hanekawa se alejara por un momento me proporcionaba una excelente oportunidad, especialmente si Senjougahara aún no había llegado—si entraba ahora, no tendría que preocuparme de nadie más.

Una oportunidad perfecta.

De esas de una vez en la vida.

El hecho de tener que atender sólo a dos pares de ojos decía algo sobre mi vida, pero no por ello dejaba de ser una rara oportunidad, así que decliné cordialmente la invitación de Hanekawa (aunque, cordialmente o no, en cierto modo estaba descuidando mis obligaciones).

“Para cuando vuelvas habré resuelto todo con Oikura.” Dije. “Sólo queda medio año para que nos graduemos. Me gustaría disfrutar de mi juventud, ¿sabes?”

“Hm… Realmente has crecido, Araragi-kun.”

Hanekawa parecía impresionada, pero en el mejor de los casos era una medida provisional, y no tenía forma de cumplir mi promesa de que lo resolvería todo antes de que ella volviera.