Monogatari (NL)

Volumen 15

Capítulo 2: Acertijo Sodachi

Parte 15

Lo que menos entendía—como me había preguntado una y otra vez— era cómo había olvidado que había venido aquí todos los días durante todo un verano hace cinco años. Recuerdos de la infancia o no, ¿podía realmente olvidar un verano que actuó como un punto de inflexión tan importante en mi vida, un trozo de ella tan importante?

¿Cómo?

Podría entender que lo olvidara como una forma de proteger mi psique si se tratara de algún tipo de recuerdo horrible y traumático, pero me llevó a amar las matemáticas. En todo caso, fue un recuerdo positivo.

Una experiencia positiva.

¿Cómo lo había olvidado hasta ahora? ¿Hasta este momento?

Por eso, no me había dado cuenta de que Oikura y yo nos conocíamos. Sólo pude ver nuestro reencuentro como un primer encuentro.

Si hubiera una razón clara para este lapso de memoria que tuviera sentido para mí—

Si hubiera una razón, paradójicamente.

Era que el recuerdo no había sido positivo en absoluto—que si realmente pensaba en ello, podría convertirse en algo traumático…

Una verdad que quería olvidar.

Una realidad que hay que evitar. Si eso es lo que pasaba aquí… “¿La casa en la que vivía Oikura?”

“Solía tener una placa con el apellido de la familia, ¿verdad? Ahora no, pero creo que antes se podían encontrar allí los caracteres ‘Oikura’.

¿Por qué motivo? Bueno, a ti también te pareció curioso. ¿Por qué celebrar una sesión de estudio en una casa abandonada? La respuesta es que ésta no era una casa abandonada.”

“No, no me refiero a eso—aunque este lugar no hubiera sido abandonado hace cinco años, no hay garantía de que fuera la casa de Oikura.”

“Entonces, ¿por qué siempre llegó antes que tú? ¿No te parece extraño que nunca haya dejado de llegar al lugar de encuentro antes que tú, ni siquiera una vez?”

“…”

¿Fue extraño?

Lo fue, hasta el punto de que me pregunté por qué no me había dado cuenta. Hasta el punto de que se podría decir que realmente me había dado cuenta y sólo fingía no haberlo hecho, en cuyo caso no tendría nada que decir en mi favor.

“Oikura-san siempre esperaba aquí porque era su casa… por supuesto, puede que ustedes fueran los primeros en salir de la escuela

por el tiempo que cada uno de ustedes merodeaba por su aula, pero entonces, la mayoría de sus sesiones de estudio tenían lugar durante las vacaciones de verano. Salió de esta casa el primer día porque vivía aquí. Y de todos modos, una vez que nos damos cuenta de que este lugar no fue abandonado hace cinco años, sólo tiene sentido que sea su casa o la tuya, si celebraron sus sesiones de estudio aquí. Esta no es tu dirección, así que podemos determinar que es la casa de Oikura-san por proceso de eliminación.”

“Otra vez el proceso de eliminación…”

Y no el proceso de eliminar una opción de tres—eliminar la única opción errónea de dos. No había que debatir esta solución.

Fue abrumadoramente correcto.

“Así que Oikura me invitó a su casa… Supongo que eso se parece más a una sesión de estudio que si nos encontráramos en una casa abandonada, pero aun así.”

Me sorprendió saber que había conseguido entrar en la habitación de una chica siendo un simple chico de primer año de escuela media, pero no me invadió ninguna sensación agridulce.

Después de todo—en aquel entonces. No pensé que este hogar fuera un hogar. Sí. La llamé casa embrujada, y…

“De acuerdo. Siento sacar el látigo justo cuando estás ocupado escandalizándote, pero estamos llegando a la parte más importante de mi razonamiento. Hace cinco años, ¿pensabas que su casa estaba abandonada? ¿Pensaste que era una casa embrujada?”

“¿Estás diciendo que estoy recordando mal?”

“No, tienes un malentendido. Estoy bastante segura de que tus recuerdos son correctos. Has dado un testimonio específico, diciendo que las ventanas de esta habitación ya estaban tan rotas como ahora, así que no estás recordando mal, estás malinterpretando.”

“…”

Las ventanas reforzadas con cinta.

Las paredes agrietadas y llenas de masilla.

Las habitaciones desordenadas y los pasillos desordenados.

No era una casa abandonada, pero estaba destrozada hasta el punto de confundirla con una.

Si esto llevara a una conclusión, si hubiera una conclusión aquí que quisieras evitar.

Si era una casa en la que la gente vivía en ese momento. Y estaba así de destrozada.

“… Había violencia intrafamiliar.” Violencia intrafamiliar.

Abuso doméstico.

Intenté decirlo claramente, sin ninguna emoción. Como un reportero de televisión leyendo un guion.

Pero no pude contener la repulsión visceral—ahora estaba en ese tipo de hogar, y me repugnaba.

Y hace cinco años.

Había estado trabajando duro estudiando aquí, en el lugar de un crimen, y nada podía evitar que me odiara por ello.

“Así es.”

Mientras tanto, Ougi-chan se mostraba impresionantemente impasible. Sonrió y luego giró para echar un vistazo a la habitación en ruinas, como si la verdad a la que había llegado no le hiciera sentir nada en absoluto.

“Habría que destruir intencionadamente una residencia para que estuviera en un estado tan desastroso como para confundirla con una casa abandonada—romper las ventanas, golpear las paredes, demoler los muebles. ¿El intercomunicador roto lo estaba por la misma razón?”

Un hogar que se desmorona.

Un hogar destrozado, un hogar roto. Herido.

Un hogar que podría desmoronarse en cualquier momento.

Ahora lo entiendo. No era una casa abandonada—pero.

Un estudiante de primer año de escuela media, que ignoraba el mundo y que sólo podía pensar en un hogar como un lugar tranquilo, cálido y reconfortante, lo entendió erróneamente como algo abandonado.

¿Acostumbrado por los fantasmas?

¿De qué estaba hablando? Qué ridículo. Este lugar era lo más humano posible. “Oikura… no pudo ser el única.”

No me habría invitado a su casa si su entorno fuera tan violento. “¿Así que su padre? O su madre…”

“Jaja. Incluso mi materia gris no puede averiguar cuál de los dos era. Pero uno u otro, sin duda. Sin embargo, se necesita mucho trabajo para destruir una casa entera hasta este punto sin ayuda. Puede que hayan sido los dos.” Dijo Ougi-chan con una idea terrible.

Lo peor de todo es que sonaba completamente plausible.

“Parece que Oikura-san se ha criado en un entorno familiar bastante trágico. Supongo que no podemos culparte, criado cómodamente en tu apacible hogar, por haber guardado en los rincones más lejanos y en las profundidades más oscuras de tu psique los recuerdos de un verano entero que pasaste aquí. Si hay alguna gracia salvadora, es que la

violencia nunca se dirigió al cuerpo de Oikura-san, o al menos a cualquier parte expuesta de su piel.”

“…”

Al menos, ¿eh?

Esa era una gracia salvadora demasiado minúscula.

“En ese caso la transferencia una vez iniciado el segundo trimestre también tiene sentido—su familia, a punto de desmoronarse, finalmente lo hizo. Esto es, por supuesto, una especulación sin fundamento, pero ¿no podría Oikura-san haber cambiado de apellido en aquel entonces? Eso haría que el apellido que una vez se encontró en la placa frontal de esta casa fuera incierto, pero… en cualquier caso,

¿es por eso por lo que pensaste que te encontrabas con ella por primera vez cuando se reunieron en la clase 3 de primer año de la Secundaria Naoetsu? Si hubieran estado en la misma escuela media, al menos deberías haber escuchado su nombre completo, con o sin interacción.”

Sin embargo, deberías haber reconocido su cara—dijo Ougi-chan, extendiendo los brazos; parecía ser su idea de una broma.

Me gustaría que no tejiera chistes en su deducción. Especialmente en situaciones como ésta.

“En cualquier caso, podemos estar seguros de que la familia Oikura habría estado al límite en aquel entonces, y ella quería hacer algo al respecto.”

“¿Algo? ¿Cómo qué?”

“Algo. Cualquier cosa. Por eso te llamó aquí. En otras palabras, eso es lo que quería de ti a cambio. Incluso si me equivoco, no eran bocadillos lo que ella buscaba. Crear un nuevo aficionado a las matemáticas era su método, no su objetivo.”

“No, espera un segundo. ¿Arreglar una familia que se desmorona a causa de la violencia? Eso es pedir demasiado. ¿Qué esperaba de un niño de escuela media? Puede que en ese entonces haya actuado como una Fire Sisters, pero al final del día, era básicamente un juego de niños…”

“Tienes el orden invertido. Las Fire Sisters están actuando como su querido hermano mayor—”

“B-Bueno, está bien, es cierto.”

“Ella nunca esperó tanto de ti, por supuesto. Si hubiese hecho, probablemente te habría pedido ayuda en lugar de ir por un camino tan indirecto, que es donde entran tus padres.”

“Mis padres…”

“Son policías, ¿no?”

Tus honorables padres, que te mostraron lo que era correcto.

Esperaba que les informaras sobre el estado de la familia Oikura.

“Si lo hubieses hecho, la policía habría intervenido en su situación doméstica. Para ser honesto, no veo que eso resuelva nada, pero sería un plan de última hora para salvar a una familia al borde del colapso.”

“…”

Para qué dar tantas vueltas, basta con denunciar la situación tú mismo—podría decir una persona ajena. Si las cosas fueran tan fáciles, la violencia doméstica es un abuso que se mantiene dentro de la familia, así que los que están fuera tienen que hacer movimientos desde su posición exterior.

Aun así…

“Aun así, me habían jurado guardar el secreto… por la propia Oikura. Ella dijo que no podía contarle a nadie sobre nuestros encuentros aquí.”

Mis hermanas y yo incluso dejamos de llevarnos bien como resultado.

¿Por qué diría eso?

“Sí, igual que una Yuki Onna. Creo que Oikura-san no quería ser la que acusara a su familia, pasara lo que pasara. Se sentiría culpable por exponerlos, o quizás temía las represalias… ¿Quizás fue otro caso donde ambas cosas influyeron?”

“Entonces, ¿ella quería que les contara a mis padres sobre el estado de su familia, pero por mi propia voluntad? ¿Eso es lo que dices que era su plan?”

Y fue con este plan con el que me enseñó matemáticas; no es que la idea me hiciera enfadar. Para empezar, no tenía derecho a enfadarme. Sinceramente, hasta el punto de que arruiné mi relación con mis hermanas pequeñas, nunca le conté a nadie mis viajes a esta casa abandonada, o mejor dicho, a la casa de Oikura, tal y como había prometido.

Para empezar, ni siquiera pensé que fuera su casa.

Simplemente aprendí matemáticas de ella, sin preocuparme por nada.

No le pagué nada a cambio y sólo la exploté. Le arrebate más cosas que su tiempo.

Cuando dijo que no podía salir nada bueno de que alguien como yo se preocupara por ella, no se hacía la dura ni exageraba. Lo decía en serio.

Mi vida es un completo desastre gracias a ti.

Ella también lo había dicho. También fue exactamente así.

Su vida era un desastre total y yo me había alejado. La había descuidado.

“Eso significa que deben haber estado en algún lugar de esta casa.” Dije. “¿Verdad? Nunca se mostraron, pero los padres de Oikura estuvieron aquí.”

“Bueno, sí. Probablemente estaban. Aunque nunca salieron a ofrecerle a su invitado té y bocadillos, supongo que no eran tan retorcidos como para ser violentos con el hijo de otra familia.”

“…”

Pero eso también significaba que protegía a Oikura al venir a esta casa, porque no era más que un “invitado” que se iría después de unas horas. De vuelta a su propia casa. No quería pensar en la clase de tormenta que debía de haber atravesado este lugar después de que yo me iba.

No quería pensar en ello.

El aspecto que debía tener bajo su uniforme escolar.

“Así que no hice nada de lo que Oikura quería que hiciera… y sin embargo, tomé sólo los conocimientos que me había dado y los absorbí todos.”

Por supuesto que me odiaría por eso.

¿Quién no guardaría rencor?

Olvídate de la ingratitud, era un ladrón.

No es de extrañar que nunca se molestara en despedirse—¿cómo se sentía mientras seguía enseñándome matemáticas todos los días?

Ougi-chan lo llamó indirecto, pero la ruta que Oikura encontró después de reunir todo su conocimiento y valentía resultó infructuosa.

¿Cómo se había sentido ella al respecto?

Puede que yo sólo haya sido el intermediario, pero tal vez ella pensó que era una tonta por haber confiado en mí. Comparado con ella, yo era el más tonto.

El sobre vacío que Oikura metió bajo la mesa baja era una expresión perfecta del tipo de persona que era.

Vacío. La elección equivocada. Un tipo poco fiable.

“Jeje. Bueno, supongo que eso es todo.” Ougi-chan comprobó su reloj una vez más, como si hubiera estado cronometrando para ver lo rápido que podía resolver este misterio. ¿Qué clase de persona se apresuró a hacer esto? “Si no me falla la memoria, comenzaste esta investigación para investigar la razón por la que Oikura-san te odiaba como si fuera una especie de rompehogares, y creo que ya hemos cumplido más o menos ese objetivo. Como tal, creo que es hora de empacar e irse, pero si tienes algún comentario final, por favor, adelante.”

Algún tipo de rompehogares.

En realidad, sin embargo, no era eso. Oikura quería que fuera un rompehogares, ¿hay algo más hilarante que eso?

Pensé en mencionar esto, pero las observaciones finales debían ser más amplias que eso.

“Me he sentido muy afortunado, no puedo negar que ha sido un camino de rosas para mí, y soy feliz. Tengo amigos, tengo novia, tengo compañeros, soy muy, muy feliz. Pero…” Dije.

“He empezado a odiar un poco a mi yo feliz.”

En respuesta Ougi-chan sonrió. “Entonces te querré lo suficiente como para compensar eso. Y dependiendo de cómo lo mires, es bueno que no hayas llegado a odiar las matemáticas.”

“En eso tienes razón.” Es cierto.

No importa lo que pueda empezar a odiar, aunque haya perdido de vista la justicia, las matemáticas son lo único que siempre amaré. Incluso se podría decir que es una especie de maldición.