Monogatari (NL)

Volumen 15

Capítulo 2: Acertijo Sodachi

Parte 13

“¿Eh? Espera, pero para ir al grano, esa chica misteriosa es Oikura- san, ¿verdad?”

El comentario casual de Ougi-chan resumía tanto que casi había arruinado mi historia. Comprobó su reloj mientras hablaba—como chica puede que tenga un toque de queda, pero como orgullosa fan del misterio, uno pensaría que sería un poco más correcta al presentar la solución.

“Espera, no puedes llamarlo solución.” Objetó. “En todo caso, lo llamaría despiste excesivo si la chica es cualquiera que no sea Oikura- san. Sería tachado de injusto. Aunque sería divertido a su manera si resultara ser yo. Te dije que no se lo dijeras a nadie, rompiste nuestra promesa de mantener esas sesiones de estudio en secreto… ya sabes, como una Yuki Onna.”

No es que tuviera ninguna razón para seguir manteniendo las condiciones, ahora que las sesiones de estudio habían llegado a su fin de forma unilateral, pero sí que me resultaba un poco extraño haberle contado todo esto, lo que significaba que su comentario no me parecía tan gracioso.

Por supuesto, no hace falta decir que la chica no era Ougi-chan. Su sonrisa no se parecía en nada a la de la chica.

“Bueno, no me lo dijiste cuando te pregunté por su aspecto, así que pensé que tenía que ser un personaje establecido. Lo estarías delatando si describieras su aspecto exterior.”

“Ya veo.” Ella se dedicó a algo parecido a la deducción, aunque sería difícil llamarlo resolución de misterios.

“Aunque sería muy interesante si la chica fuera Senjougahara-san.”

“No, no lo sería.”

Desgraciadamente, Senjougahara estaba ocupada siendo atleta de pista por aquel entonces y no tenía tiempo libre para enseñarme a mí, una estudiante de otra escuela. Todo lo que pudo decir sobre ese verano fue lo mucho que corrió.

“En ese caso, Ougi-chan. ¿Cómo explicas que la joven Oikura no estuviese en la Escuela Media Pública Nº 701 después de las vacaciones de verano? ¿Cómo demuestras que no era el hada de las matemáticas?”

“Aunque sería muy difícil demostrar la inexistencia de las hadas, no hace falta utilizar una teoría tan fantástica como esa para explicar por qué no se la encontró en tu escuela media una vez que empezaste el segundo trimestre. Se trasladó.” Respondió Ougi-chan con brío.

Como alumna transferida, no lo encontró especial ni raro.

“Y es porque se transfirió que por mucho que buscaras, asomándote incluso a las aulas de tus senpais, no podías encontrarla. También explica por qué no volvió a aparecer en tus sesiones de estudio. Es

mucho más probable que la posibilidad de que una estudiante de otra escuela haya estado usando el uniforme de tu escuela—aunque ese sería el caso de la teoría de Senjougahara-san—o que una estudiante de otra escuela haya entrado a hurtadillas y dejado caer cartas en armarios de zapatos al azar. Pero hay un agujero en esta línea de inferencia, ¿no?”

Ougi-chan puso ella misma el punto sobre la mesa antes de que yo pudiera señalarlo.

“Oikura-san y tú ya habían sido compañeros de clase—tal y como has descrito las cosas hasta ahora, pareciera que la conociste después de entrar en la Secundaria Naoetsu.”

“…”

“Dijiste que te odiaba desde el día en que se conocieron en la clase 3 de primer año. ¿Fue algún tipo de truco narrativo, en el que te referías a su primer encuentro en esa clase, pero no a la primera vez en general?” Preguntó Ougi-chan con una sonrisa—pero seguía mostrando bastante consideración hacia su senpai al interpretarlo de esa manera.

La verdad era otra.

Más simple por mucho, y fácil de entender. No se puede decir que sea un truco.

“Sólo pensé que era nuestro primer encuentro—es decir, me había olvidado totalmente de la joven Oikura. Olvidé a quién tenía que

agradecer por ser bueno en matemáticas, olvidé lo en deuda que estaba con ella. Y la traté como a una compañera más.”

Así que, por supuesto, me odiaba.

Llamarme desagradecido aquí sería generoso.

Tuvo que acordarse de mí, y entonces mi desagradecida persona fue y le arrebató una puntuación perfecta, haciendo que me odiara aún más.

Odio el agua que cree que se ha hecho hervir sola. Sí, en efecto.

Yo era agua, un agua terrible y engreída.

Pensaba que de alguna manera se me daban bien las matemáticas, cuando no sería la persona que soy ahora si no hubiera pasado ese verano con Oikura.

“Ella decía que todo lo que soy hoy es gracias a las matemáticas, incluso el hecho de que estoy saliendo con Senjougahara. Pero tal vez quería decir que es gracias a ella…”

Gracias. A ella.

El cumplido vacío que le había hecho. Realmente tengo que agradecerle a ella.

“Le gusta la gente feliz.” Dijo Ougi-chan. “Pero odia a la gente que no sabe por qué es feliz, ¿era eso? Ah, y qué más, odia a la gente que

no sabe de qué está hecha. Je, qué palabras tan profundas ahora que has recordado todas estas cosas.”

“En cualquier caso…”

Tenía mucho que pensar y mucho que reflexionar. Sentía mucho arrepentimiento, pero al mismo tiempo, una parte de mí sentía que todo había quedado en el pasado.

Y así fue.

Hace más de dos años—añada tres años más.

Los recuerdos no son más que eso, recuerdos. Recordarlos ahora no iba a cambiar el presente.

Sin embargo.

“Mañana tengo que disculparme con Oikura. Estoy seguro de que eso no hará que deje de odiarme y empiece a gustarle, y probablemente no la hará sentir mejor, pero necesito disculparme, así que lo haré.”

“¿Oh? Pareces un poco reacio.”

“Claro.” Asentí. “No es que no tenga algunas quejas propias. Aunque tuviera que cambiarse de escuela o lo que sea, al menos podría haber dicho algo antes de irse.”

¿Cómo es posible que ni siquiera se haya despedido? No es como si fuera Oshino Meme.

“¿Cómo se supone que voy a averiguar algo con un sobre vacío? Y si me hubiera dicho algo cuando nos reencontramos en la clase 3 de

primer año, lo habría recordado todo en el acto. Decírmelo ahora, después de todo este tiempo…”

Demasiado tarde.

No pude evitar sentirme así.

Aunque sabía que era cruel atacar a Oikura, me resultaba difícil pasar por alto todo mi enconado descontento, no cuando pensaba en la vida de secundaria que podríamos haber disfrutado.

No pude evitar sentir que habíamos salido perdiendo.

De haberlo sabido, no pude dejar de pensar, incluso esa reunión del consejo de clase podría no haber terminado como lo hizo.

“Eh. ¿Cuándo se rencontraron?” Dijo Ougi-chan con una sonrisa traviesa. “Yo era la chica de entonces, Araragi, es tan agradable verte, oh, realmente te olvidaste de mí, vamos, eres lo peor, ¡vaya, hablando de corazones fríos! ¡Pero eso es justo lo que a-m-o☆ de ti! ¿Esperabas que dijera algo así?”

“Nunca he conocido a ninguna persona de un nivel tan sublime en el mundo de esta historia…”

“Bueno, en ese caso.” Y luego.

La expresión de Ougi-chan cambió repentinamente de descarada a solemne.

“Tal vez deberías pensar en por qué no dijo eso.”

“¿Eh?”

“Y por qué se fue sin decir nada—también tienes que pensar en eso. Si no lo haces y te disculpas mañana, lo único que lograrías es empeorar la situación.”

El tono de Ougi-chan parecía extrañamente seguro a pesar de su uso de la palabra lograrías.

“Si no puedes averiguarlo, tienes que seguir pensando. Tienes que pensar hasta que descubras la razón. Tienes que resolver cualquier cosa que parezca ambigua. Después de todo, nada enoja más a una víctima que una disculpa vacía.”

“¿Víctima? Vamos, Ougi-chan. Dame un respiro, ¿no crees que eso es ir un poco lejos? Claro que cometí un impensable paso en falso social al olvidarme de alguien que hizo mucho por mí, pero no diría que la hice una víctima…”

“Tienes razón. No hiciste nada malo, sólo eres un tonto. Un tonto sin remedio.”

“¿…?”

Ougi-chan se burló de mi confusión.

Si esa era la clase de sonrisa que se le concedía a un tonto, tal vez fuera demasiado amable.

“Ougi-chan, ¿exactamente qué sabes?”

“Yo no sé nada. Tú eres el único que sabe—Araragi-senpai.”

“Yo…”

¿Algo que sabía?

Algo que estaba olvidando.

“Creo que deberíamos tomar prestada una página de los días de juventud de Oikura-san y regalarnos un concurso. Este es tu problema.”

Ougi-chan levantó un dedo como si fuera una especie de presentadora de televisión. No, ¿quizás como si fuera una famosa detective? Como una orgullosa fanática del misterio, ella tenía eso en mente.

“Oikura Sodachi odia a Araragi Koyomi como si fuera un rompehogares. Esto se debe a que Araragi Koyomi no cumplió con las expectativas de Oikura Sodachi, y por eso ella se transfirió de escuela sin decirle una palabra. Ahora bien, ¿exactamente qué esperaba Oikura Sodachi de Araragi Koyomi?”

“¿Qué esperaba obtener de mí?”

“Una pista. Tiene que ver con la profesión de tus padres, tienes 120 segundos.”

En otras palabras—dos minutos. Demasiado poco tiempo.

Por otra parte, me podrían dar dos años, el mismo tiempo que Oikura pasó deprimida, y seguiría sin encontrar una respuesta.