Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Desde que se le quitó el sello, Tomochika era capaz de pasar a la lucha sin vacilar ni avisar. La familia Dannoura había pasado su larga historia refinando no sólo el cuerpo sino también la mente para la batalla.

Su oponente fue abatido de un solo golpe mientras conversaba casualmente. Eso era posible para alguien con el espíritu Dannoura. En todos los campos de batalla había personas con un mínimo de habilidad que se jactaban de ser capaces de tal hazaña, pero el número de los que realmente eran capaces de hacerlo era pequeño. El adversario de esa persona no sólo no podría predecir que sería golpeado mientras hablaba, sino que sería derribado sin siquiera poder ofrecer resistencia.

El pirata con el sable probablemente ni siquiera se había dado cuenta de que le habían atacado. El golpe en la mandíbula le sacudió el cerebro, y el golpe en el pecho le interrumpió los latidos del corazón. Lograr algo así no era simplemente una cuestión de golpear lo suficientemente fuerte, sino de aplicar una cantidad precisa de fuerza, algo en lo que los Dannoura estaban completamente entrenados.

Eso bastaba para dejar inconsciente a su objetivo, pero Tomochika lo había complementado con un tercer golpe en la ingle para asegurarse. No importaba quién fuera su oponente, las técnicas de la Dannoura buscaban infligir un daño máximo.

Mientras el pirata se desplomaba, Tomochika ya estaba eligiendo su siguiente objetivo. Había dos cerca: el hombre mayor con gafas y otro de aspecto rudo con armadura de cuero.

Tomochika empujó ligeramente al pirata caído contra el hombre con armadura de cuero. Cuando el primer hombre cayó sobre el segundo, el guerrero de cuero lo agarró con ambas manos para sostenerlo. Al mismo tiempo, Tomochika giró detrás de él y le golpeó en la nuca. Los dos se desplomaron en un montón enmarañado, pero por si acaso, ella siguió con un pisotón en la cara del hombre de cuero.

El hombre mayor parecía no estar acostumbrado al combate, ya que parecía incapaz de reaccionar ante el repentino uso de la violencia por parte de Tomochika. Cuando abrió la boca para gritar, ella le asestó un rápido golpe en la garganta. Inmediatamente se desmayó y cayó al suelo.

Una vez que la batalla había comenzado, no había lugar para la piedad. La mayoría de las artes marciales enseñaban eso, y la Escuela Dannoura no era diferente.

“Hm. Supongo que ahora no tenemos más remedio que abrirnos paso a golpes”, comentó Mokomoko.

“¡¿No puedes luchar, Mokomoko?!” preguntó Tomochika. Con dos de ellos, su ventaja en el combate mejoraría enormemente, haciendo mucho más fácil la huida.

“Por desgracia, no. Muevo este cuerpo con algo parecido a un mando a distancia. No soy capaz de luchar adecuadamente en este estado”.

“¡¿No puedes simplemente autodestruirte, entonces?!”

Como ella había cortado la voz del hombre antes de que pudiera gritar, tuvieron algo de tiempo antes de que alguien se diera cuenta.

Actualmente estaban de pie en el centro del salón. Había una salida a cada lado. Tomochika tiró una silla cercana hacia la salida delantera, girando inmediatamente y corriendo hacia la trasera. Por el momento, los Dones de todos estaban neutralizados, así que no creía tener que preocuparse por ningún tipo de ataque mágico. La silla que había lanzado bloquearía la línea de visión de otros proyectiles que pudieran dirigirse hacia ella.

La salida trasera estaba custodiada por dos piratas. Mientras corría, Tomochika lanzaba todo lo que tenía a mano, desde tazas y ceniceros hasta sillas y mesas. La capacidad de evaluar el centro de gravedad de un objeto al tocarlo y utilizarlo inmediatamente como arma arrojadiza era el núcleo de las técnicas de la Escuela de Arquería Dannoura.

Alcanzando la salida al mismo tiempo que caía una mesa, Tomochika asestó un rodillazo en la cabeza de uno de los guardias que ya estaba agachado, y se cubrió la cara de dolor. Su impulso la llevó a través de la puerta y al pasillo.

“¡Por aquí!”

Buscando el origen de la voz, vio una cara familiar. Era Hornet, el héroe que había conocido en el puerto. Parecía que planeaba rescatarla, pero Tomochika corrió en dirección contraria. Tal vez sólo estaba tratando de ser amable, pero algo se sentía mal. Era diferente a la última vez que lo había visto. No pudo evitar recordar que Yogiri mencionó que la gente de la nave estaba siendo controlada por algo. En resumen, no podía confiar en él, así que decidió no acercarse.

“Hm. Parece que a ti tampoco se te da muy bien hacerte atractiva”, comentó Mokomoko mientras corría a su lado. “¿No deberías haberte lanzado a los brazos del guapo, suplicando que te salvara?”.

“¿De verdad crees que eso es lo que debería haber hecho?”

“¡En absoluto!”

“¡Entonces cállate!”

Llegué al primer piso de la nave, llegó la voz de Yogiri a través del comunicador.

“¡Nos dirigimos hacia ti!” gritó Tomochika mientras corrían por la nave.

◇ ◇ ◇

Unos minutos antes…

Inmediatamente después de que Izelda hubiera drenado a la madre de Hornet de su energía mágica, había buscado al hombre que había huido pero no había podido encontrarlo.

“Hmm. No debería haber sido capaz de llegar tan lejos”.

Las habilidades del desconocido habían sido increíblemente variadas. Sería natural que tuviera algún tipo de técnica de sigilo. Izelda no le permitiría escapar, pero había un límite a lo que podía hacer en su estado actual. Quería obtener algunos resultados antes de que el cuerpo del chico se rindiera.

Decidió utilizar los insectos. Los bichos que había creado antes a partir de su brazo izquierdo eran esencialmente una parte de él. Desde entonces había regenerado ese brazo, pero los insectos permanecían. Sólo tenía que enviarlos a través de la nave y podría utilizarlos para buscar en la zona. Si se encontraban con alguien, podían tomar el control de esas personas.

Los descendientes de Izelda eran muchos, así que era probable que hubiera otros en esta nave. Como parte de él, los insectos podían activar su esencia dentro de cualquiera de esos descendientes y hacer que actuaran como él quisiera, hasta cierto punto. Izelda tenía naves por todo el mundo. Existían como parte de su búsqueda de poder y como seguro en caso de que ocurriera lo peor. Aunque su cuerpo principal pereciera en un momento dado, otro se “activaría” en algún lugar para llevar a cabo sus objetivos. En cierto modo, era inmortal.

Aun así, no se conformaba con sentarse y esperar a que su forma actual muriera. Comenzó a recoger energía mágica de sus otros cuerpos activados. Con más energía mágica, podría prolongar la vida de su actual recipiente. Una vez activados, los otros no serían capaces de tener pensamientos complejos de inmediato, así que les ordenó que atacaran a cualquiera que encontraran indiscriminadamente y robaran su energía mágica. Eso era algo que podían hacer sin necesidad de pensar.

Al mirar por la ventana, vio los tentáculos que rodeaban el barco. Había sentido que el barco temblaba justo antes de su pelea con el hombre misterioso, así que parecía que esa era la causa.

“¿Oh? Recuerdo esta antigua reliquia”.

Aunque Izelda era, en algunos aspectos, un fantasma antiguo en sí mismo, cuando estaba realmente vivo, había una cantidad de reliquias que ya se consideraban “antiguas” en ese momento. Se había topado con un interesante artefacto mientras investigaba la magia, pero no había podido hacer funcionar el dispositivo. Al parecer, alguien había conseguido despertarlo en los años transcurridos.

Izelda buscó la presencia de otros. No pudo encontrar al hombre de antes, pero pudo detectar a todos los demás sin problemas.

De los tentáculos de la reliquia se extendían unas escaleras de las que empezaron a descender personas antes de tomar el control de la nave. Los mercenarios contratados habían sido totalmente inútiles. El Don no funcionaba, así que los que dependían de él estaban indefensos ante los invasores.

“¿Cómo puede ser esto tan conveniente?”

El interés de Izelda se despertó. Una reliquia antigua, un hombre con un Don misterioso, y ahora alguien que podía neutralizar ese Don. Cada uno de ellos era suficiente para captar su interés, y sin embargo habían aparecido todos al mismo tiempo. Casi le hizo pensar que las cosas iban demasiado bien, pero durante su larga vida, Izelda había experimentado muchas veces las coincidencias superpuestas. Nada de esto era suficiente para despertar sus sospechas.

Izelda volvió a considerar sus prioridades. Dejó de lado la búsqueda del hombre misterioso para más adelante, dirigiendo su atención a la posibilidad garantizada de contacto con la antigua reliquia y a la búsqueda de la persona que estaba anulando el Don en ese momento.

Los piratas habían confinado a los pasajeros en una serie de zonas, y unos cuantos montaban guardia. Un grupo se dirigía a la cabina de mando, y el que tenía el poder anulador probablemente estaba con ellos. Izelda salió de la habitación por la ventana. Antes de que el Don se apoderara de este mundo, había sido un famoso Alto Mago. Incluso sin el Don, volar era un juego de niños para él. La habilidad de anulación tenía algún efecto sobre los poderes más allá de los del Don, pero era lo suficientemente débil como para poder ignorarlo.

Volando por el aire, entró en la caseta del barco. Una mujer vestida de hombre amenazaba a alguien -supuestamente al capitán- con una espada. La memoria de Hornet la registró como la guardia del casino, Degul. Debía de haberse infiltrado en el barco para investigarlo desde dentro antes de conducir a los piratas directamente hacia ellos.

“Tal como pensaba”, reflexionó Izelda. “Me resultas algo familiar. Perteneces a la familia real de Manii, ¿no es así?”

La línea de sangre real del Reino de Manii poseía un poder anulador. Lo habían utilizado para suprimir el Inframundo bajo su reino, impidiendo que los monstruos que lo habitaban llegaran a la superficie. La intensidad de ese poder variaba de un individuo a otro, pero esta mujer parecía poseerlo con gran fuerza. Era capaz de abarcar toda la nave y anular por completo las habilidades de todos los que estaban a bordo.

“Con tanto poder, habría esperado que la corona cayera a tus pies, te gustara o no. ¿Por qué estás aquí, jugando al pirata?”

“¿Quién demonios eres tú?” Degul se volvió para mirar a Izelda. Su poder se hizo aún más fuerte, dispersando la débil energía mágica que se filtraba de él. No era suficiente para inhibir su verdadero poder, pero seguía siendo una hazaña considerable. Podría haber sido el poder más fuerte que jamás había encontrado.

“Esto es increíble. Tendré que investigarlo”.

El Reino de Manii era territorio del Alto Mago Eglacia, así que Izelda no se metía con ellos. Pero si Degul estaba aquí actuando como pirata, no habría problema en golpearla o capturarla para estudiarla… o forzarla a tener hijos para él.

“¿Qué tiene que ver el reino con esto? ¿Te ha enviado ese bastardo?” Degul giró su espada desde el capitán hacia Izelda.

“Hm. Tu fuerza es grande, pero no es suficiente para luchar contra mí”.

Degul se desplomó de repente en el suelo. Los insectos se habían infiltrado en su cuerpo y la habían paralizado.

“Oh. Tal vez fui demasiado lejos”.

La realeza se había desmayado. Tal vez no había ajustado bien la fuerza de los insectos. Pero no estaba muerta, así que probablemente se despertaría tarde o temprano.

“Ahora bien, he adquirido la línea de sangre de Manii, así que el dominio de la antigua reliquia no debería ser un problema con ella bajo mi control. Todo lo que queda es ese hombre… No, antes de eso, quizás debería asegurar a la otra mujer con el cuerpo interesante”.

No tenía ni idea de lo que le estaban haciendo a los pasajeros donde estaba retenida la chica. Objetivamente, poseía un cuerpo que atraería la atención de los hombres que la rodeaban. Era posible que despertara una vena sádica en los piratas, y que fueran demasiado lejos y la mataran después de agredirla. Izelda la necesitaba para tener hijos, así que no podía permitir que muriera.

Se dirigió a la sala donde la tenían retenida.