Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Tomochika estaba tumbada en una butaca junto a la piscina, disfrutando al máximo del ambiente del complejo. Naturalmente, su figura en traje de baño atraía todo tipo de atención, pero estaba acostumbrada a ello, así que no le molestaba.

“Je, je. Estos tontos no ven más que un cuerpo erótico. No saben nada de la brutal musculatura que se esconde bajo esa flexible capa de grasa”. dijo Mokomoko con orgullo desde donde estaba tumbada junto a su descendiente. Seguía usando el cuerpo de Enju, llevando un traje de baño ella misma.

“¡No me llames gorda!” se quejó Tomochika. Su cuerpo parecía suave, pero esa suavidad iba acompañada de fuerza. Aunque Tomochika no había sido consciente de ello hasta hace poco, ése era el resultado del esfuerzo de muchas generaciones de la familia Dannoura por perfeccionar sus cuerpos, según Mokomoko.

“Y como tu carne es mucho más densa, ¡también eres mucho más pesada de lo que parece!”

“¡Tampoco me llames pesada!”

“Pero el peso es un factor importante a la hora de combatir”.

“Entonces, ¿no es mi hermana más adecuada para ser la cabeza de familia?”, respondió. Mokomoko desvió la mirada. “¿Por qué miras hacia otro lado de esa manera?”

“Tu hermana es un raro fracaso. Su cuerpo no pudo acomodar los rasgos de Dannoura. No pudo mantener todo dentro, así que su carne se derramó…”

“¡¿He desenterrado accidentalmente algún oscuro secreto sobre nuestra familia?! Espera, ¿entonces qué pasa contigo? ¿También eres un fracaso?”

“¡Nací antes de que empezáramos a manejar la línea de sangre, así que no cuento!”

“Creí que sólo había tomado mucho de su aspecto de ti…”

Pero pensando en ello, nadie más en su familia tenía una forma tan rotunda. Su hermana debía ser algo especial.

“Bueno, dejando eso de lado…” Tomochika cambió de tema. “Se siente un poco mal estar jugando en una piscina de agua dulce en un barco que está navegando por el océano”.

“Ciertamente es una forma lujosa de utilizar el agua”, reflexionó Mokomoko. “Pero es posible que haya magia en este mundo para producir tal agua de la nada”.

Tomochika se relajaba, bebiendo su zumo tropical bajo una sombrilla. Yogiri, por supuesto, estaba durmiendo, así que lo dejó estar. Si se despertaba y ella no estaba, probablemente sacaría su juego para matar el tiempo.

“¿Por qué no has traído al niño contigo?” Se quejó Mokomoko. “Habría sido una gran oportunidad para seducirlo”.

“No, eso suena terrible. Se quedaría mirándome todo el tiempo”. No le importaba mucho que los extraños la miraran, pero dudó al pensar que Yogiri lo hiciera.

“Supongo que sí. Definitivamente te miraría sin parar”, admitió el fantasma.

El propio Yogiri sería el primero en confesar que era uno de los que disfrutaba plenamente de una situación si se producía por pura casualidad. Tomochika podía imaginarlo fácilmente argumentando que si ella iba a usar un traje de baño, eso significaba que estaba de acuerdo con que la mirara.

“Oye, ¿no parece que esta vez vamos a llegar sin incidentes?” preguntó Tomochika. Todo estaba perfectamente tranquilo, sin señales de que algo pudiera ir mal.

“Te das cuenta de que estás poniendo una bandera, ¿verdad?”

“No, no hay manera. Lo único que estamos haciendo es viajar en barco”.

“Cuando ‘sólo’ viajamos en tren, hubo muchos problemas”.

“Vamos, estamos en medio del océano. ¿Qué podría pasar?”

“Puede ocurrir algo con los pasajeros”.

Tomochika se levantó y se acercó a mirar el mar desde el costado del barco. El tiempo era perfecto. No había nada que bloqueara su vista hasta donde ella podía ver, e incluso las olas eran suaves.

“Al menos, dudo que venga algo de fuera…”

Tomochika se vio interrumpida porque el barco empezó a temblar de repente. Mientras estaba allí, confundida, algo saltó del agua: un enorme tentáculo, blanco, largo y cubierto de ventosas. El enorme apéndice descendió rápidamente del cielo para golpear el barco, provocando temblores que coincidían con los gritos procedentes del interior.

“Como era de esperar, algo vino del exterior”, comentó Mokomoko.

“¡Sabía que algo así iba a ocurrir!” gritó Tomochika.

“Hm. Puede ser un tipo de kraken. Un monstruo marino bastante estándar”.

“¡¿Qué es eso?! ¿Un calamar gigante o un pulpo o algo así?”

Miró alrededor del barco. Una serie de enormes tentáculos habían surgido del agua y se habían enrollado alrededor del cuerpo del barco, cada uno de ellos lo suficientemente grande como para sujetarlo por completo. Si se trataba de un cefalópodo de algún tipo, su cuerpo sería mucho más grande.

“Parece que hay más de ocho”, observó Mokomoko, “así que supongo que no es un pulpo. ¿O hay más de una criatura?”

“¿Es este el tipo de problemas que esperaban para el viaje?”

“Si lo hubieran hecho, no lo habrían hecho sentir como un resort.”

“¡¿Cierto?!”

Los pasajeros entraron en pánico. Su lujoso crucero marítimo se había transformado instantáneamente en una historia de terror por la aparición de este monstruo marino. Pedirles que se calmaran habría sido inútil, pero evaluando la situación con la cabeza fría, se hizo evidente que los tentáculos no estaban haciendo otra cosa que agarrar el barco. No seguían golpeando ni intentaban aplastarlos.

“Entonces, ¿qué hacemos ahora?” Estando en medio del océano, no había ningún lugar donde pudieran correr.

“Oye, chico. ¿Estás despierto?” preguntó Mokomoko, utilizando el dispositivo de comunicación que había fabricado con Furemaru, el arma que habían adquirido del Agresor.

Acabo de despertarme.

“Tenemos problemas. Un kraken está atacando la nave”.

Déjame echar un vistazo fuera. Ah, esos tentáculos. ¿Es como un calamar?

“Reagrupémonos. Nos dirigiremos a tu ubicación ahora”. No había ningún lugar particularmente seguro para ellos, así que Mokomoko decidió que su mejor opción era reunirse con Yogiri.

¿Dónde estás ahora?

“En la piscina de la parte delantera de la nave”.

Y yo estoy en el nivel superior de la parte trasera. Supongo que deberíamos encontrarnos en el medio.

El barco era enorme. Si ambos se movieran a la vez, podrían reunirse mucho más rápido.

“Takatou, ¿puedes hacer algo con esta cosa?” Preguntó Tomochika.

No siento ninguna intención de matar de él. Ahora mismo sólo parece un animal salvaje que intenta jugar con nosotros. Me sentiría mal por atacarlo por algo así.

“¿Jugar con nosotros? Un golpe de esos tentáculos sería suficiente para matar a alguien…”

“Parece actuar de forma bastante extraña para ser un animal salvaje”, añadió Mokomoko.

Como el kraken no había hecho nada después de envolver el barco con sus tentáculos, Yogiri prefirió esperar a ver qué pasaba.

“¡Todos, por favor, cálmense!”, gritó una chica en traje de baño a los pasajeros cercanos. “¡Somos del Vínculo Carmesí y nos encargamos de defender este barco!”.

Al parecer, el Vínculo Carmesí era un grupo muy conocido, ya que su declaración hizo que los pasajeros en pánico se calmaran considerablemente.

“Como todos sabéis, somos un grupo de mercenarios dirigido por el héroe Hornet. Un monstruo como este no es nada para él”.

A pesar del enorme tamaño de la criatura, parecía que todos compartían la creencia de que era algo que el héroe podía derrotar.

“Vínculo Carmesí son los amigos de aquel tipo con el que hablamos antes de salir del puerto, ¿verdad?” Tomochika recordaba haber oído que Hornet podía vaporizar un iceberg en un instante. Al parecer, lo habían dicho en serio.

“Efectivamente. El chico que estaba con su madre. Mencionó que habían sido contratados para vigilar el barco durante su travesía”.

“¿Realmente nos han estado protegiendo?”

Las dos chicas llevaban trajes de baño y estaban empapadas, así que obviamente habían estado nadando en la piscina. La chica que había hablado llevaba una espada y parecía tener la edad de Tomochika. La otra llevaba un bastón y parecía ser la mayor de las dos. Teniendo en cuenta que llevaban sus armas, no parecía que se hubieran olvidado por completo de su trabajo, pero parecía que habían estado disfrutando de las comodidades del complejo flotante por el camino.

“Dejémosles esto a ellos y sigamos adelante”. No había mucho que Tomochika pudiera hacer para ayudar. Dejarían la evacuación en manos de Vínculo Carmesí.

La nave comenzó a temblar de nuevo. Mirando a su alrededor, vio que uno de los tentáculos se retorcía. Una de sus ventosas se abrió de repente y algo se deslizó por ella.

Tomochika dudó de sus ojos. Un conjunto de simples escaleras metálicas se había extendido desde el tentáculo, aterrizando en la cubierta. Sólo unas pocas criaturas utilizarían una construcción así, por lo que no le sorprendió mucho que los humanos empezaran a descender por ellas.

“Saludos. Somos piratas”.

“¡Así que hay piratas después de todo!” gritó Tomochika. “¡Ahora sí que vamos a toparnos con un iceberg, no?”

Diez personas bajaron las escaleras. Estructuras similares surgían también de los otros tentáculos, por lo que supuso que lo mismo estaba ocurriendo en todo el barco. El grupo que se refería a sí mismo como piratas parecía muy variado. El hombre que había hablado primero llevaba una armadura que le hacía parecer un caballero, y tenía un comportamiento suave. Pero detrás de él había todo tipo de personas, desde las que podían reconocerse como piratas a simple vista, hasta hombres que parecían brutos guerreros y mujeres que parecían artesanas.

“Nuestro objetivo es tomaros como rehenes e intercambiaros por un rescate”, continuó el caballero. “Como tal, si cooperáis amablemente, no sufriréis ningún daño. Esperamos una respuesta sabia”.

“¿Eh? ¿No vamos a poder salir de aquí?” preguntó Tomochika.

“Efectivamente. Si intentamos actuar de forma imprudente, esto puede derivar en una pelea”.

“¿Puedes, por ejemplo, precipitarte y autodestruirte o algo así?”

“¡Claro que no! ¡¿Qué te crees que soy?!”

Las dos chicas del Vínculo Carmesí se adelantaron para enfrentarse a los intrusos.

“¿No sabías que nosotros, Vínculo Carmesí, estábamos a bordo de este barco? Es bastante desafortunado que nos hayas elegido como objetivo”, dijo la chica mayor que sostenía el bastón. Parecía más dura que la más joven.

“No, éramos plenamente conscientes de su presencia. Entonces, tú eres Vínculo Carmesí. Eso te convierte en Diane de la Llama Azul y en Miliana la Princesa de la Espada, ¿correcto?”, respondió el caballero, indicando a la chica mayor y luego a la más joven.

“Sois conscientes de que no podéis derrotarnos con estos números, ¿verdad?”

“Nos dijeron que despacháramos a cualquier combatiente que no fuera un pasajero común. Naturalmente, ustedes no son una excepción”.

“Ya veo. Entonces, ¡supongo que no necesito contenerme!” Diane levantó su bastón. Numerosas bolas de fuego la rodearon en un instante. Como si el alcance de su magia los hubiera tomado desprevenidos, los rostros de los piratas palidecieron de inmediato. “¡Haré que os arrepintáis de haber atacado este barco! Os quemaré los huesos hasta convertirlos en cenizas”.

Pero las bolas de fuego no lograron lo que Diane esperaba. Sin llegar a disparar, simplemente se desvanecieron. Asombrada, agitó su bastón varias veces, pero su magia no se activó.

“¡Mi señora, nos va a dar a todos un ataque al corazón!”, gritó el caballero a alguien que salía del interior de la nave.

“Confiáis demasiado en mí. Creo que este tipo de cosas son buenas para vosotros de vez en cuando”.

“Todo nuestro plan se basa en tu poder. Sería un problema para nosotros si siguieras actuando de forma tan irresponsable”.

La nueva llegada era una mujer que llevaba un traje de hombre.

“E-Eso es… ¡¿Es una pirata?!” Tomochika la recordó. Era Degul, del personal del casino. Ella había aplastado a Tomochika en el juego de cartas antes. Parecía que ella superaba en rango al caballero.

“¡Maldita sea!” Al ver a Diane impotente, Miliana entró en acción. En un rápido movimiento, un hombre vestido como un auténtico pirata blandió su sable hacia abajo, decapitándola con tanta facilidad que era casi absurdo.

“De ninguna manera… Miliana…” Diane perdió inmediatamente las ganas de luchar. Al principio había actuado como si las dos pudieran enfrentarse a diez piratas sin problemas, pero esa confianza no aparecía ahora.

“Ya veo”, comentó Mokomoko. “Parecía tan segura de que no podrías utilizar ningún truco durante tu partida de cartas con ella porque posee la capacidad de anular los poderes de los demás”.

“Pero Miliana era espadachín, ¿no?”

“Es probable que ella se basara en el Don para luchar”.

“Entonces, espera, ¿estás bien, Mokomoko?”

“Mis poderes están siendo suprimidos considerablemente. Por suerte aún puedo controlar a Enju, pero no podré modificar a Furemaru”.

“Hablando de eso, ¿dónde está Furemaru ahora que estoy en traje de baño?” Normalmente, se ocultaba como parte de su ropa, pero eso no parecía práctico dado su atuendo actual.

“Hay una cantidad considerable de espacio vacío dentro de Enju, así que lo he colocado allí”.

“¿Estamos aislados de Takatou?”

“La pieza que le di al chico es sólo un receptor, así que debería poder seguir contactando con él”.

“¡¿Cuál es la diferencia?!”

“De cualquier manera, tendremos que hacer algo al respecto sin depender de Furemaru”.

Por suerte, se pensaba que los dos eran pasajeros normales, pero si querían irse, tendrían que hacer algo con los piratas primero.

“¡Eh, jefe! ¿Qué hacemos con la otra?”, gritó uno de los piratas.

“Matarla”, respondió Degul al instante.

“¿No crees que nos vendría bien una mujer como ella viva?”.

“No. Nuestro trabajo es secuestrar a gente rica y pedir un rescate. No ganamos nada secuestrando a una mujer que no nos hará ganar dinero. Si tanto quieres una, puedes pagar por una profesional una vez que salgas del trabajo”.

“Bien.”

El pirata cortó a Diane. Ella se había quedado allí, congelada en su sitio. No parecía que tuviera experiencia en el combate cuerpo a cuerpo.

“Muy bien, todos”, el caballero se dirigió a los pasajeros. “Este secuestro es todo un negocio. No vamos a pedir una cantidad absurda de dinero. Una vez que hayamos conseguido una suma razonable para cada uno de ustedes, serán liberados, así que por favor, mantengan la calma”.

“Eso va a ser mucho trabajo para las palomas…” Tomochika murmuró, recordando que las palomas mensajeras mágicas se utilizaban para enviar dinero aquí.