Tensei Shitara Ken Deshita (NL)

Volumen 4

Capitulo 1: El Gremio de Cocineros y el Concurso

Parte 1

La tarde cayó el día que dejamos Seedrun. Pronto llegaríamos a Bulbola, el mayor de todos los puertos del reino de Granzell.

El viaje debería habernos llevado diez días, pero llegamos en menos de un día con un poco de ayuda del Dragón Acuático. Fue inmensamente rápido, y ningún monstruo se atrevió a abordarnos.

Sin embargo, el Dragón Acuático no podía llegar al puerto de Bulbola. No por el momento, de todos modos. Eso no quería decir que los puertos de Bulbola no fueran lo suficientemente grandes—no, tenían espacio más que suficiente para uno o dos dragones acuáticos. Pero el Dragón Acuático requería un aviso previo para hacer puerto en la ciudad portuaria. Digo ‘aviso previo’, pero con todo el papeleo involucrado, era más parecido a obtener una autorización.

Lo cual era bastante justo, de verdad. El Dragón Acuático era un monstruo rango B. Uno solo podría hundir una pequeña nación insular. Así que hacer puerto era difícil, incluso si la criatura estaba bajo contrato.

En términos modernos de la Tierra, era como un portaaviones arrastrando los pies hacia un puerto civil. El más mínimo malentendido podría desencadenar una guerra total, y el pánico era definitivamente un hecho.

En su lugar, nos pusimos en contacto con la Asociación de Comercio Lucille, que tenía su sede en Bulbola. El Dragón Acuático pondría su ancla en las afueras, y una embarcación más pequeña de la Asociación vendría a recogernos.

“¡Hasta que nos encontremos de nuevo!” “¡Sí!”

“¡Woof!”

Desde la cubierta del barco mercante, Fran se despidió de Miriam.

Miriam, la segunda princesa de Seedrun, no tenía tiempo para el ocio. Como capitana del cuerpo de Dragones Acuáticos, necesitaba regresar a su tierra natal de inmediato.

La revolución aún ardía en la mente de su gente, y el estado aún era inestable. No había tiempo para desvíos. Fult y Satya, príncipe y princesa de Phyllius, se unieron a Fran para despedir a Miriam.

Fran, que no quería despedirse de su nueva amiga, se veía sombría en la cubierta superior del barco.

No es que este sea nuestro último adiós. La volveremos a ver algún día.

Hmm…

A pesar de mis mejores esfuerzos, Fran solo asintió con desdén.

Mírate. ¿Realmente quieres que te vea deprimida? Sonríe. Hará que Miriam se sienta mejor, lo prometo.

“Hm… ¡Adiós, Miriam!” “¡En efecto! ¡Adiós, Fran!” Ahí tienes

Incluso una sonrisa forzada puede ahuyentar el mal humor.

El Dragón Acuático dio media vuelta y se alejó a toda velocidad. Pronto, no era más que una mota en el horizonte.

“Deberíamos ir a Bulbola”.

A la orden de Rengill, el barco mercante se dirigió a tierra. No pasó mucho tiempo antes de que tocáramos puerto en Bulbola. Bajamos la rampa y llegó el momento de despedirnos de Fult y Satya.

“Has hecho mucho por nosotros, Fran”. “Muchas gracias por todo”.

“Mmm”.

Esta vez, Fran no estaba particularmente molesta por la despedida. No era que no le importara, solo que su próxima reunión ya se había decidido.

“Bueno, debemos ir a la mansión del Conde”, dijo Fult.

“Prométeme que vendrás a buscarnos cuando hayas terminado con tus encargos”, agregó Satya. “La mansión está en el centro del distrito noble. No te vayas a perder”.

“Le contaremos al Conde todo sobre ti, Fran”. Fran asintió. “Está bien”.

Inicialmente, ella rechazó su oferta de quedarse en la mansión del Conde. Fran no era lo suficientemente refinada para tratar con miembros de la alta sociedad, y tenía que preocuparse por Urushi. Aun así, no pudo negarse cuando el chambelán le preguntó personalmente.

Sellid le tomó simpatía después del episodio en Seedrun. Supongo que era inevitable, dado que ella le salvó la vida. Por supuesto, el anciano chambelán acompañó la invitación con uno de sus habituales comentarios retorcidos, diciendo: “No les hace ningún bien a Sus Altezas asociarse con alguien como tú, pero supongo que te han tomado cariño”. Esto era típico. Sellid había interpretado el papel de chambelán malhumorado durante tanto tiempo que pensé que ya no podía hablar como una persona normal.

“Te estaremos esperando”. “Cuídate”.

“Cuídate tú también, Urushi”. “¡Woof!”

El príncipe y su séquito subieron a un carruaje preparado por la Asociación de Comercio Lucille. Una vez que los despedimos, Rengill vino a hablar con Fran.

“Finalmente hemos llegado”. “Gracias por todo, Rengill”.

“Oh, por favor. No he hecho nada”.

Fran, la pequeña aventurera, se había hecho amiga de Rengill, miembro de una gran asociación de comerciantes. No se conocían desde hacía mucho tiempo, pero se enfrentaron juntos a la muerte en la revolución de Seedrun. En ese entonces, Rengill se había sentido incómodo por dejar que Fran cargara con toda la pelea. Así que sostuvo la mano de Fran e inclinó la cabeza.

“Sin tu ayuda, ninguno de nosotros estaría en Bulbola. En mi nombre y en el de mi tripulación, te doy las gracias. Nada de lo que podamos hacer podrá recompensarlo, pero si necesitas algo, no dudes en llamar a la Asociación de Comercio Lucille. Haremos todo lo que podamos”.

“Está bien”.

Tenía toda la intención de pedir ayuda en la primera oportunidad que tuviéramos. La asociación comercial era muy influyente.

Fran estrechó la mano de Rengill y salió del puerto.

Tendremos que pasar por el gremio de aventureros local.

Después de todo lo que había sucedido, teníamos que entregar nuestro trabajo de escolta completado. Las circunstancias eran dudosas, pero a los de Phyllius no pareció importarles. Fult envió a uno de sus asistentes al gremio tan pronto como llegamos a puerto. Todo lo que teníamos que hacer era reclamar la recompensa.

“También necesitamos vender nuestros materiales de monstruos”.

Bien.

Habíamos recolectado una cantidad decente en el camino aquí. Sería bueno descargarlos. “Yo también quiero ver la ciudad”.

Bulbola era una ciudad enorme. Había muchos lugares para ver. “Woof, Woof, Woof”.

“¿También quieres caminar por la ciudad, Urushi?” “¡Woof!”

Urushi estaba totalmente de acuerdo. También quería conocer la ciudad, así que un paseo era la primera orden del día para este chico.

Veamos qué tiene preparado Bulbola.

“Mmm”.

“¡Woof!”

Podríamos buscar el Gremio de Aventureros mientras caminábamos. Dos pájaros de un tiro.

Bulbola. Crisol marítimo de Granzell y su segunda ciudad más grande. El gigantesco puerto podía contener cien barcos y más de veinte países comerciaban dentro de sus muros. La gente decía que no había nada que no pudieras comprar aquí.

Era bulliciosa y próspera más allá de nuestros sueños más salvajes. El camino al distrito de la ciudad estaba tan lleno como una estación de tren japonesa. Los edificios también eran grandes. Incluso la oficina de guardia local tenía cuatro pisos de altura. Alessa fue el primer pueblo que vi cuando llegué a este mundo, y la estación de guardia en Bulbola era al menos diez veces más grande que Alessa.

La ciudad debe necesitar muchos soldados para garantizar su buen funcionamiento. Su escala y población estaban en otro nivel.

Wow, hay muchas tiendas aquí. No sé cuáles visitar.

“Asombroso”. “Woof”.

Había puestos alineados a ambos lados de la calle principal, y la vista hizo que los ojos de Fran y Urushi brillaran con asombro. Los míos también, por supuesto. Los puestos vendían una miríada de comida y recuerdos, y la calle principal tenía de todo, desde tiendas populares con gente haciendo fila afuera, hasta lugares de apariencia sórdida que vendían contrabando.

Al ser un crisol, los alimentos procedían de todo el mundo. Vi un puesto que vendía algo que parecía oden japonés. Naturalmente, también había puestos de comida tipo occidental.

“Wow”.

“Arf”.

Fran y Urushi los miraron con ojos glotones. Teníamos dinero, así que les dije que comieran lo que quisieran.

Pronto me di cuenta de mi error de cálculo. “Qué rico”.

“¡Arf!”

“Ese también”. “Woof, Woof”.

*Munch, munch*

“Uff”.

En realidad, era más fácil tener en cuenta el tiempo que no estaban metiéndose comida en la boca.

Fran y Urushi eran todo un espectáculo para la vista; una niña pequeña que sostenía una cantidad desmesurada de comida y su gran perro negro que masticaba algo continuamente. Fran incluso recibió una ronda de aplausos tras engullir un gran shish kebab de un solo bocado.

Mientras comían todo a la vista, llegamos a una gran plaza. Era enorme, de al menos 200 metros de diámetro, y los edificios que lo rodeaban eran adecuadamente macizos y hermosos. Me recordaba a Marunouchi o el Time Square.

Mientras miraba los edificios, uno de los letreros me llamó la atención.

Eso es…

¿Qué ocurre, Maestro?

Ese edificio de allí.

Me topé con el estandarte del Gremio de Cocineros; un tenedor y un cuchillo cruzados uno sobre el otro.

Nunca había visto eso antes.

¿Qué clase de gremio será? “¿Quieres comprobarlo?” Por favor.

Había otros grandes gremios aquí, como el Herrero y el Comerciante. Incluso vi el cartel de una embajada. El Gremio de Cocineros debe tener buena reputación si puede estar al lado de estos gigantes.

“¿Aquí?”

Sí. Aunque, no parece que Urushi pueda entrar…

El letrero en la puerta decía: “No se permiten mascotas ni familiares”. Comprensible, ya que trabajaban con comida.

¿Y si se quedaba en las sombras?

Eso debería estar bien. Urushi, no salgas mientras estemos adentro, ¿de acuerdo?

“Af…”

Urushi dejó escapar un gemido abatido antes de retirarse a las sombras. Esperaba ser bien alimentado aquí.

“Disculpe”.

El vestíbulo era lujoso y se parecía mucho al Gremio de Aventureros en Alessa. Los pisos eran de madera y el área de recepción eran exactamente iguales. Sin embargo, aquí había una alfombra en los pisos y un candelabro colgaba del techo, lo que le daba a este gremio una sensación mucho más grandiosa.

Supongo que todos los gremios están construidos con especificaciones similares.

La principal diferencia era que la gente aquí no eran aventureros, sino cocineros y comerciantes.

Mientras mirábamos alrededor del vestíbulo, la recepcionista llamó a Fran. “Hola pequeña. ¿Puedo ayudarte?”

“No, realmente no”. “¿Eh…?”

Estaba completamente atónita por la descarada honestidad de Fran. “Nunca antes había visto un gremio de cocineros”.

“Ah, ya veo. Supongo que no nos ven mucho en otras ciudades. ¡Bulbola es llamada el paraíso de los cocineros! Hay tantos productos alimenticios e ingredientes que llegan de otros países que eventualmente se hizo necesario establecer el Gremio de Cocineros”.

La recepcionista le explicó pacientemente todo a Fran, como lo haría con un niño. No esperaba menos de la cara de un gremio establecido. Este lugar era el hogar de chefs, comerciantes y cualquier otra persona involucrada en la industria alimentaria. Inicialmente, la membresía se limitaba a los chefs, pero ahora también se permitía la entrada a los recién iniciados, junto con cualquier persona con una sana curiosidad por las recetas.

“Eso suena genial”.

Fran no cocinaba mucho, pero apreciaba una comida deliciosa. Ella asintió, aprobando un gremio que existía para ayudar a los cocineros cuya comida devoraba.

La recepcionista confundió el interés de Fran con otra cosa. “¿Te gusta cocinar, jovencita?”

“¿Tal vez?” “Oh…”

Fran no cocinaba a pesar de su habilidad de Cocina de Nivel 10.

“Pero mi maestro es un maestro chef”, continuó, sintiendo la confusión de la recepcionista. “Y-Ya veo”.

“Su comida es la mejor”.

“¿Es él un miembro de este gremio?” “No”.

“¿Le gustaría ser miembro entonces? Si lo hace bien, tendrá acceso a ingredientes exclusivos y la posibilidad de intercambiar recetas. Y hay muchos otros beneficios. Nos encantaría tenerlo a bordo”.

¿Beneficios especiales, dices? Ahora estaba interesado. Me preguntaba si a Fran también se le permitía ser miembro. Ella ya estaba en el Gremio de Aventureros, así que me preocupaba que eso fuera un problema.

“Oh, eso está perfectamente bien. De hecho, la mayoría de nuestros miembros tienen membresía doble”, dijo la recepcionista. “Tenemos menos miembros potenciales que el Gremio de Aventureros. Nadie se registraría con nosotros si solo se pudiera elegir uno. Piensa en nosotros como un gremio casual al que puedes dedicar tiempo. Después de todo, fuimos fundados como un grupo de apoyo para cocineros”.

“Entonces me gustaría registrarme”. “¿Tienes una licencia comercial de Bulbola?” “UH no”.

“Entonces te registraré como cocinera”.

Supuse que las categorías de membresía estaban separadas en cocinero y comerciante. Eso funcionará.

“Sin embargo, se requiere que los cocineros tomen el examen de ingreso. ¿Eso estará bien?”

Obtendríamos la conveniencia de comprar ingredientes del gremio, así que supongo que era un pequeño precio a pagar.

“¿Examen? ¿De qué tipo?”

“Uno de nuestros jueces probará tu cocina y, si apruebas, te inscribes. Tenemos una cocina de preparación únicamente para fines de examen, o puede traer su plato contigo si así lo prefieres”.

¿Fran podría inscribirme entonces? Me encantaría ser miembro.

“Sí. Todo lo que necesitas para ser miembro del Gremio de Cocineros es tu nombre y la tarjeta del Gremio”.

Pensé que el gremio sería más exigente con este tipo de cosas. Supongo que la recepcionista no estaba bromeando cuando dijo que esto era casual. La tarjeta del gremio también funcionaba como una tarjeta de membresía y una tarjeta de puntos.

“¿Puedo darte los platos que tengo a mano ahora?” “Supongo…”

Por enésima vez hoy, la recepcionista tenía una mirada perpleja en su rostro. Fran no parecía tener ningún plato sobre ella, por lo que la recepcionista se sorprendió de que quisiera presentar su comida de inmediato.

“Iré con esto y esto”.

“¿Eh? Oh, ¿eso es una bolsa de artículos?” “Aquí”.

Fran sacó un poco de curry y una brocheta de jabalí. El fragante aroma a especias llenó el vestíbulo y atrajo la atención de los chefs. Me juzgarían por mi curry y a Fran por sus brochetas. De hecho, ella misma también había cocinado las brochetas de jabalí, por lo que no estaba haciendo trampa.

“Ah. Espera un momento por favor. Iré a buscar al juez”.

“¿No juzgarás esto?”

“Oh, no. Uno de nuestros altos directivos hará de juez”.

Después de que le arrojaran dos platos de comida en la cara, la nerviosa recepcionista se fue a toda prisa. Mientras esperábamos a que regresara, le pregunté a Fran sobre algo que me estaba molestando.

Sé que es un examen de ingreso y todo eso, pero ¿estás segura de que quieres usar un poco de tu curry para eso?

Odiaba cuando tenía que compartir su plato favorito. ¿Qué le había pasado hoy?

Su forma de cocinar será puesta a prueba, Maestro. No podemos presentar nada que sea menos que perfecto. Tu curry va a dejar boquiabierto a ese juez, dijo Fran, con las fosas nasales dilatadas.

Oh. Gracias por tu voto de confianza Fran.

“Lamento haberte hecho esperar. Ven por aquí”. Las recepcionista nos llamó cinco minutos después y la seguimos hasta un gran comedor. La mesa estaba adornada con un hermoso mantel y los muebles se veían exquisitos.

“Entonces, eres la nueva”. “Mmm”.

Nos esperaba un anciano de ojos agudos. Parecía un fanático gourmet o uno de esos críticos gastronómicos que nunca le dan una buena calificación a nada. Ahora estaba nervioso.

“Meckam-san, esto es lo que juzgarás hoy”. La recepcionista le presentó los dos platos al anciano. “¿Hay dos?”

“Este es mío”.

“Una brocheta… está bien, probemos”.

Meckam tomó el pincho de jabalí y lo examinó. Lo olió por el aroma antes de poner el pincho en su boca. Masticó lentamente para saborear y examinar el sabor.

Su falta de expresión me asustó. La prueba de sabor solo tomó unos segundos, pero se sintieron como minutos.

“Mmm. Eso estuvo bien”, dijo después de terminar el pincho de Fran. No puedo evitarlo.

Fran conocía los límites de su cocina y no tenía motivos para estar molesta. Las brochetas eran un refrigerio que había hecho por capricho después de obtener su habilidad de Cocina.

“Pero no estuvo mal, de ninguna manera. Su plato muestra gran cantidad de habilidad. Muestra su deseo de hacer buena comida en circunstancias menos que ideales”.

Bien entonces. El anciano sabía lo que hacía. Fran hizo todo lo posible cuando preparó esos pinchos. Sí, los había cocinado sin preparación, pero les había dedicado tiempo, como siempre hacía cuando las patatas fritas estaban por terminarse.

Las brochetas en sí fueron asadas a la parrilla durante 30 minutos usando una combinación de magia y técnica. Usamos ingredientes y condimentos que puedes encontrar en cualquier lugar, pero sigo pensando que quedaron deliciosas. Desafortunadamente, Fran perdió todo interés en cocinar cuando se dio cuenta de que tomaba tiempo. La visión del examinador sobre la psique de Fran fue aterradora, considerando que todo lo que tenía para trabajar era una brocheta.

“Pasas”.

“Mmm”.

Bien. Si el examinador pensó que las brochetas de jabalí de Fran eran dignas de ser admitidas, entonces no debería tener problemas con mi curry. En realidad, ¿cuál era el punto de que yo fuera miembro del Gremio de Cocineros? Podríamos aprovechar la membresía de Fran, ya que ella ya estaba inscrita.

No.

Fran insistió en que continuáramos con el examen.

¿Por qué?

Quiero sorprenderlo con tu cocina.

A ella no le importaba la membresía. Fran solo quería mostrarle al viejo snob la delicia que era el curry. Con confianza empujó el plato frente a él.

“Este es el siguiente”.

“Interesante. Parece un plato azeliano, pero con un aroma más rico. Se deben haber utilizado ingredientes de alta calidad para hacer esto”.

“Se llama curry. El maestro lo hizo”. “¿Un invento original de tu maestro?”

“Sí. Este es el plato definitivo. Se necesitó sangre, sudor y lágrimas para crear”.

¡No, Fran! ¡No! ¡El curry es un plato que puedes encontrar en cualquier esquina de la calle en la Tierra! ¡Es un plato simple de hacer siempre y cuando tengas las especias adecuadas!

“Bueno, estoy deseando probarlo”.

“El curry es la mejor comida del mundo”. “Espero que lo sea”.

El viejo gourmet tomó una cucharada de curry—el plato que Fran había exagerado más allá de la salvación—y lo examinó tal como lo había hecho con las brochetas de Fran. Inhaló antes de llevárselo a la boca.

“¿Oh?”

“¿Está bien?”

“Mmm”.

“¿Qué opinas? Acabas de probar el pináculo de la cocina”.

Fran también se sirvió un poco de curry, incapaz de contener el apetito. Ella asintió junto con el viejo gourmet, luciendo muy satisfecha. El asentimiento de Meckam le hizo pensar que la victoria era suya, pero el anciano tenía otros planes.

No está mal. Pero al terminar su curry, Meckam tenía una mirada insatisfecha. “¿Eso es todo? Creo que es demasiado pronto para llamar a esto el pináculo de la cocina”.

Tan pronto como el anciano terminó su oración— “¿Qué demonios acabas de decir?”

Fran se llenó de ira ante tal blasfemia. Apuntó su intención asesina hacia el viejo gourmet, una furia que normalmente se reservaba para el combate.

Fran, ¡¿qué estás haciendo?!

“El curry es la cosa más deliciosa del mundo”.

¡Espera! ¡Detente! ¡Oh Dios, ella ya está usando Intimidación! ¡Lo vas a dejar inconsciente, Fran!

Aunque considerando su edad, podría tener un ataque al corazón y morir… ¿Está bien el anciano? “Es delicioso, sí. Pero no puedo llamarlo el plato más delicioso del mundo”.

Oh, vaya. El anciano estaba perfectamente bien. ¡Ni siquiera había sudado! Sus nervios estaban endurecidos por años de críticas gastronómicas. No esperaba menos de un maestro.

¡Fran, cálmate! ¡No puedes enfurecerte por el curry!

Aun así, la ira en los pensamientos de Fran permaneció.

¡Estoy calmada!

Tú… ¡Vamos a escucharlo! ¿Bueno? Tal vez tenga una razón válida. ¡Solo por favor quita tu mano de mi empuñadura!

El curry no solo era la comida favorita de Fran, era un plato que su Maestro preparó solo para ella. Un plato que trajo alegría a sus amigos. Sobre todo, había sido su primera comida cuando fue liberada de una vida de esclavitud. Puede que esté exagerando, pero el curry era un plato monumental para ella.

Sin embargo, no pensé que se enojaría tanto por eso. “Te escucharé”.

“En lo que respecta al sabor”, explicó Meckam, sin inmutarse. “Está bastante bien redondeado, a pesar de tener cierto margen de mejora. También debo reconocer que nunca he probado nada parecido”.

“¡Mmm!”

Fran asintió con la cabeza y luego inclinó la cabeza confundida mientras él continuaba. “¡Pero no puedo sentir la dignidad de un chef en este plato!”

“¿Dignidad?”

“Llámalo orgullo, respeto por ti mismo, honor, lo que quieras. Es algo que todo chef debe tener. Es un ingrediente vital, aunque invisible, en todos los platos. Pero no puedo sentir eso aquí. Este curry se cocinó correctamente, pero solo es comida casera”.

Bueno, sí, por supuesto. Quería que Fran comiera algo bueno, pero el objetivo de cocinar en una sola olla era hacer una gran cantidad de algo para futuras comidas. Tuve cuidado de no equivocarme, pero nunca pensé que iba a redefinir la esencia misma de la cocina. Lo cociné con la mentalidad de alguien que tenía una habilidad de Cocina al máximo y quería algo rico para comer.

Pero este anciano era otra cosa. Nada escapaba a su paladar. Fran lo tomó por un enemigo, pero en realidad no lo odiaba. De hecho, me conmovió un poco conocer a un personaje igual al de mi antiguo manga de cocina.

“¡Mientras un plato carezca de la dignidad de un chef, no puedo considerarlo el mejor del mundo!” “Gununu”.

Nunca antes había escuchado a alguien decir ‘Gununu’.

“Aun así, tu maestro pasa la prueba. Como tal, ahora es miembro del gremio, aunque no es que espere mucho de él”.

“Te lo demostraré”.

“¿Demostrarme? ¿Qué exactamente?”

“¡Que el curry es el pináculo de la cocina! ¡Te lo demostraré la próxima vez!”

“Interesante. Sin embargo, soy un hombre ocupado. ‘La próxima vez’ podría estar muy lejos”. “Urgh…”

Mira, ya pasé. ¿No es eso suficiente?

¡No!

Fran rechazó mi intento de aplacarla.

El sujeto dijo que estaba ocupado.

¡El curry es la mejor comida que existe! ¡No voy a retroceder!

Ciertamente no sonaba como si fuera a ceder.

“¿Cuándo es la próxima vez que podemos encontrarnos?”

“Veamos… Si quieres que pruebe tu curry, podrías participar en este evento”. “¿…?”

Meckam le dio a Fran un volante para un concurso de cocina patrocinado por el gremio. Las preliminares se llevarían a cabo a través de una simple presentación de comida, las semifinales a través de un concurso de puestos de comida y las finales eran una competencia de cocina gourmet.

“Estamos en la etapa preliminar del concurso. Su curry es delicioso y lo suficientemente único como para llegar a las semifinales. Si ganas, probaré tu curry una vez más. Soy uno de los jueces, ya ves”.

“¡Lo haré!”

¡¿F-Fran?! ¡No puedes simplemente tomar una decisión en el acto de esa manera!

Iba a tener que hacer más curry. Por no hablar del concurso de puestos de comida. No podía imaginar a Fran manejando un puesto. Ciertamente tendría que presentarme si llegamos a la final. ¿Fran cocinaría en mi lugar? No pensé que pudiéramos engañar al anciano de ninguna manera.

Se arrepentiría de comprometerse con esto por capricho. Aun así, Fran se mantuvo firme.