Hell Mode (NL)

Volumen 5

Historia Secundaria 7: El País de los Espíritus

El grupo de Allen había abandonado Baukis y regresado a Rohzenheim. Estaban aquí porque Sophie, que había recibido un ascenso de clase el otro día y se había convertido en Usuaria Espiritual, necesitaba formar contratos con espíritus.

“Eso fue rápido. ¿Vamos a seguir usando esto cada vez en adelante?” preguntó Dogora mientras el grupo bajaba de la nave mágica en el embarcadero de Fortenia, la capital de Rohzenheim.

“Claro que sí”, respondió Allen. “La nave mágica superveloz de Baukis hace honor a su nombre.”

Esta vez, los Jugadores Sin Vida habían tomado prestada un barco mágico de supervelocidad, de las que sólo había un número limitado incluso dentro de Baukis. Al ser una nave mágica de supervelocidad, este vehículo era incluso más rápido que la nave mágica de alta velocidad en la que habían montado cuando se apresuraron a socorrer a Rohzenheim cuando estaba siendo atacada por el Ejército del Señor Demonio.

Alquilar este barco mágico de supervelocidad costaba miles de oros al día. A la inversa, esto demostraba que en Baukis era literalmente posible conseguir cualquier cosa con tal de pagar el dinero suficiente.

Habían pasado dos meses desde que el grupo pisó por primera vez la mazmorra de Rango S. Habían vendido tantos objetos por valor de varios miles de oro que ahora el tiempo les resultaba mucho más valioso que el dinero. Por eso Allen decidió fletar un barco mágico de supervelocidad para este viaje que les suponía volar a lo largo de todo el Continente Central para llegar al lado opuesto del mundo.

“Todo el mundo, muchas gracias — ¡Cielos!”

Sophie estaba bajando de la nave y dando las gracias a sus amigos por acompañarla en este viaje cuando el paisaje urbano de Fortenia saltó a la vista y exclamó sorprendida.

Sólo habían pasado tres meses desde que los Jugadores Sin Vida lucharon aquí contra la Deidad Demoníaca Rehzel. Sin embargo, la ciudad ya había empezado a reconstruirse y estaba recuperando su aspecto anterior. El aire estaba cargado de la decidida voluntad de los elfos de volver a vivir bajo el dosel del Árbol del Mundo lo antes posible.

“Esto es increíble”, respiró Keel, comparando lo que estaba viendo con la versión calcinada y arrasada de la ciudad que tenía en su memoria. “¿Hicieron todo esto con sus poderes?”

“Seguro que sí.” Sophie asintió. “Podemos invocar a los espíritus de la tierra y la madera y pedirles que nos presten su fuerza.”

Gracias al poder de los espíritus, las casas, el gran templo y las murallas de la ciudad se estaban levantando al mismo tiempo.

“Entiendo. Cuando la restauración después de la batalla se calme un poco más, podría pedir ayuda con mi plan para fortificar la Aldea Rodin”, murmuró Allen.

Una sonrisa apareció en el rostro de Sophie. “Estaremos encantados de ayudar.”

Allen había visto muchas ciudades y asentamientos invadidos por el Ejército del Señor Demonio y arrasados. Actualmente estaba trabajando en fortificar la Aldea Rodin, donde vivía su familia, para evitar que allí ocurriera lo mismo incluso si el Ejército del Señor Demonio atacaba.

“Bien, chicos, salgamos. Sophie, cabalga conmigo y guíame.”

El grupo montó en sus Pájaro B y se dirigieron hacia allí.

Sophie se volvió hacia la ardilla voladora acurrucada en su pecho. “Lord Rohzen, por favor muéstrenos el camino.”

“Ya lo tienes, ja, ja. Quieres empezar con fuego, ¿verdad? Nos dirigiremos a las montañas, entonces. Por aquí.”

Bajo la guía del Dios Espíritu, el grupo voló durante un día entero. El mundo estaba iluminado por la suave luz de la luna cuando por fin llegaron a una gigantesca cordillera. Las nubes de humo apenas visibles y el profundo resplandor rojo del magma que fluía por debajo dejaban claro que se trataba de una cordillera volcánica.

Un Pájaro E enviada a inspeccionar uno de los cráteres volcánicos divisó un ser rojo resplandeciente en su interior.

“¿Mm? Hay algo en el cráter”, murmuró Allen.

“Es Salamandra, el espíritu de fuego juvenil que estás buscando”, respondió Rohzen.

Todos los Pájaro B aterrizaron cerca del cráter, y el grupo se acercó a lo que parecía una salamandra japonesa. Se acercaba a una grieta entre dos rocas para lamer el magma que salía.

El grupo de Allen reconoció a este espíritu. Hacía tres meses, cuando los elfos celebraron el regreso del Árbol del Mundo a su control, muchos espíritus se reunieron con ellos. Salamandra había sido uno de ellos, y Sophie se había acercado a él con la esperanza de contratarlo eventualmente cuando se convirtiera en Usuaria Espiritual.

“¡Au, au!”, gritó la criatura cuando se fijó en Sophie. Al parecer, también se acordaba de ella. Comenzó a acercarse.

“Ja, ja, este es un animado”, se rió Rohzen. “Entonces, hagámoslo. Sophie, acércate a Salamandra para contratarlo.”

Aunque Rohzen casi nunca daba consejos a Allen, lo hizo proactivamente por Sophie. Ella se acercó obedientemente al espíritu de fuego juvenil.

“¡Auuuu! ¡Au, au!”

Cuando Sophie extendió la mano, el espíritu la alcanzó con una pata delantera. En el momento en que ambos se tocaron, se vieron envueltos en una luz brillante.

“Y ahora el contrato está completo. Ja, ja.”

“¡Muchas gracias, Lord Rohzen!”

Justo cuando Sophie daba las gracias al Dios Espíritu que acunaba, su recién contratado espíritu de fuego juvenil trepó por sus rodillas, gritando alegremente “¡Au, au!” mientras procedía a trepar por su frente para posarse en su hombro.

“Por favor, cálmate.” Sophie parecía preocupada por lo animada que estaba Salamandra.

Allen preguntó: “Lord Rohzen, ¿puedo preguntarle cuán poderosa es Salamandra? ¿Qué rango tendría si fuera un monstruo?”

“En términos de pura fuerza de combate, un espíritu juvenil está en algún lugar entre el Rango C y B.”

El Dios Espíritu se había vuelto bastante generoso a la hora de compartir información sobre los espíritus en general.

“¿Eh? Qué demonios. Es débil.” Dogora se acercó a Salamandra, que estaba frotando su cara contra la de Sophie, y le dio unas ligeras palmadas en la nuca.

“¡Au!” El espíritu juvenil se dio la vuelta y le miró con ojos afilados mientras su cuerpo empezaba a brillar.

“¡¿Qué es — Salamandra?! Ah…” Sophie acababa de darse cuenta de que algo iba mal cuando, al momento siguiente, una oleada de mareos la golpeó y se llevó una mano a la frente, tambaleándose sobre sus pies.

“¡Princesa Sophialohne!” Volmaar la atrapó justo a tiempo.

¡WHOOOOSH!

En ese momento, una gigantesca bola de fuego de decenas de metros de diámetro apareció sobre Sophie y Volmaar, haciendo retroceder poderosamente la oscuridad de la noche.

“¡¿Qué demonios es eso?!” exclamó Cecil, sorprendido por el tamaño del ataque. Esto estaba definitivamente más allá del alcance de las habilidades de un monstruo de Rango C o B.

“Salamandra, cálmate. ¡Estás absorbiendo los HP de tu anfitrión!” dijo Rohzen tranquilamente.

El espíritu juvenil, que había caído a los pies de Sophie, se acurrucó y tembló disculpándose. La bola de fuego gigante desapareció tan repentinamente como había aparecido.

Al revisar su grimorio, Allen se dio cuenta de que el MP de Sophie había sido drenado por completo, además de que también había perdido un poco de HP.

“Keel, cura a Sophie”, ordenó Allen antes de volverse hacia Rohzen. “Lord Rohzen, ¿qué acaba de pasar?”

El Dios Espíritu lanzó una mirada de reojo a Sophie acariciando al joven espíritu de fuego. “Como Salamandra acaba de contratar a Sophie, aún no sabe bien cuánto poder extraer de ella.”

Los espíritus sacaban MP de sus anfitriones para usar sus poderes. Después de dos ascensos de clase, Sophie tenía más MP que la mayoría de los elfos. Además, llevaba un equipo lo bastante eficaz como para ayudarla en la mazmorra de rango S. Todo junto significaba que tenía muchos MP. Salamandra, que acababa de contratarla y, por lo tanto, no tenía ni idea de cuánto poder sacar, acabó tomándolo todo. Así fue como consiguió crear la bola de fuego gigante de hace un momento.

“¿Quieres decir que la fuerza de los poderes de los espíritus es proporcional a la cantidad de MP gastados?” Allen preguntó pensativo. “Eso suena como el Pequeño Meteorito de Cecil.”

“Así que es así.” Cecil sabía que el poder de su Habilidad Extra, Pequeño Meteorito, dependía de su Inteligencia y de su MP máximo. Cuando la usaba al máximo nivel y con todo su equipo puesto, podía ser increíblemente destructiva.

El resto de los jugadores sin vida miraron al espíritu juvenil y se maravillaron de todo el poder que podía ejercer a pesar de su corta edad.

Sin nada más que hacer por hoy, el grupo se alejó del cráter y acampó.

***

Al día siguiente, el grupo partió de nuevo por la mañana. Esta vez se dirigían a un río caudaloso.

“Hm, me alegro de que también consiguieras contraer un espíritu acuático juvenil sin problemas”, dijo Allen.

“¡Kee, kee!” chilló con ternura Kelpie, un espíritu juvenil con aspecto de cría de delfín de lomo azul y vientre blanco. Se retorcía en sus brazos como un pez en tierra y no escuchaba nada de lo que decía, probablemente porque acababa de ser contraído y aún no estaba familiarizado con la experiencia.

“Ah, supongo que no necesitaba esto”, murmuró Allen decepcionado, moviendo la gran red de pesca que se había echado al hombro.

Cecil le miró como si fuera idiota. “¿Cómo te imaginabas que iba a ser el encuentro?”, preguntó.

Este espíritu acuático juvenil también había estado entre los que se habían reunido bajo el Árbol del Mundo durante el festín. También recordaba vagamente al grupo de Allen.

Al igual que Salamandra había estado en una corriente real de magma, Allen y Dogora habían pensado que tendrían que atrapar a Kelpie como a un pez nadando en un río. Se sintieron aliviados de que esto no fuera lo que realmente ocurrió.

“Lord Rohzen, ¿es posible que Sophie mantenga a Kelpie materializado junto con Salamandra al mismo tiempo?” Preguntó Allen. Se preguntaba si Sophie podría hacer lo mismo con sus espíritus que él con sus Invocaciones.

“Ja, ja, eso generalmente no es posible.”

“¿Generalmente?” Eso no es un no rotundo.

“Podría hacerlo cuando esté más acostumbrada a materializar espíritus. También, cuando ella tiene mucho más MP.”

Allen se dio cuenta de que esto era similar a cómo necesitaba aumentar su Inteligencia para aumentar el número de Invocaciones con las que podía Compartir. Al mismo tiempo, también comprendió que Rohzen le estaba diciendo indirectamente que aún no era el momento para ello.

“Entiendo. Gracias por responder a mi pregunta, Lord Rohzen.”

Keel echó un vistazo al grimorio de Allen. “Maldita sea, Sophie, estás consiguiendo un montón de XP. Entonces, ¿qué sigue? Viento, ¿verdad?”

Cada segundo que Kelpie se materializaba, Sophie perdía MP y, por tanto, ganaba XP de habilidad. Parecía que su habilidad de clase había alcanzado el Lvl. 3 ayer cuando hoy ya estaba en Lvl. 4. Sus habilidades también se habían disparado de Lvl. 2 a Lvl. 4 en poco tiempo.

“Entiendo, mantener un espíritu materializado le da XP de habilidad. Sophie, te prestaré este Anillo de Recuperación de MP. Debería permitirte mantener uno de tus espíritus fuera en todo momento.”

Si Sophie ganaba XP de habilidad cuando tenía sus espíritus cerca, entonces cada momento era una oportunidad preciosa para ganar XP de habilidad.

“Gracias, Lord Allen.”

Ese mismo día, Sophie consiguió contratar a Éar, un espíritu de aire juvenil. Para entonces, sin embargo, el sol se había puesto, por lo que el grupo tuvo que dejar el último espíritu para el día siguiente. Así pues, acamparon en un lugar cercano a donde habían encontrado a Éar y pasaron la noche.

El último día, Sophie volvió a cabalgar con Allen.

“El último es terrestre, entonces. ¿Nos encontramos con uno en el Árbol del Mundo?”

Una gran variedad de espíritus se habían reunido en el Árbol del Mundo durante la fiesta, pero Allen no recordaba haber visto a ningún espíritu de tierra juvenil.

“Probablemente los hubo, pero Sophie no consiguió conectar con ninguno, ja, ja”, respondió Rohzen.

“Lord Rohzen, ¿sabe adónde deberíamos ir?” Preguntó Sophie.

“Bueno… está bien. Por aquí. Está bastante lejos.” El Dios Espíritu procedió a guiar al grupo a un lugar más al sur del Castillo Lapolka.

Acerca de los Espíritus y los Usuarios de Espíritus

• En términos de fuerza de combate, los espíritus juveniles están normalmente entre los rangos C a B.
• Cuanto más MP tenga un Usuario Espiritual, más poderosos serán los espíritus contratados.
• Cuanto mayor sea la inteligencia de un usuario de espíritus, más fácil le resultará comunicarse con sus espíritus.
• Una inteligencia alta es necesaria para materializar varios espíritus a la vez.
• Los Grandes Usuarios de Espíritus pueden materializar fácilmente numerosos espíritus juveniles al mismo tiempo.

Durante el vuelo, Allen anotó todo lo que había aprendido sobre los usuarios espirituales y los espíritus en los últimos días. Al parecer, Rohzen estaba dispuesto a responder a casi todo lo que se refería a los espíritus. Después de hacerle muchas preguntas al Dios de los Espíritus, Allen acabó resolviendo lo que creía que era la mejor manera de que Sophie desarrollara sus habilidades.

En pocas palabras, le dijo: “Parece que, como usuario de espíritus, deberías centrarte primero en aumentar tu MP en lugar de potenciar tu inteligencia. Supongo que esto diferencia tu papel del de Cecil en el futuro.”

Para un Usuario Espiritual, tanto el MP como la Inteligencia eran importantes, pero incluso si llegaba a ser capaz de invocar múltiples espíritus, podría perder MP tan rápido que incluso su HP podría drenarse y podría morir. Por eso, parecía mucho más inteligente seguir materializando a uno por vez y concentrarse en asegurarse de que entendieran lo que Sophie quería que hicieran.

“Entendido, Lord Allen.” Sophie asintió y se puso en marcha. “¿Qué es eso de ahí delante?”

“Ahí es donde está tu espíritu de tierra juvenil”, respondió Rohzen.

Resultó que el Dios Espíritu les había guiado hasta unas ruinas en ruinas. Aterrizaron cerca del centro y miraron a su alrededor. Las estructuras erosionadas a su alrededor indicaban que esto solía ser una ciudad. Sin embargo, la mayoría de los muros se habían derrumbado, y de las casas quedaban poco más que los cimientos, y sólo unas pocas tenían un poco de pared o un pilar solitario.

“Esto no parece relacionado con la invasión del Ejército del Señor Demonio”, murmuró Keel.

“¿Hay aquí un espíritu de tierra juvenil?” Meruru empezó a deambular con curiosidad.

Traqueteo, traqueteo.

El enano no tardó en encontrar señales de movimiento. “¡Oye, hay algo aquí!” Señaló hacia un chico que era más bajo que ella misma, el miembro más bajo de los Jugadores Sin Vida. El chico llevaba un traje único que tenía una banda de cintura gruesa y estaba levantando un pedazo de escombros tan grande como su propia cabeza, llevándolo a alguna parte.

“Es Korpokkur, un espíritu de tierra juvenil”, confirmó Rohzen. Por alguna razón, su voz estaba teñida de tristeza.

“Sophie, ve y contrátalo”, dijo Allen.

Sophie asintió, disipó la materialización de Éar y luego se acercó al espíritu de tierra.

“Um, hola. ¿Eres Korpokkur?”

Sin embargo, el espíritu no respondió de ninguna manera. Siguió caminando con su trozo de roca. Cuando llegó a la única pared en pie de una casa cercana, empujó la roca contra ella, gruñendo suavemente.

“Hng, hng. Si hago esto… así…”

Mientras Allen y el resto observaban, Sophie se arrodilló a su lado, acercando su mirada a la de Korpokkur. “¿Qué estás haciendo?”

“Estoy arreglando la ciudad. Porque todo el mundo se ha ido a alguna parte.”

“Entiendo. Esta gran ciudad, ¿tú solo?”

“Mhm.”

La expresión facial de Korpokkur no cambió, pero esto sólo entristeció más a Sophie. Con un nudo en la garganta, preguntó: “¿Puedo ayudar de alguna manera?”

“¿Lo harías? Entonces haz las paces y sé amiga de los elfos oscuros que se fueron.”

El grupo finalmente se dio cuenta de que esto solía ser una ciudad de elfos oscuros. Tal vez este espíritu había contratado una vez con alguien que había vivido aquí, pero fue expulsado del continente como resultado de la guerra entre los elfos y los elfos oscuros. Peor aún, tal vez su anfitrión había muerto en la lucha.

En cualquier caso, habría ocurrido hacía más de mil, no, dos mil años. Korpokkur probablemente había estado intentando reconstruir esta ciudad él solo desde entonces. Sin embargo, por muchas piedras que cargara con sus pequeñas manos, la ciudad seguía desmoronándose con el paso del tiempo. Ya no era posible restaurarla.

Sophie enjugó sus lágrimas. “Soy alguien que guiará a los elfos.”

“Mhm”, respondió Korpokkur, todavía empujando su roca.

“Y sueño que un día caminaremos junto a los elfos oscuros.”

Al oír esto, el espíritu de tierra levantó la cara y miró a Sophie por primera vez. “¿De verdad? Gracias. Es una promesa.” Le tendió la mano.

Su expresión facial seguía siendo la misma, pero Sophie pensó que su aura se había vuelto un poco más brillante. Le tendió la mano.

“Como princesa de los elfos, juro cumplir mi promesa contigo, Korpokkur.”

Cuando Sophie tocó la pequeña mano de Korpokkur, la pareja se envolvió en luz y se estableció el contrato.

Finalmente, Sophie había contraído con éxito con cuatro espíritus juveniles y estaba lista para desafiar la mazmorra de Rango S. Ese día, además de superar la Torre de la Tribulación, adquirió una fuerte motivación.

-FIN DEL VOLUMEN 5-