Dungeon Busters (NL)

Volumen 4

Capítulo 1: Ezoe Kazuhiko Ha Cambiado

Parte 4

[Mazmorra de Shinjuku — Kusakabe Rinko]

Yo también había notado lo extraño que había actuado Kazu-san en las últimas semanas. Entre la repentina Activación Completa del Sistema de Mazmorras, la cuenta atrás de la Estampida de Monstruos que empezaba a correr, los disturbios y el golpe de estado en South Gamerica, y la minoría ruidosa que no entendía ni apoyaba a los aventureros de las mazmorras aquí en Japón, Kazu-san tenía mucho que hacer. Debía de estar increíblemente estresado.

“Por ahora, permanezcamos en la planta 5 y acabemos con todos los term*nators que podamos. Después de todo, ¿quién sabe? Puede que en algún momento nos encontremos con un modelo T-*000. Tenemos que acostumbrarnos a luchar contra los robots mientras podamos.”

No estábamos en una película, así que dudaba mucho que nos encontráramos con esos. Por supuesto, Kazu-san también estaba bromeando. Había dejado completamente de hacer bromas así estas últimas semanas. No sabía qué había pasado mientras se recuperaba, pero ahora parecía mucho más relajado.

“Sólo estoy comprobando, pero no hay ningún monstruo hecho de metal líquido, ¿verdad, Akane?”

“Los hay: slimes de metal plateado. Son slimes superiores, de rango A. Tanto los ataques físicos como los mágicos son casi inútiles con ellos. Incluso si intentas congelarlos o molerlos en polvo, pueden volver a su forma inicial, ya que son líquidos.”

“¡¿En serio…?! ¿Cómo luchamos contra ellos, entonces?”

“Creo que el veneno es el método más eficaz, en este caso…” Akane hizo una pausa y luego dijo: “¡Mira al frente! Se acercan dos máquinas de matar.”

Mientras escuchaba la conversación de Kazu-san y Akane-san, empecé a imaginarme a esos monstruos. No me sorprendería que aparecieran en cualquier momento.

Por ahora, sin embargo, tenía que concentrarme en los enemigos que tenía delante. Dos de ellos venían hacia nosotros. Saqué mi carta de katana.

Mientras el oponente empuñara una espada, debía responder con la mía.

“¡Ah!”

Corté la hoja curva de la máquina de matar — un talwar. Como mi arma era una carta SR, también debería ser eficaz contra los monstruos de rango B. Sin embargo, teniendo en cuenta que el cuerpo del monstruo estaba hecho principalmente de metal, no podía blandir mi katana a ciegas. Si no tenía cuidado, mi katana podría acabar rompiéndose.

“¡Se mueve con cuatro patas! Si le cortamos una, no podrá moverse más.”

Entré y corté justo a través del — muslo, ¿tal vez? — parte de su pata delantera izquierda. La máquina de matar se inclinó hacia delante. Amane aprovechó la oportunidad para lanzar su látigo, utilizando un arma SR llamada Látigo de Hierro Espinoso. Parecía casi un alambre de espino, y enroscó sus espinas alrededor del cuello del monstruo sin piedad antes de apretar el látigo con fuerza. Un doloroso chillido llenó la zona mientras innumerables espinas destrozaban el cuello de la máquina asesina en pedazos.

“¡Hmph! Como era de esperar, las máquinas no gritan. ¿Cómo voy a saber si funciona?”

Me pregunto por qué los látigos le sientan tan bien a Amane-san. Normalmente era tan amable y gentil, y todo el mundo — además de los miembros de su grupo — la quería. Sin embargo, cuando estaba en el campo de batalla, mostraba una sonrisa cruel mientras giraba su látigo. Uno de los miembros de su grupo — un ex miembro de la Policía de la Prefectura de Kanazawa — había dicho que esta brecha en su personalidad era lo más atractivo de ella. Para ser sincero, no lo entendí del todo.

Amane-san pareció darse cuenta de que yo la miraba fijamente, ensimismado.

“Oh, vaya. ¿Quieres probar tú también, Rinko?”, preguntó con una sonrisa alegre, tendiendo su látigo. “Se siente muy bien golpear a alguien hasta la sumisión con un látigo, ¿sabes?”

“Yo… estoy bien.”

Me sentía satisfecho después de luchar contra un oponente fuerte, pero no quería particularmente que nadie se sometiera a mí. Nunca había estado con nadie, pero sabía que algunos hombres tenían esas inclinaciones. Al menos, estaba bastante segura de que nunca me sentiría atraída por un hombre así.

Me volví para mirar a Shishido Akira. No tengo reparos en su fuerza, pero es un poco superficial. Si alguien me pidiera que describiera a mi hermano, diría que es más bien distante y desapegado. En cuanto a Shishido Akira, sería más preciso describirlo como frívolo y superficial. Tengo la sensación de que las cosas no funcionarán muy bien entre nosotros…

Un fuerte ruido me devolvió a la realidad. Masayoshi acababa de utilizar Escudo Blindado para hacer volar una máquina de matar. Kazu-san lo remató sin demora. Muy bien. Yo también debería ir a luchar.

***

[Mazmorra de Shinjuku — Kirihara Amane]

Los hombres sólo piensan en el sexo… O al menos, eso es lo que solía creer hasta que me uní a Dungeon Busters. Incluso si son directos cuando se trata de sus deseos, creo que los hombres brillan cuando tienen una meta que perseguir.

“¡Aah!”

Hisato esquivó a duras penas la espada de la máquina asesina antes de blandir su propia espada infundida con magia y separar su cuerpo en dos. Pensaba que su espada no sería lo suficientemente afilada como para cortar la piel metálica del monstruo, pero parecía haberla hecho vibrar a gran velocidad con un hechizo mágico para aumentar su poder.

Akira se acercó, silbando alegremente, y le dio a Hisato una palmadita en la cabeza. Estos dos eran muy diferentes a los hombres de sueldo normales.

Ambos estaban dispuestos a arriesgar sus vidas en las mazmorras por el bien de sus objetivos. No me había cruzado con nadie así durante mis años en el cuerpo de policía. Bueno… Tal vez no me había fijado en ellos. Puede que haya más hombres que valgan la pena de lo que creo.

Cuando entramos en la planta 6, nos encontramos con un monstruo bípedo con dos cuernos negros y un par de alas negras en la espalda. No parecía un oni, sino un demonio…

“¡Un demonio menor! ¡Va a lanzar un ataque mágico!” gritó Akane-san.

Al segundo siguiente, varias bolas de fuego grandes, de unos cincuenta centímetros, volaron hacia nosotros. Masayoshi nos protegió con su escudo, pero yo aún podía sentir el calor abrasador.

“Aniki, hay algo que quiero probar”, dijo Akira.

Parecían discutir algo. Al principio, Kazuhiko parecía sorprendido, pero finalmente asintió. Akira saltó inmediatamente sobre el escudo de Masayoshi. ¿En qué está pensando? Si se quedaba allí, se convertiría en un blanco perfecto para el siguiente ataque mágico del monstruo.

“¡Yaaaaaah!”

Akira adoptó una postura con los dos brazos por delante. El demonio menor volvió a lanzar un ataque de fuego. Akira movió sus brazos en un movimiento circular y repelió cada una de las bolas de fuego del monstruo.

¡No podía creer lo que veían mis ojos! ¿Por qué no se quemó o explotó? “Ya sabía que el mawashi uke era eficaz contra los ataques mágicos, y…”

Una vez que se encargó de todas las bolas de fuego, Akira saltó hacia el demonio menor. Utilizó su movimiento asesino, el Puñetazo Consecutivo del Meridiano Central, para golpear todos los puntos vitales del monstruo a la vez. Cuando un jugador de rango B golpeaba con todas sus fuerzas, ni siquiera el monstruo podía soportarlo.

“Una vez que terminan su ataque mágico, la mayoría de los monstruos pasan por un breve período de enfriamiento. No sé si todo el mundo se ha dado cuenta, pero Emily y Hisato también hacen una pausa. Podría ser una debilidad inherente a la magia.”

Sí, es cierto. La razón por la que pudimos triunfar sobre monstruos del mismo rango que nosotros fue que pudimos hacer uso de algo de lo que ellos carecían. Los monstruos no tenían estrategias. Intentar luchar comparando puras estadísticas, como en los juegos, no tenía ningún sentido en las mazmorras. Ganábamos experiencia en cada batalla, y la aprovechábamos diseñando estrategias para usar en futuros combates. Todo el conocimiento que habíamos acumulado de esta manera era extremadamente valioso y no podía medirse en números o letras.

El siguiente monstruo se acerca. Es mi turno de intentarlo. Je, je. ¡Es hora de disciplinar a algunos monstruos!

***

[Mazmorra de Shinjuku — Ezoe Kazuhiko]

Seguimos luchando contra monstruos que parecían salidos de los videojuegos. Después de los demonios menores, nos topamos con un monstruo con dos colmillos afilados que salían de su mandíbula superior y que se parecía exactamente al tigre de dientes de sable extinguido hace tiempo. Medía alrededor de dos metros de altura y era bastante ágil.

“Es un tigre asesino”, comenzó Akane. “Es un monstruo de rango B bastante fuerte. Su especialidad es—”

“¡Kazu-san!” La voz de Rinko llegó desde atrás.

Me había dado cuenta antes de que ella dijera nada. Antes de darnos cuenta, habíamos sido rodeados por tigres. Parecía que sus habilidades de caza eran tan buenas como las nuestras.

“Ya veo. Como era de esperar de los monstruos de rango B. N’gie, toma el frente. Masayoshi, te dejaré la parte de atrás. Hagan su trabajo como guardianes. Hisato, lanza magia de fuego a los de atrás. No es necesario derrotarlos. Nosotros nos encargaremos primero de los de delante.”

Cuando te enfrentas a enemigos en dos frentes diferentes, dividir tus fuerzas solía ser un movimiento terrible. Mantener a raya a uno de los bandos mientras te centras en derrotar al otro lo más rápido posible era mejor. Esto era fácilmente realizable con nuestro actual poder de lucha. Hisato conjuraría un cortafuegos y Masayoshi enviaría de vuelta a los que consiguieran atravesarlo con su habilidad Escudo Blindado. Mientras tanto, nos desharíamos de los que atacaban por delante uno a uno.

“Efectivamente son rápidos y fuertes, pero están lejos de ser demasiado duros para nosotros.”

Akira mandó a volar al tigre asesino que había cargado contra él con el talón de la palma de la mano antes de utilizar un golpe con el brazo para atravesar su abdomen expuesto. Parecía haber agarrado su corazón con precisión, ese único golpe convirtió al tigre asesino en humo.

Amane lucía su característica sonrisa cruel mientras blandía su látigo, disciplinando a las bestias. No sabía si era porque sus instintos habían entrado en acción o por el ruido producido por el látigo de Amane, pero los tigres parecían asustados.

“Muy bien. Ahora podemos enfrentarnos a los monstruos de rango B con facilidad. El siguiente piso debería ser el último. Sigamos luchando contra estos durante un tiempo más para obtener más experiencia antes de terminar las cosas de una sola vez.”

Seguimos luchando contra tigres asesinos durante casi un día entero.

***

“Aniki, esta foto…”

“Parece que se está creando una mazmorra.”

Tras bajar al último piso, comprobamos el techo y vimos otro relieve. En él, un anciano estaba haciendo brillar una esfera. En la esfera había cientos de pequeños puntos y marcas dispersas. Ya había pensado que las mazmorras habían sido creadas por algún tipo de entidad sobrenatural, y parecía que este anciano era el que estaba en cuestión. La esfera debía representar un planeta. Entonces… ¿Significaba eso que las mazmorras sólo habían aparecido en la Tierra de entre todos los planetas de nuestro universo?

“Podríamos pasar mucho tiempo repasando todas nuestras teorías, pero de momento vamos a dar prioridad a despejar este lugar”, dije.

Tomamos imágenes del relieve del techo y avanzamos por el camino recto que teníamos delante. Detrás de la puerta estaba el núcleo de la mazmorra y su guardián, que probablemente era un monstruo de rango B o A de primer nivel.

Empujé la puerta con ambas manos. Dentro de la habitación había un ser parecido a un charco, cuya superficie plateada brillaba intensamente.

“Akane… Tus palabras acabaron levantando una bandera, ¿eh? Incluso yo sé lo que es esto, y no juego a los videojuegos. Es el infame slime de metal plateado, ¿no?”

El slime tenía alrededor de un metro de ancho y cincuenta centímetros de alto y parecía un charco. Por alguna razón, Akira y los demás se reían detrás de mí.

“Quiero decir… Esa cosa es exactamente igual que el slime l*quid met*l de DQ. En el juego, da una cantidad tremenda de puntos de experiencia, pero enseguida intenta huir si lo ves.”

“¿Huye? ¿Adónde va?” pregunté. “Lo que sea. Akane, dijiste que el veneno era efectivo contra él, ¿verdad?”

“Lo es, pero me temo que no será tan fácil aplicarle el veneno. Después de todo…”

N’gie pasó corriendo junto a nosotros y puso su escudo. El slime del charco había aprovechado su cuerpo líquido para convertirse en innumerables alfileres en forma de aguja y los disparó contra nosotros. La mayoría se estrelló contra el escudo de N’gie, pero no fue capaz de repelerlas todas.

“¡Aargh!”

Mis ojos siguieron el grito y vi a Amane sujetándose el pie. Uno de los finos alfileres plateados se había clavado en su pierna. De repente, se convirtió en un líquido que goteaba y entró en su cuerpo a través de la herida. La cara de Amane palideció en cuestión de segundos, su cuerpo se convulsionó violentamente mientras empezaba a echar espuma por la boca.

“¡Eso no es bueno! ¡Denle una poción extra inmediatamente!” Gritó Akane.

Masayoshi y N’gie nos protegieron con sus escudos mientras ayudábamos a Amane a tumbarse de lado y le hacíamos beber la poción. El cuerpo del slime parecía ser un veneno mortal. Unas cuantas gotas plateadas cayeron del ojo izquierdo de Amane y empezaron a arrastrarse lentamente por el suelo, intentando volver al cuerpo principal. Pisarlas sin un buen plan conllevaba el riesgo de contaminarnos nosotros mismos con el veneno. No había nada más que hacer que dejarlos ir.

“Los ataques físicos son inútiles. La magia tampoco funcionará. Además, puede atacarnos convirtiéndose en innumerables partes diminutas, cada una de las cuales es altamente venenosa. Así que este es el nivel de un monstruo de rango A…”

El slime líquido había vuelto a su estado anterior y temblaba mientras se arrastraba por el suelo. Estaba esperando una buena ocasión para atacarnos de nuevo.

“¿Qué hacemos, Aniki?”

“Derribarlo de un solo golpe parece imposible, así que vamos a enfrentarnos a él paso a paso”, dije. “Primer paso, detener sus movimientos.

¡Emily! Usa magia congelante para bloquearlo.”

“¡Entendido! ¡Aquí voy! ¡Quiten sus escudos del camino cuando dé la señal!”

Los ojos de Emily brillaron, y la temperatura de la habitación bajó de repente varios grados. Su mano derecha empezó a brillar con una luz plateada.

“¡Ahora, come esto! ¡Niflheim!”

Un ataque helado voló hacia el slime de metal plateado en cuanto se formó un hueco entre los escudos. Sin embargo, el monstruo de rango A no era tan fácil de derribar. Al sentir la magia del frío, se dividió igual que al atacarnos con las agujas y se dispersó por la habitación. Sólo la mitad terminó siendo efectivamente congelada.

“Continúa disparando tus ataques. Tienes que congelarlo.” “¡Lo sé!”

Emily continuó disparando magia de hielo. El lado opuesto de la habitación había alcanzado probablemente doscientos grados bajo cero en este punto. Hacía tanto frío que sentí que podríamos acabar congelados también. Hisato utilizaba continuamente su magia de fuego para calentar a N’gie y Masayoshi, que estaban frente a nosotros. Sin Hisato, ellos, junto con sus escudos, se habrían convertido en cubitos de hielo.

Al cabo de un rato, cada trocito del slime se había congelado. Pasé al segundo paso mientras exhalaba blancas bocanadas de aire.

“Vamos a juntar todas las partes del slime en un solo lugar. Usaremos esto.”

Cuando saqué la escoba que siempre usábamos después de los descansos en la Zona de Seguridad, todos miraron desconcertados.

“Aniki, tú…” Akira de repente pareció entender algo. “No la vas a tirar,

¿verdad?”

Para el tercer paso, saqué la carta R “Papelera de otras dimensiones”. Normalmente lo utilizábamos como cubo de basura para tirar los restos de plástico o hierro que las mazmorras no podían absorber de forma natural. Una vez materializada, se parecía bastante a una papelera normal. Todo lo que se tiraba en este cubo no se podía recuperar.

“Muy bien. Ahora, tiramos cada pedazo del slime, y estamos bien. Mamorra despejado”, dije.

“¡¿Qué?! ¡No hemos conseguido vencerla en absoluto!” se quejó Akira. Mi rostro volvió a ponerse serio.

“Tal y como estamos ahora, nos resulta extremadamente difícil luchar contra este monstruo de rango A. Por eso, deshacernos de él es una opción mucho mejor que matarlo. No malinterpretes la situación. Nuestro objetivo es despejar la mazmorra. Tenemos que comprobar si nuestro título cambiará después de despejar una mazmorra de rango B. No hay necesidad de correr riesgos innecesarios para luchar contra un monstruo de rango A si podemos evitarlo.”

Todos parecían exasperados, pero siguieron mis indicaciones y arrojaron a la papelera las partes de slime que habían recogido. Teníamos que tener mucho cuidado de no dejar ni un solo fragmento. Para estar seguros, hice que Emily utilizara su magia congeladora una vez más para poder “limpiar” la habitación de forma exhaustiva.

Aunque este método era efectivo, a mí tampoco me gustaba, la verdad. Si nuestro oponente no hubiera sido el guardián, este método ni siquiera habría funcionado en primer lugar. No tendríamos más remedio que huir si muchos de esos monstruos vinieran hacia nosotros en un piso normal.

“No podemos conseguir cartas o piedras mágicas así. Tampoco hay Elemento de Mejora. Esto ha sido algo puntual. La próxima vez, tendremos una pelea en condiciones…”

Una vez que terminamos de deshacernos de todos los trozos del slime, apareció el Núcleo de la Mazmorra.

Mazmorra nº: 527 Rango: B Maestro: Ninguno

Cantidad de pisos: 008 Suministrado DE: 2309

Recurso: Cristal Mágico Negro Estampida: Encendido

<¿Desea reclamar derechos administrativos? S / N>

<¿Desea borrar esta mazmorra? S / N>

“Muy bien. Apagaré la Estampida de Monstruos y tomaré los derechos administrativos.”

Como era de esperar, la voz del Sistema de Mazmorras sonó justo cuando toqué la pantalla.

<La limpieza de una mazmorra de rango B ha sido verificada. Se le concederá el título de Cazador de Mazmorras de Rango B. Tu límite de mejora se elevará al rango A. Además, se te concede la carta de personaje LR “Senath el Cortés Cat-Sìth” como recompensa por limpiar la primera mazmorra de rango B.>

La quinta carta de personaje de Leyenda Rara apareció ante mis ojos. [Mazmorra de Shinjuku — Ezoe Kazuhiko]

A punto de cumplir los cuarenta años, había tenido muchas mascotas a lo largo de mi vida. Había tenido perros, gatos e incluso un hámster. Mi horario se había vuelto bastante irregular desde que trabajaba como autónomo, así que había dejado de tener mascotas, pero no me disgustaban los animales.

“¿Pasa algo, mi señor? ¿Algo en mi cara, quizás?”

Sin embargo, en mis cuarenta años de existencia, nunca me había encontrado con algo como… esto. No sabía si debía decir algo o aceptarlo como parte de este escenario de fantasía.

¿Por qué este gato está de pie sobre sus patas traseras y habla? O más bien, ¿por qué este gato lleva un esmoquin blanco, con pajarita, e incluso usa un bastón? ¡Esto no tiene ningún sentido!

“Hmm…” Dije. “Tu nombre es, hmm, Sebas…” “Me llamo Senyath, mi maestro.”

Me corrigió con una voz baja pero ligera. Me pareció que sonaba muy parecido a algún detective de renombre que solía mencionar mucho a su mujer. Sus orejas temblaban mientras agitaba con gracia su larga cola. Lo mirara como lo mirara, era un gato. ¿Ronronearía si empezara a frotarle la barriga?

Nombre: Senyath Título: Cortés Cat-Sìth Rango: F

Rareza: Leyenda Rara

Habilidades: Mayordomo (Lvl. 1), Escapar (Lvl. 1), Lengua venenosa (Lvl. 1)

“¡Míralo! ¡Qué adorable abisinio! ¡Mi gato es de la misma raza!” dijo Amane con alegría.

Alcanzó a acariciarlo, pero el gato retrocedió rápidamente antes de inclinarse cortésmente.

“Por favor, disculpe mi descortesía, pero huelo un aire peligroso procedente de usted, Milady. Si me permite, es bastante parecido al olor del pescado seco hecho con carne de tiburón podrido. ¿Sería tan amable de abstenerse de acercarse a mí en el futuro? Por favor, manténgase a más de dos metros de distancia.”

SWISH. Antes de que nadie pudiera darse cuenta, Amane había sacado su látigo mientras mostraba una peligrosa sonrisa.

“Veo que te cuesta mantener la lengua bajo control, gatito. No te preocupes. Me aseguraré de educarte.”

“Oh, Dios… Debo disculparme profusamente. Si puedo dar una explicación…” Senyath se interrumpió. “Resulta que poseo una habilidad llamada Lengua Venenosa que me hace incapaz de abstenerme de decir mis sentimientos sinceros en todo momento.”

“¡No ayuda a tu caso!”, espetó ella.

Todo el mundo trató de impedir que Amane blandiera su látigo. En cuanto al gato,

volvió a convertirse en una carta, revoloteando en el aire durante un rato antes de caer al suelo. Lo recogí y sacudí la cabeza.

Parece que a los Senyath se les da muy bien escapar. “¿Qué deberíamos hacer con él…?”

No podíamos permitirnos el lujo de sellarlos, pero al mismo tiempo, había muchas cosas que aún no entendíamos sobre las cartas de personaje de la Leyenda Rara. Me pregunté quién podría hacer el mejor uso de Senyath.

“¿No deberíamos dárselo a Maririn?” preguntó Akira en cuanto expresé mi pregunta.

Lo había pensado, pero ya le había dado Emily a Mari. Darle dos cartas podría hacerme parecer demasiado parcial. Aun así, lo comprobé con los otros tres, pero nadie parecía quererlo.

“Dámela a mí. La disciplinaré larga y duramente y me aseguraré de que no vuelva a abrir la boca así nunca más.”

Sí, dárselo a Amane está completamente descartado.

***

[Abismo de mazmorras de rango A — Kinouchi Mari]

Hay un gato frente a mí. Por alguna razón, lleva un esmoquin y una pajarita. Incluso lleva un bastón en su pata derecha. Espera, ¿cómo puede sostener un bastón con su pata?

“Oh. Qué hermosa joven… ¿Y su sirviente, supongo? Mi nombre es Senyath.”

“¡No soy un sirviente!” interrumpió Shingo-kun.

Senyath movió la cola alegremente. Parecían medir unos 140 centímetros, mucho más pequeños que yo. ¡Ah! Tanto Myu-chan como Purin-chan empezaron a frotarse en su esmoquin.

“¡Myuu!”

“¡Kyuu!”

“¿Por qué? Los dos se llaman Sir Myu y Sir Purin, ¿es así? Encantado de conocerlos. Mi nombre es Senyath. Cuidaré de cada uno de ustedes y les protegeré de los peligros de las mazmorras. Mientras tanto, les encargo que vigilen a la encarnación de la lujuria de allí para que no le haga daño a la dama.”

“¡Myuu!”

“¡Kyuu!”

“¡Deja de joderme!”, gritó Shingo-kun.

Empezaba a sentirme un poco mal por Shingo-kun. Incluso Emily se doblaba de risa. ¡Myuu-chan, Purin-chan, no deberían dar la razón al gato! Confiemos en Shingo-kun, ¿de acuerdo? ¡Ojalá Kazu-san dijera algo!

Miré hacia él, pero Kazu-san estaba ocupado reflexionando sobre detalles sin importancia. “¿Por qué? ¿Por qué el conejo y la ardilla pueden comunicarse con ese gato? Además, uno de ellos puede hablar en japonés, pero los otros dos se limitan a soltar ruidos raros como ‘Myuu’ y ‘Kyuu.’”