Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 16

Capítulo 8: Merazophis

Este mundo es profundamente injusto.

Las diferencias en estadísticas, habilidades y, de hecho, la posición social y racial están claramente definidas.

Es difícil, si no imposible, que los débiles venzan a los fuertes. Pocos pueden desafiar a un ser excepcionalmente poderoso y vivir para contarlo.

La batalla se desarrolla ahora ante la entrada del Gran Laberinto de Elroe.

Aquí, los seres más excepcionalmente poderosos son la rena teratect y los dos dragones ancianos que luchan contra ella.

Los tres estuvieron enfrascados en una feroz batalla durante algún tiempo, pero eso acaba de terminar con la derrota de la reina.

Ni siquiera una reina teratect pudo sobrevivir a un ataque de dos dragones ancianos.

Pero los dos dragones también deben haber agotado gran parte de su fuerza: rápidamente dieron media vuelta y huyeron después de que terminó la pelea.

Por lo tanto, no hubo matanza en el campo de batalla ese día.

Si los dos dragones ancianos se hubieran quedado en la retaguardia y se hubieran propuesto acabar con el resto de nuestras fuerzas, habríamos sufrido muchísimas pérdidas.

Es una bendición de la fortuna que no lo hayan hecho.

Arrancarle la victoria a un ser especialmente poderoso es casi imposible.

Ni siquiera una ventaja numérica puede cambiar ese hecho.

Prácticamente ninguna cantidad de luchadores con estadísticas promedio de alrededor de mil pueden enfrentarse a un oponente cuyas estadísticas son diez veces más altas, sin importar cuántos de los primeros pueda haber.

Nuestros soldados habrían caído como moscas.

Cuando existe un enemigo así de fuerte en el campo de batalla, la clave para la victoria es cómo neutralizarlo.

Pero si es demasiado poderoso como para ser neutralizado, a menudo no hay camino a la victoria.

Ya no hay individuos en este campo de batalla que entren en esa categoría.

Sin embargo, todavía hay una clara diferencia en la fuerza de cada bando y cada soldado.

En este caso, el problema se convierte en cómo suprimir a los enemigos con las capacidades más altas de batalla.

Esto tiende a llevar a los luchadores más fuertes de cada bando a luchar entre sí.

Después de todo, enviar a los débiles a luchar contra los fuertes solo resultaría en su muerte al instante sin causar ningún daño significativo.

Aun así, no se puede descartar la fuerza que encontramos en los números.

Tal vez un solo individuo inflija muy poco daño, pero si repites eso con decenas o incluso cientos de soldados más, la cantidad de daño acumulado no debe despreciarse.

Ya han cambiado las tornas en términos de números.

Donde una vez hubo suficientes terarects como para cubrir todo el campo de batalla, la mayoría ya se han convertido en cadáveres.

Los únicos que quedan son los individuos más fuertes como las teratects mayores y las archteratects.

Incluso esas parecen estar perdiendo gradualmente ante los números absolutos del enemigo. Los humanos rodean a las teratects grandes y poco a poco van recortando su salud.

Los humanos y los demonios más fuertes están trabajando juntos, aunque con torpeza, para derrotar a las archteratects.

Reconozco algunas caras entre ellos.

Dejando de lado a Sir Balto, tal vez me sorprendí un poco al ver a personas como Lady Sanatoria o Sir Kogou uniéndose a la pelea.

Una vez estuvimos uno al lado del otro como compañeros comandantes del ejército demonio, pero ahora nos enfrentamos como enemigos.

No es que no tenga sentimientos al respecto, por supuesto.

Pero juré que seguiría a mi joven señora por toda la eternidad.

No puedo mostrar piedad a nadie, ni siquiera a un antiguo camarada.

Aun así, aunque podría haberlo sabido en teoría, no puedo evitar sentir una punzada de emoción.

Fue una suerte que los Vestigios de la Pesadilla obligaran al ejército demonio a retirarse para que no tuviera que mancharme las manos con la sangre de conocidos del pasado.

El ejército humano se sigue quedando atrás para luchar. Pero el rumbo de la batalla se ha vuelto a nuestro favor una vez más.

Con su número abrumador y su fuerza individual, los Vestigios de la Pesadilla dominan fácilmente al ejército humano.

Sin duda es solo cuestión de tiempo hasta que ellos también se retiren como el ejército demonio.

… Aunque hay unos pocos que parecen quedarse tercamente.

“En este punto, es básicamente una tradición que nos enfrentemos de esta manera, ¿eh?”

“Eso parece.”

Dos reencarnaciones se enfrentan a mí, un joven y una joven.

Kunihiko Tagawa y Asaka Kushitani.

Me he encontrado con ellos varias veces.

La primera ocasión fue cuando destruí el asentamiento de su tribu.

Seguías siendo niños entonces, y les dejé vivir porque eran reencarnaciones.

La segunda ocasión fue en una batalla importante anterior a esta.

Crucé espadas con ellos y fui testigo de su crecimiento.

Y volvimos a cruzar espadas en la batalla de la aldea de los elfos, aunque fue a través de una copia de sombra mía.

Por ahora, se podría decir que estamos atados por el destino.

Basándome en la fuerza de los dos ejércitos que quedan ahora mismo, imagino que no podrán ignorar mi existencia en este bando.

No digo esto por presunción, pero lo más probable es que sea el luchador más fuerte de ambos bandos que queda actualmente en este campo de batalla.

Y estas dos reencarnaciones han venido a detenerme.

“Pensé mucho sobre esto, realmente le di muchas vueltas a las cosas. Pero al final, decidí que, aun así, tenía que luchar contra ti.”

“… Ya veo.”

Les dije la verdad en la aldea de los elfos.

Estoy seguro de que tenían muchos sentimientos encontrados al respecto.

Y parece que han elegido pelear.

“No puedo contenerme.”

Debo darles una advertencia justa.

Hasta ahora, he tenido cuidado de no matarlos porque eran reencarnaciones.

Pero esta vez, en esta batalla, sebo dejar eso de lado.

La mayoría de las reencarnaciones no sabían nada de este mundo al que habían sido arrastrados.

Sin embargo, este ya no es el caso.

Han optado por luchar con pleno conocimiento de las circunstancias, ya no hay necesidad de contenerse.

Y nunca he sido tan hábil como para contener cuidadosamente mi fuerza.

Si vamos a pelear, apuntaré a matar.

“Bien, porque yo v-”

La intrépida declaración de Kunihiko se corta repentinamente a mitad de la oración.

Su cuerpo se desploma lentamente hacia delante.

“Lo siento Kunihiko.”

Detrás suyo Asaka se disculpa en voz baja por noquearlo. “… ¿qué es el significado de esto?”

“Nos rendimos,” responde Asaka con bastante calma. “No estoy preparada para morir todavía, y tampoco quiero que Kunihiko muera.”

Se da media vuelta y se aleja, cargando con el inconsciente Kunihiko.

Huyendo abiertamente frente al enemigo.

Por un momento, me quedo estupefacto.

Pero la decisión de Asaka sea probablemente la correcta.

No guardo rencor personal hacia estos dos.

Probablemente ellos sí tengan algo contra mí; aun así, nunca deseé matarlos particularmente.

Asaka debe darse cuenta de ello y, por lo tanto, no tiene miedo a darme la espalda y huir sin protección.

Si peleáramos, indudablemente los mataría.

Como dije, no soy lo suficientemente hábil como para controlar mi fuerza con la suficiente precisión como para salvarles la vida.

Cuando lucho, mi objetivo es matar.

Dada la diferencia entre mis estadísticas y las de ellos, la pelea probablemente habría acabado en cuestión de segundos.

Los mataría en el acto.

Por lo tanto, rendirse antes de que empezara la batalla era la decisión correcta.

Habría sido más sabio no venir desde un principio, pero a juzgar por el comportamiento de Kunihiko, dudo que esa fuera una opción.

Observo a Asaka mientras se aleja.

Por mi parte, creo que elegir no luchar también es admirable.

Aunque no me corresponde a mí decir esto como la persona que destruyó su pueblo natal, espero sinceramente que en su futuro les espere la felicidad.