Toaru Majutsu no Index – Genesis Testament (NL)

Volumen 6

Capítulo 1: Ve por ese trabajo de Año Nuevo – Lejos_en_SHIBUYA,_el_31.

Parte 1

-…ey tú. Oye. ¡Probablemente deberías despertar, chico!

La mente de Kamijou Touma fue despertada por la voz que gritaba en su oído. Solo después de darse cuenta de que no sabía a quién pertenecía la voz, se dio cuenta de que tenía los ojos cerrados.

Tuvo que poner todas sus fuerzas en forzar sus párpados para que se abrieran.

-¿Qué está pasando- eh? ¿Kumokawa-senpai?

-Admitiré que surgieron algunas cosas y llegué tarde, pero ¿realmente estabas tan aburrido que terminaste durmiendo la siesta en la acera por la que la gente probablemente pasea a sus perros?

Kumokawa Seria, su senpai tetona y estudiante de último año con su brillante cabello negro sujeto con una banda para el cabello, lo miró exasperado mientras se agachaba y lo golpeaba en la frente. La ropa informal del estudiante maduro de último año era un abrigo grueso y el tipo de traje de falda ajustado que podría usar un maestro de escuela capaz, por lo que era preocupante de varias maneras cuando ella se agachó frente a él de esa manera. (¿Y no tenía frío usando una blusa tan ceñida como top?)

Pero el chico de pelo puntiagudo estaba demasiado confundido para concentrarse en nada de eso.

La comprensión se hundió lentamente, pero una vez que se dio cuenta de que había sido apuñalado por la espalda, se apoderó de su mente como una avalancha de pánico.

Saltó a una posición sentada.

-¿Eh? ¿¡Eh!?

-¿Hyah?

Kumokawa saltó y se encogió de una manera inesperadamente linda, pero ni siquiera se dio cuenta.

¿Estaba todavía en el Distrito 11? ¿En la puerta este? ¿Qué había pasado después de eso?

-Espera espera espera. ¿Que está pasando aqui? Alguien me habló desde atrás y ni siquiera tuve tiempo de darme la vuelta. Escuché algunos sonidos extraños y desconcertantes de mi cuerpo y luego de mi columna vertebral, ¡sí, es cierto! ¡Me atravesó la espalda! Entonces, ¿¡qué me pasó!?

Se pasó las manos por el pecho y el estómago.

-¿Eh? ¿No hay nada malo en mí?

-¿Tuviste un mal sueño?

La forma en que su exasperación se estaba convirtiendo gradualmente en sospecha era adorable.

No resultó herido. Su columna vertebral no había sido destrozada, su carne no había sido arrancada, su ropa no estaba rasgada y no había ni una gota de sangre en él.

El reloj digital en la pared de un edificio decía que eran las 9:15 AM.

¿Qué había estado haciendo durante los últimos 15 minutos?

-Te estás poniendo realmente nervioso por nada. ¿Tenías tanto miedo de salir de la ciudad para visitar Shibuya? Mira, tu abrigo todavía tiene la etiqueta del precio pegada.

-¿Eh? ¿Eh?

-Quédate quieto. Te lo cortaré.

Kumokawa Seria sacó un pequeño par de tijeras de un kit de costura portátil y cortó el hilo de plástico. Esa estudiante de último año era tan perfecta que incluso mostró habilidades domésticas que se sentían incongruentes con su apariencia sexy.

-Touma. Buf, buf.

Entonces escuchó la voz de Index. Tenía al gato en la cabeza y a Othinus en el hombro, este último temblando de miedo mientras apenas estaba fuera del alcance de las patas delanteras del primero. La forma en que ese dios arrogante se aferraba a la capucha blanca del hábito de la monja era como una niña aterrorizada en una casa embrujada.

-Uf, puf. F-finalmente nos pusimos al día, así que vamos a comer algo. Ugh, no puedo seguir comiendo las verduras misteriosas que cultivé rociando ketchup diluido en un rincón del balcón.

-Je je. No te preocupes, Index. El algodón de azúcar puede llenar tu estómago con su gran tamaño, pero comenzó como nada más que granos de azúcar. Los humanos pueden comerse la niebla o el aire si son lo suficientemente inteligentes.

-No es justo que Sphinx tenga comida para gatos y atrape ratones para comer.

-Y él está tratando de comerme mientras hablamos. Los amantes de los animales en este país se enojan contigo si atrapas una paloma y te la comes, ¿no? Podría intentar criar ratones si realmente se multiplicaran tan rápido como dice la gente, pero aparentemente no es cierto. ¡Vaya, lo está intentando de nuevo! ¡Humano, tráeme un libro de las leyes de tu país! ¡¡Necesito encontrar una forma legal de comerme a este gato!!

Técnicamente, estaban saliendo de la ciudad para ganar el dinero necesario para comprar comida, no directamente para conseguir algo para comer, pero Index se saltaba ese primer paso en su cabeza. Su vida de supervivencia de Año Nuevo en Tokio aún no había terminado. Y mientras jugaban ese juego, el dios de la pobreza había crecido a un tamaño infernal.

Kumokawa colocó una mano en su barbilla después de escuchar al pobre estudiante, la monja misteriosa, el gato y el dios.

-Tu idea de supervivencia tiene una inclinación muy urbana y está basada en los estándares de Ciudad Academia. Esta es técnicamente la capital de Japón, ¿sabes? Y pensé que vivías en los dormitorios donde se supone que los adultos te cuidan.

Kamijou comenzó a pensar que podría haberse derrumbado simplemente por el hambre. Los recuerdos de las personas eran maleables, por lo que su mente podría haber inventado una razón para desmayarse después del hecho.

(Sí, eso suena más probable. Quiero decir, ya tengo amnesia).

Ahora todos tenían que salir juntos de la ciudad.

Mostraron sus permisos de salida en la puerta este, que parecía muy abierta. Parecía nada más que una pequeña caseta de vigilancia con una barrera endeble como en un cruce de ferrocarril, pero en realidad tenía una contraventana gruesa que caía como una guillotina y estaba protegida por peligrosas armas de fuego y armas no tripuladas. Se inyectaron nanodispositivos de rastreo en sus brazos con un pshh de aire. El gato y dios estaban exentos de ese proceso, ganándose una mirada de envidia de Index que odiaba las inyecciones (incluso cuando no involucraban una aguja).

Kamijou miró hacia atrás por donde había venido mientras salía más allá de la gruesa pared.

-Por lo general, hay mucho más Anti-Skill aquí. ¿Están todos en vacaciones de invierno?

-(Conociendo al nuevo presidente de la junta, podría comenzar a usar esos clones militares producidos en masa para completar las filas de las fuerzas del orden de la ciudad. Alguien tiene que reemplazar a todos los que se perdieron y, si quiere que la gente apoye para protegerlos, es no está de más darles una posición oficial que les permita demostrar su valía a la sociedad.)

-¿?

La misteriosa estudiante de último año era tan perfecta que siempre parecía estar un millón de pasos por delante, pero eso la llevó a uno de sus pocos defectos: a veces decía cosas que estaban tan por encima de su cabeza que ni siquiera entendía de qué estaba hablando.

Salir por la puerta este los colocó en las cercanías de Shinjuku, pero dado que la pandilla de Kamijou era tan devastadoramente pobre, se vieron obligados a caminar el resto del camino. Estaba tan agradecido por las aplicaciones gratuitas en momentos como este. Revisó el teléfono inteligente de sus ancianos y le dijo que solo necesitaban viajar unos pocos kilómetros hacia el sur.

-La factura del teléfono vence a fin de mes, ¿verdad? Humano, eso significa el 31, así que si no recibes dinero hoy, te cortarán el servicio.

-…

-También, muchacho. Si no pagas tu factura telefónica sin pensarlo suficientes veces, afectará su calificación crediticia. Creo que incluso hay una leyenda urbana que dice que dos o tres pagos atrasados son suficientes para dejar de obtener una tarjeta de crédito. Si no quieres salir de este agujero durante la próxima década o más, tendrás que trabajar duro hoy.

El niño, demasiado pobre para viajar en tren, avanzaba persistentemente con sus propias piernas, pero nada de lo que nadie tenía que decirle lo hacía sentir mejor.

Pasó junto a un hombre que parecía estar haciendo un agradable trote matutino. La pandilla de Kamijou solo puede describirse como “caminando penosamente”, pero las distancias involucradas son más de la variedad de “ejercicio casual”.

Kumokawa jugueteó con el cabello que le caía sobre el hombro mientras caminaba junto a él.

-Toma, llamaré un taxi para ti. Todo lo que se necesita es un movimiento rápido de mi teléfono.

-Basta, burguesa. Estoy aquí para ganar dinero, no para gastarlo.

-¿Olvidaste hacer los cálculos? La tarifa del taxi es la misma sin importar cuántas personas viajen contigo.

Tenía mayores preocupaciones en este momento.

Dio el paso fatídico.

-Ugh.

A mitad de camino por un camino aparentemente normal, sintió que algo le subía por los pies. Había pisado algo aquí. Era como si hubiera cruzado una barrera invisible. No estaba tomando un tren, por lo que no había una señal obvia o un telón de fondo que le indicara que había llegado a Shibuya. Él lo sabía, pero aun así.

-Creo que ya estamos en Shibuya. -dijo sin rodeos Kumokawa Seria.

-¡¡Eeek!!

-Dije ‘creo’. Todavía estamos en Harajuku. Je, je.

-…

-¡Ay! ¡Oye, alto! ¡No uses tu puño contra una chica! ¡Deja de darme un noogie^[1] en silencio!

Gracias a eso, Kamijou Touma se vio obligado a gritar de nuevo una vez que se fueron de Harajuku.

-¡¡¡¡Abwahhh!!!!

-¿Qué pasa, Touma? ¿Por qué estás temblando y metiendo la cabeza entre mi espalda y mi capucha?

La voz de Index sonaba tan distante.

Y perdió de vista dónde estaba.

Había tanto color. Demasiado. Había tiendas de ropa, tiendas de discos, ¿y esa era solo una tienda de zapatillas? La tierra aquí era tan cara que todas las tiendas eran pequeñas y parecían amontonadas, pero todas trataban de sobresalir usando muchos colores primarios y le dolían los ojos. Le recordó a los bloques de construcción de los niños o un cuaderno cubierto de líneas gruesas de diferentes colores de resaltador. Terminó recordando la trivia que había aprendido sobre cierto país que desarrollaba un arma incapacitante donde lanzaban una granada llena de LSD en territorio enemigo.

-¿Por qué son así? -Habló con una voz cada vez más tranquila mientras temblaba detrás de una chica una cabeza más baja que él. -¿¡Por qué tienen tanta confianza en su gusto extremo por los colores!?

-Hm, ¿lo son? La mayoría de la gente dice que Shibuya se ha vuelto mucho más extravagante últimamente.

Aparentemente, a algunas personas no les molestó tanto.

Esto hizo mucho más daño a Kamijou ya que había trazado una línea entre las personas que podían sobrevivir aquí y las que no. Quería encontrar alguna manera de arrastrar a esta tetona estudiante de último año a su lado de la división.

-¿¡La gente aquí odia tanto cómo se ve su entorno que sienten la necesidad de llenar todo con sus propios colores!? Ese artista de manga conocido mundialmente por su agudo sentido estético causó tanta controversia con su casa rayada, ¡pero a la gente de Shibuya no parece importarle en absoluto! Es aterrador. Si las personas aquí pueden sentirse remotamente relajadas al ver este colorido asalto a los sentidos, ¿¡entonces qué color ven cuando miran un pastel de fresas!?

-Admitiré que las cosas son más salvajes aquí que cerca de la estación de tren, pero esta está lejos de ser la peor área. Quiero decir, todo lo que hemos hecho es caminar un poco hacia el sur pasando ese gran santuario en Harajuku.

-Espera, Senpai. ¿Por qué sigues vestida tan lascivamente cuando estamos en Shibuya? Estás vestida como un maestro de escuela y también mostrando tu estómago. ¿No te rodeará y acosará un grupo de hip hop con camisetas gigantes?

-En primer lugar, no hay grupos que transporten estéreos portátiles gigantes por Shibuya. En segundo lugar, no todos aquí odian a los maestros. Y en tercer lugar, los ‘chicos de hip hop’ no son malas personas.

-Y luego me veré obligado a intervenir para ayudarte. ¡¡Eso me parece una desgracia, así que sé que va a pasar!!

-Mmm. Me gusta cómo suena eso, así que tal vez debería desabrochar otro botón.

Tenía que contener a la hermosa chica antes de que pudiera invitar al desastre.

En cualquier caso, aparentemente este no era el centro de Shibuya que a Japón le gustaba mostrar al mundo, pero ya estaba sintiendo que su HP caía con cada paso que daba. El Castillo endemoniado de Shibuya era un lugar realmente temible.

-¿Cuál es tu problema con Shibuya, humano? -Othinus sonaba completamente exasperada. -Viste cosas peores que esto en el mundo que creé. Y caminaste por las zonas aún más de moda de Londres y Los Ángeles sin pestañear.