Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 13

Capítulo 98: La Decisión De Mile.

Parte 1

“¡Ah!”.

Repentinamente de pie y caminando lentamente hacia Wonder Trio, Mile se detuvo, viéndose confundida.

“¡Ah! ¡Estuvimos tan cerca! A centímetros de distancia…”, murmuró Marcela, haciendo un puchero. “¡Bien, un último empujón! ¡Miss Adele! Estábamos pensando que, ya que nuestro grupo sólo tiene magas, quizás podríamos reclutar a alguien más para la vanguardia. ¿Qué te parece una chica bestia con orejas de gato?”.

Como era de esperarse, Marcela conocía todos lo puntos débiles de Mile.

“¡¡¡Hagámosloooooo!!!”.

Mile entonces, prácticamente corrió hasta Marcela… o

eso hubiera sido bueno.

Trio jamás intentaría hacer algo así. Sus lazos yacían en la confianza mutua que habían formado como compañeras de clase y amigas. Nunca invitarían a una extraña a su grupo simplemente para atraer a Mile con la promesa de una chica gato.

Quizás Marcela lo había dicho como broma. O quizás ella habría dicho lo que fuera para traer a Mile a su lado… En todo caso, escuchar una propuesta así de Marcela, en realidad, trajo a Mile de vuelta a sus sentidos. Al parecer, fue un grave error por parte de Marcela. Ya que conocía tan bien a Mile, se había dejado llevar.

“Pero acababan de decir que a diferencia de Reina y las demás, que querían ser cazadoras, ustedes no tenían intenciones de continuar siéndolo sin mí, ¿verdad? Cazar es un trabajo peligroso. Podrían perder sus vidas en misiones que parecen fáciles o pueden ser engañadas por sus empleadores… ¿Realmente creen que podría soportar que mis amigas, que tienen un camino seguro y feliz por delante, escojan el camino más peligroso sólo por mí? ¡¿Qué haría yo si algo les pasara?!”. Mile preguntó, en serio, su expresión repentinamente enojada.

Marcela luchó por formular una respuesta.

“E-Eso no… Decidimos ser cazadoras por voluntad propia, ¡igual que Pacto Carmesí! ¡No nos obligaste a hacerlo! Además, en unos años regresaremos a casa, y buscaremos personas con quién casarnos. En cinco años, cumpliremos dieciocho, y en diez años, apenas tendremos veintitrés, así que ahorraremos nuestro dinero hasta entonces y subiremos a rango B. Diremos que pasamos sin descanso varios años para lograr traerte a casa bajo órdenes de Su Majestad, así que nuestras reputaciones estarán intactas, y no tendremos problemas para encontrar a…”.

Llegando al final de su discurso, su voz comenzó a bajar—y no por el pensamiento de las tres buscando compañeros para casarse.

“¿Eh?”.

Mile la miró con dudas.

“¿Qué fue eso de llevarme a casa bajo órdenes de Su Majestad?”.

“Ah…”.

Los rostros de Wonder Trio compartían una sola expresión. Mierda.

Mile las miró, en silencio. Las tres la miraron, en silencio.

Al principio, Mile había asumido que las tres habían escapado del país sólo para encontrarla, y se sintió aliviada de escuchar que se les había dado permiso para el viaje, así que podrían regresar fácilmente cuando su aventura terminara. A diferencia de ella misma, las otras tres tenían familias, expectativas, y futuros propios. Y por eso, ella había estado impresionada, particularmente con Marcela y Aureana, por gestionar que su viaje no les fuera a causar problemas en el futuro. (Aunque Monika, como hija de un mercante, era aguda, Mile había juzgado que probablemente no habría sido particularmente útil al planear esta particular estratagema).

Mile había estado aliviada de saber que a sus amigas les iría bien de regreso en casa.

Pero ahora parecía que algo extraño estaba ocurriendo…

“¿Llevarme de vuelta a casa? ¿Bajo órdenes de Su Alteza?”.

¡¡¡Mierda, mierda, mierda!!!

Trio entró en Pánico. Toda expresión había abandonado el rostro de Mile. Ellas sabían muy bien lo que esto significaba: Mile había entrado en modo enojada… directamente al nivel 2.

“¿Qué se supone que significa eso?”.

“¿Acaso olvidamos mencionarlo?”, preguntó Marcela

con una sonrisa falsa, sudor marcado en sus sienes.

“¡Es la primera vez que lo mencionas!”. “S-Santo cielo, ¿en serio?”.

“¡¡¡NUNCA DIJISTE NADA DE ESOOOOO!!!”.

“¡¡¡Gyaaaaah!!!”.

Un poco después…

“¡Listo! Esa es toda la historia”, dijo Marcela entre

lágrimas.

“…Ya veo. Así que quieren llevarme de vuelta a casa…”.

Claramente, Mile seguía molesta.

“Y luego entregarme a la familia real”.

“¡E-Eso no es cierto! Esa fue una excusa para que pudiéramos viajar por nuestra cuenta unos cuantos años. La política requiere que la realeza encuentre prometidos o prometidas, así que el príncipe de la corona, que ya está llegando a la edad, probablemente se casará más pronto que tarde, y el segundo príncipe le seguirá poco después. Tan pronto como eso esté decidido, deberíamos estar seguras. Por supuesto, por lo general un casamiento real sería algo que sólo tus padres o familia podrían obligarte a contraer, pero tu caso no es normal, Miss Adele…”.

“¡¿Q-Qué quieres decir con eso?!”, dijo Mile, protestando a la implicación de que ella “no era normal”.

“N-No, es sólo que, no tienes padres, y tú misma eres la cabeza de tu familia, así que no hay nadie que te pueda obligar a hacer algo que no quieras”, explicó rápidamente Marcela.

“Ah, ya veo…”.

¡E-Eso estuvo cerca!

Marcela, esta vez habiendo evitado que Mile escalara a su siguiente nivel de enojo, suspiró con alivio.

“Y entonces, ¿qué tiene que ver conmigo todo eso de la primera y segunda esposa o amante de Su Alteza?”.

“¿Qué…?”.

¿Siquiera le había estado prestando atención?

Tanto Wonder Trio como Pacto Carmesí estaban anonadadas ante la credulidad de Mile. Aparentemente, ella no había considerado la posibilidad de volverse la esposa de un príncipe. Mile claramente había imaginado que la familia real y otros nobles sólo iban tras ella por sus habilidades y su supuesta conexión con la Diosa—es decir, que querían mantenerla como una especie de ave en cautiverio por el bien de una protección de algún tipo. Por supuesto, esta era la misma lógica que había llevado a Marcela a la conclusión de que los príncipes sólo estarían interesados en ella no como esposa secundaria, sino como una concubina o algo así.

Era cierto que Mile no era más que una insignificante vizcondesa, sin apoyo alguno, y Marcela era la tercera hija de un barón pobre. Ninguna tenía la posición que por lo general sería usada para entrar a la familia real, así que, probablemente, no estaba mal que asumieran estas cosas.

Pero eso era bajo circunstancias normales.

¡Ahora es nuestra oportunidad!

Reina no iba a dejar pasar esta oportunidad. El flujo de la conversación se había interrumpido cuando todos se detuvieron a maravillarse de la carencia total de perspicacia de Mile, lo cual significaba que era ahora cuando debía atacar. Mile estaba en guardia contra Trio,

¡así que Reina debía hacer su jugada!

“Mile, ¿ya olvidaste el pacto que hiciste con nosotras?

¡¿El  que  juramos  entre  todas,  sobre  que  nuestra

amistad sería inquebrantable?!”.

¡Directo en el corazón! pensó Reina, jadeando triunfantemente. Sin embargo, antes de que Mile pudiera contestar, Marcela lanzó un contraataque.

“Oh, pero según lo que dijiste anoche, ¿no incluía ese pacto algo como ‘Incluso si nuestros caminos se separan algún día’? En otras palabras, no importará incluso si la vida las lleva en direcciones diferentes”.

“Ah…”.

¡Esto podría ser un golpe fatal para Pacto Carmesí!

De hecho, la interpretación de Marcela era correcta. Reina, Mavis y Pauline murmuraron, pero no tenían respuestas convincentes. Entonces, Pauline dijo…

“¿No se podría decir lo mismo de todas ustedes? Ahora que los maravillosos días que pasaron juntas en la academia han terminado, ¿no deberían caminar por caminos separados, llevando siempre esa preciada amistad en sus corazones? ¿No ven lo injusto que podría ser para aquellos compañeros que caminan a su lado en su nuevo camino, si abandonan el camino que tienen por delante solo para perseguir a una amiga que ha tomado otro rumbo?”.

“Ah…”.

¡Un golpe penetrante de vuelta a Wonder Trio!

Era un partido de maratón, que continuaría hasta que ambos bandos escupieran sangre, una batalla interminable donde todos sus espíritus se desgastaban constantemente, sin nada qué ganar…

Viendo esto, Mile intervino para mediar.

“¡Por favor, dejen de pelear por mí!”

“¡¡¡YA DEJA ESO!!!”, respondieron las otras seis, con el mismo acento peculiar que Mile a veces usaba.

Finalmente, habían llegado a un consenso sobre algo.

“De todos modos, no somos nosotras quienes decidiremos esto. Depende de ti, Miss Adele. ¡Ahora, por favor, dinos claramente con qué grupo deseas estar!”.

Fue Marcela quien finalmente emitió un ultimátum, forzando la decisión en Mile. Por supuesto, ella dijo esto con la máxima confianza de que Mile elegiría a Pacto Carmesí.

Y entonces…

“Lo siento”, Mile se volvió hacia Trio, con la cabeza gacha, una expresión de arrepentimiento en su rostro.

Las tres se quedaron en silencio. Pasó un breve momento sin palabras. Momentos como estos siempre se sentían como una eternidad, solo unos pocos segundos que se extendían hasta el infinito. Tales momentos siempre eran demasiado largos…

“Bueno,  supuse  que  sería  así”,  dijo  Marcela

encogiéndose de hombros.

“¿Eh?”, respondió Mile, junto con las otras miembros

de Pacto Carmesí.

“No importa, lo entiendo. Has dado un millón y una razón por las que no deberías acompañarnos, Miss Adele, pero ni una sola razón por la que no deberías estar con Pacto Carmesí. Además, no puedo imaginar que hagas otra elección, si estás considerando nuestro futuro junto con el tuyo”, dijo Marcela con una sonrisa. “Puedo entender eso. Es porque eres ese tipo de persona que nos hicimos amigas tuyas en primer lugar. Siempre pones las necesidades de los demás por encima de las tuyas. Si solo quedara un pedazo de pan, mentirías y dirías que ya comiste y se lo darías a otra persona. Eres ridículamente amable, por eso nosotras… por eso… por…”.

Marcela sollozó ruidosamente antes de comenzar a llorar, seguida de Monika y Aureana.

“¡Wahaaaaa…!”.

Mile, ahora llorando también, abrazó a las tres, formando un grupo lloroso.

Reina veía a las cuatro, nerviosa, incapaz de alegrarse por su victoria, hasta que Mavis le jaló la manga, y tanto ellas dos como Pauline tranquilamente salieron de la habitación.

Cuando Mile y Wonder Trio aparecieron en el comedor para cenar, todas tenían los ojos hinchados, como si hubieran estado llorando durante un tiempo. Aun así, lograron llenarse el estómago de comida.

Después de eso, siguiendo la sugerencia de Reina, Mavis y Pauline, Mile se mudó a la habitación de Trio.

Habían reservado la habitación para las tres, y Pacto Carmesí pensó que era considerado permitir que Mile se quedara con Wonder Trio durante el tiempo que estuvieran en la ciudad.