Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 10

Capítulo 4: El Planeta, El Recipiente Y El Oratorio Del Alma

Parte 1

Rojo como la sangre, infinitesimal como la nieve. Las brasas revoloteaban.

―…¡Muro!

Las tenues brasas parecían casi un espejismo. Las vio entrar en su visión; Alice creó inconscientemente un muro de hielo.

Una brasa estalló y de ella brotaron grandes llamas. El agua del lago subterráneo se evaporó. El lecho de roca se rompió y explotó, enviando terrones de tierra y arena al aire. Los sonidos de las explosiones golpearon sus tímpanos, casi dejando a Alice inconsciente por un momento.

―…¡No tiene piedad!

Apretó los dientes y se obligó a permanecer consciente incluso después de casi desmayarse. Gritó a las llamas que lo envolvían todo ante sus ojos.

―¡Vamos, Fundadora! No me he lastimado en lo más mínimo.

―¿Sin piedad? Y yo que pensaba que estaba siendo muy caritativa.

Las llamas arremolinadas desaparecieron como si hubieran sido simplemente un mal sueño.

―Esto puede ser visto como bondad, considerando que eres una maga astral de hielo.

―¿Llama a esto bondad? ―dijo Alice―. Cualquiera que no fuera yo se habría carbonizado.

―Pero lo usé contigo, así que sí lo es.

Desde más allá de las llamas moribundas, una niña estaba descalza sobre el suelo carbonizado, con una expresión seria en su rostro.

―He visto tus poderes astrales ―continuó la niña.

―Si decidió que sería capaz de sobrevivir a esto, supongo que debería considerarlo un honor. Pero, ¿qué pretende hacer con todos los demás, además de conmigo?

Lord Mask no se veía por ningún lado. Se había interpuesto entre ella y la Fundadora, así que no había tenido tiempo de protegerlo con un muro de hielo.

…Cualquier persona envuelta en esas llamas no dejaría ningún rastro.

…Incluso Lord Mask.

Alice tuvo una premonición repentina.

―Fundadora, el hombre que estaba allí era uno de sus bisnietos. Y usted…

―Un mago de puerta astral sólo necesita teletransportarse antes de la explosión.

Así que era eso.

Alice chasqueó la lengua ante el inesperado giro de los acontecimientos. Aunque ambos habrían sido pasto de las llamas si hubieran reaccionado un segundo más tarde, al final, tanto ella como Lord Mask sobrevivieron por muy poco. Pero eso no era más que pura suerte.

Y la Fundadora llamaba a eso ser caritativa, como la antigua tirana que era.

―…

Alice miró de nuevo a su alrededor. El antaño abundante pozo del lago se había evaporado, y ahora estaba de pie en un agujero subterráneo vacío.

Alice y la Fundadora. Las dos magas estaban iluminadas por la tenue luz del lecho de roca. Probablemente había un vórtice bajo ellas. La luz astral se había filtrado en los minerales y brillaban como joyas.

―Fundadora ―Miró fijamente a la chica envuelta en una capa desgastada―. Lo diré tantas veces como sea necesario. Va a quemar el Imperio hasta los cimientos, ¿no es así? ¿Sin importar el daño que haga a la Soberanía y a las ciudades neutrales?

―No pienso responder a eso de nuevo.

―Sí. ¡Pero seguiré preguntando todas las veces que haga falta!

Señaló a la niña, a la prueba viviente de su persecución un siglo antes.

―No le pediré que reprima su ira. Pero si la desata, no será usted quien salga herida. ¡Serán todos los más débiles que usted!

―…

―¡Sus viejos valores no tienen cabida con la gente que vive en los tiempos modernos!

―Entonces, así es como respondo.

La Fundadora Nebulis levantó su mano derecha, con la palma hacia el suelo.

―¿Sabe usted cuánta sangre, cuántas lágrimas hemos derramado para crear la Soberanía? No sabe nada de su historia. Simplemente nació en la realeza, así que ¿qué clase de mundo aspira a construir?

―Tsk… Esas son bellas palabras viniendo de ti. ¿Qué sabes de la paz si nunca has experimentado la época de la desesperación?

El suelo se elevó. Cuatro agujas negras como la obsidiana se alzaban alrededor de Alice.

―¡¿Qué?! ¿Qué es esto…?

―Encierra.

La Fundadora chasqueó los dedos.

La luz negra se extendió desde las cuatro agujas y envolvió a Alice por todas partes.

Readvent Barrier-Planet’s Nucleus.

Sizzle…

―¡Ay!

En el momento en que Alice tocó la barrera negra con la punta del dedo, aparecieron chispas. No pudo evitar gritar cuando le abrasó la piel.

―Este es el final ―oyó decir a la Fundadora.

―No me subestime. No sé qué es esta barrera, pero no piense que puede mantenerme encerrada detrás de una cortina.

Alice creó una daga de hielo en su mano derecha para cortar la cortina. Comenzó a cortar la barrera negra que la rodeaba con la hoja. Y funcionó. Pero entonces la hoja de hielo se desintegró.

—….. ¿Huh?

La daga no se había roto, sino que los cristales de hielo hechos con su poder astral se desmoronaron y se vaporizaron hasta quedar en la nada. ¿Se debió al alto calor?

No. Si ese fuera el caso, se habría derretido. Era como si algo hubiera corroído el propio poder astral.

―Es una jaula que sella el poder astral ―oyó decir a la Fundadora desde el exterior de la barrera.

Alice no podía ver a la Fundadora debido a la cortina oscura, pero era obvio a quién se dirigía.

―La roca negra acumula energía astral. Absorbe cualquier tipo de poder astral, así que una vez que un mago es rodeado, queda sin poder.

―¿Qué acaba de decir  ?

La cúpula de luz negra. Las agujas de ébano debían ser la fuente de la barrera. Entonces, ¿estaban hechas de piedra que podía almacenar energía astral?

―Hace un siglo, en el Imperio, no teníamos sus adhesivos para ocultar nuestras crestas astrales. Así que creamos barreras para ocultarnos. Pero también puedes pensar en ellas como jaulas para contener a los magos astrales.

―¿Esto es  una jaula?

El concepto no era desconocido para Alice. Por ejemplo, los adhesivos que los magos usaban para cubrir sus crestas astrales estaban hechos de algo llamado Nebula, una sustancia que neutralizaba la energía astral.

…Pero esto está en un nivel completamente diferente.

…Puede absorber cualquier energía astral, sin importar lo poderosa que sea…

En otras palabras, era la prisión anuladora definitiva. Cualquier mago que estuviera rodeado por ella nunca podría escapar. Ella había quedado atrapada. No podía creer que la maga más antigua y fuerte utilizara medios tan poco limpios.

―¡Cobarde! ¡Déjeme salir!

―Qué desagradable ―Podía sentir la mirada despectiva de la Fundadora desde el otro lado de la cortina―. No te muevas. Espera hasta el momento en que convierta el Imperio en un mar de llamas.

―…!

―Eres inútil sin tu poder astral. Alguien como tú nunca podría cambiar el mundo.

Antes de que Alice pudiera emitir un sonido, el lugar en el que se encontraba quedó sumido en una completa oscuridad.