Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Al atravesar el muro que rodeaba el centro del Inframundo, los estudiantes se encontraron con otro bosque. Después de caminar por él durante un tiempo, de repente se convirtió en lo que sólo podía describirse como un vacío: el agujero en el centro del Inframundo.

Mirando de cerca, estaba claro que el agujero no era un círculo perfecto, sino que en realidad era una compleja red de acantilados. Adivinaron que su tamaño era de veinte kilómetros de ancho, pero el extremo más lejano estaba demasiado lejos para que pudieran distinguirlo.

Cuando el sol comenzó a ponerse, decidieron descansar. Aunque el sexto nivel del Inframundo tenía su propio sol con su propio ciclo de día y noche, parecía ser un patrón considerablemente más rápido que el de la superficie. El grupo aún tenía energía para continuar, pero finalmente decidió que era demasiado peligroso con la limitada visión que tendrían en la oscuridad.

Volviendo al centro del bosque, establecieron un campamento base. El Carpintero de su grupo despejó una sección de árboles y montó una fortaleza. Después de explorar la zona para asegurarse de que era segura, pasaron la noche.

Dentro de la fortaleza había un único comedor, donde los candidatos a Sabio podían reunirse por la noche para un festín. Las mesas estaban cubiertas de lujosas comidas, preparadas por las chicas de la clase que eran expertas en la cocina. Los ingredientes procedían de los suministros almacenados en las numerosas bases que habían establecido por todo el Inframundo.

“¿Debemos realmente festejar así?”

“¿Por qué no?” Romiko respondió a Tomochika.

“Bueno, hasta ahora ha sido fácil, supongo”, observó Jiyuna Shijou.

Los tres estaban sentados en una de las mesas. Habían llegado al borde del sexto nivel sin problemas, y llegarían al séptimo al día siguiente. Al principio, los paisajes desconocidos habían sido algo desconcertantes, pero ya se habían acostumbrado a ellos.

El ambiente en el comedor era muy relajado. A estas alturas, las chicas superaban con creces a los chicos de la clase, por lo que los estudiantes varones empezaban a sentirse un poco incómodos.

“¿No deberíamos establecer algún tipo de vigilancia? Estamos justo en medio del territorio enemigo, ¿no es así?”

“De camino a la capital, nos turnamos para vigilar. Pero ahora Arima se ha hecho lo suficientemente fuerte como para saber todo lo que ocurre a nuestro alrededor”.

Osamu Arima. Él era el que tenía la clase de carpintero. Al principio, lo mejor que podía hacer era una pequeña choza, pero ahora era capaz de construir una fortaleza como ésta con facilidad. Además, un Carpintero sabía todo lo que ocurría dentro de las estructuras que construía. Esa habilidad llegaba hasta la valla que se colocaba alrededor de la propia fortaleza. En resumen, era capaz de vigilar toda la zona desde dentro.

“¿Eh? ¿No es eso un problema? Quiero decir, por eso los nobles de Eroge fueron rechazados, ¿no?” Si hubiera podido ver lo que ocurría dentro de las habitaciones de todos, Tomochika habría esperado que mucha gente se quejara.

“Arima es bastante popular, así que eso nunca fue un problema”, respondió Jiyuna. “Y él mismo sugirió que se le aplicara la habilidad del Juramento de Akino, así que tal vez esa honestidad sea el secreto de su popularidad”.

Los Nobles Eroge habían aceptado el Juramento de Akino a regañadientes, pero si Arima se había ofrecido como voluntario, eso era diferente.

“Es realmente demasiado, ¿no?”

“Quiere ser arquitecto, es bueno en la escuela, tiene la apariencia y además es un caballero. No es de extrañar que sea popular. ¿No te gustan los chicos así, Tomochika?”

“No es que no me gusten, pero…” Mientras pensaba en ello, se dio cuenta de que nunca había mirado a los chicos de su clase de esa manera.

“Te gustan más los chicos como Takatou, ¿no?” Preguntó Romiko.

“¡¿Por qué lo mencionas así?!”

“Vosotros dos siempre estáis juntos; sería raro no darse cuenta”.

“No es así – espera, ¿dónde está Takatou?” Tomochika se giró inconscientemente para buscarlo, momento en el que se dio cuenta de que no estaba en el comedor.

“Huh, se ha ido totalmente”, comentó Romiko, mirando también a su alrededor. El comedor no era lo suficientemente grande como para perder a alguien en él, así que debía haber salido. “Bueno, es un poco solitario, así que tal vez toda la fiesta fue demasiado para él”.

“Eso es un poco mezquino”, bromeó Tomochika, aunque en realidad no pudo evitar estar de acuerdo.

◇ ◇ ◇

Sentado en medio del bosque, Yogiri estudió la fortaleza de piedra a la luz de la luna. La luna del Inframundo era bastante brillante, por lo que era fácil ver los alrededores incluso de noche.

Su Carpintero había construido la fortaleza. Despejando una sección del bosque, había sacado bloque tras bloque, armando una enorme estructura en poco tiempo, como si se tratara de una especie de videojuego.

Las voces alegres salían ahora del edificio. Los demás estaban comiendo, pero Yogiri había terminado rápidamente y se había ido inmediatamente después. No pudo evitar sentir que este lugar se parecía un poco a las instalaciones donde había crecido. Aunque estaba muy por debajo de la tierra, nunca lo sabrías al mirar a tu alrededor. Su casa, también, había estado en medio de un bosque bajo tierra, así que sintió que la configuración era similar. Y desde esa perspectiva, este Dios Oscuro no era tan diferente de cómo había sido el propio Yogiri.

No había mucha razón para que saliera al exterior. Sólo que le costaba relajarse en un lugar lleno de gente. Sin embargo, no tenía nada que hacer ahí fuera, así que sacó su consola y se puso a jugar.

Por el momento, estaba cazando monstruos en el juego para recoger materiales. Ya había terminado las misiones en solitario, así que lo único que le quedaba era probar las del modo multijugador. Era posible superar las misiones de mayor nivel en solitario, y para un jugador experto, incluso serían fáciles. Pero Yogiri no era tan bueno en el juego. Intentar hacerlo por sí mismo le parecía más problemático de lo que merecía la pena. Su deseo de volver a casa empezaba a crecer.

Mientras Yogiri volvía a devanarse los sesos, con la esperanza de pensar en una forma de volver, David salió de la fortaleza. Caminó inestablemente hacia donde estaba sentado Yogiri. Mientras Yogiri se quedaba mirando, preguntándose qué quería, David pasó por delante de él, sin siquiera encontrar su mirada.

“¿Estás borracho?”

No hubo respuesta. El vicecapitán continuó adentrándose en el bosque a trompicones.

Sintiendo que algo andaba mal, Yogiri no podía dejarle vagar solo, así que se levantó y le siguió. A medida que aumentaba su preocupación, salieron del bosque y llegaron a un acantilado que daba al foso en el centro del Inframundo.

Consciente del peligro, Yogiri trató de agarrar a David por el hombro, pero el joven se lo quitó de encima con facilidad y siguió su camino vacilante hacia el acantilado. Aunque no tenía ni idea de por qué, no era difícil adivinar lo que estaba a punto de suceder. David iba a caer directamente al precipicio.

Yogiri sintió de repente la presencia de la muerte. No estaba del todo claro, pero había una bruma negra y borrosa en el camino de David. No representaba específicamente un peligro para la vida de David, sino que mostraba que si Yogiri lo seguía, él mismo estaría en peligro. Aun así, corrió hasta el lado de David. Agarrándolo por la cintura, lo tiró al suelo, derribándolo fácilmente como si el hombre no pudiera defenderse en absoluto.

Yogiri se enderezó y miró la cara de David. “¿Hola? ¿Hay alguien ahí? No lo parece”.

Los ojos de David estaban vacíos. No sólo no miraba a Yogiri, sino que no parecía ser consciente de nada en absoluto.

“Realmente debería haber aprendido de Dannoura a llevar a las personas…”

Para alguien que no estaba acostumbrado, llevar a un adulto inconsciente no era fácil. Refunfuñando, agarró a David por los pies y empezó a arrastrarlo hacia la fortaleza. El vicecapitán se haría algunos rasguños, pero era mejor que dejarlo allí.

Mientras Yogiri forcejeaba, oyó un sonido de crujido, como si algo se rompiera. La bruma negra que lo rodeaba se hizo más espesa, lo que indicaba un pronóstico de muerte más fuerte. El cambio fue tan repentino y dramático que no le dio tiempo a responder.

El suelo rocoso bajo ellos se desmoronó bruscamente, haciéndoles caer al abismo que había debajo.

◇ ◇ ◇

Haruto miró por la ventana del comedor. Nadie más parecía darse cuenta, pero había un búho en uno de los árboles cercanos. El búho estaba siendo utilizado por él, y verlo allí era una señal de éxito. La clase de Consultoría no tenía forma de controlar el estado de Yogiri en tiempo real, así que eran necesarios otros métodos.

“¿Qué pasa, Haruto? Pareces contento por algo”. Sentada frente a él estaba Yui Ootani, y ante su comentario se dio cuenta de que una pequeña sonrisa se había dibujado en su rostro.

“¿Ah, sí?” La fiesta se había vuelto bastante enérgica, así que el hecho de que pareciera que se estaba divirtiendo no estaba fuera de lugar.

Una coincidencia sobre una coincidencia, esto difícilmente podía llamarse “planeado”. Después de todo, nunca había esperado tener éxito. Todo se había puesto en marcha bajo la premisa de que iba a fracasar. La premisa era sencilla; tenía que hacer que Yogiri se adentrara voluntariamente en el peligro. En ese caso, no importaría que el peligro fuera detectado de antemano.

Entonces, ¿cómo podía conseguirlo? Una vez más, la respuesta era sencilla: apelar a las emociones del otro. Aunque Yogiri no parecía involucrarse mucho con los demás, tampoco se aislaba activamente. Si alguien cercano a él estaba en peligro, era probable que lo ayudara sin importar el riesgo. Un plan basado en esa idea era utilizar a David como cebo. Tomochika Dannoura era mucho más cercana a Yogiri, pero eso presentaba sus propias dificultades. No solía ponerse en posiciones vulnerables a menudo, y Yogiri probablemente esperaba que fuera el objetivo. En resumen, ir a por Tomochika podría ser visto como algo bastante cercano a atacar a Yogiri personalmente.

La siguiente idea era utilizar a Ryouko Ninomiya o a Carol S Lane, a las que se había acercado recientemente. Sin embargo, sus habilidades de combate eran extremadamente útiles, por lo que sacrificar a una de ellas era difícil de justificar. Además, todos los candidatos a Sabio estaban fortalecidos por el Don. Cabía la posibilidad de que las drogas o las maldiciones ni siquiera funcionaran con ellos.

Teniendo esto en cuenta, David parecía la forma más ideal de entrar. Él y Yogiri estaban razonablemente unidos, y aunque formaba parte de la familia real, no estaba ni de lejos al nivel de los estudiantes. Y lo más importante, Yogiri no esperaría que nadie fuera a por él.

Usando una droga que había adquirido en la capital, Haruto había hipnotizado efectivamente a David para que caminara hacia el acantilado. El propio acantilado ya había sido comprometido, haciendo probable un colapso. Todo el plan se basaba en la aparente debilidad de Yogiri a ser movido contra su voluntad. Si Haruto hubiera tendido una trampa para disparar una flecha o dejar caer una gran roca sobre él, no habría funcionado. Simplemente habría matado la amenaza. Pero, ¿y si un acantilado se derrumbara inesperadamente bajo él? Si era él quien caía, no había nada que pudiera apuntar para detener la caída.

Yogiri había sido traído a este mundo contra su voluntad, al igual que el resto. No parecía tener forma de evitar esas cosas. Dicho esto, el éxito del plan de Haruto seguía dependiendo totalmente de la suerte.

Durante la fiesta, a Yogiri le pareció que el ambiente era demasiado insoportable y se fue por su cuenta.

Haruto pudo manipular a David con bastante facilidad.

David se dirigió hacia el acantilado comprometido.

Yogiri se dio cuenta de que David se dirigía al borde del acantilado.

Yogiri lo detuvo antes de que pudiera caer.

Con los dos en el acantilado, éste se derrumbó bajo su peso.

Ninguna de esas cosas estaba garantizada. Un pequeño cambio podría haber arruinado todo el plan. Pero la incertidumbre era intencionada. Cuanto más seguro fuera el resultado, mayor sería la posibilidad de que Yogiri lo notara. Después de plantear el escenario a grandes rasgos, lo único que podía hacer Haruto era dejarlo en manos del destino. Por lo tanto, no habría intención de matar, sino una serie de coincidencias que lo llevarían a la muerte.

Miró a Yui. “Todo va bien. No ha habido ninguna dificultad real para llegar hasta aquí, ¿verdad?”

“Sí, y mañana también debería ir bien”, respondió Yui, haciéndose eco de su opinión.

“No lo sabremos hasta que veamos el séptimo nivel, pero estoy seguro de que nuestro poder combinado será más que suficiente”.

“El hecho de que hayas llegado a este punto sin ninguna dificultad real es un poco problemático, ¿no?”

Una voz atravesó los sonidos de la fiesta a su alrededor. Tenía tal encanto que uno no podía evitar ser atraído por ella, sin dejar espacio para que las palabras no fueran escuchadas. En algún momento, una mujer vestida de blanco había aparecido en medio del comedor: la Sabia, Sion.

La mayoría de la clase no la había visto desde su encuentro inicial en el autobús, por lo que era la última persona que cualquiera de ellos esperaba encontrarse. El ruido en la sala cesó inmediatamente cuando todos dirigieron su atención hacia ella.

“¿Hay algo que podamos hacer por ti? Si se trata de nuestra última conversación, creo que todo ha ido según lo previsto”. Haruto supuso que ella estaba allí para confirmar que Yogiri había sido eliminado. Su plan acababa de tener éxito, así que tenía sentido que ella apareciera.

“Ah, sí, por favor, continúe con eso”, respondió Sion. “Aunque esta vez se trata de otra cosa. Como he dicho, parece que esta prueba ha sido demasiado fácil para todos vosotros. Hay muchas posibilidades de que, aunque derrotéis al Dios Oscuro, no nazca un Sabio de entre vuestro grupo.”

“¡Espera un segundo! Eso no es lo que dijiste antes!” gritó Yazaki. “¡Pensé que si lográbamos esta hazaña, seríamos capaces de convertirnos en Sabios!”

“En absoluto. Sólo pensé que si lograbais alguna gran hazaña, la experiencia os proporcionaría la fuerza suficiente para que uno de vosotros despertara como Sabio. Pero teniendo en cuenta lo fáciles que han sido las cosas para vosotros, no va a ser así. Así que esperaba algún tipo de acontecimiento para despertar… como un oponente que te lleve al límite absoluto, o la muerte de un amigo que te lleve al límite, quizás”.

Una premonición de cosas terribles por venir se instaló en la clase. Hasta ese momento, habían estado disfrutando plenamente, pero las cosas estaban a punto de cambiar.

“Así que pensé que debería hacer que todos ustedes trataran de matarse entre sí. Ya deberíais estar bien acostumbrados a vuestros nuevos poderes, ¿no? ¿Por qué no lucháis entre vosotros hasta que sólo quede uno vivo?”

Toda la clase la miró, estupefacta.

Toda la clase, es decir, excepto una persona. Sin prestar atención a Sion, Ryouko Ninomiya miraba el teléfono inteligente que tenía en sus manos temblorosas. La pantalla parpadeaba con fuerza, mostrando una clara e inconfundible advertencia.

“Espera… ¿por qué el segundo sello…?”, murmuró, la sensación en sus entrañas le decía que estaba presenciando el principio del fin del mundo.

◇ ◇ ◇

Cuando el acantilado cedió bajo ellos, Yogiri y David se precipitaron al abismo. Sin tierra firme a su alrededor, no había nada a lo que Yogiri pudiera agarrarse. Lo único que quedaba era que la gravedad los arrastrara hacia abajo.

Haruto estaba seguro de que, aparte de la capacidad de Yogiri para infligir la muerte y detectar la intención de matar, era por lo demás un humano corriente. Y si caía desde una altura semejante, no podía hacer otra cosa que morir.

Pero los que conocían a Yogiri se habrían preguntado eso. Haruto no era ciertamente la primera persona que ideaba un plan así. Obviamente, otros habrían intentado escenarios similares en el pasado. No había forma de que un intento así tuviera éxito.

Si algo así fuera suficiente para matar a Yogiri, el mundo se habría salvado hace años.