Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Volumen 4

Capítulo 4: Al Ducado De Bardenhawk, Parte II

Parte 3

—Hasta luego — Milia nos despidió con un comentario despreocupado, y nos pusimos en marcha por la sinuosa y accidentada carretera.

Un par de guardias conocidos nos dejaron entrar.

—Lady Leyte podría haberse reunido con nosotros cuando estábamos en el castillo esta mañana para ahorrarnos el viaje de ida y vuelta —refunfuñó Iris

—E s la reina. Seguro que está muy ocupada —respondí.

—Así que ese título no es sólo para mostrar, entonces. Suena bastante agitado…

Los empleados que habían venido conmigo se habían acostumbrado a la vida del castillo. Ya no se sorprendían ni emocionaban con las caras comidas que se servían.

Iris y yo nos dirigimos a la sala de conferencias y tomamos asiento.

Inmediatamente, entraron dos funcionarios con los que ya habíamos hablado varias veces. Uno de ellos era delgado de cara, y el otro era ligeramente regordete. Parecía que Leyte llegaría tarde, así que nos presentamos ante ellos primero.

Tras entregar a los funcionarios el material que Iris y yo habíamos preparado el día anterior, me lancé a dar una explicación.

Sólo les hablé de nuestras operaciones diarias, pero no pude discernir si los hombres entendían algo de eso. No hicieron ningún comentario.

—De momento, estas son nuestras cifras, pero las consultas tienden a aumentar, y creo que deberíamos aumentar nuestra plantilla como respuesta.

Iris y yo estábamos de acuerdo en su punto.

Los documentos crujieron cuando el hombre más regordete tiró los papeles.

—Si aumentamos la plantilla, ¿de dónde salen sus sueldos? ¿Debemos pagarlos nosotros ?.

Iris fue la que respondió. —Por supuesto.

Un ceño fruncido se formó en el rostro del regordete funcionario. —Dijiste que te encargarías de todo, así que te hemos permitido operar sin restricciones.

El hombre de rostro delgado asintió con la cabeza.

—No se habló de contratar a más gente y obligarnos a pagar los gastos generales.

—No podemos deci di r aquí para siempre. Es necesario entrenar para instalar a la gente local que dirigirá el gremio adecuadamente. Y lo mismo se aplica a los aventureros.

Al principio, los dos funcionarios habían estado dispuestos a escuchar y habíamos pensado que sería fácil trabajar con ellos, pero me di cuenta de que había sido un error. No les importaba mucho ayudar con nuestro trabajo. Cada vez que nos reuníamos con ellos, nos ofrecían poca información. Básicamente, no estaban muy interesados.

He observado que sólo se han molestado en saltar la primera o las dos primeras páginas de los documentos que Iris y yo habíamos proporcionado.

—Aunque sois invitados de estado de Felind, hay cosas que no están permitidas —afirmó el hombre regordete.

Sus ojos y los de su socio casi decían: —¿ Por qué nos metes en esto?

Los dos hombres se mostraron obviamente desinteresados, lo que llevó a Iris a decir con frustración: —¡Si no formáis personal para sentar las bases, el Reino de Felind dirigirá vuestro gremio indefinidamente!

Iris y yo habíamos trabajado sin descanso desde que llegamos. Milia, tan considerada como ella, también estaba trabajando sin parar. Sin embargo, ese hecho no conmovió a la pareja de funcionarios. Evidentemente, no significaba nada para ellos.

—Preparar a los empleados lleva tiempo, así que hay que empezar cuanto antes — Pude ver que Iris se estaba agitando más a medida que hablaba.

Suponía que estos hombres no querían responsabilizarse de un sistema de trabajos extraños desarrollado por otra nación… Tal vez pensaron que el deber no implicaría ningún trabajo. El par de funcionarios del gobierno de Bardenhawk estaban en sus asientos, pero no estaban en la mesa.

—Aunque le permitamos contratar más ayuda… nuestro país no tiene los recursos necesarios para crear un presupuesto adecuado —argumentó el regordete.

—Es probable que no te hayas enterado, pero la reina ha declarado que está reuniendo un parlamento, y el país está sumido en el caos —añadió el funcionario de rostro delgado.

Todos ellos nos llamaron directamente molestos y admitieron que sólo asistían a las reuniones informativas porque tenían que hacerlo.

—¿Qué debemos informar a la reina?

—¿Que esto es tomar más dinero? No es que lo vea con buenos ojos. Incluso nosotros tenemos que apretar las tuercas al asignar los presupuestos.

—Como he dicho, los sueldos… —Iris estaba ahora de pie, y parecía estar a punto de salir volando hacia un polígono, así que la obligué a sentarse de nuevo. —¡Ah! ¿Qué crees que estás haciendo?

—Tenías el ceño fruncido. Eso estropea tu bonita cara.

—Guh…

Su irritación era razonable, pero ese tono era poco adecuado para la negociación. Mientras se frotaba las comisuras de los ojos a mi lado, le expliqué las cosas en su lugar.

—No se necesitarán fondos adicionales. El propio gremio generará los ingresos necesarios.

—Hmph. Es más fácil decirlo que hacerlo.

—Así es. ¿A cuántas personas piensas emplear? Piensa en lo que costaría reemplazar a todos los trabajadores de Lahti…

Hojeé los documentos que tenía en mis manos y se los presenté a los funcionarios.

—Aquí están las proyecciones actuales de lo que creemos que hará el gremio en un mes, por trimestre y en medio año. Está todo detallado en los papeles que tiraste.

—…Tsk.

Los dos leyeron los formularios que les puse en la cara.

—Esta es la cantidad después de restar los gastos generales. Ahora mismo, hay siete empleados cedidos por Felind. Aunque tenga once personas propias, habrá suficiente beneficio para mantenerlas porque el número de solicitudes sigue en aumento.

Toda su perorata sobre la imposibilidad de hacer cosas a causa del dinero había sido probablemente una fachada. Los funcionarios más importantes estaban trabajando en la creación del parlamento.

—Somos simplemente personas enviadas por Felind, pero ustedes son los responsables del gremio. ¿Lo entendéis? —A pesar de mis palabras, parecía que no lo entendían—. Consideren esto… Si el gremio tiene éxito, entonces ustedes dos se llevarán el crédito. Felind ayudó, pero vuestros nombres son los que se asociarán a este proyecto en el futuro.

Eso provocó una reacción en ellos. Lo único que les importaba a este par eran ellos mismos. Después de darme cuenta de eso, decidí presionar mi ataque.

Suspirando, dije: —Es una pena. Supongo que lo único que se puede hacer es hablar con la reina Leyte para que cambie la dirección del proyecto.

—N-ahora sólo espera ahí.

—S-sí. No hay necesidad de ser tan apresurado…

Iris se encogió de hombros como si se hubiera rendido.

—Entonces, ¿trabajarás con nosotros? —Pregunté.

—Por supuesto —asintieron los funcionarios con expresiones de entusiasmo.

Fue como la noche y el día comparado con el inicio de la reunión. Iris y yo intercambiamos sonrisas tensas.

—Estos son unos buenos materiales .

—Todo lo que hicimos fue reunir los números objetivos.

—Ayuda mucho contar con gente tan competente.

—Con esto, deberíamos poder descansar un poco.

—Bien.

Iris y yo chocamos los cinco por debajo de la mesa.

Parecía que en Bardenhawk había mucha gente a la que no le gustaba hacerse cargo de su trabajo. Afortunadamente, ahora que los funcionarios estaban motivados, actuaron a partir de nuestra propuesta de contratar más personal. Una semana después había casi veinte solicitudes para dos puestos vacantes.

Si aceptáramos a mucha gente al principio, las cosas se nos irían de las manos, así que decidimos que lo mejor era formar sólo a unos pocos al principio y reclutar a más después.

—Podrías hacerlo, Roland, pero puedes hacer casi todo, ¿no? Así que me gustaría que te encargaras del trabajo normal en lugar de enseñar a la gente nueva.

Según Iris, Milia estaba supervisando las recientes contrataciones.

Aunque la dirección del gremio estaba ocupada, todo se desarrolló sin problemas.

—¿A qué has venido hoy?

Un hombre que parecía un aventurero, pero que no era uno de los que yo reconocía, se había acercado. Le pedí su tarjeta de gremio.

Era un aventurero de rango A. Eso me confundió, ya que no conocía a ningún aventurero de la banda de Roland con ese nivel, aparte de Dey.

—Soy originario de Bardenhawk —explicó—. Me enteré de la creación del gremio aquí.

—Ya veo. Así que eso es lo que te trajo aquí.

—Después de que el ejército del Señor Demonio destruyera el ducado, pensé que no volvería a pisar mi tierra natal… Ahora están reconstruyendo y quiero ayudar.

—¿Estás aquí para ayudar a tu patria? La verdad es que no tenemos muchos aventureros de alto rango como tú, y eso nos ha dado algunos problemas. Tu ayuda es muy bienvenida.

—¡Gracias, señor!

Detrás del hombre, vi a otros tres miembros de su grupo.

Todos ellos habían nacido en Bardenhawk y habían llegado con el rango A.

—Me temo que no podremos ofrecer el tipo de pago que recibiríais en un gremio de aventureros de Felind… —les dije. A continuación, presenté al grupo tres talones de misión de cacería .

Uno era para eliminar a un monstruo formidable, el siguiente era una bestia mágica difícil, y el tercero un enjambre de criaturas. Cada trabajo era de rango A.

Las recompensas eran aproximadamente un tercio de lo que habrían sido en Felind. Yo mismo había hecho la investigación en el lugar de los hechos para estas misiones, así que les expliqué a los hombres en qué debían fijarse.

El aventurero de rango A parecía imperturbable.

—El pago no debería ser un problema. ¿Verdad, chicos? ¿Están de acuerdo con esto?

—Sí. En realidad, la recompensa me parece más alta.

—¿Eres un idiota? Es barato. Pero, bueno, no hemos venido aquí por el dinero.

—Estoy de acuerdo. Si buscáramos riquezas, no habríamos pasado una semana viajando hasta aquí.

Cada uno dio su opinión por turno.

—…Así que ahí lo tienen. Por favor, déjenos esto a nosotros, señor.

—Gracias. Espero sus resultados —dije.

—Usted no es de la capital, ¿verdad, señor? —me preguntó uno de los hombres.

—Yo no —respondí—. Normalmente trabajo en la sucursal de Lahti.

—Eso lo explica.

Todo el grupo asintió, con cara de satisfacción.

—Es usted muy cortés, señor.

—Así es como me comporto normalmente —respondí.

—Estaríamos en apuros si metiéramos la pata después de toda la información que nos diste. Pondría en duda nuestros rangos.

—Ja, ja, ja. Supongo que sí —rió el aventurero de rango A, mientras yo me quedaba sin respuesta—. En cualquier caso, he luchado muchas veces contra este tipo de enemigos, así que estoy seguro de que nos irá bien. Si trabajaras en Finlan, estoy seguro de que te convertirías en un trabajador del gremio muy popular.

—Oh, no estoy tan seguro de eso —dije.

—Si alguna vez te asignaran allí, iría a trabajar contigo.

El aventurero de rango A se rió y asintió antes de marcharse con sus compañeros.

Siempre había pensado que los aventureros sólo tomaban decisiones en función del trabajo que implicaba la misión y la paga. Dado que arriesgaban sus vidas por el trabajo, eso parecía obvio. Hasta hoy, nunca había pensado que existieran hombres como este rango A. Eran algo así como guerreros de la lealtad y el patriotismo.

—Qué ironía. Cualquiera puede ser un aventurero, y sin embargo son más caballerosos que los verdaderos caballeros.

Esperaba que volvieran a casa sanos y salvos.

Mientras archivaba sus aceptaciones de misión, oí una voz ronca que decía: —¡Jefe!.

Neal se había apresurado a acercarse ruidosamente y ahora estaba sentado frente a mí.

Sin apartar la vista de los documentos, pregunté: —¿Esto es por lo de antes?.

—Sí, había una adivina con clarividencia o lo que sea. Pensé que podrían encajar en lo que estás buscando.

—Mm-hmm. C larividencia…

Un idiota con una habilidad del mismo nombre me había chantajeado una vez. Me pregunté si era la misma habilidad.

—He estado buscándolos por toda Izaria esta semana, y creo que esta persona es la más cercana que tenemos. No se ha sabido de nadie más que posea algo como Valoración o Detección de Habilidades.

El gremio buscaba personas con habilidades especiales que les permitieran ver las habilidades de los demás. Le había pedido a Neal que reuniera información para mí.

—¿Es así? Muchas gracias —respondí.

—Realmente necesitamos a alguien… Se necesita tiempo para enviar a cada persona a Felind sólo para reunirse con alguien que tenga Valoración.

—Sí. Y aunque hagan el examen de aventurero, si no sabemos qué habilidad tienen, será difícil juzgarlos.

Por desgracia, Bardenhawk no tenía tradición de que la gente descubriera sus habilidades.

Aproximadamente la mitad de la población utilizaba sus habilidades sin darse cuenta de lo que hacía. La otra mitad no las usaba y estaba a oscuras.

Esto me había impedido encontrar alguno con las habilidades de Tasación o Detección de Habilidades.

Conocer su propia habilidad tuvo un gran impacto en la batalla.

Supuestamente, las habilidades se desarrollaban alrededor de los diez años, y dado que la gente de Felind y Bardenhawk no era muy diferente, lo mismo sería probablemente cierto para la gente de este país.

—¿Podría decirme dónde está esa adivina ? Iré a verla yo mismo —dije.

—Entonces, si puedo ser tan audaz, yo, Neal, me gustaría acompañarte…

—No, por favor, haz más misiones. Tenemos muchas de bajo rango.

—…De acuerdo.

Tomé la nota que Neal había anotado apresuradamente.

No había aventureros ni aspirantes esperando, así que le dije a Iris que iba a salir y abandoné el gremio.

La ubicación que Neal había anotado no estaba lejos, todavía estaba dentro de las murallas de la capital.

En los barrios más pobres, había muchas casas abandonadas cuyos únicos visitantes eran los ladrones ocasionales. Las cicatrices de la guerra permanecían en forma de viviendas incendiadas y abandonadas a su suerte.

Me detuve frente a una vieja casa de una sola planta y llamé tres veces a su puerta.

Si la información de Neal era correcta, entonces una adivina llamada Betty vivía aquí.

—Hola. ¿Está la Señora Betty? —Llamé.

Oí el sonido de unos pasos. Un momento después, la puerta se abrió de golpe.

—¿Qué quieres? Viniendo aquí de madrugada… —Una mujer todavía en ropa interior estaba en la entrada. Aunque no podía tener más de treinta años, era bastante inarticulada y olía a alcohol.

—Es más de mediodía —le dije. —¿Es usted la Señora Betty?

—¿Ngh? ¿Qué te importa si lo soy? …¡¿Eh?!

Cuando me vio, Betty abrió mucho los ojos y cerró la puerta de golpe.

—¿Um? ¿Estás bien?

—Yo no soy… ¡¿Un hombre?! Pero estoy prácticamente desnud a …

—No pasa nada. No le di importancia en absoluto y no me molestó.

—Bueno, eso es hiriente de una manera diferente… En realidad, es un poco grosero.

—Me gustaría que me dijeras mi fortuna.

—…Oh, así que eres un cliente…

Oí algunos susurros, luego un alboroto y después el silencio.

—Muy bien. Entra.

A su invitación, entré.

El lugar era viejo y pequeño. Era básicamente una morada de una sola habitación. Las esquinas de la habitación estaban llenas de botellas de licor.

Betty estaba de pie y bien vestida… y completamente vestida.

—No tengo un lugar para que te sientes, así que por favor toma la cama…

—Gracias.

Cuando me senté, el marco crujió siniestramente.

Betty jugaba con su pelo, retorciéndolo mientras se negaba a mirar.

—He oído que eres capaz de adivinar la suerte —comenté.

—Sí… sí… puedo. Por veinte mil. Lo haré por veinte mil halcones.

—Lo siento. Todo lo que tengo son rins.

—Entonces, eso servirá.

Había muchos tipos de fortunas. Incluso existía la posibilidad de que su lectura no revelara nada relacionado con las habilidades.

Saqué dos billetes de mi cartera y los puse sobre la mesa. Al ver su pago, Betty se puso inmediatamente a trabajar.

—Tengo un poder interesante… Podrías llamarlo una habilidad, supongo. Acabo de usarlo, y puedo saber lo que eres…

Si ella sabía quién era yo, entonces no tenía sentido seguir fingiendo.

—¿Tu “habilidad” te dice qué habilidad tengo? —pregunté.

—Qué poder tan miserable tienes… —respondió Betty con un resoplido. Se limpió las comisuras de los ojos con las manos.

—¿Suficiente para llorar? —Pregunté.

La mujer asintió de inmediato.

—¿Ya que no hay una forma real de usarlo?

—No. No es eso lo que quiero decir —aclaró—. No es eso lo que estoy diciendo en absoluto. Puedo ver los recuerdos de tu habilidad… de la tremenda cantidad de tiempo y esfuerzo que dedicas a ello. También soy consciente de tus diversas ‘hazañas’.

—…te agradecería que te los guardaras para ti.

—Por supuesto. No hablo a los demás de mis clientes. Sabiendo quién eres, estaría en serios problemas si lo hiciera.

—Así es —respondí.

Pasamos un rato en silencio hasta que Betty volvió a hablar.

—Parece que tu habilidad fue robada una vez.

—¿Qué? ¿Fue?

—Oh, ¿me he equivocado?

—No creo que haya ocurrido nada parecido…

—Ya veo. Entonces, por favor, ignora eso. De todos modos, he adivinado que tu poder dificulta que los demás se fijen en ti.

—…

¿L a habían robado? Betty tenía que estar equivocada. Eso me molestó, pero si ella podía decir esto, era más que suficiente.

—Los aspirantes a aventureros se cruzarán ocasionalmente en tu camino. Cuando lo hagan, ¿podrías usar tu habilidad para determinar sus habilidades y decirles cuáles son? —Le pedí.

—Mientras estén dispuestos a pagar…

—Naturalmente, serán compensados.

—Entonces, claro.

—He dejado de asesinar. Lo siento si te he asustado —le dije.

Betty negó con la cabeza. —He visto a cuántos has matado y salvado, así que, por favor, no te preocupes.

—Te he pedido algo sin traer un regalo a cambio. La próxima vez te traeré licor.

—No tienes que hacerlo. Pero ya que te ofreciste, asegúrate de que sea algo bueno —respondió Betty—. Eres bienvenid o cuando quieras.

Se rió en voz baja.

Sentí que se llevaría bien con Rila.

Antes de irme, dije: —Puedes contar con ello.