Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 14

Capítulo 9: Luchemos, Levantémonos, Resistamos

Parte 6

◇   Nephilia

Nephilia había oído que el mago llamado Sataborn era un excéntrico. Nunca había atendido a los poderes políticos ni había servido a ningún individuo en particular, sino que siguió manteniendo su motivación infantil de hacerlo porque quería y hacerlo porque quería hasta su muerte, hasta que al final había muerto en un experimento. Probablemente, en parte, porque sentían que no podían hablar mal de los muertos, pero al hablar de Sataborn, sus conocidos habían parecido en cierto modo envidiosos.

Pero Agri era la excepción. Tuvo que sufrir mucho, teniendo como padre a un hombre que priorizaba la investigación sobre todo lo demás.

Touta Magaoka también era un pariente, pero parecía que no tenía ningún sentimiento particular al respecto, y ciertamente ninguna emoción retorcida como Agri. Parecía el tipo de alumno de primaria que podrías ver en cualquier sitio. Sin embargo, parecía que había heredado el espíritu rebelde. Nephilia recordó cómo Touta le había mostrado desesperadamente sus habilidades de conversación y se rió. Tal vez habría sido un buen heredero si también hubiera tenido talento mágico, pero las cosas no salían tan fácilmente. Agri, que no tenía ninguna intención de ser investigadora, había sido bendecida con talento mágico.

Nephilia pensó que los parientes deberían llevarse bien, pero no parecía que fuera a suceder con esos dos. Agri intentaría utilizar a Touta, y Marguerite no se quedaría de brazos cruzados si eso ocurriera. Podría ser interesante colocar a Shepherdspie entre ellos como un amortiguador para evitar que eso ocurra, y luego hacer rodar el patrimonio de Sataborn o lo que sea entre los tres parientes y ver cómo se forma una bola de nieve.

Nephilia se detuvo. Aun dejando volar las alas de su imaginación y cavilando sin cesar sobre su futuro mientras caminaba, no perdía la concentración. Manteniendo un ojo vigilante a su alrededor —las copas de los árboles y la parte superior incluida— se agachó, evitando las raíces de los árboles que se arrastraban densamente para poner su palma en la tierra.

El suelo temblaba. No por un terremoto. Algo que hacía temblar la tierra estaba ocurriendo en alguna parte. Ella sintió que no estaba muy lejos. Pero si estaba cerca, debería ser capaz de oírlo. A los oídos de Nephilia sólo llegaban los sonidos naturales del bosque a primera hora de la mañana: el zumbido de los insectos que regresaban a sus nidos, el susurro de las hojas, el goteo del rocío matutino y el silbido del viento que pasaba.

¿Se estaba excavando bajo tierra? ¿O alguien estaba silenciando el sonido de una batalla? Fuera lo que fuera, para Agri esto era un hecho irregular. Más sorpresas hacían que las cosas fueran más divertidas, pero cuando se estaba deambulando por la isla con contratos como el de Nephilia ahora mismo, no era el momento de divertirse.

Informar de esto a Agri era más importante que los contratos, así que Nephilia estaba a punto de levantarse de nuevo cuando oyó la rotura de una rama. No era el sonido de una rama que caía por sí sola, sino el de una rama que se rompía bajo un pie. Puso la mano en el suelo. Caminando. Y además, lentamente. Parecía que arrastraban una pierna. ¿Había algún herido?

Combinando la información que habían obtenido de Navi Ru con la que ella tenía ahora, tenía una idea decente de qué había en la isla. Incluso los simples indicios de que alguien había estado en algún lugar eran bastante valiosos. Como todos operaban con cautela, no muchos de ellos se moverían a nuevas posiciones.

Nephilia se levantó y corrió. No iba a dejar que se escaparan. Después de una carrera de diez segundos a través del bosque a la velocidad de una chica mágica, se sumergió en un matorral y salió para encontrar a una chica. Era diferente a la última vez que Nephilia la había visto. No tenía gafas ni bufanda; su uniforme estaba cortado, rasgado y deshilachado aquí y allá; había perdido uno de sus zapatos y caminaba con un calcetín sucio; y utilizaba una rama larga y puntiaguda con el extremo afeitado como una lanza para caminar. Un fluido rojo oscuro marcaba su mejilla, la punta del palo y su falda. Hablaba vívidamente de la intensa lucha que había mantenido.

Clantail —en su forma humana— levantó la lanza hasta la cintura, y una vez que vio que era Nephilia, bajó la punta aliviada. Tenía que estar asustada. Poseía la habilidad de cubrir el miedo con otra cosa, pero aún no había olvidado el miedo.

“¿Dónde están los demás…?” Preguntó la chica.

“Ahora mismo… estamos separados…” Nephilia apoyó su guadaña en un árbol cercano y extendió las manos, mostrando las palmas.

Clantail. Incluso entre los ‘hijos de Cranberry’, el grupo que tenía habilidades de combate y experiencia matando, ella estaba por encima. Como prueba, incluso cuando Keek había reunido a los hijos para volver a examinarlos, Clantail no había sucumbido y había regresado con vida.

El incidente en el que una chica mágica llamada Keek había desafiado al Reino Mágico y luego había sido purgada por la Cazadora de Chicas Mágicas era bastante conocido, pero los detalles del incidente no se habían hecho públicos. Nadie sabía que Clantail se había visto envuelta en él, aparte de los implicados. Nephilia sólo lo sabía porque había sido contratada para investigar a las víctimas durante el incidente. Para averiguar qué había sucedido durante el escándalo de Keek, Nephilia había ido a las casas de los ‘hijos’ — habían tenido muertes comparativamente moderadas al sufrir ataques cardíacos en sus hogares— para acariciar sus cuerpos o sus restos incinerados, remontándose hasta recoger sus voces desde el principio del juego. Aunque había llevado una cantidad increíble de tiempo y esfuerzo, había merecido la pena.

Nephilia también se había interesado personalmente por el incidente. Estaba tan interesada que, para saber si lo que había dicho la chica mágica Pechka era cierto —que las mitades humana y animal de Clantail tenían temperaturas diferentes—, había pedido acariciar el cuerpo de Clantail. Sin embargo, mantuvo el motivo en privado.

“¿Por qué? ¿Por qué se separan todos?” Preguntó la chica.

“El asesino de Maiya… atacó…” “De ninguna manera… ¿Y Ragi…?”

“… Probablemente… está seguro… No… luchemos…” Nephilia sacó un contrato. “Aquí…”

Originalmente se habían hecho para que los magos hicieran contratos con otros magos, pero también debería estar más o menos bien entre dos chicas mágicas. Ya que no era como si estuvieran fuera del conocimiento del Reino Mágico. Pero esto no era común, así que si alguien se enteraba, podría quejarse, pero valía la pena que Clantail se comprometiera en un contrato, aunque significara pasar por esas molestias. Clantail tenía lo que Agri buscaba: dinero.

Llevaba un uniforme escolar sin accesorios. Todo lo que llevaba era parte de su uniforme, y tampoco llevaba maquillaje. No parecía que llevara una vida lujosa y, de hecho, daba la sensación de ser escrupulosa, con los pies en el suelo. No parecía que hubiera tirado todo el dinero que había ganado en el reexamen de Keek.

Nephilia recordó las últimas palabras de Nokko, la chica mágica a la que le habían hecho interpretar el papel de Rey Malvado. Había deseado que el premio se dividiera en partes iguales antes de suicidarse. Cuando Nephilia había tocado el cuerpo de aquella niña que se había enfriado, ¿la ira que sintió entonces había sido una justa indignación? Tuvo la emotiva idea de que tal vez la magia de Nokko había mantenido sus efectos incluso después de su muerte, y eso puso una sonrisa tensa en su rostro.

Clantail había ganado una gran suma de dinero. Si no lo hubiera malgastado, tendría una cuenta de ahorros demasiado grande para su edad, o bienes personales, o propiedades inmobiliarias.

Nephilia explicó el contrato con una especie de sinceridad propia. El hecho de ser una chica mágica cambió su sentido del tiempo, en comparación con cuando era humana, y la hizo tratar de hablar más rápido, por lo que más a menudo tartamudeaba o se quedaba ronca. Tartamudeaba de una manera que era difícil de escuchar. Mejoraría un poco si se concentrara y tratara de mover la lengua con precisión, pero ahora estaba impaciente. Mientras contenía su tendencia a correr sin parar, se esforzaba al máximo por hablar. Pero cuanto más avanzaba, la expresión de la chica se volvía más severa y su cautela se convertía en hostilidad.

En su mente, Nephilia cerró los ojos y miró al cielo. Lo que Agri intentaba hacer, lo que quería hacer, su sentido de los valores, no era compatible con la gente buena. Touta y esta chica podrían verla como una persona dura para negociar, pero no la verían como una aliada fiable. Era triste, pero no había nada que hacer al respecto. Intentar asegurarse un beneficio incluso cuando era peligroso haría que la gente te odiara inevitablemente. Eso era lo mismo en cualquier mundo. Nephilia terminó su explicación en su mayor parte y esperó la respuesta de la chica.

A diferencia de Touta, no se tomó tiempo para responder, y tampoco exigió un extra. Sólo preguntó: “¿Sabes dónde está Ragi?”

“No…” Nephilia se masajeó el hombro con la mano derecha. Aunque estaba impresionada de que la chica fuera tan dedicada como para preocuparse por su empleador a estas alturas, Nephilia se dio cuenta de que esto no le gustaba. Tal vez su respuesta a la pregunta de si Ragi estaba a salvo salió un poco apagada. “Más importante…”

“Lo entiendo.”

Si eso se decidiera, eso agilizaría las cosas.

Cuando Nephilia propuso el intercambio de treinta millones de yenes en efectivo por diez frutas grises, la chica aceptó fácilmente. Nephilia consideró que era un cobro excesivo y había supuesto que negociarían para bajar el precio, pero parecía que la otra parte no tenía tales intenciones. Nephilia hizo una ceremonia básica a través del contrato, y luego dejó caer la fruta prometida en las manos de la chica. Mientras la chica se disponía a recoger la fruta gris que se le había escapado de las manos, Nephilia se apartó de ella. Como habían hecho un contrato, ya no era peligroso darle la espalda.

Una vez que se transformara en Clantail, sería demasiado fuerte para que Nephilia pudiera manejarla sola. Si Clantail quería capturarla, podía hacerlo, y si quería matarla, Nephilia moriría. Pero había una cláusula en el contrato que lo impedía. Clantail no podría atacar a Nephilia, Agri o Ren-Ren.

Nephilia estaba a punto de marcharse, pero se detuvo. No podía articular bien sus sentimientos, pero se sentía incómoda. Algo le impedía separarse de ese modo. Iba a decir algo. ¿Pero qué?

Todavía sin haber encontrado la respuesta, se volvió. “Um…” “¿Qué es?”

“Esas frutas… ahora… necesitan… usarse… a un ritmo… más rápido… cuidado…”

“Entendido. Las usaré con cuidado.”

¿Era esto lo que quería decir? Se preguntó. Oyó la respuesta desde algún lugar: no. Nephilia clavó su guadaña en el suelo, se apoyó en ella y preguntó a la chica: “¿Estás… mirando?”

La chica no respondió. No parecía menos cautelosa. No ocultaba en absoluto que estaba observando para ver cómo actuaba Nephilia cuando le devolvía la mirada. Era como si ya hubiera olvidado que había dejado que Nephilia le acariciara la espalda.

“En el… edificio… estaban hablando… de Keek…”

La cola de Clantail se agitó. No hubo ningún cambio en su expresión. Pero no dijo: “Ahora no es el momento de hablar de eso.” Estaba esperando a que Nephilia hablara.

“Ragi… es el jefe del… Departamento de Gestión…” Los sentimientos de Nephilia estaban tirando demasiado hacia adelante. Ella redujo la velocidad. “Durante el reexamen de Keek… si Ragi… su jefe… hubiera dado a Snow White la información de Keek antes… el examen habría terminado más rápido.”

La expresión de la chica no cambió, pero sus párpados se movieron una sola vez. Fue como un espasmo, pero por el más mínimo instante, y terminó en menos de un segundo.

Nephilia se dio la vuelta y se fue. Ella no sabía realmente lo que había querido hacer al final. Sonaría plausible si hiciera ver que había tratado de atraer el interés de Clantail, que había estado celosa porque sólo pensaba en Ragi. Pero Clantail no era una persona desagradable en absoluto. Ella no era la clase de persona que es Nephilia.

Nephilia volvió a pensar en el examen de Keek. Las palabras de Pechka surgieron en su mente y trató de borrarlas con su risa habitual, pero no salía de su garganta.

***

◇   Ragi Zwe Nento

Ragi no tenía ni el tiempo, ni la información, ni las facilidades para profundizar en sus conocimientos sobre la fruta gris. En otras palabras, no tenía nada, pero si se hablaba de la fruta en la que parecía que se había basado la fruta gris, sabía lo suficiente como para poder aleccionar snobmente a un estudiante sobre ellas. Sataborn había sido un hombre de placer que vivía para sus pasatiempos, pero se diferenciaba de los que posaban de sofisticación mediante modificaciones inútiles. La temperatura de esta isla, así como la humedad, coincidían con las condiciones de cultivo de la fruta base. Si las condiciones de cultivo eran las mismas o cercanas a las originales, debería haber raíces gruesas creciendo cerca de una fuente de agua.

No es que no haya hechizos para buscar fuentes de agua. Si te hacías con un par de varillas de zahorí formales, podías encontrar agua sin necesidad de un conjuro. Ragi tenía que evitar el uso de magia tanto como fuera posible en este momento. Había vuelto a lanzar el hechizo de camuflaje, así como el de visión nocturna, desde que había comenzado a caminar. Tenía que evitar el derroche. Si se trataba simplemente de encontrar agua, debía limitarse a recordar la disposición general de la isla. Había un estanque en el centro. Recordó que había un río que fluía desde allí.

Poco después de ponerse en marcha, Ragi encontró un pequeño riachuelo y lo siguió río arriba. No iba a adentrarse en la corriente. Caminó junto al río. Consiguió evitar los lugares en los que serpenteaba, apartando los juncos con su bastón para avanzar, pero en el camino llegó a un acantilado que le triplicaba la altura y se detuvo. Sería exagerado decir que el acantilado era escarpado, pero era demasiado escarpado para cruzarlo despreocupadamente. Una cascada fluyó sobre él, mojando la punta de su nariz con su rocío, y Ragi dio un paso atrás. Haber retrocedido tanto le hizo enfadar automáticamente, y ahora definitivamente no podía dar un rodeo.

Deshizo temporalmente los hechizos de camuflaje y visión nocturna y cruzó la cascada de un salto. Dudó un poco, pero decidió no volver a lanzar los hechizos. El cielo del este ya estaba palideciendo. El hechizo de visión nocturna era innecesario ahora, y con la luz, el hechizo básico de camuflaje no tendría ningún efecto. Cualquier hechizo de dudoso mérito sería omitido siempre que fuera posible.

No había ningún camino mantenido a lo largo de la orilla del río, y Ragi tenía que tener cuidado hasta con el más pequeño guijarro mientras caminaba. Esto le obligaba a mirar al suelo mientras caminaba, por lo que tardó en darse cuenta de las sombras que se acercaban por detrás.

“¡Oh, es él! ¡Ahí está!” “Um, perdóname.”

Ragi se giró para ver a dos chicas que esparcían hierba mientras se acercaban, y más amargura brotó en su interior. Tal vez fuera sólo indignación por su propia negligencia por haberse asustado, pensando que era el enemigo, pero tal y como lo veía Ragi, la ira era ira, viniera de donde viniera.

“¿Qué demonios están haciendo ustedes dos?” Preguntó.

Dreamy✰Chelsea era una de las chicas mágicas empleadas por Shepherdspie. Ragi recordaba que cuando había regañado a Shepherdspie por ser tan inútil, ella le había gruñido como un glotón cuyo territorio había sido invadido. Ragi nunca olvidaría a una chica mágica que le llevara la contraria.

La otra era Pastel Mary. También había sido contratada por Shepherdspie. Ella era la que le había traído su invitación a esta isla. Tuvo la sensación de que ella también había hecho algo escandaloso, pero sus recuerdos en esa área eran vagos, y no lo recordaba. Ni siquiera Ragi iba a regañar a alguien basándose en vagos recuerdos.

No era nada extraño ver que esas dos estaban emparejadas. Tenían que estar operando bajo las órdenes de Shepherdspie. Shepherdspie era más digno de confianza que Navi Ru o su lacayo, así lo habría dicho Ragi, pero Shepherdspie no era lo suficientemente fiable para eso. Al menos el hombre no tenía malicia. Su absoluta falta de ambición era decepcionante, pero eso también significaba que no te tendería una trampa ni te traicionaría. Un mago de que estuviera satisfecho con sus propias circunstancias no correría riesgos innecesarios.

“Te estábamos buscando, abuelo.”

No había necesidad de criticar a Chelsea por su grosería en este momento. O más bien, no conseguiría nada si le señalaba cada cosa. En el peor de los casos, si ella le gritaba, tendría más problemas que un puma en celo. La situación actual iba directamente al desastre. Sería generoso en cuanto a su actitud y demás y lo dejaría pasar.

“¿A qué te refieres con buscarme?” Preguntó Ragi.

Pero antes de que pudiera continuar: “¿También Shepherdspie intentaba encontrar a los demás?” Chelsea le tendió un papel. Sonreía alegremente, mientras que las cejas de Mary descendían en una expresión de preocupación. Aunque sintió que algo no tenía sentido en su forma de actuar, aceptó el trozo de papel y lo recorrió con la mirada.

A medida que leía, unas profundas arrugas se dibujaron en su frente, las comisuras de sus ojos se levantaron y sus dientes posteriores crujieron. “¿Qué… es esto?”

“¿No lo entiendes?” Dijo Chelsea. “No lo entiendes, eh. Chelsea tampoco entiende lo que está escrito ahí. Ves, eso es un contrato.”

“¿Me estás diciendo que esto es un contrato?”

“Eso es lo que acabo de decir. No es que no entiendas lo que significa, ¿verdad?” La forma en que Chelsea hinchaba el pecho con arrogancia echó aceite a la ira de Ragi, convirtiéndola en un gran fuego imparable que ardía dentro de su corazón.

“¡Basura!” Ragi trató de rasgarlo con rabia, pero la fuerza de un viejo mago no pudo afectar en absoluto al contrato, y acabó estirándolo y haciendo temblar sus brazos. Incapaz de desahogar su ira de esa manera, se convirtió en palabras que salieron de su boca. “¡Ese tonto infernal de Shepherdspie! ¿Qué diablos está haciendo en un momento como éste?”

Mary se asustó y se escondió detrás de Chelsea, mientras que ésta parecía confundida a la vez que hacía pucheros. “¿Por qué estás enfadado con el Sr. Pie?”

“¡¿Cómo no voy a enfadarme con ese imbécil por mostrarme un contrato sórdido y depredador y por mostrar un juicio de mierda sobre la situación?! ¡¿En qué está pensando Shepherdspie?!”

“Quién sabe. No tengo ni idea de donde está.”

“… ¿Eh?” Ragi desarrugó el contrato que había estado aplastando en sus puños y lo revisó de nuevo. El nombre en el contrato no era Shepherdspie. Era Agri. Reconocía como pago de frutos grises, un pago de gemas mágicas por parte de Ragi. Ragi lo leyó tres veces, y ahora seguro de que no se equivocaba, la ira de Ragi estalló. “¡¿Qué significa esto?! ¡¿Por qué ustedes, par de idiotas, trabajan para la hija de Sataborn?!”

“Lo has entendido mal; eso no es lo que está pasando en absoluto. Dreamy✰Chelsea está trabajando para su querida May-May. Chelsea es una chica mágica que vive para el amor.” Al ver que Chelsea la empujaba hacia delante, la expresión de Mary se torció repentinamente de miedo, e intentó esconderse detrás de la otra chica, pero la fuerza de Chelsea se lo impidió. Mary trató de alejarse de su posición frente a Ragi, pero por más que se esforzara y luchara, no pudo escapar y esconderse.

La ira de Ragi no se contenía ni se acallaba, pero esta desconcertante situación y el extraño comportamiento de Chelsea lo confundían. Para empezar, había sido una chica extraña, pero ¿había sido alguna vez la clase de excéntrica salvaje que vomitaba tantas tonterías incomprensibles? También era extraño que anduviera con contratos no para Shepherdspie sino para Agri. Nada de eso tenía sentido.

¿Ha sido controlada?

Más que un vago con muchos fondos de sobra, Agri, al ser la hija de un ama, tendría una razón para desear la propiedad. El hecho de que no fuera el lugar para hacer eso en una situación en la que sus vidas estaban en juego, atrapados en una isla al borde del desastre, no era un problema. La gente que hacía eso lo haría en cualquier lugar.

Podría usar un hechizo para restaurar el equilibrio de la mente. Pero Chelsea o Mary probablemente lo someterían antes de que pudiera terminar el cántico. Así eran las chicas mágicas. En este momento, Ragi no tenía su fortaleza hecha por él mismo, también conocida como la oficina central del Departamento de Administración.

Ragi digirió su propia impotencia, pero no se dejó abatir por ella, sino que la utilizó para alimentar su ira. Que los tontos de mente vulgar hicieran lo que quisieran. No tenía tiempo para mezclarse con ellos.

Ragi estaba demasiado ocupado para charlar con dos chicas que estaban siendo controladas. Y ese contrato estaba más que descartado. Le dio otro mordisco a la fruta gris y volvió a girar río arriba. Allí era donde tenía que ir.

Cuando Ragi no quiso hablar con ella, Chelsea lo persiguió. “Hey, hey, ¿qué pasa?”

La ignoró.

“¿No quieres frutas grises? Son importantes, ¿sabes?” Ni siquiera estaba escuchando.

Chelsea debió darse cuenta de que él no iba a comprometerse con ella, ya que empezó a utilizar tácticas físicas para suplicar. Tocó la bata y el sombrero de Ragi, haciendo crecer su irritación con el comportamiento más odioso posible. Ragi no sólo estaba a punto de estallar, sino que lo estaba haciendo durante todo el camino, pero se aguantó. Cuando ella le arrebató el sombrero, él lo pasar, y cuando ella agarró su bata y la rasgó, él también lo dejó pasar, avanzando con el pensamiento de que tenía que ir contra la corriente, y entonces se detuvo. Sus pies no se habían detenido por la intromisión de Chelsea. Su camino estaba bloqueado por los troncos de los árboles que estaban en diagonal como si hubieran sido cortados por una hoja afilada. Eran troncos de aspecto firme, tan gruesos como el torso de Ragi, y no habían sido aserrados, sino cortados de un solo golpe. Sólo una chica mágica podía hacer eso.

Y más allá era aún peor. Árboles arrancados de raíz; hierba volcada, con tierra y todo; fisuras que atravesaban la pared de roca; todo ello obra de las chicas mágicas. Mary lanzó un pequeño chillido y Chelsea dijo una tontería sin fundamento: “No te preocupes, yo te protegeré.”

Ragi dudó un momento. Aunque tenía dos opiniones al respecto, abrió la boca. “¿Ustedes dos, tontas, no fueron las que hicieron esto?”

“De ninguna manera.”

No estaba seguro de si debía creerlo, pero no había ninguna razón para que mintieran. De pie, contempló las secuelas de la destrucción y sacudió la cabeza. No tenía sentido quedarse aquí. Ragi comenzó a caminar de nuevo, y Chelsea y Mary le siguieron como antes.

Tal vez eso fuera en realidad algo bueno. Si el que había destruido el bosque estaba delante, sería mejor tener a dos chicas mágicas allí con él en lugar de estar solo. Incluso si estaban siendo controladas mentalmente, si había un enemigo claro, las dos chicas probablemente irían hacia tal ente.

El grupo —aunque de forma muy involuntaria por parte de Ragi, habían acabado convirtiéndose en un grupo gracias a la erosión gradual— pasó por encima de la destrucción y se abrió camino. Al poco tiempo, cruzaron una pequeña colina para contemplar por fin el nacimiento del río: el estanque del centro de la isla.

“¿Eh?” Por delante de donde Chelsea señalaba, se podían ver un par de pies. Había alguien tumbado en la orilla del estanque. Todo, excepto los pies, estaba oculto por la espesa hierba y no se podía ver.

Ragi no corrió hacia la persona caída, acercándose con precaución a su entorno, pero Chelsea no tuvo esa reserva o consideración al salir corriendo para alcanzar al instante a la persona caída.

“Niña imprudente.” Maldijo Ragi mientras la seguía, con Mary detrás con pasos temerosos.

Al venir a asomarse por detrás de donde Chelsea miraba hacia abajo, Ragi giró inmediatamente la cara. “Horroroso…”

Apenas se notaba que era un mago con túnica. La parte superior de su cuerpo estaba aplastada, sin que quedara nada decente. La sangre fluía, o sería mejor decir que había salpicado. Sólo quedaba la lamentable mitad inferior. Así que Maiya no era la única víctima.

“¿Por qué?” Le temblaba la voz. Era Chelsea. También le temblaban los hombros.

“¡Sr. Shepherdspie!” Gritó Mary, y Ragi se dio cuenta de quién era. Ragi había estado tan aturdido, que había olvidado por completo que sólo un mago en esta isla tenía un tamaño como el suyo.

Los temblores de Chelsea se volvieron gradualmente más violentos. Mary intentó arrojarse sobre el cuerpo, pero en el camino tropezó y cayó en el barro. Chelsea se sujetó la cabeza con las manos. Un gemido se escapó de sus labios. “¿Por qué… cómo…? Sr. Pie…”

Ragi golpeó la tierra fangosa con su talón derecho. Su cólera había alcanzado ahora un nivel totalmente desesperado.