Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 14

Capítulo 10: Todo Es Un Lodazal

Parte 4

◇   Touta Magaoka

Después de salir corriendo, Rareko volvió. Clarissa también estaba con ella. Yol se levantó y preguntó: “¿Qué fue eso?”

Touta le siguió. “¿Qué ha pasado?”

Rareko miró a Clarissa como si estuviera sufriendo desde el fondo de su corazón.

Clarissa suspiró decepcionada. “Fui atacada por Clantail.”

“¿Clantail?” Dijo Yol. “¿Te refieres a esa chica mágica que era medio animal? ¿Por qué?”

“No creo que sea porque Clantail sea una mala persona o que esté maquinando o algo así, mm-hmm.” Clarissa, que les decía que había sido atacada, defendía a su atacante por alguna razón mientras se cruzaba de brazos y asentía. “En situaciones así, como en circunstancias extremas, todo el mundo se pone de los nervios. Algunas personas acaban pensando que pueden usar la violencia para que hagas lo que quieren.”

Es cierto que a veces había personajes así en el manga. Pero el manga era el manga. ¿Acaso esto surgía mucho en la ficción porque sucedía a menudo en la vida real? Touta trató de recordar sobre Clantail. Recordó el aspecto que tenía cuando salió corriendo antes de que el edificio principal fuera atacado. Aquello había sido un poco genial, pero pensó que alguien había dicho que no era muy cooperativa.

¿Atacaría alguien que no coopera a otros en una emergencia?

“Pero eso… da mucho miedo… ¿no?” Dijo Yol, sonando preocupada.

“Quiero decir, um.” Dijo Clarissa. “Estoy segura de que eso significa que hay otras personas peligrosas por ahí, además de la persona temible que nos atacó. Cuando las frutas grises ya empezaban a agotarse, además.”

“Oh sí, es cierto. Me había olvidado de la fruta gris.” Dijo Touta. No era algo que debiera olvidar. Touta le contó a Clarissa que ya no quedaban frutas grises y que el ritmo al que necesitaban utilizarlas parecía acelerarse, y que Nephilia iba por ahí vendiéndolas.

Al oír eso, Clarissa se puso la mano en la frente. “No importa a dónde vayas, hay gente que causará problemas, eh.”

“Es que, sinceramente… pensé que habíamos dicho que teníamos que trabajar juntos.” Dijo Yol.

“Sí, en serio, esto es un verdadero problema.” Clarissa asintió. “Por ahora, dejaré aquí la fruta que puedo compartir con ustedes. Lo siento, pero no puedo darte toda la fruta que tengo, eso significaría dejar fuera las que necesito para mí, así que perdóname. Haz lo que puedas para aguantar con esto.”

Dejó caer un total de cinco frutas grises en las palmas de Yol. Las cinco tenían la piel suelta, lo que debía significar que había pasado algún tiempo desde que las habían recogido. Tampoco era mucho, pero no podían quejarse. Aunque estuvieran empezando a estropearse, aunque sólo fuera una, era mucho mejor que mordisquear lentamente la única fruta que Touta había arrancado a Nephilia.

Cuando Yol, Touta y Rareko dieron las gracias por turnos, Clarissa agitó su mano derecha con timidez. Sus orejas de gato se balancearon de lado a lado junto con su mano. “Está bien, está bien; no me den las gracias. Miren, en tiempos como estos, hay que ayudarse mutuamente, ya saben; yo sólo hice lo obvio.” Diciendo cosas como ‘aww’ y ‘vamos’, Clarissa se dirigió a la salida. A un paso de la apertura, se volvió para decir: “Bueno, entonces, volveré más tarde. El viejo Navi también podría venir, pero, bueno, uno de los dos aparecerá. Prometo que la próxima vez no traeré más problemas. No se muevan, ¿de acuerdo? Es peligroso afuera, así que no pueden salir.”

Yol ladeó la cabeza. El balanceo de sus rizos enrollados estuvo a punto de hacer que se le cayera el sombrero. Touta apoyó el sombrero de lado disimuladamente para que no se notara.

“¿No te quedas aquí también, Clarissa?” Preguntó Yol.

“No, voy a salir.”

“No puedes. Es peligroso.”

“Por desgracia, debo afrontar el peligro para hacer lo que debe hacerse.”

Yol extendió un brazo, pero Clarissa se fue antes de que pudiera tocarla. Clarissa corrió hacia la luz de la mañana y, al poco tiempo, sus pasos desaparecieron. Yol retiró tímidamente su brazo extendido y lanzó a Touta una mirada que decía: Sinceramente, esto es muy preocupante. “Pero es realmente… peligroso, ¿no?”

“Sí, creo que es peligroso.” Aceptó Touta.

“Sí, tiene usted razón, Srta.”

“Ya que acabamos de ser atacados, ¿no?” Dijo Yol.

“Sí, es cierto.” “Sí, por supuesto.”

Después de eso, Yol siguió repitiendo: “Me pregunto si estará bien.” Aunque todo el tiempo parecía preocupada, ya que no podían ir detrás de Clarissa, y al final, se rindió, diciendo: “Espero que esté a salvo…” Sentándose donde antes había estado con una expresión de sincera preocupación.

Rareko dijo: “Sí, sí.” Coincidiendo con Yol mientras también se sentaba donde antes había estado.

Sólo que Touta no se sentó. Todavía de pie, de espaldas a la entrada, se volvió hacia Rareko y Yol. “Hey.”

“¿Qué es?” Respondió Yol. “Realmente sigo pensando…” “¿Sí?”

“Creo que debería salir.”

“¿No acabamos de hablar de que eso era peligroso?”

“Así es.” Dijo Rareko. “De momento debemos mantenernos escondidos aquí.”

Con las dos contra él, Touta cerró la boca por el momento. No era que estuviera retirando su argumento de salir al exterior. Sentía que algo extraño había sucedido, y se preguntaba si debía hablar de ello.

Las otras dos parecieron asumir que el silencio de Touta significaba que había renunciado a salir. Empezaron a hablar de lo que deberían hacer cuando llegara Nephilia. Él pensó que también era importante pensar en eso, pero no se unió, trabajando en sus propios pensamientos.

Había algo que le parecía extraño. Y no sólo una cosa.

Las pieles de la fruta que habían obtenido de Clarissa estaban caídas. Eso significaba que había pasado algún tiempo desde que las habían recogido. Normalmente, ¿no te comerías primero las viejas? No guardarías las viejas cuando no sabes cuándo se van a estropear. Pero Clarissa había estado guardando fruta que se había cosechado hacía tiempo. ¿Cuándo las había cosechado? Si había sido antes de que todo el mundo se separara, era extraño, ya que la fruta recogida entonces se había reunido en un lugar y luego había sido robada. Habían dicho que Pastel Mary había sido la que las había robado, y que era imposible que Clarissa tuviera esas frutas, pero las que les había dado Clarissa eran viejas.

También eran extrañas algunas otras cosas. Clarissa les había dicho que esperaran allí. Pero Clantail tuvo que haberla perseguido hasta estar muy cerca de este lugar, así que, ¿no significaría eso que también sabía que Rareko había estado por aquí? Si alguien que atacaba a los demás sabía dónde estaban, eso haría que al menos tuvieran que moverse a un nuevo lugar.

Si fuera sólo eso, entonces Touta podría haber hablado de ello normalmente. Pero una última cosa extraña le impidió sacar el tema.

Cuando Rareko había oído la llamada de Clarissa, había salido disparada a una velocidad increíble. A pesar de estar tan en contra de salir, ni siquiera había dudado. Había abandonado a su ama, que debía ser más importante que cualquier otra cosa, y había salido corriendo tan rápido que ni siquiera se la podía ver. Yol era la clase de persona que dice: Si hay alguien en problemas, hay que ayudarlo, así que no regañaría a Rareko por eso. Pero a Touta, viéndolo desde fuera, le había parecido muy raro. Era extraño.

Rareko había estado insistiendo todo este tiempo en que no salieran. Touta había supuesto que era porque quería proteger a su ama, y que probablemente era una cobarde, cosas así. Pero cuando Rareko había oído la voz de Clarissa, había sujetado su arma y había saltado con valentía, abandonando a su ama.

Touta se odiaba a sí mismo por dudar de Rareko. Apenas lo había escuchado hablar sobre cómo debían ayudarse mutuamente, y ya estaba pensando en cosas como esta. Pero cuanto más pensaba en ello, más ideas desagradables se le clavaban en la cabeza y no desaparecían.

No podía confiar en la única mujer adulta y chica mágica en la que debería haber confiado, Rareko. Tampoco podía hablar con Yol sin Rareko. Decir: Es peligroso estar aquí; salgamos fuera no iba a convencer a Rareko, pero ahora ni siquiera sabía si ella le escucharía si intentaba convencerla con una razón adecuada.

¿Qué haría Miss Marguerite? Se preguntó, pero no obtuvo respuestas. Parecía que tenía que pensar no en lo que haría Marguerite sino en lo que haría Touta.

***

◇   Rareko

Maiya había sido asesinada. Se había ido. Rareko había seguido pensando en eso todo el día. Seguramente seguiría pensando en ello y considerándolo también en el futuro. Era un desastre mundial para ella. Maiya estaba muerta.

Clarissa y Navi Ru actuaban de forma proactiva. ¿Estaban respondiendo a la emergencia o habían previsto esta situación? Con Navi Ru, cualquiera de las dos cosas era posible. Lo que más le asustaba era que no sería sorprendente que hiciera cualquier cosa.

Era un hombre que daba miedo, incluso a Rareko. Si Maiya hubiera estado allí, habría sido la más aterradora, pero el hecho de que Maiya no estuviera cambió las cosas. Navi Ru daba más miedo ahora que Yol, que estaba aquí con ella.

Yol era ingenua. Era una privilegiada. Eso le impedía reconocer la verdadera naturaleza de las personas temibles. Aunque no había manera de que Navi fuera como un tío amable y alegre. Ella no lo entendía.

Yol era el amo al que Rareko debía servir ahora. Rareko la conocía desde que era un bebé, así que estaba bastante apegada a ella. Le parecía bonita. Cuando Yol le había regalado una bata por su cumpleaños, Rareko se había emocionado y había llorado, y luego, cuando se había enterado de lo que costaba, se había preguntado si podría venderla de alguna manera a una casa de empeños. Pero aun así, Rareko no antepondría a Yol a ella misma.

Valía la pena proteger a Yol porque estaba relacionada con la posición social de Rareko y porque Navi Ru claramente la necesitaba. Por supuesto, contaba con su poder en esta isla. La necesitaría en el futuro. Precisamente por eso, Maiya había despreciado a Navi Ru como a una alimaña, no dejándole acercarse a la señorita. El plan de Maiya también había sido el plan de Rareko, pero Maiya se había ido. La habían matado.

Entonces, ¿qué plan debía seguir Rareko? ¿Yol o la familia? La respuesta era ninguna de las dos. Rareko sólo debía seguir a Rareko. Ella debía seguir este camino de pensamiento.

Había algo más que Maiya había dicho que le gustaba a Rareko: “Sé siempre adaptable.” Maiya había usado esas palabras como justificación para hacer demandas irrazonables a Rareko, y cuando ella no había sido capaz de cumplir con esas demandas, Maiya le había gritado y derribado. Aunque ese comportamiento no era razonable, Rareko pensaba que estaba bien.

Se podría decir que de todas las lecciones que Maiya le había dado, la que más le gustaba a Rareko era la que más le convenía, la de hacer la elección óptima en cada situación.

Sin dejar de lado su expresión de preocupación, Rareko miró a Yol.

Yol estaba lo suficientemente débil como para que pareciera que se iba a caer de un empujón. Eso despertó los instintos de protección. Sin embargo, era el suficiente instinto de protección como para que Rareko quisiera protegerla si le sobraba algo, y ya no le sobraba nada. Tenía las manos totalmente ocupadas protegiéndose a sí misma. Mientras se priorizaba a sí misma por encima de todo, de momento tenía que hacer ver como si estuviera protegiendo a Yol.

Touta, que había estado hablando con Yol, miró a Rareko, e inmediatamente desvió la mirada. A ella aquel comportamiento no le podría importar menos. Si no fuera por Yol, lo habría abandonado hace tiempo. Ni siquiera era su responsabilidad protegerlo en primer lugar. La culpa era de Marguerite por no estar allí, ya que ella había sido originalmente su guardia.

Pero aunque era cierto que no le importaba si vivía o moría, parecía que no valía absolutamente nada, como alguien a quien utilizar. No estaba mal que hubiera conseguido una fruta gris, en lugar de traer el contrato. Rareko no había tenido tanto sentido común cuando tenía su edad. Ir a informar al responsable habría sido lo máximo que podría haber hecho.

Maiya se había enfadado a menudo con ella porque entraba en pánico cuando se le presionaba, pero ahora que lo pensaba: Sí, por supuesto que no te gustaría tener cerca a alguien que no hace más que entrar en pánico cuando se le presiona, ¿eh? Que Touta no fuera sólo una carga le hacía útil, en más de un sentido.

Parecía que si iba a sacrificar a este chico en algún momento, sería un desperdicio que muriera sin hacer nada. Y él querría tener una muerte significativa, si es que igual iba a morir.

Pero, por supuesto, Rareko no iba a ser quien lo arrojara a los lobos. Yol la detendría si lo intentaba, y entonces consideraría a Rareko una persona desagradable que intentaría sacrificar a un niño. Por el momento, seguía teniendo la intención de proteger a Touta a pesar de no tener la responsabilidad formal de hacerlo.

Así que eso la llevó de nuevo a la cuestión de qué hacer. A Maiya se le habría ocurrido alguna buena idea y la anunciaría con arrogancia y una expresión igualmente odiosa en su rostro. Lo haría con éxito y con insolencia. Pero Maiya había sido asesinada. Rareko había vuelto a este mismo punto. Seguramente seguiría pensando en la muerte de Maiya una y otra vez, para digerirla. Rareko se ajustó las gafas con el dedo índice.

-FIN DEL VOLUMEN 14-