Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Líneas De Corte Más Allá De Las Olas

Parte 8

Con la cara llena de lágrimas y la nariz enrojecida por el llanto, una niña de cabello ondulado se aferra con fuerza a la mano de Yua. Una rápida evaluación de su pequeña estatura la situó en torno a los cuatro o cinco años.

“¿Deberíamos llevarla a comisaría?” Una voz de angustia escapó de los labios de Yua.

“Supongo que es la mejor opción, pero no he visto ninguna comisaría en el trayecto en autobús hasta aquí, y no estoy seguro de que haya alguna a poca distancia.”

Me puse a su altura y le sonreí para tranquilizarla. “Hola. ¿Cómo te llamas?” “—¡WAAAAAAAAA!”

En cuanto me dirigí a ella, la niña retrocedió detrás de Yua y rompió a llorar.

“¡Qué debo hacer, Yua-chan! ¡No puedo creer que la encantadora sonrisa de Chitose-kun no funcione con una chica!”

“Ah, dicen que los niños pueden ver a través de las mentiras de los adultos.”

“¿Qué significa eso?”

No era el momento de discutir. Centré mi atención en la niña. “Hey, hey, ¿conoces a Camello-san?”

“… Lo conoshco.”

No supe muy bien si su pronunciación era confusa debido a las lágrimas o si se trataba simplemente de su inmadurez, pero parecía capaz de comunicarse. No podía recordar a qué edad los niños suelen desarrollar un habla clara.

“Entonces, mira esto.”

Yua pareció comprender mis intenciones y se unió a mí, bajando a la altura de la niña y colocando sus manos sobre los hombros de ésta.

Extendí el brazo derecho hacia delante y, con la mano izquierda, hice un gesto mientras hablaba. “Esto es el desierto. ¿Lo entiendes?”

La niña negó con la cabeza.

“Es el lugar donde hay muchos camellos y mucha más arena que aquí.”

Ella asintió.

“Entonces, ¿puedes gritar ‘Camello-san’ junto con esa Onee- chan?” Sugerí.

Tras decir eso, Yua miró atentamente la cara de la chica. “Onee- chan dirá ‘Listo’, y luego llamaremos a ‘Camello-san’ juntas, ¿de acuerdo?”

“… ¡Sí!”

“Listo…” ““¡Camello-saaan!””

Apreté el puño y levanté el brazo, imitando la forma de la cabeza de un camello y ejerciendo toda mi fuerza.

“¡Hiiiihihihi—!”

Mantuve los músculos abultados, haciendo una forma de joroba de camello y empecé a balancear el puño de un lado a otro.

“¡Hiiiihihihi—!”

La atención de la chica se desvió al aplaudir, sus lágrimas cesaron sin que se diera cuenta.

“¿Te gustaría tocarlo?” “¡Quiero!”

La niña, con Yua todavía apoyando los hombros, se acercó a mí y me apretó el músculo del bíceps que había formado una joroba.

“¡Es tan duro!”

“¡Hiiiihihihi—!”

Imité el sonido de un camello y balanceé el puño, provocando que estallara en una alegre carcajada.

“¿No se supone que ese es el sonido de Caballo-san?” “Onii-chan no sabe cómo suena Camello-san.” “¿Aunque seas adulto?”

“Sí.”

“¡Qué raro!”

Después   de   decir   eso,   la   niña   soltó   una   risita.  Yua   y    yo intercambiamos miradas y sonreímos.

Entonces, volví a hacer la misma pregunta: “¿Cómo te llamas?” “¡Chii!”

“Chii-chan, qué bonito nombre. ¿Vienes aquí con tu madre?”

“¡También con papá!”

“¿Cuándo te separaste de papá y mamá? ¿Apenas ahora o hace un tiempo?”

Chii-chan se puso el dedo índice en la mejilla y empezó a pensar.

“¡Ahora mismo! Chii estaba buscando conchas, pero mamá y papá desaparecieron.”

Era poco probable que sus padres hubieran empezado a buscarla o informado a las autoridades de su desaparición, teniendo en cuenta la situación. La zona de la playa era relativamente pequeña, por lo que era fácil recorrerla a pie. Además, la playa no estaba tan masificada como en temporada alta, por lo que nuestra búsqueda debería dar resultados si empezábamos a buscar.

Yua se levantó y habló.

“Entonces,   vamos   a   buscar   a   tus   padres.   Me  disculpo    por involucrarte en esto, Saku-kun, pero ¿te importaría unirte a nosotras?”

“¡No hay problema!”

“Chii-chan, si ves a mamá y papá, ¿puedes decírnoslo?” “¡Sí!”

Chii-chan enlazó sus dedos con los de Yua y extendió su mano libre hacia mí. Le sujeté la manita y le pregunté.

“Entonces, Chii-chan, dime, ¿cuál es tu canción favorita?” “Hmm… Brilla-Brilla Estrellita.”

“Entonces, ¿quieres cantar alto con nosotros?” “¡Sí!”

Yua abrió los ojos sorprendida y se volvió para mirarme.

Con una sonrisa, sugerí: “¿Por qué no hacemos que vengan a nosotros, en lugar de buscarlos constantemente?”

“… Ah, ya veo.”

De ese modo, sería más fácil llamar la atención de los padres de Chii-chan que si los tres deambuláramos a ciegas.

“Tú también deberías cantar, Yua.” “B-Bueno…”

“Está bien, está bien. Listo…”

“““Brilla-Brilla Estrellita♪. Quiero verte titilar♪.”””

Yua, Chii-chan y yo cantábamos a voz en grito, era como si estuviéramos alcanzando las estrellas. En ese momento, la mirada de Chii-chan se disparó hacia arriba, hacia nosotros.

“¿Están Onii-chan y Onee-chan casados?” ““¡No!””

“Eeh, pero están bien emparejados.”

Cielos, ¿dónde aprendió semejantes palabras una niña tan pequeña? Bueno, la visión de Chii-chan, Yua, y yo, de pie juntos de la mano,

sin duda podría confundirse con una familia.

Miro en silencio a Yua, y su expresión refleja la mía, una sonrisa perpleja grabada en su rostro.

* * *

Como estaba previsto, tras caminar unos cinco minutos, los padres de Chii-chan no tardaron en encontrarnos. Después de que Yua les informara rápidamente de la situación, se inclinaron repetidamente y expresaron su agradecimiento, dejándonos un poco incómodos. Después de eso, los tres se fueron de la mano.

Cuando nos despedimos de ellos, Chii-chan nos regaló a cada uno una preciosa concha.

Yua se quedó mirando la concha y abrió la boca. “Me alegro de que hayamos encontrado a sus padres.”

“En efecto.”

“Fue gracias a ti.” “Apenas hice nada.” “Siempre dices lo mismo.”

Las suaves risitas de Yua flotaban en el aire. Una repentina oleada de nostalgia me invadió, trayendo consigo una sensación de cosquilleo.

“Pero tengo que decir que la idea del Camello-san es bastante inteligente.”

“No es sólo eso. Si hubiese estado sola, probablemente solo me hubiera paseado por la playa tomada de su mano.”

“No te preocupes por las cosas pequeñas. Gracias a que la tomaste de la mano, pude verte.”

“¿De verdad? Como caminabas hacia nosotras, habrías acabado por darte cuenta.”

Creo que es demasiado. “Por cierto, Yua.” “¿Hmm?”

“Ese bañador te queda genial.” “¿Por qué lo mencionas ahora?”

“Porque acabo de darme cuenta de que aún no te lo he dicho.” “Gracias. Clásico de Saku-kun, siempre encantador.”

“No seas tímida.”

“Sé que se lo dices a todas las chicas.”

“No puedo creer que ahora me llamen la atención por eso…” “Lo digo como un cumplido.”

“¿En serio?” Me reí entre dientes.

“La familia de Chii-chan parece tan feliz.” “Sí.”

Al final nos reunimos con nuestros amigos. Y así como así, la conversación había terminado.

* * *

Mientras regresaba a la tienda, me di cuenta de que el resto del grupo ya se había reunido. Aunque ya me había acostumbrado a la presencia de Yuuko, Nanase y Haru, verlas en bañador me hacía sentir un poco cohibido.

Yuuko, que parecía llevar un rato esperando, exclamó emocionada. “¡Por fin han vuelto! ¡He estado esperando una eternidad!”

“Lo siento, me encontré a una niña que había perdido a sus padres. Y Saku-kun, que pasaba por allí, me ayudó a encontrarlos.” Respondió Yua.

“¡¿Qué?! ¿Encontraron a sus padres?” “Sí, pudimos encontrarlos.”

Yuuko dejó escapar un suspiro de alivio y dijo: “Vaya, como se esperaba de Uchi y Saku. Si hubiera sido yo, habría entrado en pánico junto a esa niña.”

“Para ser sincera, yo también tenía pánico.”

Ambas se rieron. Cuando pasó el momento, Yua preguntó: “¿Acabas de decir que has estado esperando?”

“¡Ah, es verdad!”

Las manos de Yuuko se juntaron con una palmada, mientras se zambullía ansiosamente en la tienda. Su amplia retaguardia estaba de cara a nosotros, y no pude evitar apartar la mirada, captando la de Kaito. Ambos compartimos un tácito momento de incomodidad.

“¡Ta-da!”

Yuuko sacó triunfante una sandía grande y redonda. ““¡Ooooh!””

Yua y yo exclamamos al unísono al verlo.

“¿De dónde has sacado eso?” Pregunté, mirando la sandía.

Yuuko me la entregó. La sandía era sorprendentemente pesada en mis manos.

“La trajo Kurasen. Dijo: Ningún viaje a la playa está completo sin partir una sandía, y hasta nos dio una espada de madera y una toalla.”

“Vaya, es muy considerado de su parte.”

Pero pensándolo bien, no era del todo sorprendente que el viejo hiciera algo así. Era muy posible que simplemente hubiera estado buscando una excusa para mirar a Yuuko y a las demás en bañador.

Al examinarla más de cerca, el precio estaba escrito en la sandía con un rotulador, lo que indicaba que había sido comprada en las cercanías.

“¡Muy bien, partamos esta sandía!” Gritó Yuuko emocionada, levantando las manos en el aire.

““““““¡¡¡VAMOS!!!””””””

Dijeron todos al unísono.

Encontramos un lugar apartado en la playa y colocamos la sandía sobre una lámina de plástico.

Recogí la espada de madera y la toalla. “Entonces, ¿quién va a empezar?”

“¡Yo! ¡Yo! Yo!” Yuuko levantó la mano con entusiasmo. “Nunca antes he partido una sandía, ¡estoy tan emocionada! ¿Puedo ir primero?”

Todos intercambiaron sonrisas divertidas. “Claro, adelante.”

Le hice un gesto para que se pusiera a unos diez metros de la sandía, y Yuuko se acercó.

“Voy a vendarte los ojos, ¿podrías darte la vuelta un momento?” “Bien~.”

Cuando la vi girar para mirar en dirección contraria, tragué saliva.

Allí estaba ella, de pie ante mí, sin nada más que su bañador. Los tirantes del bañador cubrían muy poco, dejando a la vista la mayor parte de su delicada piel, desde el cuello hasta la cintura. Unas gotas de sudor resbalaban por su espalda, dándole un aire seductor.

Mi corazón empezó a acelerarse e intenté concentrarme en la tarea que tenía entre manos. Envolví con cuidado los extremos de la toalla alrededor de su cabeza, asegurándome de atarla bien.

“¿Te duele?”

“¡Está bien!”

“¿Puedes ver?”

“¡No puedo ver nada! Saku, ¿dónde estás~?”

La expresión de Yuuko cambió a una aterradora y giró la cabeza en mi dirección.

“¡——!”

Me tapé la boca con el brazo mientras la miraba. Ante mí, una chica preciosa en bañador, con los ojos tapados, extendiendo las manos ansiosamente.

No podía deshacerme de la sensación de que lo que estaba haciendo estaba mal, que de alguna manera era un acto de inmoralidad.

“¡Eh, Saku! No te quedes embobado mirando a Yuuko sólo porque tiene los ojos vendados.” Me reprendió Kaito en broma.

“¡Si lo hiciera a esta distancia, podría amenazar mi vida!”

Mientras hablaba, agarré la mano de Yuuko y le coloqué la espada de madera.

Kazuki lo vio y sugirió: “Hagamos que gire alrededor de la espada.” “Oh, buena idea.”

Yuuko, aún con los ojos vendados, ladea la cabeza confundida. “Saku, tengo una ligera impresión de lo que están hablando, pero igual pido una explicación.”

“¿Puedes agarrar la empuñadura de la espada de madera con ambas manos y apuntar con la punta hacia el suelo?”

“¿Así?” Preguntó Yuuko, imitando mis instrucciones.

“Eso es. Ahora presiona tu frente contra la parte superior de la empuñadura.”

“Bien… ¿así está bien?”

Al ver que tenía la postura correcta, continué: “Muy bien. Voy a contar hasta diez y mientras cuento, quiero que des vueltas en círculo completo manteniendo la misma postura.”

“¿Como las manecillas de un reloj?”

“No importa si giras en el sentido de las agujas del reloj o en sentido contrario.”

Mientras hablábamos, los demás se habían reunido a nuestro alrededor. Escudriñé al grupo y luego anuncié: “Listo…”

““““¡EMPIEZA!””””

Empecé a contar. Uno, dos.

Yuuko empezó a dar vueltas con el trasero asomando.

Me preocupaba que la escena se volviera erótica, pero para mí alivio, Yuuko estaba un poco inestable, lo que la hacía aún más cómica de ver.

“¡Hey! ¡Esto se siente un poco incómodo!” Gritó Yuuko mientras giraba.

Tres, cuatro.

No pude evitar empatizar con ella, ya que comprendía lo incómodo que podía resultar girar.

Nanase comentó juguetonamente. “Yuuko, necesitas ser más grácil en tus pasos.”

“¡No pidas cosas imposibles!” Cinco, seis.

De repente, Haru sacó de la nada una pistola de agua barata y apuntó a Yuuko. Ella alineó cuidadosamente su tiro y apretó el gatillo.

“¡Ahhh! ¿Qué está pasando?” Siete, ocho.

Yua sonrió. “Yuuko-chan, ¡vamos a acelerar para el final!”

“¡¡Inesperadamente, la persona con más corazón de demonio es Uchi!!”

Nueve, dieeeeeez.

Yuuko finalmente se detuvo, aún inestable, usando la espada de madera como bastón. “¡Algo no va bien! El mundo entero da vueltas.”

Abrí la boca.

“De acuerdo, Yuuko, sigue recto.” Señalé la dirección de la sandía. Kaito intervino: “No le hagas caso, Yuuko. Es a tu derecha.” “¿Qué? ¿Ir recto? ¿O a la derecha? ¿Cuál es?”

Kazuki añadió con una sonrisa: “No, es hacia atrás. Saku, Kaito o yo, ¿en quién confías?”

“¡¿Incluso Kazuki se está metiendo en esto?!”

Los tres llegamos en silencio a un consenso y miramos a Yua, esperando que ella supiera qué hacer a continuación.

Yua dejó escapar un suspiro de derrota y gritó: “¡Yuuko-chan, la sandía está a la izquierda!”

“¡Entendido!” Yuuko respondió sin vacilar, optando por confiar en la palabra de Yua. Con renovada determinación, dio un paso adelante, todavía un poco inestable sobre sus pies.

—¡Crash!

Yuuko cayó espectacularmente al borde del agua, lo que nos hizo estallar en carcajadas a pesar de nuestros esfuerzos por contenerlas.

Yua se apresuró a ayudar a Yuuko, quitándole con cuidado la toalla que hacía las veces de venda. “Yuuko-chan, ¿estás bien?”

Yuuko estaba cubierta de arena, sus hombros temblaban.

“¡Uchi! ¡¡¡Todavía tienes el descaro de decirme esas cosas!!!” Ella gruñó.

Yua apartó la mirada con culpabilidad y contestó. “Lo siento. No puedo resistir la presión de todos.”

“¡Igual! ¡Confiaba tanto en ti!”

“Pero todo sea por crear buenos recuerdos…”

“¡Hmph, no me dejaré engañar por ti! ¡Voy a arrastrarte al agua!”

Yuuko abrazó fuertemente a Yua y juntas cayeron al mar con un chapoteo. La pequeña ola que llegó al mismo tiempo engulló sus cuerpos mientras caían. Ambas salieron del agua empapadas, pero riendo a carcajadas por el aspecto avergonzado de la otra.

“Yuuko-chan, eres tan mala~.”

“Tú eres la que me traicionó primero, Uchi.”

“Me pregunto si habrá un sitio para secarnos el cabello.”

“Hay una ducha que funciona con monedas en la casa de la playa, así que estará bien.”

“Ya veo, entonces…” Dijo Yua juguetonamente. “¡Toma esto!” Le echó agua a Yuuko.

“Hey, ¿de verdad estás enfadada conmigo? ¿No estás siendo poco razonable?”

Los cuatro chicos las mirábamos jugar alegremente, lo que nos hizo exclamar al unísono.

““““—¡Qué bonito!””””

Nanase y Haru nos miraron con expresión estupefacta. “Entonces…” Dijo Kazuki: “¿Es el turno de Saku?” “Después de ver esa escena, ¿aún quieres jugar?”