Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 9

Capitulo 6: La Nueva Autora y su Hermano Mayor

 

 

Era finales de abril, una semana entera después de que salieran al mercado los lanzamientos del mes de GF Bunko, entre ellos Recuerdos del cielo de Aoba Kasamatsu. La identidad de la escritora como autora de diecisiete años junto a un diseño de portada similar al de la serie Panorama de Nayuta Kani, había llamado mucho la atención para tratarse de una novela debut y las ventas iban bastante bien.

Pero en una relación aparentemente inversa, las críticas de los lectores fueron menos que estelares.


“Una copia inferior de Nayuta Kani”. “Decepcionante”.

“No pude encontrar un solo elemento que sobresaliera por encima de Nayuta Kani”.

“No entiendo por qué se deja debutar a alguien así después de haber ganado el mismo premio de nuevos autores que Nayuta Kani”.

“Hablando de vulgar comercialismo. Con Nayuta Kani, se ve hasta qué punto la editorial quiere convertir a las autoras adolescentes en una simple Cosa”.

“Siento que mi querida serie Panorama ha sido mutilada permanentemente”.

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Fue tal y como su editora Yamagata había predicho— en efecto, las críticas fueron incluso peores de lo que ella esperaba.

Si nos fijamos estrictamente en el libro en sí, independientemente de cualquier otra cosa, Recuerdos del cielo no es en absoluto una mala obra. Sin duda, tenía las cualidades necesarias para merecer el segundo premio. Pero su comparación con una genio incomparable como lo es Nayuta Kani debió de dar a los lectores una impresión aún más negativa de lo que merecía.

Por supuesto, estos comentarios no tardaron en llegar a Aoba Kasamatsu, una chica que lleva en la internet desde que tenía uso de razón. Al principio se enfureció, pero mantuvo una fachada orgullosa diciendo cosas como “Idiotas que no saben lo maravilloso que es esto”, pero como las críticas siguieron llegando durante varios días, finalmente tuvo que enfrentarse a la realidad. Su talento—su trabajo—era una farsa, una imitación, nada comparable al “verdadero talento” de Nayuta Kani.

Aoba miraba sombríamente el feed de Twitter en su teléfono mientras caminaba hacia el edificio de Gift Publishing. Hoy tenía una reunión con Yamagata para hablar sobre su próximo trabajo.

A Yamagata le habían dicho que respetara los deseos de Aoba a la hora de elegir entre escribir una continuación de Recuerdos del cielo—las ventas fueron buenas después de todo—o idear una nueva novela. Pero a Aoba le costaba decidirse. Pensaba que eligiera lo que eligiera, el futuro podría estar lleno de más ataques. Quizá lo mejor para todos sería que lo abandonara de una vez…

Sumida en su melancolía, llegó a la puerta principal. Intentó entrar, pero le fallaron las piernas. Recordó su comportamiento en los últimos días y sus ojos lagrimearon de vergüenza. El patético discurso que pronunció en la entrega de premios. Sus insultos a los autores más veteranos. Su actitud de confrontación hacia sus compañeros escritores novatos. Su abierta rebelión contra su editora…

…Ni hablar. No puedo entrar.

Simplemente no podía enfrentarse a Yamagata, a los otros editores y a los escritores que imaginaba que podrían estar dentro.

Lo siento, pero estoy resfriada, tendré que cancelar la reunión de hoy.

Tras teclear el mensaje en la entrada, Aoba se dio la vuelta y se marchó.

***

 

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Hermanita

“¿Eh? ¿Kasamatsu?”.

“¡¿?!”

Mientras se tambaleaba hacia la estación de tren, con la mirada fija en el suelo, Aoba levantó la cabeza al oír la voz que tenía delante. Le produjo un escalofrío. Allí, con una sudadera con capucha, estaba el vagamente andrógino Chihiro Hashima con una bolsa de compras colgando de una mano. Aoba lo conocía del pequeño acto social al que la invitó Ui Aioi el pasado diciembre; él iba un curso por delante de ella en la escuela y, a diferencia de la severa y poco cariñosa Aoba, él era cariñoso, comunicativo y estaba destinado a ser el centro social de cualquier clase. Incluso fue lo suficientemente amable como para acompañar a Aoba de regreso a la estación aquel día.

Una adolescente normal podría haberse enamorado fácilmente de un joven tan amable y atractivo, pero lo único que Aoba sentía eran punzadas de inferioridad, junto con un retorcido sentimiento de superioridad— “Este chico no es más que un estudiante normal de instituto, pero yo soy una novelista profesional, así que soy mejor”. Sin embargo, ahora incluso el retorcido orgullo que sostenía a Aoba estaba a punto de resquebrajarse por la mitad.

“¿Vuelves de una reunión con la editorial?”. “…Más o menos”.

Ella sabía que la respuesta a la alegre pregunta de Chihiro sonó torpe.

“… ¿Qué estás haciendo aquí, Hashima?”.

“Ah, mi hermano vive cerca. Estoy a punto de cocinarle la cena”.

Mi hermano.

Chihiro Hashima dijo que era el hermano menor de Itsuki Hashima. Antes de participar en el Concurso de Nuevos Escritores, ese tipo no le importaba en lo más mínimo, pero después de que él hablara de construir una nueva era en la ceremonia, ella se le acercó y le dijo: “Yo seré quien construya esa nueva era”, y se marchó enfadada.

Luego, en la fiesta se enteró de que Itsuki y Nayuta Kani eran pareja, lo que la interesó lo suficiente como para empezar a leer su obra. Entonces se volvió adicta.

Primero fue Todos sobre mi hermanita, la obra más popular de Itsuki, que se había ganado una adaptación al anime este mismo año. Luego fue Combate de hermanitas, su otra serie en curso. Conoció a Kazuma Akatsuki, el alocado estudiante de instituto que realizaría cualquier tipo de acto extravagante por el bien de su hermana y a Sieg, el caballero oscuro que libraba batallas día y noche, por la hermana que esperaba su regreso.

Desde el lanzamiento de Recuerdos del cielo y su posterior paliza, Aoba ya no podía volver a leer su querida serie Panorama. En su lugar, había estado leyendo las obras de Itsuki Hashima. Sólo cuando lo hacía, maravillada por las emocionantes historias de los heroicos hermanos mayores, sus sentimientos más dolorosos se desvanecían.

“¡O-oye, um…!”. “¿Sí?”.

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“¿Crees que podría reunirme con Itsuki Hashima?”.

Quería disculparse por su insensatez. Ella era una pálida imitación, lo sabía, y quería disculparse por haber soltado la lengua. Se estremeció al pedirlo.

“Um, creo que no hay problema, pero déjame consultarlo con él primero”. Chihiro, con cara de desconcierto, sacó su teléfono.

***

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Hermanita

Oye, ¿está bien si llevo a Aoba Kasamatsu?

El mensaje de Chihiro hizo que Itsuki se estremeciera un poco.

Esa autora novata malcriada, ¿eh?

Él sabía que había participado en la salida organizada por Haruto, pero no esperaba que le pidiera pasar por allí. ¿Qué querría de él? Nunca se le había dado bien encontrarse repentinamente con alguien de quien no era amigo desde el principio, pero se trataba de una novelista  novata  que  prácticamente  le  había declarado la guerra en la ceremonia. Tal vez empezaría a hablarle mal nuevamente.

Sin embargo, tal vez no venía por motivos relacionados con la escritura. Tal vez Chihiro y ella habían iniciado una relación o algo así y ahora iban a darle la noticia… pero Itsuki tampoco tenía ni idea de cómo afrontar algo así.

¿Debería preguntarle qué quiere…? No, entonces parecerá que le tengo miedo a esta escritora adolescente. Como veterano y hermano mayor de Chihiro necesito actuar con más confianza.

Mientras su cerebro daba vueltas en círculos, optó por limitarse a enviar un contundente Claro como mensaje a Chihiro.

Al poco tiempo, mientras Itsuki esperaba nervioso en su casa, entraron Chihiro y Aoba Kasamatsu.

“¡Ja-ja-ja!”, declaró. “Qué amable de tu parte venir, impertinente novelista presuntuosa. ¡No voy a huir de ti y no voy a esconderme!”.

Itsuki estaba sentado en el kotatsu con los brazos cruzados y el pecho hinchado. Se esforzaba por parecer audaz. Aunque en lugar de eso, se comportaba como un niño de primaria.

Aoba se sentó frente a él. “…Ah…um, encantada de verlo de nuevo… Hashima-sensei…”. Tras ese incómodo saludo, inclinó la cabeza. “…Le pido disculpas por haberme comportado tan grosera con usted en la ceremonia…”.

“Eh. Oh, ¿ah…?”. Itsuki estaba desconcertado. Era una chica completamente diferente a la que vio el año pasado. “… ¿Pasa algo? No estás actuando tan cringe…em, quiero decir, tan enérgica como lo hiciste antes”.

A Aoba se le llenaron los ojos de lágrimas. “Mi libro finalmente salió. Hace una semana”.

“…Oh cierto, estabas prevista para abril”.

Últimamente estaba demasiado ocupado como para comprar libros, pero seguía atento a las novedades de GF Bunko.

“…Todo el mundo lo odia”. “Ohhh”.

Ahora tenía sentido para Itsuki. Si un autor se deprimía tras la publicación de su libro, podía deberse a dos motivos: las malas ventas iniciales o que los lectores lo estaban destrozando.

“…Hablé arrogante en la entrega de premios… pero no soy más que una escritora sin talento que no supo ver quién era en realidad. No soy más que una imitación, una copia inferior… No tengo nada del verdadero talento que tiene Nayuta Kani”.

El entrecortado confesionario hizo que Itsuki recordara su propio pasado—hace unos cinco años, cuando salió a la venta Hermanita del apocalipsis, su primera obra.

“Todo en esta novela es asqueroso”.

“Un montón de basura, repleto de los delirios de un evidente virgen”.

“Los personajes están tan locos que no puedo empatizar con ninguno de ellos”.

“Sé que se supone que está escrito en japonés, pero no entiendo nada y no estoy seguro de querer entenderlo”.

“Esto no es nada recomendable. ¡Si el autor quería masturbarse, que lo haga en su tiempo libre!”.

“Cuestiono la sensatez de Sekigahara por recomendar a éste”.

Y así sucesivamente…

Seguramente se dijeron cosas peores sobre él, pero recordarlas no hacía más que irritar a Itsuki, así que se las quitó de la cabeza. En cualquier caso, a pesar del pequeño grupo de apasionados fans que consiguió con su debut, fue básicamente una tormenta perfecta de críticas. Que su padre le soltara en la cara “¿Tú escribiste esto?” tampoco ayudó mucho a su relación.

…Ahora que lo pensaba, por aquel entonces Itsuki estaba en segundo año de preparatoria. Al igual que Aoba en este momento. Era como ver a su yo del pasado en su apartamento—y dada la forma en que se desafiaba a sí misma a ser la próxima Nayuta Kani, aquella genio dotada de un talento divino, también solapaba con su yo actual.

“Entonces, Aoba Kasamatsu, ¿qué harás ahora?”.

Resistiendo el impulso de poner más pasión en su voz, Itsuki trató de mantener la calma mientras hablaba.

“¿Qué voy a hacer…?”, Aoba levantó la vista, confusa.

“Tu primera novela ha sido destrozada y tus sentimientos están heridos. Lo siguiente que tienes que plantearte es: ¿Voy a seguir escribiendo novelas o voy a dejarlo? Eso es todo”.

“…No tengo ningún talento. Sólo soy una imitación que admira a Nayuta Kani. No tengo ningún derecho a seguir escribiendo—”.

“¡No estoy hablando de tu derecho, ni de tu talento, ni nada por el estilo!”.

La intensidad de la voz de Itsuki sobresaltó visiblemente a Aoba.

“¿Quieres seguir escribiendo novelas?”, continuó, bajando el tono. “¿O no? ¿Qué elegirás?”.

…Sniff…”, Aoba estaba sollozando. “…Hnhh… P-Pero… Pero no… sniff… vale la pena… No tiene sentido… fff…”.

“¡No estoy hablando de si vale algo!”, respondió Itsuki bruscamente. “No sé hasta qué punto tu novela está siendo machacada, pero, ¿qué piensas al respecto?

¿Te gusta o lo odias? ¿Te importa lo que pasa? ¿Amas lo que haces? Porque eso es realmente lo único importante”.


Cinco años atrás, Itsuki había luchado contra la respuesta de la sociedad hacia su propio trabajo. Había conseguido ganar un premio para nuevos autores, pero tal vez no tenía talento—tal vez, agonizaba, no había forma de que pudiera ser el protagonista de nadie. Pero seguía queriendo escribir. Los ánimos de su editor Toki, y de su compañero Haruto, ganador del premio, contribuyeron decisivamente, pero al final, realmente amaba lo que escribía. Le dijeran lo que le dijeran, era incapaz de odiar sus novelas.

“…Me—Me…”, Aoba Kasamatsu se esforzó por dar una respuesta. “¡Me… hnhh… me gusta escribir… novelas… Mng…! ¡Mis novelas son… divertidas…! Sniff… ¡Me…

me…! ¡Me encantan mis novelas…! ¡Nnghnnnngh…!”

Itsuki le dedicó una sonrisa amable. Era como mirar a su yo del pasado. “Entonces sigue escribiendo. ¡No necesitas talento ni permiso, ni valor, ni sentido, ni nada! …Además, ¿qué tiene de malo ser una copia inferior? Si sigues escribiendo, puede que algún día superes al auténtico… ¿Y eso no sería genial? ¿Una imitación que supera a la auténtica? Como el héroe de un cuento”.

Itsuki hablaba tanto consigo mismo como con Aoba. Pero ella lo miró a él y a la salvación que le ofrecía. Después de todo este tiempo en el que los lectores y su propio editor le habían dicho que era una farsa, su corazón se había congelado y ahora las palabras de Itsuki habían derretido suavemente ese hielo.

Imouto Sae Ireba Ii Vol 9 Capítulo 6 Novela Ligera

 

“… ¿Está bien escribir si no tengo talento? ¿Incluso si soy inferior o una imitación…? ¿Aún puedo escribir novelas?”.

“¡Claro que puedes!”.


La propia determinación de Itsuki estaba presente en aquella declaración, pronunciada con toda la fuerza que fue capaz de reunir. Aoba permaneció sentada, derramando grandes lágrimas mientras sollozaba.

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***

 

 

Hermanita

Tras aquel encuentro, los tres decidieron cenar juntos. Mientras comían, Aoba reveló que se había convertido en fan de Itsuki tras leer su obra—un hecho que le emocionó como nunca.

“¡Vaya, vaya! ¡Sí, hasta un tipo como yo piensa que los protagonistas de mis historias son así de geniales! ¡Si quieres que una hermana encantadora brille aún más, necesita un encantador hermano mayor que la enmarque!”.

“¡Tienes razón! Creo que los lectores pueden ver realmente cómo brilla una heroína cuando se la representa a través de los ojos cariñosos del protagonista”.

“¡Ja-Ja-Ja! Exacto. Es una técnica muy sencilla pero avanzada y no muchos lectores se dan cuenta. ¡Eres una joven inteligente!”.

“Jee-Jee-Jee…”.

Aoba soltó una tímida risita ante el cumplido de Itsuki. La aspereza había desaparecido de sus palabras; ahora que reía sinceramente, resultaba mucho más fácil de abordar.

De buen humor, Itsuki se sirvió un poco de cerveza, lo cual no hizo sino aumentar su nerviosismo. “¡Al diablo con todos esos haters! ¿Quiénes se creen que son para decirme que me masturbe solo? ¿Tú qué crees que se hace con esas críticas en Amazon, eh? ¡Es como masturbarse  en  público  delante  de  una  librería!

¡Nadie quiere ver esa mierda! ¡Escucha novata! ¡Si lo resumes, todos los esfuerzos creativos son esencialmente el autor masturbándose! ¡Y cuando eres un escritor profesional, mucha gente pagaría buen dinero por ir a ver! ¡Cuando me masturbo, vale la pena pagar más! ¡Y algún día, voy a inventar nuevas técnicas increíbles que van a sorprender a la gente de todo el mundo!”.

“¡Yo—yo también me masturbaré, Hashima-sensei!

¡Como si mi vida dependiera de ello!”. Aoba, cuyo tono rebelde de la ceremonia contrastaba con la perversidad de esos comentarios, acompañaba ahora a Itsuki con los ojos brillantes.

“¡Sí! ¡Muéstrame lo bien que puedes hacerlo!”.

“¡Claro que sí! ¡Intentaré ser tan buena como usted!”.

¡Ugh! ¡¿Pueden dejar de gritar sobre masturbación, por favor?!”

Los gritos de una roja y brillante Chihiro cayeron en oídos sordos.


“Eh, um, ¡Hashima-sensei!”.

“¿Hmm? ¿Qué pasa, novata?”.

“¡Hablar con usted hoy me ha abierto los ojos! ¡¿Le importa si lo llamo mi maestro?!”.

Itsuki miró a la muy seria Aoba, pensando un poco. “¡No! ¡No puedes!”.

“Aw…”.

“¡No me llames maestro! ¡Tienes que llamarme Onii- chan!”.

Era el delirio de alguien completamente borracho, pero para Aoba, quien siempre había idolatrado la idea de un hermano mayor, era una noticia alegre.

“¡Sí! ¡Sí, Onii-chan!”.

“¡O-oye Kasamatsu! ¡¿Qué estás diciendo?! ¡Además, deja de actuar como un estúpido con ella, Itsuki!” Chihiro entró en pánico.

“Je-je… Onii-chan… Nada resuena más bonito en mi mente…”.

“¡Espero que sigas brindándome tu ayuda, Onii-chan!”. “¡Sí! ¡Eso es! ¡Más! ¡Dilo otra vez!”.

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“¡Onii-chan! ¡Onii-chan! ¡Onii-chan!”. “Weh-heh-heh-heh-heh…”.

Itsuki sonrió ampliamente, completamente embelesado, mientras Aoba repetía como un loro esas palabras. Eso puso a Chihiro de mal humor.

“Nngh… Eres un gran idiota, Hermano…”.

 

Imouto Sae Ireba Ii Vol 9 Capítulo 6 Novela Ligera

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