Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 9

Capitulo 4: Los Cerezos de Año Nuevo

A finales de marzo, el grupo decidió celebrar una fiesta para ver los cerezos en un parque cercano a Gift Publishing y al apartamento de Itsuki. Entre los asistentes se encontraban Itsuki, Nayuta, Haruto, Miyako, Chihiro, Toki y Ashley del año pasado, así como Kaiko Mikuniyama, Ui Aioi y Makina Kaizu— todos ellos disfrutando de la comida preparada por Chihiro, al igual que los aperitivos, la cerveza y el sake que habían traído.

“Aquí tienes, Haruto-senpai”. “Oh, em, gracias”.

Ui sirvió cerveza en el vaso de Haruto. Se trataba de una Bieken, una cerveza belga que destaca por su contenido en miel, en cuya etiqueta aparecía la ilustración de una atractiva muchacha vestida de abeja.

Ui llevaba un vestido sexy que dejaba al descubierto gran parte de su pecho, y si estaba sirviendo cerveza a tu lado, esto era difícil de pasar por alto.

Hablando literalmente de una trampa de miel…

La profunda hendidura, así como los ocasionales vistazos a su sostén, hicieron que Haruto se sonrojara y desviara la mirada. Miyako, sentada a su lado, le dirigió una mirada de desaprobación.

“¡M-Miyako, no es lo que…!”.

“…No he dicho nada, ¿verdad?”, apartó la mirada de Haruto y empezó a comer.

Ui se acercó a ella, llevando la botella de Bieken. “¿Quieres un poco también, Shirakawa?”.

“Oh, claro… Gracias”. Miyako levantó su copa mientras Ui servía.

“Um… ¿Tú también, Aioi-sensei?”, ofreció, tomando la botella.

“No es necesario agregar sensei. todavía soy una autora novata, recién debutada. Además, no eres mi editora de todos modos”.

“…Cierto. En ese caso, aquí tienes Aioi”. Miyako dedicó una cálida sonrisa a Ui, ignorando las connotaciones que había detrás de lo que decía mientras llenaba su copa.

“Muchísimas gracias”, dijo Ui con una sonrisa mientras se llevaba la bebida a los labios. “¡Jee-jee! Nunca había probado la cerveza de miel, aunque no es tan dulce”.

“No. Pero se siente vagamente como miel también”. Miyako tomó un sorbo. El dulce aroma desprendía un elegante umami, creando una bebida refrescante y contundente.

Las dos habían coincidido un rato en la ceremonia del Concurso de Nuevos Escritores, así que se conocían los nombres, pero era la primera vez que hablaban. Ui ya había adivinado que Haruto sentía algo por Miyako y Miyako tenía una vaga idea de que las evidentes insinuaciones de Ui hacia él estaban empezando a hacerle vacilar el corazón.

“¿Por qué empezaste a trabajar en GF Bunko, Shirakawa?”.

“Um, bueno, el Señor Toki, el editor de Itsuki, fue quien me lo propuso. En un principio iba a ser algo para las vacaciones de verano, pero después siguieron pidiéndome ayuda así que seguí adelante”.

“Ahh. ¿Quieres ser editora más adelante?”.

“Mmm… Tengo curiosidad al respecto, pero aún no estoy muy segura. Por cierto, ¿fuiste a la escuela de escritores, Aioi?”.

“Sí”.

“¿Qué tipo de cosas se estudian allí?”.

“Bueno…”, Ui reflexionó por un momento. “Primero, los elementos de estilo. Luego, la creación de personajes, tramas, ideas… Muchas cosas. Tienes escritores y editores profesionales que leen tu trabajo y te dan sus consejos expertos, también ayudé a escribir la historia de un juego para redes sociales”.

“Vaya. Suena impresionante. Como si estuvieras en la vía rápida para convertirte en profesional”.

Ui soltó una risita ante la sincera admiración de Miyako. “Bueno, no es algo que funcione para cualquiera”.

“¿Oh?”.

“Algunas personas no encuentran nada que hacer con sus vidas, pero les gusta el anime y las novelas ligeras, así que se apuntan a una escuela para ello. Algunos ni siquiera leen novelas y mucho menos las escriben. Muchos abandonan a mitad de camino e incluso después de graduarse, muchos aceptan trabajos fuera de la industria del entretenimiento”.

“Así es como funciona, ¿eh…?”.

Miyako suponía que la gente no asistiría a escuelas especializadas como ésta a menos que tuvieran un verdadero deseo de convertirse en profesionales, pero aparentemente no era el caso. Tal vez no eran tan diferentes de ella, simplemente iban a la deriva desde el instituto hasta la universidad.

“Por cierto, Shirakawa, ¿has leído algún libro interesante últimamente?”.

“Hmm… En realidad, he estado leyendo muchas novelas y mangas que tienen editores como héroes. Cosas como Henshu Girl y Juhan Shuttai!”

“Oh, ya veo. Sí, a mí también me interesan las novelas protagonizadas por escritores. Tener a alguien cercano a mí como protagonista me ayuda a empatizar más con ellos”.

“Sí”.

…Miyako y Ui mantuvieron la conversación, hablando de novelas, manga, películas, revistas, comida y mucho más, pero nunca hablaron de Haruto. Ya había experimentado antes este tipo de conversaciones indagatorias entre chicas, pensó Miyako, pero nunca son cómodas.

Pero supongo que es normal…

No era normal empezar a disparar directamente a tu potencial rival amoroso en el primer encuentro como lo hizo Nayuta… pero por supuesto, el anormal enfoque de Nayuta la ayudó a conquistar el corazón de su amado.

Miyako casi quería gritar “¡No estoy pensando en Fuwa para nada, así que siéntete libre de confesarle tu amor o lo que sea!”, pero no era algo para decir delante de tanta gente en esta fiesta. Además… si le preguntaban si realmente no pensaba nada de Haruto, no podría responder. Ver a Haruto casi derretirse cuando Ui se acercó a él la irritó completamente. Su futuro, sus amigos, su amor—tenía tantos problemas que la mareaban.

Ui mientras tanto, sonreía y hablaba con Miyako haciendo todo lo posible por que nadie se diera cuenta de cómo temblaba. Al enterarse de su premio, había cambiado su aspecto por completo, esforzándose al máximo por estudiar la moda moderna en previsión de encontrarse de nuevo con Haruto, pero aún no estaba acostumbrada a los lentes de contacto. Un solo paso en falso y sentía que su fachada empezaría a desmoronarse.

En la escuela de escritura, lo único de Ui que llamaba la atención eran sus pechos. Todo el tiempo que podía dedicar a socializar y divertirse lo empleaba en estudiar redacción de novelas, por lo que no estaba acostumbrada a charlar con los demás. Una universitaria llamativa como Miyako no era de las que asisten a la escuela de escritura, así que entablar una conversación la ponía nerviosa. Si no fuera por el trabajo editorial de Miyako y su fluidez conversacional sobre libros y la industria, habría sido imposible.

Así que se enzarzaron en una agradable discusión mientras se ocultaban mutuamente la verdad. Haruto mientras tanto, observaba desde la distancia, manteniéndose en un suspenso nervioso.

***

Hermanita

Kenjiro Toki, que había pasado dos noches seguidas sin dormir, al igual que el año pasado, se desmayó rápidamente a causa de la cerveza. Itsuki se quedó dormido poco después, con la cabeza cuidadosamente apoyada en el regazo de Nayuta. A su lado, Kaiko devoraba comida a un ritmo vertiginoso. Había estado trabajando desde ayer sin comer ni beber nada, sólo para poder tener tiempo libre para unirse a esta fiesta, así que estaba completamente hambrienta.

Chihiro y Kaizu charlaban sobre modelos de robots, y Ashley que estaba cerca se apresuraba a probar el sake y los aperitivos que la rodeaban. El sake se llamaba Onna Nakase, que significa: hacer llorar a las mujeres—un junmai daiginjo dulce y suave destinado a las mujeres. Los aperitivos eran ryukyu, una exquisitez local de la prefectura de Oita al oeste de Japón, hecha con sashimi, cebollas picadas y semillas de sésamo remojadas en una mezcla a medias de salsa de soja y mirin (proporción ajustable al gusto) durante aproximadamente medio día. Inada, o medregal japonés joven, fue el pescado elegido hoy; las cebollas crujientes, el sésamo fragante y el pescado impregnado de umami en la salsa constituyeron un bocado excelente. Combinaba perfectamente con arroz y sake, y básicamente se podía comer para siempre.

De hecho, Ashley estaba inmersa en su magia ahora mismo.

“…Tengo tantos problemas. Demasiados. Esto es demasiado bueno. Cielos. Esto es una locura”. Sus funciones cerebrales estaban fallando rápidamente, pero el ciclo de consumo de ryukyu y sake no hacía más que acelerarse.

“…Vaya Ashley, ¿no crees que vas un poco rápido?”, preguntó Kaizu, un poco preocupado.

Ashley le devolvió una sonrisa. “¡Jee-jee! Estoy bien, estoy bien. Soy toda una adulta”.

“Eso no tiene ningún sentido”. Kaizu suspiró y luego le sonrió a Chihiro. “Ella suele actuar elegante… pero creo que hoy se está dejando llevar”.

“Supongo que sí”, respondió Chihiro con una vaga sonrisa.

***

Hermanita

La fiesta empezó a terminar cuando se puso el sol. “Zzz…zzzzz ”.

“Estoy tan cansado… No quiero moverme. ”.

“¡Vamos Itsuki, resiste!”. “¿Estás bien, hermano?”.

Como ya era costumbre, Toki fue dejado bajo un árbol mientras Itsuki se apoyaba en el hombro de Haruto y

volvía a casa tambaleándose mientras Chihiro lo seguía de cerca.

“Oohhhh… Me siento mal…”.

“Oye Kaiko, no vomites aquí, ¿de acuerdo? ¡Aguanta hasta que lleguemos a casa!”.

“¡Si vomitas aquí, Miku, significa que hay una maldición! ¡Cualquier autor que ame los libros de Itsuki está condenado a vomitar durante las fiestas!”.

Miyako y Nayuta acompañaban a Kaiko, quien había comido y bebido demasiado.

“Gracias por la invitación, Haruto-senpai. ¡Espero volver a verte pronto, Shirakawa!”.

Ui le hizo una rápida reverencia. Habían intercambiado información de contacto, pero ninguna de las dos sabía si eso llegaría a algo.

“Hyaaahh…hic…”.

Y Ashley, que se había bebido tres botellas de sake, estaba despierta pero completamente borracha, tambaleándose al andar.

“…Oye, ¿podrás llegar bien a casa, Ashley?”.

“¡Síii! Me voy a caaasaaaa. Ya soy tooooda una adultaaaaa”.

Kaizu puso los ojos en blanco ante la ininteligible Ashley y suspiró. “Ah, bueno… Te acompañaré en un taxi de regreso a casa, ¿de acuerdo?”.

“¿Ehhh? N-nooooo haaaace faltaaa”.

“…Ugh”.

Con una mueca de dolor, llamó a un taxi y guio a Ashley al asiento trasero antes de acompañarla al interior. Al cabo de unos instantes, cuando el coche se detuvo, Ashley estaba acurrucada en el asiento trasero, con la cabeza apoyada en el regazo de Kaizu mientras dormía.

“……Espero… que nuevamente todos podamos ver las flores el año que viene…”.

Al notar un brillo alrededor de los ojos de Ashley mientras murmuraba en sueños, Kaizu apartó la vista de ella en silencio, sólo para establecer contacto visual con el taxista a través del espejo retrovisor.

“ ”.

“¿…?”. Kaizu miraba perplejo al conductor, quien no hacía ningún esfuerzo por ocultar sus sospechas.

“ ”.

Luego consideró imparcialmente su situación. Aquí había un hombre de mediana edad que no estaba precisamente en su mejor estado de salud, junto con una chica completamente borracha que posiblemente no parecía estar por encima de la edad legal para beber.

Apestaba a actividad delictiva.

“Um, no, no es nada de eso…”. Preso del pánico trató de defenderse, pero la mirada crítica del conductor no hizo más que aumentar.

Le costó mucho trabajo hacerle comprender que Ashley tenía treinta y tres años y que Kaizu no le había hecho nada. Cuando todo terminó, Kaizu se juró a sí mismo no volver a compartir un taxi con una Ashley borracha.