Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 209: Luz

“¡Waaa!”

El bebé en el estómago de Megose lloró. Se retorció, queriendo llegar anticipadamente al mundo en un intento por escapar de su situación.

Los hilos negros, fríos y suaves parecieron sufrir una conmoción ya que parecían ser reprimidos por un poder invisible que hizo retroceder.

“¡Waaa!”

Dunn y Klein se marearon al mismo tiempo. Sintieron que sus gargantas se contraían involuntariamente mientras sus conductos de aire se cerraban y los sofocaban.

Líquido carmesí fluía de sus fosas nasales, sus ojos y sus oídos. Klein sentía toda su sangre hervir.

Si no fuera por el hecho de que Klein tenía una resistencia sobrenatural debido a escuchar los murmullos y los desvaríos cada vez que se dirigía al mundo por encima de la niebla gris, así como a Dunn aferrándose a las cenizas de Santa Selena, definitivamente se habrían desmayado en el acto, al igual que Leonard Mitchell.

El cuerpo decapitado de Megose se dio la vuelta y miró a Klein, quien vio su piel carbonizada y su carne descascarándose hasta el suelo, y la sagrada pero malvada hoja de hueso blanco.

Habiendo escapado a su influencia gracias a su rica experiencia, Klein inmediatamente sintió un hormigueo en el cuero cabelludo y se olvidó del dolor en el pecho derecho. Parecía ser testigo de cómo su enemigo cargaba contra él maniaticamente, sin darle tiempo para recitar el encantamiento, infundir espiritualidad y lanzar el encantamiento del sol Ardiente.

Justo cuando estaba a punto de intentar esquivar el ataque, Klein vio que Megose se detuvo de repente. Vio ondear el cortavientos negro de Dunn Smith, y el capitán en diagonal frente a él había hundido la cabeza. Había múltiples objetos gruesos que se retorcían en su espalda como si fueran serpientes venenosas o tentáculos.

Dunn estaba usando sus habilidades como Pesadilla para impedir con fuerza los movimientos de Megose.

*¡Bam! ¡Bam! ¡Bam!* ¡Con una simple lucha de Megose, los gruesos objetos parecidos a tentáculos que sobresalían de la espalda de Dunn explotaron al mismo tiempo!

Una gran cantidad de sangre salpicó, cubriendo todos los rincones de la habitación como lluvia.

Dunn no estaba decepcionado con el resultado, ya que la sangre había sido absorbida por los hilos negros creados por las cenizas de Santa Selena.

¡Habían sido absorbidos!

Los innumerables hilos fríos, suaves, como tentáculos, entraron en un frenesí. Se abalanzaron hacia delante y ataron a Megose con fuerza, envolviéndose ellos mismos alrededor de su estómago abultado y retorcido.

¡Una oportunidad!

Klein estaba tan nervioso como emocionado. Se preparó para gritar la antigua palabra de Hermes para “Luz”.

“¡Waaa! ¡Waaa! ¡Waaa!”

¡Los llantos de un bebé se podían escuchar una vez más, más frecuentes y más incesantes esta vez!

Los innumerables hilos negros se detuvieron, retrocediendo y temblando de nuevo como si todos hubieran sido golpeados por un rayo.

La expresión de Dunn cambió cuando se dio cuenta de que Megose estaba a punto de liberarse. Sin dudarlo, retrajo su palma derecha, formó una garra y la clavó en su propio pecho.

Después de hurgar dolorosamente por unos instantes, sacó su mano derecha, sus dedos sujetando con fuerza un corazón ensangrentado. Era un corazón aún latiendo que portaba consigo la serenidad de la noche y el sueño.

Capitán…  Klein observó con impotencia cómo Dunn Smith metía el corazón en la urna que contenía las cenizas de santa Selena. Su visión se nubló.

*”¡Waaa! ¡Waaa! ¡Waaa!”*

Un llanto que sonaba como una pesadilla nocturna resonó. ¡Los innumerables hilos fríos y serenos una vez más reanudaron sus esfuerzos mientras se envolvían con fuerza alrededor de Megose!

Esta vez, no aflojaron las ataduras a pesar de los llantos del bebé en el estómago de Megose. De hecho, ¡incluso sellaron los sonidos aterradores dentro del cuerpo!

Las lágrimas de Klein cayeron junto con su sangre. Pronunció un simple término en Hermes con voz profunda: “¡Luz!”

¡La luz que ilumina la oscuridad! ¡La luz que trae calor!

Infundió toda la espiritualidad que pudo extraer en la fina pieza de oro grabada con símbolos misteriosos, lo que provocó que su mente se quedara en blanco y se mareara de inmediato.

Habiendo reunido lo último de su fuerza, Klein arrojó el Encantamiento del Sol Ardiente a Megose, quien todavía estaba atada por los innumerables hilos negros.

Los hilos negros no se inmutaron esta vez, pareciento ignorar sus instintos.

*¡Dub! ¡Dub! ¡Dub!*

El corazón fresco de Dunn todavía latía dentro de la caja que contenía las cenizas de Santa Selena.

La luz del sol brilló una vez más desde el agujero en el techo, permeando a través de los tres pisos, directamente hacia la Compañía de Seguridad Blackthorn, como si fuera un pilar corpóreo.

La luz fue guiada por el Encantamiento del Sol Ardiente, y se centró en Megose.

La luz del sol se fusionó con la parte superior del monstruo sin cabeza y luego explotó como un sol

*¡Retumbar!*

En el esplendor blanco ardiente, Klein cerró los ojos. Esta última escena quedó grabada profundamente en su mente.

El cuerpo de Megose perdió el brazo izquierdo, la cabeza y varios trozos de carne. Su cuerpo carbonizado se derrumbó al instante. La criatura medio ilusoria y aterradora dentro de su cuerpo ya no tenía el apoyo de un cuerpo físico y no podía completar la última etapa de su transformación. Se convirtió en una densa bola de gas negro, disolviéndose en medio de la luz y las llamas.

*¡Retumbar!*

Todo el edificio se sacudió violentamente, pero eso solo se debió a la energía liberada del Encantamiento del Sol Ardiente.

El encanto era diferente de una bomba normal. Sus poderes estaban concentrados, pero restringidos.

Klein luchó por estabilizar su cuerpo. Abrió los ojos a la fuerza y miró al frente unos segundos después.

Vio que las paredes se habían derrumbado. Vio un círculo carbonizado donde una vez estuvo Megose. Sorprendentemente, el piso solo se había derretido un poco.

Vio una placenta quemada y ensangrentada en el suelo. Vio a Dunn Smith de pie en el lugar, todavía con su cazadora negra. Vio el corazón en la caja de las cenizas de Santa Selena aún latiendo lentamente. Vio a Leonard Mitchell acostado en el lado opuesto; su estado era desconocido.

El exhausto Klein se sintió eufórico y pensó en que aún podía usar la magia ritual para salvar al Capitán. Sintió que Megose y su bebé estaban verdaderamente acabados. No, era más exacto decir que este último había sufrido una interrupción y fue exorcizado.

En ese momento, Dunn Smith se volvió para mirar a Klein. Su rostro pálido tenía una expresión cálida y relajada, y su voz seguía tan suave como de costumbre.

“Salvamos a Tingen”.

Después de decir eso, fue como si hubiera regresado a la época en que tenía veinte años. Ya no parecía severo y serio cuando le guiñó un ojo a Klein con el ojo izquierdo.

La expresión de Klein se congeló. Vio que el corazón en la caja de las cenizas de Santa Selena dejaba de latir. Se convirtió en una resplandeciente bola de luz antes de dispersarse por los alrededores. Vio al capitán caer, sus brazos perdiendo fuerza.

Parecía que la escena estaba compuesta por una serie de pinturas, pero Klein no pudo hacer nada para detenerlo.

*¡Dub!*

La caja con las cenizas de Santa Selena cayó al suelo, al igual que el corazón de Klein.

*¡Pa!* A pesar de que la caja no estaba cubierta, la oscuridad dentro de la caja selló la apertura, impidiendo que las resplandecientes cenizas parecidas a arena cayeran. La caja cayó hacia Klein.

Dunn Smith cayó al suelo destrozado, sus profundos ojos grises habían perdido todo su brillo. Estaba mirando el agujero en el techo, la luz del sol caía sobre su rostro.

¡Capitán! La visión de Klein se volvió borrosa una vez más. Quería gritar, pero esa palabra y las palabras subsiguientes se le quedaron atascadas en la garganta.

Lo logramos…

En ese momento, la caja que contenía las cenizas de Santa Selena había rodado hasta sus pies.

Klein sintió un dolor agudo en el pecho, sus pupilas se contrajeron violentamente mientras se congelaba en su lugar.

Miró hacia abajo para ver una palma ligeramente pálida, empapada en sangre, que salía del lado izquierdo de su pecho.

Megose no está muerta… No, un nuevo enemigo… La mente maestra tras bambalinas… ¿eh? ¿Voy a morir?

Klein casi perdió el conocimiento, sus ojos perdieron el foco. Su cuerpo se desplomó hacia un lado.

Su respiración se hizo más lenta gradualmente y finalmente sintió que la palma de la mano se retiraba rápidamente. Vio un par de botas de cuero nuevas y una mano que se extendía hacia abajo, una mano ligeramente pálida.

La mano Agarró la urna con las cenizas de Santa Selena.

La visión de Klein se volvió negra y perdió el conocimiento.

***

Objetos quemados y destrozados estaban esparcidos por la ahora destruidaCompañía de Seguridad Blackthorn, pero no había un solo sonido, era como un cementerio.

Unos minutos más tarde, el cuerpo de Leonard Mitchell se movió y sus ojos se abrieron lentamente.

Se incorporó con dificultad y examinó los alrededores. Vio a Dunn Smith en el suelo. También vio a Klein, que tenía los ojos muy abiertos mientras una mirada de sorpresa se plasmaba en su rostro. Dunn y Klein tenían heridas visibles en el lado izquierdo del pecho.

No…  Leonard exprimió la palabra de su garganta mientras se tambaleaba hacia el cadáver de Klein, que no estaba muy lejos de Dunn.

Siguió revisándolos, pasando entre los dos repetidamente, pero todo lo que pudo hacer fue aceptar la verdad irreversible.

Las rodillas de Leonard se doblaron, tirandolo al suelo. Sus ojos verdes estaban llenos de dolor mientras lágrimas corrían por sus mejillas, lavando la sangre y el polvo en su rostro.

Volvió la cabeza y escuchó durante dos segundos para luego tumbarse hacia delante. Dejó escapar un rugido enojado y apretó las palmas de las manos en puños, golpeando fuertemente el suelo.

¡Pa! ¡Pa! ¡Pa!

Leonard siguió llorando mientras golpeaba el suelo. En medio de su dolor había un sentimiento de claro odio y una clara sensación de autodesprecio.

*Tap, Tap, Tap* Leonard levantó la vista cuando escuchó el sonido de pasos apresurados y vio a los miembros de los Castigadores Imperativos y de la Maquinaria Mente Colectiva que acababan de llegar a la escena a través de su visión borrosa.

(Mr Insomne: Llegan tarde, hijos de p*ta)