Hell Mode (NL)

Había pasado una semana desde que Allen había perdido contra Helmios. Con el torneo terminado, Allen había vuelto a asistir a las clases con normalidad, pero la actitud del resto de los alumnos hacia él había cambiado. Algunos estaban asustados y ya no le hablaban, pero muchos más se acercaban a él activamente. En este mundo en el que la fuerza era la justicia, ser capaz de enfrentarse al Héroe significaba mucho.

Extrañamente, no hubo ninguna ceremonia después del torneo. Normalmente, habría una para aplaudir no sólo al campeón, sino a todos los concursantes que consiguieran entrar en los dieciséis primeros puestos. Los miembros de la realeza y la nobleza serían invitados, al igual que los dignatarios extranjeros de la ciudad. Se trataba básicamente de una ocasión para que estos agentes de poder reclutaran a estudiantes prometedores para que entraran a su servicio tras regresar del campo de batalla. El año anterior, muchos nobles se habían puesto en contacto con Krena, pero ella los había rechazado a todos, diciendo que tenía una fiesta a la que ir a casa.

¿Por qué no se celebró la ceremonia este año? Resultó que fue porque Allen se había excedido en su encuentro con Helmios. Después, todos los dignatarios extranjeros que habían estado presentes se arremolinaron en la Academia, exigiendo explicaciones. Preguntas como “¿Quién era ese chico?” y “¿Por qué Ratash lo ha mantenido en secreto todo este tiempo?” fueron acompañadas por recordatorios de que “la Alianza de los Cinco Continentes estipula que todos los países deben informar siempre que nazca alguien más poderoso que un Lord de la Espada”. Cada dignatario representaba a su propio país en lugar de sus respectivos jefes de estado, por lo que ni Ratash ni la Academia podían despedirlos sin más. Naturalmente, el palacio real de Ratash se vio envuelto en un enorme alboroto. La ceremonia era lo más alejado de la mente de todos.

Rifol le había contado a Allen el estado de los asuntos en el palacio, dejándole maravillado una vez más por la red de información del otro muchacho. En cualquier caso, como tantos países estaban vigilando de cerca el próximo movimiento de Ratash, se decidió que la ceremonia se celebraría en una fecha posterior.

Después de escucharlo todo, Allen sólo respondió con un simple: “De acuerdo”. Ya había logrado su objetivo de obtener un Anillo de Recuperación MP, así que sinceramente no podía importarle nada de la política. Para él, este era un asunto que ya había terminado.

***

Tras un importante retraso, por fin se decidió la fecha de la ceremonia. Se celebraría en una de las posadas más destacadas de Ciudad Academia. El día de la ceremonia, Allen y Krena salieron temprano de la escuela y se dirigieron hacia allí.

Oh, es la misma a la que fuimos el vizconde Granvelle y yo el año pasado para la cena con el príncipe heredero. ¿El príncipe heredero se queda aquí siempre?

Cuando los dos entraron, los condujeron a una sala de espera donde encontraron a los demás alumnos finalistas que esperaban el comienzo de la ceremonia. Todos les saludaron con gran respeto, incluso los alumnos de tercer curso.

Pronto entró un funcionario encargado de la ceremonia. Tras confirmar que todos estaban presentes, procedió a explicarles cómo se desarrollaría la noche. También les hizo algunas advertencias, como no mirar directamente al príncipe heredero y no responder a nadie en voz alta. Estaba expresamente prohibido llevar armas a la sala de ceremonias, por lo que todos los estudiantes fueron sometidos a un cacheo para confirmar que no llevaban ningún arma oculta. Por alguna razón, se asignaron dos personas para controlar a Allen. La explicación y las advertencias continuaron durante un rato más, dejando a algunos de los estudiantes bastante nerviosos y asustados.

Finalmente, el funcionario terminó su discurso diciendo: “La ceremonia comenzará en breve. Asegúrense de no faltar al respeto a ninguno de los dignatarios extranjeros.” En el peor de los casos, la impudicia podría acarrear cargos penales.

Después de que pasara algo más de tiempo, los estudiantes fueron finalmente conducidos a la sala de ceremonias, procediendo en una fila única con el campeón Allen a la cabeza. Las puertas dobles se abrieron para revelar un lugar que Allen reconoció.

Oh, esta es la sala donde el príncipe heredero estaba cenando esa vez. Parece que han quitado la enorme mesa y la han convertido en un salón.

El primer acontecimiento de la noche era que el príncipe heredero pronunciara unas palabras de elogio a los concursantes, así que el grupo de dieciséis caminó por el centro de la sala hacia el extremo más alejado, donde él estaba sentado. Marcharon bajo la mirada de todos los aristócratas y dignatarios que se alineaban en ambas paredes. A los estudiantes no se les permitía mirar a su alrededor, pero Allen dedujo que había un centenar de personalidades presentes. Todos miraban a Allen con curiosidad, murmurando entre ellos.

“El pelo negro es raro, pero de cerca, sólo parece un chico normal.”

“¿Realmente hizo aparecer un dragón que luchó por él?”

“Lo hizo. Y baja la voz.”

Sí, sigue el consejo del último chico. Porque puedo escuchar a todos ustedes claro como el día.

En el borde de su visión, Allen alcanzó a ver al vizconde Granvelle.

Eh, el vizconde también está aquí.

El grupo de Allen se acercó al patrón redondo de la alfombra a cinco metros del príncipe heredero, tal y como les había indicado antes el funcionario, cuando el príncipe heredero les gritó de repente.

“¡No se acerquen! ¡Deténganse ahí!”

Aunque las cosas eran diferentes de lo que se les había dicho, los estudiantes se arrodillaron obedientemente en el lugar donde estaban.

El caballero que estaba detrás del príncipe heredero susurró: “Por favor, no los agite demasiado, Su Alteza. Este lugar no es del todo seguro.”

“Lo sé”, respondió el príncipe heredero con una voz igualmente suave.

Desde su posición al frente de la procesión, Allen había logrado escuchar el intercambio con claridad. Al ver que ahora había muchos más caballeros rodeando al príncipe heredero que en la cena del año pasado, Allen se dio cuenta de que el príncipe heredero le había cogido bastante miedo después de ver su pelea del otro día.

Démonos prisa, por favor. Tengo muchas ganas de volver a las mazmorras y ver qué tal lo hacen mis nuevas Invocaciones contra el dragón.

Gracias a la obtención del nivel 7 de invocación, Allen tenía ahora estadísticas mucho más altas y acceso a invocaciones de rango B. Se moría de ganas de volver a luchar contra el jefe de tipo dragón que su grupo había encontrado en enero, solo que esta vez sin depender de la habilidad extra de Krena.

El maestro de ceremonias proclamó: “Ahora tendremos unas palabras de Su Alteza el Príncipe Heredero”, lo que hizo que Allen y los estudiantes bajaran aún más la cabeza.

“Todos han luchado bien. El Reino de Ratash se alegra de tener guerreros tan fuertes como ustedes. Sigan entrenando y perfeccionándoos por el bien de nuestro país.”

Todos los estudiantes corearon: “¡Gracias, Su Alteza!”

¡Está bien, ya está! ¿Puedo ir a casa ahora? Me alegro de que no se haya puesto a hablar como el director de mi escuela.

Lamentablemente, en contra de las expectativas de Allen, la orden de abandonar el salón no llegó. El silencio llenó la sala.

Eh, ¿Qué es esto? ¿A qué estamos esperando?

El deseo de Allen de marcharse brotó en su interior. Mientras tanto, la tensión era palpable, ya que los nobles y dignatarios estaban pendientes de las próximas palabras del príncipe heredero.

Bajo la mirada de todos los que esperaban ver cómo el reino decidiría manejar a este campeón, el príncipe heredero se aclaró la garganta.

“Ejem. Eh… Allen, ha sido un combate impresionante.”

Allen se inclinó con elegancia. “Estoy muy agradecido, Su Alteza. Me temo que me entusiasmé un poco estando en su presencia”, respondió, poniendo énfasis en “un poco entusiasmado” y “en su presencia”.

Espero que eso sea suficiente como excusa para destruir el escenario de la arena.

“A-Así es. Su exhibición me sorprendió mucho, ya que el vizconde Granvelle no había informado de que tuviera un subordinado tan ejemplar.”

El príncipe heredero habló a propósito lo suficientemente alto como para que todos en la sala lo escucharan. Reconocía claramente a Allen como el chico que había estado detrás del vizconde Granvelle durante la cena del año pasado. Estaba insinuando que Ratash no sabía lo de Allen en primer lugar y estaba echando la culpa al vizconde Granvelle.

Al ser llamado repentinamente por su nombre, el vizconde, que estaba de pie con los otros nobles, respondió con confusión en su voz: “¿Mi… subordinado, Su Alteza?”

“¿Hm? ¿No es su subordinado?”

“No lo es, Su Alteza. Allen es un invitado de la Casa Granvelle.”

“Un invitado, dices. ¿Es eso cierto, Allen?” Los ojos del príncipe heredero parecían preguntarse por qué Allen llevaba el traje de un sirviente si no lo era.

“Sí, Su Alteza. La Casa Granvelle me ha aceptado como invitado. El vizconde ha sido más que generoso conmigo, así que a veces hago un poco de trabajo para él.”

Tanto el príncipe heredero como el vizconde se hicieron eco en voz alta: “¿Trabajo?” Este último se esforzó por recordar qué trabajo había hecho Allen para él mientras el primero preguntaba: “¿Qué tipo de trabajo?”

“Trabajo de guardaespaldas, Su Alteza. Ya que había habido indicios de actividad sospechosa en torno a la casa del vizconde estos últimos años.”

El vizconde se atragantó con su saliva. “¡¿Qué— Allen?!”

El príncipe heredero había reprendido al vizconde por hacerlo la última vez, pero esta vez, ni siquiera le dedicó una mirada. La palabra “guardaespaldas” había hecho que todos los aristócratas de la sala murmurasen furiosos. La mayoría asociaba al vizconde Granvelle con el llamado Asunto de la Casa Granvelle, un incidente ocurrido varios años atrás en el que había utilizado los derechos de unas minas de mithril recién desarrolladas en su feudo para desencadenar por la fuerza la purga de toda una franja de nobles que habían estado conspirando contra él, así como de numerosos enviados reales que habían sido cómplices. El hecho de que Allen utilizara aquí la palabra “guardaespaldas” implicaba que el vizconde había acogido a Allen como invitado para protegerse y eliminar a cualquiera que se interpusiera en su camino con la fuerza en caso de necesidad.

El príncipe heredero tragó saliva al darse cuenta de que Allen había acompañado al vizconde como guardia bajo la apariencia de un sirviente cuando se conocieron el año anterior. Varios de los caballeros que se encontraban detrás de él también dieron medio paso atrás inconscientemente, a pesar de que la persona a la que debían proteger, el príncipe heredero, estaba allí frente a ellos. No pudieron evitar temblar dentro de sus armaduras al imaginar lo que podría haber ocurrido si las cosas se hubieran torcido en esta misma sala un año antes.

“Me tranquiliza oírlo. Es admirable proteger a un noble tan valioso y bien considerado en nuestro país.”

“Gracias, Su Alteza. Para devolver un favor con otro, tengo toda la intención de proteger al vizconde de cualquiera que tenga intenciones nefastas hacia él.”

El príncipe heredero se sintió desfallecer al oír “cualquiera”, pero consiguió mantenerse firme, aunque a duras penas.

Así, la ceremonia del torneo de este año terminó con Allen aclarando su posición al príncipe heredero de Ratash.

***

Ya era principios de diciembre. El desarrollo de la nueva aldea bajo el mando del jefe de aldea Rodin avanzaba sin problemas. Ya habían terminado de levantar las murallas alrededor de la aldea y habían empezado a cazar grandes jabalíes en su primer año.

Las Montañas del Dragón Blanco se extendían hacia el norte y el sur, y sus estribaciones eran extensas. La población de jabalíes en esas estribaciones solía ser bastante considerable, pero se había disparado aún más en los últimos años. La eliminación por parte de Allen de los goblins y orcos que normalmente habrían cazado a los grandes jabalíes había terminado por alterar significativamente el ecosistema local.

Gracias a las lanzas de hihiirokane y mithril que Allen y sus amigos habían pagado juntos, los aldeanos habían conseguido abatir veinte grandes jabalíes. Este invierno disfrutarían de una abundante dieta con mucha carne, restaurando su energía con muchos nutrientes en preparación para la labranza de sus campos en la primavera.

Los jugadores sin vida se encontraban en una de las mazmorras de rango A de Ciudad Academia. Naturalmente, estaban en el piso más profundo.

“Uf, por fin ha caída”, suspiró Cecil.

Ante sus ojos estaba el jefe de tipo dragón tumbado de lado y a punto de exhalar su último aliento. El grupo acababa de derrotarlo sin recurrir a la habilidad extra de Krena.

“¡Oh, oye, he subido de nivel!” gritó Meruru, levantando ambos brazos en señal de celebración.

“Enhorabuena”, respondió Allen. “Ahora eres Lvl. 58.”

Debido a que Allen utilizaba con frecuencia términos de juego de su vida anterior, los miembros de su grupo también habían empezado a seguir su ejemplo. Meruru se había acostumbrado a referirse a las Pruebas de los Dioses como “niveles”.

______________________________________

Nombre: Meruru

Edad: 14 años

Clase: Talos General

Nivel: 58

PS: 1,621

PM: 2.340

Ataque 756

Resistencia: 1,274

Agilidad: 756

Inteligencia: 2,340

Suerte: 1,453

Habilidades: Talos General {1}, Golpe de Cohete {1}, Maestría en Lanza {3}, Maestría en Escudo {3}

Habilidad extra: Unión (Brazo derecho)

XP: 80,240/40,000,000

Niveles de Habilidad

Golpe de cohete: 1

Experiencia de Habilidad

Golpe de cohete: 0/10

______________________________________

¿Me lo estoy imaginando, o el estado de Meruru hace que parezca que está jugando a un género de juego totalmente diferente por sí misma?

Para poder usar sus habilidades, Meruru necesitaba montar un gólem. Por desgracia, no había gólems en Ciudad Academia, así que no había forma de gastar su MP y ganar XP de habilidad. Por eso, todas sus habilidades de clase seguían siendo de nivel 1.

Al igual que los elfos Sophie y Volmaar, Meruru había llegado a la Academia Ratashian como parte de los acuerdos de la Alianza de los Cinco Continentes. La parte norte del Continente Central tenía, además de escuadrones de elfos, golems prestados por el Imperio de Baukis. Su número era mucho menor que el de los elfos, pero cada unidad de gólems poseía la fuerza suficiente para masacrar fácilmente a los monstruos de rango A.

Le vinieron a la mente los programas de televisión tokusatsu que Allen había visto en su vida anterior. Cuando se trataba de robots con partes que podían combinarse entre sí, siempre había pensado que la parte de la cabeza era la más genial.

“¡WHOAAA! ¡UN COFRE DE ORO! Supongo que la probabilidad de que aparezca es mayor después de matar al jefe dragón.”

Justo después de que el dragón muriera, la recompensa apareció en su lugar. Keel hizo exactamente lo mismo que hizo hace un año cuando el grupo vio por última vez un cofre de oro. Cuando lo abrieron, encontraron un anillo descansando dentro.

Awww, Hubiera preferido un arma de orichalcum. Específicamente, una gran espada o un hacha.

A través de su lucha con el Héroe, Allen había obtenido el Anillo de Recuperación de MP que había buscado durante tanto tiempo. Como resultado, los anillos habían caído en picada en su lista de prioridades cuando se trataba de drops de mazmorras. Lo que ahora quería eran armas que aumentaran el poder de ataque de los miembros de su grupo — preferiblemente, unas para Krena o Dogora primero. Basándose en sus propias estadísticas de ataque, se había hecho una idea general de la cantidad de ataque extra que proporcionaba cada grado de material de armas.

Estimación de la Bonificación de Ataque de las espadas

· Espada de acero: 100

· Espada de Mithril: 500

· Espada Hihiirokane: 1.000

· Espada de Adamantita: 3.000

· Espada de Orichalcum: 5,000+

El valor real del daño infligido con cada golpe podría verse afectado significativamente por cosas como apuntar al punto débil del oponente, tener mayor velocidad y los niveles de habilidad del atacante. Teniendo en cuenta esto, los números anteriores se basaban exclusivamente en las bonificaciones de las espadas.

Sin dudarlo, Keel se puso el anillo de oro. “¿Qué estadística alteró?”

Allen consultó su grimorio. “¡Vaya, aumentó tu MP en 1000!”

Puedo usar esto. Si tengo un anillo de aumento de PM y un anillo de recuperación de MP, me ayudará a alcanzar el nivel 8 de invocación mucho más rápido.

Con esto, todos los miembros de los jugadores sin vida habían completado cinco mazmorras de rango A. Justo cuando Allen conversaba con Keel sobre a quién darle el anillo, una voz familiar sonó en todos sus oídos.

Fwum.

“Soy el Sistema Ejecutivo de Mazmorras. Enhorabuena, jugadores sin vida. Estoy aquí para actualizar su tarjeta de autorización de mazmorras de rango A.”

“Ah, ya está aquí.” Cecil se había acostumbrado tanto a las repentinas apariciones de los cubos de mazmorra que ya no le sorprendían.

Allen comprobó la tarjeta de color negro azabache que tenía en su poder y se dio cuenta de que ya tenía cinco marcas.

“Todos los miembros de su grupo han cumplido las condiciones requeridas, así que ahora convertiré su tarjeta de autorización en una tarjeta de invitación a la mazmorra de rango S.”

Mientras todos se agolpaban para mirar la tarjeta en la mano de Allen, las cinco marcas se fundieron en una.

“¿Significa esto que ahora podemos ir a la mazmorra de rango S?” preguntó Allen.

“Sí, pueden.”

“¿Puedes decirnos dónde está?”

“Dentro de la Torre de la Tribulación en Yanpany.”

Uh, ¿dónde diablos está eso?

El plan de estudios de la Academia había cubierto la geografía, pero Allen no reconoció ese nombre. Sin embargo, a Meruru le pareció que le sonaba.

Preguntó al cubo: “¿Te refieres a la torre gigante de Yanpany?”

“De la misma. La mazmorra de rango S está dentro del templo de Yanpany.”

Todos se volvieron para mirar a Meruru con sorpresa. Cecil preguntó: “¿Lo conoces, Meruru?”

“Mm-hm”, asintió Meruru. “El cubo habla del enorme templo donde vive Lord Dygragni. Si no recuerdo mal” — miró al aire como si tratara de recordar algo — “está en el noreste del Imperio. Pero nunca he estado allí.”

“Por ‘el Imperio’, ¿te refieres a Baukis?” Presionó Cecil.

“¡Sí! Yanpany es el nombre de la región al noreste de la capital imperial.”

¿Así que la mazmorra de rango S está en Baukis?

“Aww, ¿entonces no podemos ir de inmediato?” Krena parecía desanimada. Estaba especialmente decepcionada porque ella y Allen habían hablado de que querían ir pronto a la mazmorra de rango S ahora que él había alcanzado el nivel 7 de invocación.

Y aquí estaba, esperando que apareciera una puerta warp o algo así al final de las mazmorras de rango A que conectara directamente con la mazmorra de rango S.

Para aquellos que ya habían alcanzado el tope de nivel pero querían volverse aún más fuertes, obtener armas de orichalcum era absolutamente necesario. El Héroe había dicho que la mazmorra de Rango S era donde se podían encontrar los objetos de orichalcum, así que no había forma de evitar el hecho de que eventualmente desafiarían la mazmorra de Rango S.

Cecil suspiró. “Parece que estará fuera de nuestro alcance durante bastante tiempo, entonces.”

De repente, Allen comenzó como si se le hubiera ocurrido una idea. “¿Y si nos trasladamos todos a Baukis para nuestro tercer año? De esa manera, Meruru podría conseguir un golem también.”

“¿Es eso posible?” Dogora frunció el ceño.

“Ni idea. ¿Tal vez podamos preguntarle al director?”

“Dejadme a mí”, interrumpió Sophie. “Intentaré pedirle a Theodojiil que haga los arreglos.”

Era diciembre, así que todavía debería haber tiempo suficiente para organizar el traslado antes del comienzo del siguiente curso escolar en abril. Y así, los jugadores sin vida acordaron poner rumbo a Baukis para conseguir armas de orichalcum como siguiente objetivo. Todos ellos estaban igualmente ansiosos por poner un pie en el templo de Yanpany que albergaba la mazmorra lo antes posible.

“Siento interrumpir su conversación, pero hay una cosa más de la que debo informales”

El cubo que había estado parado todo este tiempo habló de repente.

“¿Eh?” Allen se dio la vuelta. “Um, ¿qué es?” ¿Qué más podría haber?

“Si consigues superar con éxito la mazmorra de rango S en Yanpany, tu tarjeta de invitación se convertirá en una tarjeta de desafío para el Maestro de las Mazmorras.”

“¡¡¡FWOOOOO!!! ¡ES UN JEFE OCULTO! ¡DYGRAGNI LO CONSIGUE!” Allen apretó ambos puños y gritó con fuerza, sorprendiendo a todos sus amigos.

En nombre del líder del grupo, que parecía estar fuera de sí por la emoción, Cecil preguntó al cubo en señal de confirmación: “¿Quieres decir que podemos luchar contra el Maestro de las Mazmorras?”

“Sí, pueden.”

“¿Qué pasa si ganamos? ¿Por qué luchamos?”

“Eso es algo que el Maestro de la Mazmorra sólo le dirá a los que ganen.”

¡Oh, Dios mío, no nos lo dirá! ¡Es perfecto! ¡Así es exactamente como debe ser! Allen sonrió a sus amigos. “¡Parece que, después de todo, no tenemos más remedio que despejar la mazmorra de rango S!”.

En marcado contraste con Krena, que se dejó llevar por la emoción de Allen, Cecil suspiró. “Ahí va otra vez.”

***

El Reino de Ratash recibió el nuevo año con solemnidad y sobriedad. El rey, cuya salud había estado en constante deterioro, había fallecido a finales del año anterior. Todo el reino entró en un periodo de luto durante el cual se paralizaron todas las funciones. La economía se estancó y los ciudadanos se restringieron en todos los ámbitos de la vida, y todas las tiendas — salvo las esenciales, como los restaurantes — cerraron sus puertas. Incluso las mazmorras se cerraron.

Una vez finalizado el periodo de luto, como se esperaba, el príncipe heredero ascendió al trono. Según Rifol, la ceremonia de coronación iba a ser un acontecimiento multitudinario. Sin embargo, a Allen no le importaba realmente quién se sentara en el trono.

Había pasado un mes desde que los Jugadores Sin Vida se enteraron de que la mazmorra de Rango S estaba en Baukis. El director ya había iniciado el proceso para su traslado al imperio, pero necesitaba pasar por Baukis para contactar con la Academia dentro de sus fronteras, por lo que no había garantías de que la petición fuera aprobada. Allen y sus amigos seguían esperando la respuesta.

La Ciudad de la Academia no había observado el luto de Ratash; había sido el negocio como de costumbre dentro de la ciudad. Hoy, Allen volvía a convertir piedras mágicas en Frondas de Vida y Semillas de Magia durante sus clases matutinas. Gracias a la habilidad de Invocación Rápida que había obtenido al subir su habilidad de clase a Lvl. 7, ahora podía Invocar simultáneamente todas las cartas de los soportes de su grimorio al mismo tiempo. El progreso fue notablemente más rápido que antes.

Su anillo de recuperación de MP recuperaba el 1% de su MP máximo cada segundo, por lo que su medidor de MP se llenaba en poco tiempo. Allen utilizaba sus habilidades a cada momento para no desperdiciar ni una sola gota de MP, pero si no fuera porque la Invocación Rápida aumentaba significativamente el número de habilidades que podía utilizar y la cantidad de MP que podía gastar a la vez, su espíritu podría haberse quebrado ante la interminable tarea.

De repente, se oyeron pasos por el pasillo.

¡BANG!

La puerta del aula se abrió con tanta fuerza que parecía que la habían abierto de una patada. Tanto el profesor como los alumnos se quedaron paralizados por la sorpresa.

Oh, es sólo Carlova.

Cuando Allen se volvió hacia la puerta, sus ojos se cruzaron con los de Carlova. Sin ni siquiera un “por favor” de la profesora, Carlova gritó mientras jadeaba: “¡Allen! ¡Todo tu grupo! ¡A la casa del director! ¡AHORA!”

¿Por qué está tan nervioso? ¿Pregunta por todo mi grupo?

“Parece que nos han convocado.” Cecil se levantó con elegancia. Todos los Jugadores Sin Vida siguieron inmediatamente a Carlova hasta el despacho del director.

“¡Los he traído! ¡Ahora infórmales!”

Ha vuelto completamente a ser un aventurero, pensó Allen mientras él y sus amigos entraban en la habitación.

“¡Ohhh, ahí están!” El director tenía un mapa del mundo extendido sobre su mesa. Incluso este hombre, que normalmente estaba tranquilo y sereno por haber vivido mil años, parecía agotado. Después de saludar al grupo de Allen, se quedó en silencio.

Al cabo de un rato, Allen, que no podía aguantar más, preguntó: “¿En qué podemos ayudarle?” ¿A qué se debe esta pausa?

El director lanzó una mirada a Sophie durante un instante, como si estuviera luchando por encontrar las palabras adecuadas para decirlo. “Yo… lo diré directamente. Ha habido una solicitud para enviarte, Allen.”

“¿Al campo de batalla, señor?”

Por una fracción de segundo, Allen había pensado que el director les estaba diciendo que su solicitud a Baukis había sido aceptada. Sin embargo, eso no se llamaría “envío”. El único lugar que se ajustaba al uso de esa palabra era el campo de batalla.

“Así es. Rohzenheim ha presentado una solicitud oficial a través de la Alianza de los Cinco Continentes para que seas enviado, Allen. Y Ratash ha aceptado esa petición.” El director extendió un decreto real sobre la mesa que nombraba específicamente a Allen, Krena, Cecil, Dogora y Keel.

Eso es un decreto real, sin duda. El director lo llamó “petición”, pero en realidad no tenemos derecho a negarnos, ¿verdad?

Desde que se inscribió, Allen siempre había asumido que finalmente sería desplegado en la frontera norte de Giamut, la zona que solía pertenecer a países caídos como Rastuli.

“¿Um, eso significa que nos han ordenado ir a Rohzenheim?”

“Así es”, respondió el director, bajando la mirada al mapa del mundo. “El destino de Rohzenheim pende actualmente de un hilo.”

“¡¿Qué quiere decir?!” exclamó Sophie.

“Según la información”, dijo el director, “el Ejército del Señor Demonio está atacando los tres continentes del norte al mismo tiempo con una fuerza de diez millones en total.”

“¡¿Diez millones?!” Sophie estaba tan sorprendida por la cifra que parecía a punto de desmayarse.

Se refiere al continente central, más Rohzenheim y Baukis, supongo. Y como siempre, nada se dirige a los dos continentes del sur. Hmm, diez millones, ¿eh?

Allen se frotó la barbilla. “Ese número es de cinco a diez veces el número habitual del Ejército cada año, ¿no?”.

Según lo que había aprendido en la historia de los Señor Demonio, el Ejército del Señor Demonio había atacado simultáneamente los tres continentes del norte antes, pero sólo enviaba alrededor de uno o dos millones de tropas cada año, la mitad de las cuales se dirigían al Continente Central mientras los elfos y los enanos se ocupaban de una cuarta parte cada uno.

El director asintió. “No sabemos cuánto tiempo llevan haciéndolo, pero al parecer han estado acumulando fuerzas para esto. Ahora tienen números más que suficientes para borrar a Rohzenheim del mapa.”

Lo que significa que todo el terreno que la Alianza recuperó en los últimos años no se debió únicamente a Helmios. El Ejército del Señor Demonio ha estado reservando sus fuerzas para este asalto a gran escala a Rohzenheim.

La situación en el frente había cambiado desde que el Héroe Helmios apareció hace ocho años. Como tal, fue promocionado como el signo de esperanza que la humanidad había encontrado después de más de medio siglo de pérdidas sostenidas. Desde entonces, el Ejército del Señor Demonio había estado en la retaguardia durante los últimos ocho años; sin embargo, resultó que había otras fuerzas en juego.

Sophie, que había estado escuchando en silencio todo este tiempo, finalmente estalló: “Theodojiil, ¿qué quisiste decir cuando dijiste que el destino de Rohzenheim pende de un hilo? Y este envío urgente — ¡Espera, no me lo digas!”

Sin embargo, el director fue incapaz de responderle. Sus palabras quedaron atrapadas en su garganta.

“¡Respóndeme, Theodojiil!” Exigió Sophie, sin su habitual actitud fría. Se inclinó hacia delante, con los ojos encendidos. “¡¿Su Majestad está a salvo?!”

¿Llama a su madre “Su Majestad”?

Los elfos adoraban a Rohzen, el Soberano de los Espíritus, pero amaban y adoraban a su reina con la misma reverencia. Por ella luchaban.

Presionado para responder, el director logró tartamudear: “Me temo que… no ha habido noticias.”

“¡E-Eso no puede ser posible! ¿Qué paso con Fortenia? ¡Cuéntamelo todo!” Sophie se sentía frustrada porque el director sólo había sido capaz de responder a las preguntas que ella le planteaba directamente. Fortenia era la capital de Rohzenheim, la ciudad donde estaba la residencia de la reina.

“Según la información de hace tres días, Fortenia ya cayó ante una hueste demoníaca de tres millones. Nadie sabe dónde está actualmente Su Majestad.”

“Esto no puede ser…” Sophie cayó de rodillas.

Volmaar se apresuró a cogerla. “¡Princesa Sophialohne!”

El director se volvió hacia Allen. “El setenta por ciento del país ya cayó ante el Ejército del Señor Demonio. Las fuerzas restantes reunidas en el sur de Rohzenheim se están preparando para la lucha final.”

Incluso considerando el tamaño de la fuerza invasora, este avance parecía demasiado rápido.

“¿Y se supone que debo ir allí?”

“Sí. Por favor, acepta esta solicitud de envío.”

“Sólo por curiosidad, ¿cómo es la situación de la batalla en el continente central?”

Allen quería saber cuál era la situación en Giamut, dado que Rohzenheim estaba en peligro de ser aniquilado. Sin embargo, el director volvió a no dar una respuesta inmediata.

“¿Eh? ¿Se está derrumbando el frente allí también?”

“N-No, no del todo. De hecho, la lucha aún no ha comenzado. El Ejército del Señor Demonio, que cuenta con dos millones de efectivos, está a la espera a unos diez días a caballo de las fortalezas más al norte.”

Cuando escucharon esto, todos los Gamers jadearon en voz baja: “¡Dos millones!”

Espera, “¿en espera?”¿Por qué no pulsan el ataq — Espera. ¿Qué pasa con los escuadrones de elfos?

“Lo siento, señor; ¿los escuadrones de elfos en la frontera de Giamut han sido informados de la situación en Rohzenheim? ¿Acaba de mencionar que hay fuerzas reuniéndose en el sur?”

Sintiendo que Allen había dado con una cuestión crucial, Sophie redobló su pregunta. “Theodojiil, contéstale. ¿Cuál es la situación actual de los escuadrones de elfos asignados al continente central?”

“Los escuadrones… están regresando actualmente a Rohzenheim.”

Los elfos normalmente proporcionaban la tan necesaria curación a las líneas del frente en Giamut, que a menudo sufría una gran escasez de personas con talentos curativos. Ahora, sin embargo, todos esos elfos se retiraban para proteger su país de origen.

Cecil soltó: “¡Pero es imposible que las fuerzas de Giamut se defiendan de un ejército de dos millones sin el apoyo de los elfos!”

Habiendo analizado la situación, Allen lo dijo claramente. “El Ejército del Señor Demonio en el Continente Central está planeando lanzar una ofensiva masiva una vez que los sanadores hayan abandonado por completo la escena. Por eso sólo están a la espera en este momento.”

“Eso… es muy probable”, admitió el director. “Sin embargo, y siento mucho pedir esto, pero por favor, respondan al despacho y salven a Rohzenheim. Por favor… salve a nuestra reina.” Por primera vez, el director, que era él mismo un miembro de la realeza, bajó la cabeza hacia Allen. Le estaba suplicando a Allen a pesar de que comprendía perfectamente lo que probablemente le ocurriría al Continente Central.

Cecil miró a Allen con ansiedad. “Allen, ¿qué vamos a hacer?”

Al final del segundo año de Allen en la escuela, el Ejército del Señor Demonio apareció de repente con una fuerza masiva, empeñada en destruir el mundo entero en un empujón trascendental. Todos los presentes — los compañeros de Allen, su profesor y el director — contuvieron la respiración, pendientes de sus próximas palabras.

“Iremos a Rohzenheim”, respondió Allen con decisión.

Y así se decidió que los Jugadores Sin Vida se dirigirían a Rohzenheim, el país de los elfos a punto de ser arrasado por el Ejército del Señor Demonio.